Ayyyy que me como a besos a Salvador!!! Gracias por leer!
Marina Después de mi momento sentimental la cena continúa bastante animada. Salvador me dice que su abuelo ha intentado ir a la empresa varias veces, pero que él se ha negado a verlo luego de lo sucedido. Al parecer las relaciones se han roto totalmente, pero para mi sorpresa él no parece deprimido por eso. No como lo estuvo en esa semana, se ve…. Liberado. Como si el hecho de saber quiénes son sus verdaderos enemigos le diera una nueva perspectiva. Eso me hace sentir horrible. Porque yo sé que tiene más gente que quiere lastimarlo y no le estoy diciendo nada. “Mañana lo haré” me digo internamente, con Federico o sin él, mañana voy a decirle toda la verdad a Salvador porque no es justo tenerlo en la oscuridad. Mucho menos ahora que, esto, sea lo que sea entre nosotros, está sucediendo. No se siente bien. Cuando terminamos de cenar, veo que Salvador se levanta y le dice algo al mesero que lo mira entre extraño y aturdido, pero finalmente asiente con la cabeza y se retira sin de
SalvadorLas cosas finalmente parecen que están empezando a enderezarse, hoy iré a la comisaría a ver el interrogatorio que le harán finalmente a Renata, pues su abogado estuvo retrasando las cosas, pero ya no tienen como más esconderse.Cuando llego a la primera planta de la mansión el olor a café es lo primero que siento y eso me hace sonreír porque significa que Marina está en la cocina, sin dudarlo camino directo hacía allí y cuando llego mi sonrisa se hace más grande al verla moverse de un lado a otro preparando el desayuno.Está tan concentrada que ni siquiera se ha percatado de mi presencia, por lo que aprovechando que en el lugar solo está ella, camino hasta llegar a su espalda y la rodeo de la cintura susurrando en su oído:—Buenos días, bonita…Ella da un respingo y deja salir un grito ahogado antes de girarse y eso no la ayuda en nada porque ahora estamos cara a cara y tan cerca que solo tengo que inclinarme hacia abajo para besarla.—Me has asustado—me dice en un susurro, i
SalvadorLa rabia que siento al escuchar al detective, no es nada en comparación con la que se dispara en todo mi cuerpo al ver la sonrisa burlona de Renata a través del vidrio de interrogación, es como si ella supiera que estoy ahí, viéndola.A mi lado puedo sentir el cuerpo tenso de Alex, él no está de acuerdo con que la vea o la escuche, pues piensa que simplemente va a tratar de manipularme o retrasar las cosas, sin embargo, ya yo no puedo ser manipulado por ella.Cualquier sentimiento de amor que haya estado en mi pecho en lo referente a esta mujer a muerto por completo.No solo por el hecho de que me traicionó, sino porque me ha usado. Durante años me vio la cara de imbécil mientras seguramente se burlaba de mí con su hermano y planeaban destruirme.No puedo creer que haya caído en eso, que nunca haya sospechado.—Tengo que hacerlo—le digo a Alex y lo miro, dándome cuenta que no le ha gustado mi respuesta—Alex, necesitamos el testimonio, necesito saber que va a podrirse en la cár
MarinaEl tiempo con una tortuosa lentitud dentro de la mansión y con cada minuto que corre yo siento que mis nervios se hacen más grandes.Y todo se debe a que ya lo he decidido, voy a contarle todo a Salvador, no importa si Federico aún no tiene la ubicación o el registro de la persona detrás de las llamadas y mensajes, yo simplemente no puedo seguir viéndolo a la cara sin decirle todo lo que está pasando.No tengo ni idea de qué es esto que ha empezado a formarse entre Salvador y yo, pero debo admitir que cada día me siento más atraída hacia el hombre que estoy conociendo y no me refiero solo a una atracción física.Hay… Hay sentimientos de por medio, sentimientos que ni siquiera entiendo en qué momento empezaron a formarse, pero que ya no puedo ocultar o negar.Y es justo por eso que llevo todo el día dando vueltas de un lugar a otro de la mansión, buscando la manera de ocuparme en algo para no ponerme a pensar demasiado en esto.Cuando le dije a Federico lo que iba a hacer, este s
MarinaNunca pensé que el dolor pudiera llegar a sentirse de esta forma, no hablo de un dolor físico, sino de ese que llevamos dentro.Que empieza como si fuese una sensación de ahogo, y luego se vuelve un peso muerto de nosotros hasta que finalmente se dispara por todo el interior como cientos de agujas enterradas en la piel.Así es como me siento justo ahora, mientras camino por las desoladas calles de la ciudad. No tengo mi celular, o mi cartera, o dinero. No tengo nada.Trago el nudo de emociones que se forma en mi garganta y sintiendo el ardor inundar mi mirada camino por la carretera esperando que algún taxi aparezca, aunque no sé ni siquiera a dónde iré o cómo demonios voy a pagarlo, pero no puedo quedarme aquí.La culpa se estira y se esparce por mi interior como un virus y la imagen de Salvador, con los ojos rojos, la mirada llena de odio y decepción está grabada a fuego en mi mente.Sin embargo, detrás del dolor también siento rabia.Rabia con Federico por no haber dejado que
SalvadorUna semana, ha pasado ya una semana desde que todo parece haberse derrumbado a mi alrededor justo cuándo creí que las cosas empezaban a mejorar.Pero es que no puedi creer lo estúpido y ciego que fuí, no me dejé embaucar por una, sino por dos mujeres y lo peor de todo es que de una ya tenía pruebas de que era una ratera. Lo sabía y aún así preferí creerle.Pero, a pesar de la rabia, a pesar del dolor, una parte de mi sigue sin poderlo creer, sigue diciéndome que debí dejar que ella me explicara, pero ¿Qué iba a decirme?Nunca negó que la conversación fuera real, solo dijo que podía explicarlo, cómo demonios explicas el hecho de que estaba enviando información mía? Que entró a mi estudio y consiguió documentos privados, es… es una…El sonido de mi celular, que no ha dejado de sonar en toda la semana, hace que salga de mis pensamientos, veo nuevamente el número de Federico y decido ignorarlo, no me extraña que llame a defender a Marina, siempre creí que había algo entre ellos.N
MarinaUnas horas antesDespués de casi una semana de estar compadeciendome en la casa de Clara, decidí volver a mi antiguo apartamento y debo admitir que la primera sensación que tuve fue de soledad.Me sentí inmensamente sola, en especial al ver las fotos de Daniel que tengo puestas en el buró.Luego de esa última carta no volvieron a contactarme, no me han dicho absolutamente nada y vivo con el miedo constante de que puedan hacerle daño. He pensado en ir a la policía, pero si me están espiando, entonces lo sabrán y si aún no han matado a Dani, entonces lo condenaría.No sé qué hacer.Siento que estoy atrapada en un bucle dónde la tortura y el miedo se repiten una y otra, y otra vez, y eso sin hablar de todo lo sucedido con Salvador. Él no me ha contactado, no ha querido hablar conmigo y eso que Federico seguramente ya le contó todo, lo que significa que aún asi sigue sin poder perdonarme y me molesta.Lo hace porque yo pude haberlo entregado, pude haberlo hecho para salvar a mi herm
SalvadorSe siente como una maldit4 pesadilla.Es como si llevara no un día ni dos, sino toda la semana sumergido en este maldito inferno del que no puedo despertar.Tengo el cuerpo agarrotado de lo tenso que me encuentro y siento que el corazón me está latiendo con tanta fuerza que incluso el pecho me duele, pero no me muevo, no digo nada mientras Alex maneja a toda velocidad siguiendo el auto de Federico para dirigirnos hacia el edificio en el que vive Marina.Necesito saber qué demonios ha pasado, ya he llamado al detective encargado del caso para que se reúna conmigo ahí, pero con todo eso una parte de mi no quiere llegar, no quiere ver lo que hicieron, porque esa parte está aterrada de lo que pueda encontrar.La culpa, la rabia, el remordimiento, todo se está entretejiendo dentro de mí y sé que ahora mismo soy una bomba a punto de estallar.Finalmente el auto empieza a aminorar la velocidad y no tengo ni que preguntar cuál es el edificio porque puedo deducirlo por las patrullas de