Mason—Vamos a fingir que te creo —comencé diciendo— solo para que comas conmigo.—Puedo… comer —concluyó.Nos sentamos uno frente al otro y comenzamos a comer, no sabía si sacar a colación a su madre y el supuesto novio, pero preferí tener una comida tranquila.—¿Estabas trabajando? —dije para romper el hielo.—Como siempre —respondió con una sonrisa— nunca había subido a estos pisos.—¿Por qué no? —indagué.—Soy una omega —dijo de forma calmada— solo los deltas y betas suben a estos pisos, nosotras estamos en el inferior, lavando ropa, limpiando baños y ese tipo de cosas.—Si hubiera sabido que tenía que buscarte abajo lo hubiera hecho, solo estoy en el segundo piso o esté, del resto me la paso afuera cumpliendo con los deberes que le toca al futuro alfa —comenté con arrepentimiento.Comimos en un cómodo silencio y me gustaba que no se detuviera a pensar si comía mucho o poco, sólo comía y ya está.—Todos… hablan —se mordió los labios sin saber tal vez como continuar.Puso la servil
AdaraEstuve con dos hombres lobos diferentes en menos de 24 horas y es como poco increíble. Se siente tan bien y al mismo tiempo tan mal, mis padres no me criaron de esa manera; debería sentir vergüenza, sin embargo, no son cualquier lobos, son mis mates.Sé que Mason vio las marcas que Alaric me hizo en nuestro encuentro apasionado de anoche, tal vez por eso me dejó marcas, fui al baño y sí, todo mi cuerpo estaba marcado, menos mal que eran lugares no tan visibles. Aunque la mordida en el cuello no se con que taparla.—No te vayas —me pide Mason cuando me ve revisando las marcas que me dejó en el espejo de su baño privado.Solo el cuarto de Mason es como mi casa completa, espaciosa y muy bonita se nota que es el cuarto de un lobo soltero, ya ni hablemos de la magnitud de su baño.—Debo irme —le dije viendo la hora en mi reloj —me quedé en ver con Alaric a la salida de mi turno y eso es en quince minutos.Sentía que no tenía porque mentirle, después de todo, ambos son mis mates.¡Oh
11. AlaricSolo pude abrazarla, tratar de solucionar las cosas para ella, se lo merece.—No quiero que te pongas así, mi beta puede suplirme en algunas cosas, solo unos carroñeros vampiros jodiendo por las fronteras, pero son cosas normales —traté de calmarla lo mejor que pude.Siguió llorando por mucho tiempo angustiada por tener que elegir.¡Ese maldito de Mason!—Debo elegir, Alaric —dijo entre hipidos— la manada no aceptará que esté unos meses en un garra plateada y otros meses en otra manada.—Buscaremos una solución —dije despacio.Si era de elegir, me encantaría que me eligiera, pero podía sentir que eso le dolía mucho.Pocos minutos después llegó Mason con cara de angustia, me quitó de las manos a Adara y la abrazó él ahora. Habían tenido relaciones, sus sentidos estaban más sincronizados que antes.No me molestaba ese hecho, por algún motivo no me espantaba que tuviera que compartirla, tal vez ese hecho se deba a que Mason es mi mejor amigos por más que yo le llevara
12. Narrador OmnipresenteAdara sentía el cuerpo pesado, sin embargo, se sentía cómoda donde estaba acostada, se acomodó tirando la mano a un lado y sintió un abundante pelaje y calientito, se arrimó más al calor sintiéndose protegida y cálida. Estiró más las piernas y allí había más calor, se sentía en un nido de calor indescriptible, tenía miedo de abrir los ojos y despertar sola en su fría cama.—Pequeña, abre los ojos —escuchó la voz de uno de sus mates.Aun para ella era increíble que tuviera dos mates, dos alfas, dos hombres lobos obstinados que la querían.¿A cuál debe elegir?«Despierta, estamos seguras» le dijo su loba Aroa.La loba de Adara estaba más que contenta al notar a sus mates cuidándolas y quería que Adara los viera.«No quiero ver la cruda realidad» respondió Adara temerosa.«Te sorprenderás» le contesta la loba, siempre sabia con los consejos que le daba.Adara se decidió, gracias a su loba a abrir los ojos y ahora no solo notar sino también ver dos lobos
13- AdaraCreo que las cosas marchaban bien entre mis mates y yo y lo sentí cuando los besé a ambos sin reticencias de su parte y eso me hacía muy feliz.—No sabía que las lobas también podían ser zorras —escuché una voz de entre los árboles y me detuve de golpe.Mis ojos azules se activaron y el pelo de mi loba se levantó.«A mí tampoco me gusta esto» me dijo Aroa.Mis posibilidades eran pocas ahora que escuchaba varios latidos y sentía mi vida peligrar.—¿Quién está allí? —pregunté.Activé mi visión para tener un enfoque más claro de todo el bosque, convencí a los chicos que estaría bien, ahora puedo creer que los necesite.«Somos fuertes, no los necesitas» me dijo Aroa en contestación a mis pensamientos turbios.«Mejor vámonos a casa, tarde mucho en salir de la casa grande» le propuse a Aroa.Mi madre no me tenía permitido cambiar delante de otro lobos desde hace unos años. Cuando llegó Aroa tenía dieciocho años y ella fue mi regalo, mi madre siempre decía que era mejor hacerlo en
14 AdaraSería una tonta decirle que no a la Luna de la manada, además también tengo la misma curiosidad que ella de saber porque la Diosa Selene me concedió tal regalo o maldición, aun no sé cómo verlo.—Sí, Luna le doy el permiso que necesite para descubrir porque nos sucede esto —le concedí haciendo una reverencia.Aun me parecía increíble que la Luna viniera en persona a pedirme permiso, ella tiene permiso para hacer lo que sea.—Gracias, Adara eres una buena muchacha. Ya encontraremos la manera de que puedas estar con tus compañeros destinados sin que nadie sufra —sus palabras parecían muy sinceras y eso me puso sensible.Quise llorar y parpadeé para controlarme en frente de mi Luna.—Gracias, Luna Eva —le contesté con otra reverencia.—Déjate ya de reverencias, puedes llamarme Eva cuando estemos a solas para quitarnos este protocolo que me persigue desde que me convertí en Luna —se ríe de su propio chiste y yo con ella. —De todas maneras, gracias por querer ayudarnos —repetí mi
15. Adara—¿Qué? ¿Por qué? —cuestioné lo que me habían dicho. Tal vez no había oído bien.Todos me veían raro ahora, podía sentir todas las miradas encima de mí, como si hubiera hecho algo malo o como si no mereciera servir a la realeza, ellos veían a los alfas como los máximos regentes de nuestra manada y así era, pero no por eso nosotros éramos menos o más. Son el resto de la manda ellos no serian quienes son.—Niña, deja de preguntar necedades, cumplo órdenes y tú también —me deja claro— ahora, vamos ¡Manos a la obra!—Claro que sí, Beta —bajé la mirada al suelo como demanda mi rango.Enseguida me puse a ello, cociné lo necesario para ellos pensando en todo lo que había aprendido de mi madre y el chef e hice mi propia receta a mi manera esperando que les gustaran mis recetas.La dieta de los lobos y sobre todo de los alfas estaba basada en la carne, así que hice mi mejor esfuerzo para que les gustara.—Apúrate, Adara los señores no tienen todo el día —me suelta Lissette ent
16 Alaric—Alfa, tenemos un problema —llega mi beta en la sala donde estoy con Eva, la madre de Mason— podemos hablar en privado.—Bueno, caballeros, yo los dejo —dijo la Luna levantándose de su lugar.—Gracias, Eva —en cuanto la dulce loba atravesó el lugar y se perdió por uno de sus muchos pasillos me giré para ver a mi segundo al mando— ¿Qué sucede? —mi corazón se acelera al pensar en que algo le puso pasar a mí compañera verdadera.—Recibimos una misiva de nuestra manada, están preocupados —Jason Benson, mi Beta me responde.—Cuéntame todo —lo invité a sentarse frente a mí.—Varios lobos patrullando captaron el olor de sola lupi —me dijo el nombre que usábamos a los lobos solitarios.Eran lobos que decidían dejar sus manadas o ser desterrados, se vuelven más huraños e irracionales así que había una sola cosa que quisieran en mi manada y no los iba a dejar que jodieran a mi gente.Debía irme.***No puedo creer que tuve que dejar a mi compañera sola… y con el idiota de Mason nada m