Ryan
Esta noche estaba ansioso, salí de la manada para ir al club, necesitaba distraerme. Al llegar, llegó hasta mí, un olor divino, un aroma a chocolate y caramelo, mi boca se hizo agua.
Seguí el aroma hasta mitad de la pista de baile, allí estaba la mujer más hermosa que alguna vez había visto. Estaba disfrazada de pastorcilla, eso me generó mucha gracia, yo un lobo y ella disfrazada de pastorcilla, ¿dónde estarían las ovejas? Mis manos estaban ansiosas por tomarla, no había duda había encontrado a mi mate, mi corazón latía fuerte, podía sentir como mi lobo tomaba el control de mi racionalidad. En un momento la estaba tomando entre mis brazos, para luego besarla. Ese beso es lo mejor que me ha pasado, su sabor era tal cual su aroma a chocolate y caramelo. Me sentía como un niño en una caramelearía.
Sin más me fue arrancada de mis brazos, solo pude sentir el golpe en mi cara, y un gruñido. Cuando reaccioné solo me defendí del ataque de un vampiro loco. En algún momento una de su especie nos detuvo, regañándonos como niños. Cuando logré calmarme, vi su molestia. ¿Acaso la humana seria de él? aunque ella no tenía su aroma, así que no.
De repente ambos caímos en cuenta de que la pastorcilla no estaba, sin hablar ambos la buscamos. Luego de seguir su aroma hasta el estacionamiento, nos dimos cuenta. Se había ido. Así que decidí volver al club a hablar con él. Necesitaba saber que paso.
—¿Qué te poseyó para besarla? –me ataco al verme.
—Oye, yo no tengo porque darte explicaciones, vampiro de mier… –y allí nos íbamos de nuevo a las manos. Su amiga nos volvió a detener.
—Ok, es obvio que no pueden hablar solos así que seré réferi –me dio su mano –hola soy Keyla, y este neandertal, es Bruce –dijo entre sonrisas.
—Soy Ryan, alfa de la manada de este pueblo.
—¡Vaya! –dijo ella entre risas –esto va ser muy divertido.
—Soy Bruce, y la pastorcilla es mi Mate –dijo con tono de superioridad.
—No puede ser –dije yo –es mi Mate, su aroma no me deja dudas.
Ambos quedamos en silencio, con las miradas perdidas, mientras su amiga reía a todo pulmón.
—En verdad esto no podría ser más divertido –dijo y se dio la vuelta a ver al que se llamaba Bruce –no solo encontraste algo que casi nadie de la especie encuentra, resulta que debes compartirla –siguió riendo como loca
—Yo no comparto –dije molesto
—Yo menos pulgoso –dijo Bruce, así iniciamos nuevamente una pelea. Hasta que Keyla nos detuvo nuevamente.
—El que peleen, no lo va solucionar. Les recuerdo que esto que les está pasando a ustedes, la posesión me refiero. No le pasará a ella hasta que alguno decida marcarla, así que ella vivirá una vida feliz sin ustedes. Ahora si ustedes están confundidos, imaginen lo que le pasara a esa humana cuando se dé cuenta que está enamorada de dos hombres, saben por aquello de la moralidad que les enseñan a los humanos. Así que dejen su egoísmo y piensen en la mujer por la cual se están matando.
—Tienes razón –dijimos los dos al unísono.
—¿Cómo sabes que es tu mate? –dije –porque no había escuchado de ningún vampiro acoplado.
—El aroma –dijo el mirándome a los ojos –su aroma provoca que mi corazón se acelere y que otras cosas en mi cobren vida si sabes a lo que me refiero –dijo con malicia.
—Sí, sé a lo que te refieres –dije porque yo al instante de olerla me excité de forma salvaje.
—Entonces, ¿Qué van hacer? –dijo Keyla.
—Primero debemos saber dónde vive –dije yo.
—No, primero debemos hablar tú y yo –dijo Bruce.
Así me explico lo que significaba una pareja para su especie, y el hecho de que él dependería de su compañera para alimentarse, que eso la haría inmortal.
—En mi caso, soy alfa así que mi pareja tendría que estar protegida, porque sería donde me atacarían, conmigo su vida se alargaría hasta que yo muera, si ella muere antes de mí, no habrá nadie más que ocupe su lugar, no moriría como tú –y mire a Bruce –pero mi vida será triste, y generalmente luego que un mate muere su pareja muere al poco tiempo por el dolor de la perdida.
—¿Estarías dispuesto a no marcarla y cederla a mí? –preguntó Bruce.
—Primero no es una propiedad, si vamos a jugar a ceder. Yo esperaría que ella escogiera, claro que sería un juego cruel para una humana. Segundo sin mi mate nunca tendría descendencia, lo que para un alfa es grave. La naturaleza es muy inteligente y solo un mate da a luz nuestra descendencia. Así que no tengo opción debo marcarla. Por mí, por mi manada y su estabilidad.
—Yo tampoco estoy dispuesto, ella con solo su aroma trajo vida a mi muerte, no puedo, no quiero volver a esta vida apática, la necesito en mi vida.
—Si es tu mate, ¿Por qué estaba sola en la pista? –pregunté
—Porque huyo de mí lo más rápido que pudo –dijo derrotado– nunca me había pasado, las mujeres caen bajo mis encantos, nunca tuve que enamorar a nadie, ella me vio, le guste, lo pude notar en sus ojos, luego hable y todo cambio.
—¿Te has escuchado? –dije –eres muy creído, seguro no le gusta eso en los hombres, quizás si tenga oportunidad de tenerla sola para mí.
—Entonces dejemos que ella decida, vamos a enamorarla como si el otro no existiera, ella que escoja –dijo Bruce
—¿Qué pasara cuando decida? –dije.
—Respetare su decisión, ¿tú lo harás aun cuando no seas tú? –dijo Bruce, tarde un rato en pensar la respuesta, la verdad es que si era mi mate debía respetar su decisión me gustase o no
—Si lo haré –dije extendiendo mi mano a Bruce, para cerrar el acuerdo.
—Excelente –Dijo Keyla –entonces ambos la van a cortejar y esperaran que decida, el perdedor respetará la decisión de ella, ¿correcto?
—Sí –dijimos ambos con tristeza.
Así quedamos de acuerdo, la buscaríamos y cada uno intentaría que lo eligiera. Nunca tocamos el tema ¿Qué pasaría si no quisiera a ninguno? ¿Sería posible?, creo que no. Me fui a la manada con mi cabeza confundida, llenos de dudas, no quería hacerle esto a ella, quizás sí debería dejarla para que Bruce la enamore. No es justo para ella que ambos la enamoremos, la pobre estará muy confundida. Necesitaba hablarlo con alguien que ya tiene y vive con su mate.
RyanMe sentía confundido, mi mate tiene dos posibles parejas. ¿Cómo podía pasar esto? Necesitaba hablar con alguien de confianza, no podía hablarlo con cualquiera, si llega a oídos de la manada, podría dañar la imagen de la futura Luna. Podría creer que es una mala influencia para la manada, eso no me conviene, hablaré con mi hermano quien también es el Beta de la manada. Puedo confiar en su discreción y buenos consejos. He estado tan metido en mis pensamientos que he llegado a la aldea sin darme cuenta. Estaciono en mi casa, mi hermano vive junto a su esposa en ella. Por ser el Beta debe estar en el mismo emplazamiento que el Alfa, por cualquier emergencia.Entro pensando en toda la situación, posibles soluciones. ¡Dios! Estoy muy confundido. Camino a mi despacho me encuentro con Serenity, ella es la esposa
Llego a la puerta de mi habitación y su aroma inunda mis fosas, Lauren. Ella ha sido lo más cercano a una mate, desde hace dos años tenemos una relación. Cuando nos conocimos, nos caímos bien. Ella es una mujer fuerte, con carisma. Es líder, algo que una Luna debe tener. Su cuerpo es divino. Es una mujer alta, de contextura gruesa. Es un pecado mirarla, sus senos podrían alimentar a toda una manada. Es dura, no se amilana ante nada. Sabe defenderse.En su momento era perfecta para mí. Ambos decidimos que no íbamos a permitir que la naturaleza controlara nuestros destinos. Sabíamos que no éramos la pareja escogida para el otro, por la naturaleza; pero nos gustamos, había química entre los dos. Y antes de esta noche llegue a creer que la amaba, soy con ella como sería con un mate, posesivo y sobreprotector. Nuestra relación es tan fuerte que la manada cree que ella es mi mat
KeniaSus besos son dulces, me transportan a lugares calientes y agradables. Sus manos recorren mi cuerpo, mientras su boca hace un camino de placer por todo mi cuerpo, no puedo creer que esté a punto de dejar que un extraño haga conmigo lo que desee. Tampoco creo poder negarme. Sus ojos azul cielo me miran con deseo ardiente, sus manos son grandes y fuertes, podría matarme con solo una mano. Es tan alto podría asegurar que mide dos metros, quizás más. Me sonríe dulcemente, esperando mi respuesta a su pregunta silente.Soy tan pequeña a su lado, que debo ponerme en puntillas para alcanzar su boca, aun así, solo llego a su barbilla, él sonríe travieso y baja un poco su rostro para darme acceso a sus labios. Me pierdo en ellos, mi cuerpo pide su tacto, algo que no tarda en llegar. Al estar en pijama es fácil el acceso. Toma
A las doce tal como prometió, aparece como un ángel en la puerta de mi oficina. Descolocándome nuevamente, el solo verle me enciende, algo que nunca me había pasado con nadie. No sé cómo seré capaz de controlarme, para no intentar violarlo. Me sonríe con picardía, casi como si supiera lo que pienso y enseguida me sonrojo.—¿Nos vamos? –pregunta desde la puerta. A lo que yo solo me resigno a intentar sobrevivir esta única hora y luego correr lo más lejos posible de él. Me levanto tomo mis cosas y me dirijo a la puerta donde lo rodeo ya que no se va quitar. Él espera a que pase y luego siento, como su brazo me toma con posesión por la cintura, haciéndome gemir involuntariamente. ¡Dios! Esto va ser duro.Caminamos dos cuadras de mi oficina, él me indica un pequeño local italiano. Me emociono, la comida italiana es mi favorita. Ent
RyanJamás una mujer había reaccionado así. Ella me confunde y descoloca. ¿No se supone que por ser mi mate debería reaccionar a mis besos?, vaya sé que le excito, lo pude oler mucho antes de entrar en su oficina. Un aroma que solo me puso como una puta asta de bandera. Cuando se levantó de la mesa y me dejo solo, deje que mi lobo actuara y la persiguiera, lo que solo me excito mucho más. Ese bese que nos dimos –porque, aunque esté molesta ella respondió a mí –Sus gemidos, ¡santa luna! La necesito en mi cama cuanto antes, sino creo que reventare.Llego a la aldea, confuso, excitado y muy cabreado. Lo primero que me encuentro es a Lauren, que como buena loba logra oler mi excitación; pero su rostro cambia a asco. Sintió el aroma de ella, ¡estúpido! Sale molesta a nuestro cuarto, la sig
BruceEstoy tan eufórico, el verla darle de cachetadas, alegro mi semana, que había comenzado muy mal. Esa chica es tan imponente, tiene un temple que jamás había visto en un humano. Me excita tanto que lo pusiera en su sitio. Pobre lobito, tuvo que irse con el rabo entre las piernas. ¡Ja! todavía me genera tanta gracia.Cuando la logré encontrar, el sólo verla en su compañía, me hizo pensar que la había perdido. Vi todo rojo. Quería matarlo, arrancarle su piel Pulgosa. Luego me calme, no podía dejar que la rabia me encegueciera. Esta vez no, la quiero en mi vida. Más bien la necesito.Desde el sábado que la hallé, paso todas las noches en su cuarto viéndola dormir, escuchándola gemir, por alguien que sé que no soy yo. Pero igual me pone duro. Estoy enfermo, llev&oa
Kenia¿Por qué me deje convencer? Pienso mientras escucho a este estúpido engreído. Desde que llegue al restaurante no habla más que de él y sus negocios. No he podido hablar, solo le importa él y nada más que él. Qué bueno que no le di mi dirección y que decidí venir por mi cuenta así tengo la libertad de irme en cualquier momento.Perdida en mis pensamientos, no me di cuenta cuando cambio de hablar de él, para hablar de nosotros. Sólo sentí su mano tomando la mía.—Estoy deseoso de ver ese cuerpo escultural. ¿Por qué no pedimos la cuenta y nos vamos? –Dijo con soberbia y descaro.—¿Disculpa? –Dije esperando haber escuchado mal.—No te hagas la estúpida, bien sabes que, desde la bo
RyanUna semana, tenía una semana lejos de mi mate, estaba enloqueciendo. Necesitaba verla, olerla, sentir su piel. Sin embargo, luego de los eventos con ella y Lauren, decidí guardar distancias. Necesitaba aclarar qué iba hacer, era claro que Lauren no iba quedarse tranquila. No quería darle razones para atacar a mi mate, menos siendo humana. Podía ser dañada de tantas formas. ¡Santa Luna!Tenía que planificar como traer a mi Luna, sin ponerla en más riesgos del que debía estar. Y lo más importante debía buscar la manera de contentarla, debía enamorarla. No entendía cómo podía ser inmune a mí, a mi química. Después de tantos besos debería estar a mis pies suplicando mi contacto. Así funcionaba con los mates que conozco. ¿Cómo puede ser posible?Yo no podía dormir, sudaba