Durante la tarde, Trevor se reunió con varios de sus abogados para evaluar la importante negociación que estaban llevando a cabo para uno de sus clientes más populares.Se trataba de la adquisición millonaria de una compañía de ciberseguridad que una de las empresas tecnológicas que representaban estaba a punto de realizar con miras a reforzar la seguridad de los equipos que ofrecían, y así protegerlos del uso indiscriminado de la IA.Él estaba interesado en que aquella transacción se realizara bajo las condiciones más factibles, ya que la noticia resonaba con gran fuerza en los medios de comunicación despertando el interés de muchos.La firma no dejaba de recibir invitaciones a programas de televisión, de radio y de streaming para entrevistarlos por aquel suceso, que podría marcar un hito en el desarrollo de software y hardware en el futuro.Toda esa publicidad gratuita extendía la imagen de la firma no solo en el país, sino también, a nivel internacional. Algo que lo beneficiaba muc
Al llegar la noche, Trevor no podía con su vida. El cansancio y las preocupaciones lo abrumaban y lo tenían actuando en modo automático.Llegó a la casa cargado con trabajo pendiente, no había podido adelantar mucho en la oficina porque siempre tenía que dejar lo que hacía para atender a alguien o reunirse con sus abogados.La firma se había convertido en un hervidero de actividad y mientras más logros alcanzaban, el trabajo se triplicaba. Todd ya le había lanzado la posibilidad de considerar contratar a más abogados, una idea que comenzaba a considerar.Al entrar en la mansión pasó directamente a su despacho y pidió a Frederick que le llevara algún refrigerio. Al no almorzar, estaba muerto de hambre.Se quitó la chaqueta del traje y la corbata arremangándose las mangas de la camisa hasta los codos y enseguida se puso a trabajar.A los pocos minutos tocaron a su puerta.—Adelante.Siguió hundido en la revisión del documento que tenía entre las manos mientras alguien pasaba a la habita
Al día siguiente, cerca del mediodía, Trevor se reunió con Natalia Fitzpatrick en el restaurante de Joey. Su amigo había arreglado la reunión porque él continuaba en contacto con la mujer. En ocasiones ella asistía a su restaurante y conversaban por horas.—Hola, Natalia —saludó Trevor al llegar a la barra, donde ella tomaba un Martini.Era una rubia pequeña y de personalidad tímida, que siempre llevaba puestos unos anteojos de pasta negra con forma de ojos de gato.—Hola, Trevor. Un gusto verte de nuevo —dijo con una sonrisa antes de que él le diera un beso en la mejilla y se ubicara a su lado.—¿Tequila o whiskey? —bromeó Joey mientras estrechaba su mano.—Un whiskey, pero solo un vaso, no me traigas una botella entera.Su amigo se carcajeó divertido al tiempo que buscaba su pedido. Natalia los observó con los ojos muy abiertos.—Es una tonta broma que tenemos él y yo, no te asustes. No voy a emborracharme —explicó, al notar el rostro inquieto de la mujer.—Desde hace como siete año
El finalizar la jornada laboral, Trevor salió de la oficina dejando a Todd ocupándose de los últimos asuntos del día. Quería llegar temprano a casa para cenar con Brianna y hablar con ella sobre la situación de Connor.Al salir del ascensor y dirigirse a su vehículo se encontró con Rodríguez, un joven latino que unos meses atrás había comenzado a trabajar en el estacionamiento del edificio como personal de limpieza.—Señor Harmon, ¿cómo pasó su día? Dejé su auto tan brillante como un diamante —saludó el chico al verlo aparecer.—¿Le pasaste dos capas de cera como te dije?—Sí señor, por todos lados. Puede peinarse viéndose en la carrocería, quedó como un espejo.Trevor le agradeció con una sonrisa y caminaron juntos hacia el auto para evaluar el trabajo. Aunque él solía llevar a su vehículo cada cierto tiempo a un lavadero de autos, en ocasiones colaboraba con el hombre dejando que le diera una pulida.Rodríguez mantenía a su esposa y a sus tres hijos con un solo sueldo, que no le cub
Trevor llegó a la mansión como un toro embravecido. Brianna, al recibirlo, quedó impactada por el visible golpe que tenía en el rostro y por su actitud iracunda.—¿Qué sucedió?—Me atacaron en el estacionamiento del edificio.Ella se asustó por la noticia y lo acompañó al despacho. Virginia casi se infarta al verlo, pero Trevor la tranquilizó indicándole que tan solo era un golpe en la ceja y que no se le ocurriera decirle nada a su abuelo.—Sabes que el señor Albert tiene medios para enterarse de todo —le recordó Brianna al estar solos en el despacho.Virginia había ido a la cocina a buscarle unas compresas frías que, según ella, eran muy buenas para eliminar inflamaciones.—Hablaré con él mañana, ahora no puedo conservar la calma para explicarle lo ocurrido y evitar que se angustie.—Mi amor, tienes que calmarte igual. —Aquel «mi amor» estremeció a Trevor y lo paralizó al estar junto a su escritorio. Brianna no notó su reacción por culpa de la angustia—. Debemos ir al médico —asegur
Aquellos días se convirtieron en una locura para Trevor. Desvincularse de LeviRobotics no le estaba resultando nada sencillo, porque su dueño no deseaba soltarlo.Luego de varias difíciles reuniones, donde además tuvo que enfrentarse cara a cara con el rencoroso de Seth Levi, así como con sus tíos, que lo defendían frente a cualquier acusación, parecía que comenzaba a lograr su objetivo.Todd estuvo también tan asfixiado esos días que empezó a apoyar a su amigo en aquel duro proceso. Pronto entendió que era preferible quitarse a un cliente de mal carácter de encima que mantenerlo solo porque facturaba de forma generosa cada mes.Los problemas comenzaban a ser superiores a los beneficios, así que él, y el resto de los socios minoritarios de la firma, se hicieron uno alrededor de su presidente para enfrentar aquella embarazosa situación.Hasta Albert se puso de acuerdo con la estrategia y estuvo asesorándolo desde casa y moviendo sus contactos para que iniciara el proceso de cierre de e
Lynette le confesó todo a Brianna. No pudo alargar más aquel secreto. Su plan había sido contárselo antes de marcharse a Texas, porque sabía que la vergüenza no la dejaría en paz, pero le resultó inevitable.Lo poco que Brianna había escuchado la hizo darse cuenta de las mentiras de su amiga y no estaba dispuesta a dejarla marcharse de la mansión hasta que no le soltara todo.Ambas lloraron con desconsuelo mientras hablaban. De parte de Lynette, por el arrepentimiento y la pena, mientras que su amiga lo hacía por la amargura que la invadía.No podía creerse lo ciega que había sido por años.Ella tenía conocimiento del poderoso interés de Lynette por las parejas de sus allegadas. Varias veces fue testigo en la universidad de los líos en los que se metía su amiga por salir con hombres que ya estaban comprometidos.La adrenalina por lo prohibido era su favorita.Pero nunca pensó que lo haría también con ella. Habían logrado tal afinidad, que se sostenía de la idea de que con ella fuese d
Brianna se había pasado todo ese día pensando en sus conflictos. Analizaba las maneras en que podía enfrentarlos de ahora en adelante sin depender tanto de otros.No solo volvió a discutir esa tarde con Lynette, echándola de casa, sino con su madre, por haberle ocultado por tanto tiempo lo sucedido con su amiga, y con Trevor, quien solo buscaba mediar en aquel conflicto.No podía permitir que todos siguieran tratándola con condescendencia, como si ella no fuese capaz de enfrentar sus propios problemas. Quería tener el control, porque si una vez más quedaba sola, no deseaba hacerlo sin tener las herramientas necesarias para subsistir, lamentándose siempre por sus pérdidas.Se sentía traicionada y burlada, no podía evitarlo. Estaba tan llena de emociones negativas que su hijo podía presentir su estado y ese día estuvo lloroso, quejándose de cualquier cosa.Virginia lo había sacado a pasear en la tarde a un parque cercano para distraerlo y alejarlo un poco de las discusiones, haciéndola