Bruce
Me acerco a su edificio, estoy muy nervioso hacía mucho que no tenía una cita, menos con una humana. Solo deseo no cagarla. Mis manos sudan, me siento como si esta fuese mi única oportunidad. Llego a su puerta, toco y espero con impaciencia a la mujer de trajo vida a este cuerpo.
Cuando abre la puerta, toda mi sangre se acelera, mis colmillos intentan salir. Es hermosa, esta vestida con un sencillo vestido de tirantes con flores. Su aroma hace que mi miembro cobre vida. ¿Cómo voy a poder controlarme?
—Buenas noches, Kenia –Le digo, mientras beso su mejilla, esto la sonroja. Ese simple acto me hace querer llevarla a su sofá y hacerla mía.
—Hola.
Le indico el camino. Ella cierra la puerta y me sigue. La llevo a un sitio muy conocido para mí, es un pequeño restaurante, queda en un mirador de la ciudad
Kenia No puedo creerlo, estoy de camino a mi habitación en los brazos de un hombre que me exaspera, por su personalidad de engreído. Sin embargo, esta noche ha sido tan auténtico, se ha abierto para mí. Estuvo atento, me escucho sin comentarios sarcásticos, me hizo sentir toda una dama a su lado. Tenía mucho tiempo sin sentirme así; segura.Lo mejor fue cuando nos besamos o, mejor dicho, cuando yo me lancé a besarlo. Algo que NUNCA hice; pero él ha sido maravilloso está noche. Sus labios son exquisitos, siento como cada parte de mi cuerpo cobra vida. Él me besa como cuando saboreas un chocolate, con ternura. Suspiro, entre nuestros besos.Llegamos a mi habitación, mi corazón parece que va salir de mi pecho, me duelen los senos y siento mi humedad correr entre mis muslos. ¡Dios! es
BruceEsto se me ha salido de control, ¡después de ese beso! ¿Cómo un simple beso, me hizo sentir tanta hambre? Necesito tenerla, mis colmillos han salido, debo ser cuidadoso para que ella no los note. La veo totalmente desnuda en la cama, mis colmillos luchan por enterrarse en esa maravillosa piel chocolate. Me quitó lo más rápido que puedo la ropa y me dedico a darle placer a mi compañera. Necesito probarla toda.Le beso desde la punta de los pies, voy subiendo por sus tobillos. Ella me mira con picardía, se ve igual de hambrienta que yo. Su aroma me tiene a punto de perder el control, algo que no puedo darme el lujo. Pues mi naturaleza tomaría control y la marcaría como mía, sin darle la oportunidad a opinar. No lo voy hacer así. Ella debe elegirme, como lo ha hecho está noche.Me concentro en su
RyanHan sido unos días muy pesados, entre controlar a Lauren y ver cómo va tomar mi manada el cambio de Luna, al parecer es más complicado de lo que esperé. Lauren ha ido corriendo el rumor que ella es mi luna y que deseo sacarla de su puesto trayendo a otra. Eso ha generado peleas y he tenido más visitas de las necesarias. Miro a través de la ventana de mi despacho alrededor de mi manada. Es un orgullo para mí todo lo que hemos logrado. Los lobos tienen mucha facilidad para la batalla, aquí hemos logrado llevar paz a otras manadas. Somos ejemplo para otros. Me Siento honrado de ser su alfa, razón por la cual he querido ser muy discreto sobre esa situación.Hoy al menos había logrado contentar a mi hermosa mate, en la noche decidí hacerle una visita sorpresa. Que decir que fui yo el sorprendido. Llegué a su casa y
Amanece mientras descanso en el bosque, el correr me permitió darme cuenta que, si bien la perdí, ella estará bien junto a su compañero. Así que hoy iré a despedirme de ella y hablar con él, debo dejarle claro que no voy a permitir, que la haga sufrir.Regreso a casa para arreglarme, me consigo de frente con la que se ha convertido en la causante de todos mis problemas.—Lauren, ¿que se te ofrece tan temprano? −digo con ironía—Bueno, veo que has tenido mala noche. ¿A qué se debe? ¿Ya tu luna te abandonó? −la sola mención genera escozor en mi piel− ¿Así que es eso?Su risa se esparce como un virus por todo el jardín. Mi rabia inunda mi ser, quiero arrancarle su sonrisa de un sólo zarpazo. Se acerca sigilosamente a mí, luego me huele como sólo un lobo lo sabe hacer.—Sabes que
Kenia Esto jamás me había pasado. Hasta hace una semana estaba sola, ahora he salido con tres hombres. Me he acostado con uno, en nuestra primera cita. Ha sido genial, me siento en las nubes. Bruce me hace desear cosas que no quería antes. Una relación, un compañero. La noche que estuve junto a él, fue erótica, llena de pasión; pero sobre todo muy romántica. Él es muy reservado, parece que desconfía de todos. Creo que fue herido profundamente. Y sospecharlo sólo me hace querer lo proteger. Jamás pensé sentirme de esta forma por alguien.Lo peor es que él no es el único por el que siento cosas. Ryan ilumina mi día, tengo necesidad de sentirlo, tenerlo cerca. Dios, como extraño sus besos. Sólo recordar los me hace poner caliente. Hoy me ha invitado almorzar, prometiendo que
RyanEs difícil para mí competir con Bruce, digo me lleva una gran delantera. Kenia aún tiene una mala impresión de mí, no sé si podré quitársela. Camino hacia el local donde la traeré almorzar, he planeado algo muy romántico para mi chica. Quiero que se sienta única y muy especial.Hemos llegado al restaurante, decido llevarle con los ojos cerrados, en un inicio dudo de hacerlo. Al entrar le permito abrir los ojos, su sonrisa demuestra cuán complacida esta. Hoy alquile el local sólo para nosotros, solicite decoraran con rosas blancas todo el local, incluso pétalos en el suelo. Para mi reina nada es demasiado.Pedí un trío de música clásica, entre violines y violonchelo. He pedido una comida de tres platos, con un postre de chocolate.—Ryan, que hermoso. Gracia
Kenia Finaliza la semana y todo ha sido irreal, he pasado dos noches geniales en la presencia de Bruce. Quien cada día me demuestra lo romántico y maravilloso que es. Hoy tuve que mentirle y decirle que iba a estar con Hanna −cosa que no es del todo falso, ya que la veré para almorzar −para que no viniera en la noche, quedamos en hablar mañana para planear algo. ¡Ese hombre me descoloca! Me mantiene caliente todo el tiempo.—Amiga, buen día −dice Hanna, sacándome de mis cavilaciones. Le sonrió e indicó que pase adelante a mi oficina.Luego de dos horas contándole con detalles cada cosa que me ha pasado en tan sólo una semana. Ella me mira sorprendida y asombrada. Con la boca abierta y en silencio absoluto. Nos quedamos calladas mientras ella analiza todo lo que le he dicho.&md
KeniaMiraba sus hermosos ojos azules, intentaban transmitirme su verdad. Que para mí era más bien una locura. ¿Cómo podía creer lo que él con tanto ahínco intentaba hacerme entender? Lobo. Mejor dicho, hombre lobo.¿Por qué de todos los hombres me tocaba a mi tratar con un loco? Lo peor es que realmente creí, lo que con tanta pasión me decía. El desaliento se apodero de mí, esta noche que se notaba como una gran noche romántica, se había convertido en bochorno y dolor. Ryan me gustaba muchísimo; pero, no puedo continuar con él ante esta declaración.Al ver mi actitud, ante su declaración. Me miro con dolor, se dio cuenta que no le creía; peor que lo veía como loco.—Kenia, ¿Por qué me miras así?, acaso ¿no me crees? − Me miro, con la esperanza q