Capítulo 55. Atendiendo sus heridas.

Al llegar a la mansión, Frederick lo ayudó a bajar del auto y se encargó de estacionarlo dentro del garaje.

Trevor fue directo a su habitación, pero Brianna lo encontró en el pasillo.

—¡¿Qué sucedió?! —preguntó aterrada y corrió hacia él.

—Nada. Estoy bien.

—No lo estás —aseguró, llena de preocupación, y lo ayudó a caminar pasando uno de los brazos del hombre por sobre sus hombros.

Él andaba sosteniéndose el costado, se quejaba con cada paso que daba.

—¿Volvieron a atacarte los Levi?

—No.

Al entrar a la habitación, ella comenzó a inquietarse por no saber cómo acostarlo en la cama. Trevor era muy pesado.

Por suerte, Frederick se hizo presente y se encargó de hacerlo.

Cuando Brianna le quitaba con cuidado los zapatos entró Virginia.

—¡Jesús, María y José! ¡¿Qué sucedió ahora?!

La mujer se angustió por el rostro ensangrentado del hombre, enseguida corrió al baño en busca de toallas limpias.

—Iré por el maletín de emergencias —expuso Virginia.

—No le digas nada a mi abuelo —pidió Trevor e
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