Hello!!! aquí les dejo un capítulo más! Muaaaak.
MarinaEsto es una mala idea.Mientras me miro en el espejo tratando de decidir si me gusta o no lo que me he puesto, solo puedo pensar en que no hay manera en que esto vaya a salir bien.Es que no entiendo cómo demonios pude dejar que esos dos hombres me convencieran de irme de fiesta con ellos.Para empezar, mis ánimos no están en lo que se dice una actitud fiestera, por Dios ¡mi hermano está secuestrado! y por otro lado está el hecho de que no confío en mi misma para estar en un ambiente de ese tipo con Salvador.Tomando el celular decido que si ya me lanzé de cabeza a esta locura, entonces al menos voy a necesitar refuerzos.Marco el número de Clara y ella me contesta a la segunda timbrada.—Por favor dime que estás bien—es lo primero que mi amiga me dice y me siento un poco culpable, pues últimamente cada vez que la llamo es únicamente para darle malas noticias.No es que hoy sea diferente.O al menos no mucho.—Lo estoy—le digo para tranquilizarla, pero de inmediato agrego—Pero
SalvadorNo sé qué fue lo que pensé al decirle a Marina que viniera.Es que ni siquiera entiendo cómo es posible que esté en una discoteca con Federico, hace más de dos años que no salíamos juntos, por eso pedí refuerzos y le dije a Alex que viniera, pero estaba en medio de una cita con una mujer.Aunque no debería importarme, cada vez que escucho a Federico soltar sus coqueteos ridículos, siento que algo se enciende en mi interior, sin embargo, no puedo culparlo. No del todo al menos, porque lo entiendo.Marina se ve… ella está malditamente hermosa.Es una combinación de bomba sexy y exótica que ha hecho que no pueda alejar mis ojos de ella. “Hace tiempo que no puedes hacerlo” me dice mi mente, pero decido no ir por ahí. Es que no entiendo cómo demonios he pasado de pensar en meterla presa a traerla conmigo de fiesta.Es una maldita locura y aún así… no me arrepiento.No puedo hacerlo cuándo no puedo alejar mis ojos de ella, cuando me mira viéndose como una diosa, pero sonríe de form
MarinaEstoy tan enojada con Salvador y su m4ldita bipolaridad que quiero largarme de aquí, sin embargo no pienso dañar la noche a Clara que está pasándola bien con Federico, por el contrario pienso hacer lo mismo, si él no quiere bailar, entonces que le den.Llego a la pista de baile y me hago un hueco entre el mar de personas y puede que sea por dignidad, rabia o simplemente malicia femenina, pero me ubico de tal forma que quede enfrente del balcón de nuestro reservado y cuando los ojos de Salvador se posan en mi, me encargo de hacer el show de mi vida.Al principio lo único que siento es rabia, pero a medida que me muevo al ritmo de la música y siento sus ojos recorriéndome entera desde arriba, el calor empieza a formarse en mi interior y me debato si esto ha sido una buena idea.Justo cuando estoy considerando salirme de la pista de baila, siento un cuerpo colocarse a mis espaldas y de inmediato me tenso.Mis ojos por inercia van hacia Salvador y noto como tiene la quijada apretada
SalvadorEl camino hasta la mansión es silencioso y cargado de tensión.Nunca antes me había peleado a golpes con otro hombre por una mujer, jamás. Y aquí estoy con los nudillos reventados, la camisa torcida y una mujer a mi lado dándome miradas de reojo.No sé qué es lo que me pasa con Marina, pero ya no puedo negarlo más: Me gusta, me atrae y ver a ese malnacido queriendo propasarse con ella me ha hecho hervir la sangre.Cuando llegamos entramos a la casa aún en silencio y aunque en el instante en que ,me pidió que vinieramos se me pasaron cientos de escenarios por la cabeza, ya no estoy tan seguro de haber entendido bien.Sin embargo, antes de que pueda decir cualquier cosa, veo como ella se acerca a mi y estirando su mano toma la mía y la mira con detenimiento, es la que tengo con los nudillos lastimados.—¿Qué tal si limpiamos un poco esta sangre?La miro.No se si esto es una insinuación, o qué demonios significa, pero lo que sí sé es que no quiero que se aleje.No ahora.Así que
Marina—No quiero alejarme.Las palabras salen solas de mis labios y lo único que sé es que al segundo siguiente escucho un gruñido salir de los labios de Salvador, antes de que sus manos sostengan mi rostro y sus labios se junten con los míos.Y el beso es…. arrollador.Todo en él lo es.Siento como su boca me devora con ansía, con necesidad, como si llevara mucho tiempo esperando que esto pasara y yo… yo le respondo de la misma manera.No sé si ha sido por lo que ha pasado en la discoteca, por la forma en que me defendió o por el alcohol que llevo en la sangre, pero lo cierto es que ahora mismo no me importa las diferencias entre nosotros.Ahora mismo no quiero seguir pensando en todos los problemas que me rodean, en mi pasado, en lo incierto de mi futuro.Ahora solo quiero vivir el presente, quiero aceptar lo que estoy sintiendo y por primera vez simplemente dejarme llevar.Y es que en el momento en que sus labios tocan los míos es como prender una cerilla en medio de una tormenta:
SalvadorLa noche ha sido un caos. Una explosión de emociones, golpes, miradas, palabras no dichas… y luego un beso que todavía siento ardiendo en los labios.Sus gemidos se quedan tatuados en mi memoria, su cuerpo encajando con el mío como si hubiera sido hecho para mí. Cuando nuestros cuerpos se relajan, su cabeza queda recostada sobre mi pecho y por un instante siento que no necesito nada más en el mundo. Solo a ella. Solo a Marina.Sentir el cuerpo de Marina junto al mío, desnudo, luego de todo lo que acabamos de hacer es lo único que necesito para que lentamente el sueño se vaya apoderando de mí y finalmente caiga rendido en los brazos de Morfeo.El sol y el dolor de cabeza es lo que hace que lentamente empiece a despertarme.Por un segundo me siento levemente mareado y desubicado antes de que los recuerdos de todo lo que pasó la noche anterior empiecen a llegar a mi memoria y por instinto abro los ojos y llevo el brazo hacia el lado de la cama.Ese mismo que ahora mismo se encuen
MarinaMe he acostado con Salvador.La realidad de lo que ha pasado, de lo que he hecho es tan grande y tan pesada que siento que me mareo y como si eso no fuera poco, cuándo le he preguntado dónde nos dea esto, él… él me ha sonreído de esa manera que me hace temblar y como si hablara del clima ha respondido:—Nos deja dónde sea que queramos estar.Y eso, eso Dios bendito me tiene con la cabeza hecha un lío, porque no tengo ni idea de dónde quiero estar o tal vez sí lo sé, pero estoy aterrada de hacerlo, en especial cuándo sé que le guardo secretos.Y es justo por eso que ahora estoy con el celular en la mano, caminando de un lado a otro de mi habitación, mientras intento ponerme en contacto con Federico.Necesito decirle lo que está sucediendo a Salvador.Cuándo finalmente me contesta, me doy cuenta que si voz se escucha… agitada del otro lado de la línea.—Marina, aunque siempre es un gusto hablar contigo, hoy realmente me has tomado en un mal momento.Detrás de él escucho lo que inc
Marina Esto no es una cita, ¿cierto? Eso es lo que me repito una y otra vez mientras estoy de pie frente al armario, mirando fijamente el caos de ropa que he sacado como si eso fuera a darme respuestas. Es solo una cena, Marina. Solo una cena con el hombre que te besa como si el mundo se fuera a acabar, te mira como si fueras un tesoro perdido y… que ya te ha visto desnuda. —¡Basta! —me regaño a mi misma frente al espejo mientras me pruebo un vestido rojo que creí que me haría sentir empoderada y solo ha conseguido que me sienta como un pimiento relleno. Después de probarme otros cuatro vestidos, todos demasiado ajustados, demasiado sueltos, demasiado “no como Renata”, me dejo caer sobre la cama con un gemido ahogado. Es ridículo sentirme así. Salvador ya me vio como Dios me trajo al mundo y no salió corriendo. De hecho, si mal no recuerdo, parecía bastante feliz de haberme visto de esa forma. Mis mejillas se encienden al recordar sus manos, sus labios, su voz ronca llamándome