La primera vez que supe que lo mío era ser chef, fue cuando probé por primera vez la comida de la cadena de restaurantes Mill’s Cook; En ese momento su abuela era la encargada de aquel lugar y tuve la oportunidad de conocerla y enamorarme de la cocina.
Como la comida, además de satisfacer una de nuestras necesidades básicas, también nos conectaba con los que nos rodeaba y podía crear maravillosos momentos.
Fue en ese momento cuando decidí que lo mío era estudiar gastronomía, y con los conocimientos que me había enseñado mi abuela, mi padre, que era el mejor cocinero que jamás había conocido, me encaminé por aquel camino hasta llegar hasta hoy.
Donde entregaría mi trabajo final para graduarme tenía que hacer un plato que fuera exquisito para el quisquilloso paladar de mis maestros, así que me había decantado por hacer un Cupcake The Golden Phoenix, un postre que valía muchísimo dinero, era un postre que normalmente se servía en Dubái.
—¡Guau! —Exclama mi mejor amiga Faby mirando mi plato—. ¡Se ve realmente hermoso y delicioso! Ya entiendo por qué los millonarios gastan tanto dinero en eso, mejor vuelvo a mi lugar antes de que le meta la mano.
Le respondí con una sonrisa.
—Bueno, se acabó del tiempo para preparar el platillo, ahora van a darle de probar su preparación a los profesores —Nos avisa la decana de la carrera—. ¿Entendido?
—Si señora.
—Acompáñenme junto con su platillo.
Asentí con la cabeza tomando mi platillo con sumo cuidado siguiendo a la decana y a los demás por los espaciosos pasillos de la universidad.
—Por cierto… ¿sigues con el sueño de ir a trabajar junto con Aleksander Mills? —susurra Faby para que solamente yo la escuche.
—Claro que sí.
—Sabes que eso es una locura, eres la mejor chef que he conocido, tus comidas son realmente deliciosas, pero tienes que ser realista, allí entran los… mejores.
—Yo estoy segura de mis habilidades —Me limito a responder.
—De igual manera, sabes que siempre tendrás las puertas abiertas para trabajar en el restaurante de mi familia, nos encantaría tenerte en nuestro restaurante.
—Gracias Faby, lo tendré en cuenta.
Ella me muestra su hermosa sonrisa.
Cuando llegamos al auditorio, colocamos nuestros platillos sobre una repisa de color blanco y nosotros frente a él; nuestros profesores empezaron a pasar plato por plato calificándolo.
—Señorita Collins.
—Buenos días, profesor.
—Nombre del plato.
—Colour Money.
—De que se trata el plato.
—Es un Cupcake The Golden Phoenix, su precio neto es de 28.000,00 dólares, para su elaboración se utilizaron ingredientes de primerísima calidad como vainilla de Uganda, chocolate de Italia, fresas orgánicas, manteca producida en el Reino Unido, papel de oro comestible de 23 quilates y cubierta de oro de 24 quilates.
—Perfecto —Uno de mis profesores toma una porción con la cuchara y se la lleva a la boca.
—Esta delicioso Collins.
—Gracias señor.
—Me gusta mucho el emplatado —Habla la decana—. Siento que mi dinero valió la pena al verlo, es delicioso, se ve costoso y lindo. Buen trabajo señorita.
—Gracias.
Ella me muestra una pequeña sonrisa para después continuar.
—Felicidades a todos por sus platillos, ahora van a pasar a por su diploma en cuanto sean llamados, sus padres y acudientes se encuentran ya en las sillas. Enhorabuena para todos. —Nos felicita la decana.
Y así es como minutos después en mis manos reposaba en papel que reflejaba todo mi esfuerzo, no pude evitar sentirme orgullosa de mí misma, pero, no me iba a sentir completamente orgullosa de mí si no trabajaba de la mano de Aleksander.
—Muchas felicidades, cariño —Mi papá me abraza de forma efusiva, mientras que mi madre se toma el tiempo de tomar fotos.
—Estoy lista para mostrarle fotos a todas mis amigas sobre que mi hijita es chef.
Mi padre se encontraba rojo, aguantando las ganas de llorar, a diferencia de mi madre quien se veía hermosa con su vestido, su cabello rubio igual que el mío hacían resaltar el verde esmeralda de su vestido.
—Ahora debes tener cuidado cariño, nuestra pequeña te va a quitar el trabajo.
—¡Eso si que no! —Me rio—. Nadie cocina como lo hace mi papá.
—Gracias, pequeña por aclararlo, ya tenía miedo de perder mi trabajo.
—Buenas noches, alumnos, padre y acudientes a esta noche tan especial para todos, como siempre hacemos año tras año, decidimos regalarle algo a nuestro estudiante con mejores notas y el plato más delicioso, esa fue —La decana hace un silencio momentáneo—: Hemy Collins.
Mi madre me sacude de lado a lado emocionada, mientras yo estaba en shock total.
Yo no tenía tiempo de ir a vacacionas.
—El premio es —La decana abre un sobre—: Un crucero por el caribe, 9 días, 8 noches.
Todo el mundo empezó a celebrar y felicitarme, mientras yo mentalmente me lamentaba por aquello.
Al salir del lugar dando por finalizado la ceremonia, mis padres me invitan a comer a mi restaurante favorito Mill’s Cook, en el camino, en el taxi veo las noticias de farándula.
«Se ha visto a Aleksander Mills en Miami con su novia, la actriz americana de 29 años, en su restaurante Mill’s Cook de Fort Lauderdale Fort».
¡Este debía de ser el destino!
Al ver a la novia de Aleksander me sorprendí por su belleza, cualquier hombre estaría encantado de verla con su hermoso cabello negro, sus ojos azules y sus labios altamente besables.
No iba a desaprovechar esa oportunidad de pedirle trabajo a Aleksander y con suerte él aceptaría y me convertiría en su Sub-Chef, como lo había soñado por muchos años.
Cuando llegamos al lugar, nos ubicaron en las mesas que mis padres previamente habían reservado, nos sentamos en las sillas y segundos después nos ofrecieron el menú y el platillo del día.
Mientras miraba el menú, mire a mi alrededor para ver si mis ojos lograban captar a aquel hombre, encontrándome que estaba a escasos pasos de él.
Se veía realmente.
Su mandíbula marcada, su barba, sus labios un poco gruesos, cejas que toda mujer envidiaría que hacían que sus ojos grises resaltaran.
Vestía elegante como siempre, y frente a él estaba Natasha, su actual novia.
Debía de admitir que estaba celosa de ella, de que anduviera con Aleksander, un hombre realmente increíble, inteligente, carismático y muy sexi.
Antes de parecer una loca que los mira fijamente, vuelvo la vista al menú y finalmente pido un platillo.
—Quería invitarte a un crucero, sé que no hemos tenido de estar juntos, pero de verdad que quiero tener tiempo contigo, como pareja.
—Lo se baby, pero sabes que ando hablando con Victoria Secret y con Maeve Daniells para que me una a sus modelos oficiales de su marca.
—Sabes que yo te apoyo, pero por favor acompañame al crucero.
—¿Por dónde?
—Por el caribe.
—Estaré viendo que hago.
¿Podría ser que Aleksander y yo nos fuésemos a subir al mismo crucero?
¿Este sería el destino mandándome una señal?
Cuando terminamos de comer, mis padres se van primero que yo en un taxi mientras que yo me quede afuera esperando a Aleksander, espere y espere.
Hasta que finalmente lo vi salir, vi lo temible que podía resultar su cuerpo de gimnasio mezclado con sus 1.98 metros.
—Buenas noches, señor Mills.
—No doy entrevistas.
—No, señor… Yo estoy recién graduada de la universidad de gastronomía con las mejores notas.
Él me mira fijamente de arriba abajo, y se cruza de brazos.
—Ajá.
—Estudie esta carrera porque mi sueño siempre ha sido trabajar junto a usted y aprender de usted y de su equipo de trabajo.
—Ya veo… —Él suelta una leve risotada, que apresar de que es burlesca para mí es como música para mis oídos—. Si estás recién graduada significa que no tienes experiencia.
M****a.
—Es correcto señor.
—¿Crees que por tener un sueño estás a la altura de todo mi equipo? ¿Estás de broma?
Me sonrojo.
—No es suficiente con soñar, señorita…
—Collins, si de verdad quisiera tanto ser de mi equipo como dice, en vez de estarme rogando por ello, más bien debería nutrir sus conocimientos para tan siquiera llegarle a los talones a mi equipo de Francia. Tal vez sus padres la acostumbraron a lograr las cosas fácilmente señorita Collins, pero bienvenida a la vida real.
«No llores, Hemy»
No llores…
Pero lo que me decía, era como navajas a mi corazón, había soñado con hablar con él…
Las lágrimas caían por mis mejillas de forma apresurada, las palabras de Aleksander habían sido como si me hubieran clavados miles de cuchillos.Mi orgullo estaba herido, y me dolía muchísimo el que parecía no ser merecedora de nada, aunque de cierto modo decía la verdad… Tenía que esforzarme para alcanzar el nivel de los otros chefs que están de la mano con Aleksander.Muchos de ellos estudiaron en grandes universidades y estudiaron la gastronomía de muchos continentes, así como lo había dicho Aleksander y lo que hacía que me doliese debía de admitir que él tenía toda la razón.En ese momento mi celular vibra avisándome de un mensaje de email.De: Miami Culinary InstitutePara: Hemy CollingAsunto: Cordial saludo.Le adjuntamos en este correo sus tiquetes para el crucero al cual fue ganadora el día de hoy, quedamos atentos a cualquier problema.Directiva de Miami Culinary Institute.¡Eso es!«Esta debía ser una clase de mensaje del destino para que no me rindiese!»Me levanto de la c
Le doy un trago al Martini intentando armarme de valor y finalmente caminar hacia él. Cuando estoy a su lado, él ni siquiera nota mi presencia hasta que me siento en la silla.—Ah, eres tú —Le da un trago a su bebida—. ¿No me digas que estas locas y me seguiste? ¿Tengo que poner una orden de restricción para que fin me dejes en paz?—No, claro que no te seguí, ni siquiera sabía que ibas a venir aquí… —Me aclaro la garganta dándole un gran trago a mi bebida—. Me gané este viaje por ser la mejor de la clase y preparar el mejor plato de final de la carrera.—Ya veo, señorita sabelotodo, pero ni con eso es suficiente. Yo me gradué como a tu edad… ¿Tienes 23 años?Asiento.—En vez de buscar todo regalado me esforcé muchísimo para estudiar la gastronomía caribeña y alemana… ¿Y tú? Crees que por tener un puto sueño…, ¿se va a hacer realidad por qué sí? Tus padres no debieron de consentirte tanto.—¿Por qué carajos hablas como si me conocieras? No sé cómo carajos, pensé en que podría aprender
Aquella noche, casi que no puede conciliar el sueño.Mi mente estaba llena de ideas locas, tanto que estaba a punto de volverme loca… no podía dejar de pensar en lo mucho que en su momento estaba enamorada de Aleksander.Y el ahora… el haberlo besado, haber compartido aquel momento tan íntimo me ponía nerviosa. Intente disipar aquellos pensamientos bajo la ducha para finalmente salir y apresurarme para no perderme el desayuno.El lugar estaba lleno de gente, mis ojos barrieron el lugar hasta encontrarlo, en una de las mesas alejadas, con un plato de tostadas francesas con huevos y café. Rápidamente, me apresuré para tomar café con leche y wafles con Nutella.Y es allí cuando camino a su dirección, sintiendo como mi corazón está a punto de explotar.—Buenos días —Lo saludo, sintiendo como un inmenso nudo en mi garganta.—Buenos días, señorita Collins.«Señorita Collins»Aquello marco una extraña lejanía que creí que ya no existía.—¿Podemos hablar de lo que paso ayer, señor Mills? O ¿e
La llegada a George Town, Gran Caimán, me recibe con el calor veraniego que estaba haciendo para estos momentos del año.Me apliqué una buena cantidad de bloqueador, había algunas personas tomando el sol en unas sillas ubicadas alrededor de una piscina en el crucero.—¿Estás lista para conocer Gran Caimán? —Me pregunta Aleksander, quien se encontraba a mi lado, posando una mano en la parte baja de mi espalda.¿En algún momento me acostumbraría a esta cercanía con Aleksander a pesar de ser tan “falsa”?—Estoy nerviosa, pero quiero llegar pronto.Cuando finalmente llegamos a la isla, nos dirigimos a una clase de ferri que nos iba a llevar del crucero hasta la isla, al tocar tierra, Aleksander tomo mi mano, logrando que mi piel se erizara, mi corazón latiera con mayor rapidez.Tal y como decía Aleksander algunos paparazis estaban allí para tomarnos de la mano.Tras subirnos a un auto nos llevaron al primer lugar: Hell.Un hermoso lugar lleno de rocas volcánicas que, según, asemejaba el i
A la mañana siguiente, como si se tratase de algo que yo no esperaba, me estaba viendo en todas las planas de los foros de chismes sobre celebridades, con la foto de la pedida de mano (de la cual no tengo ni idea de quien la hubiese tomado) y de nosotros en la isla caimán.«El joven magnate culinario encuentra el amor en un crucero»«Aleksander Mills comprometido con una chica que no es su novia Natasha Will»Y miles de artículos con los mismos títulos.Yo dejo escapar un suspiro que hace eco por toda la habitación del crucero, mi madre me iba a matar.Para empezar: Mis padres siempre me habían dicho que dicha persona les tenía que pedir la mano, y que además… el matrimonio era lo más sagrado.Para toda la vida.Cosa que no iba a ocurrir en este caso.De pronto, el miedo me invade y tengo muchísimas ganas de salir corriendo, claro, si no estuviese en un crucero.Finalmente, decido ponerme mi vestido de baño y salir de mi habitación en dirección a la piscina y el jacuzzi del crucero.D
Llegar a Willemstad, Curaçao fue realmente gratificante, estaba haciendo muchísimo calor, pero nada que no se pudiese soportar, además de untarme buena cantidad de protector, y mi sombrero. —Vamos —Aleksander me ayudo a subirme al ferri que nos llevaría a la orilla de la isla para empezar con esta aventura—, ¿Cómo te sientes? —Estoy nerviosa y ansiosa. Aleksander asintio dándole un trago a su botella de agua. — Comme il fait chaud! (¡Que calor está haciendo!) — Oui, ma chère, il fait très chaud, mais ce n'est pas un obstacle pour profiter de cette merveille (Si querido, está haciendo muchísimo calor, pero eso no es impedimento para disfrutar de esta maravilla) Aleksander me miro impresionado. — wow ! vous parlez français ! (Wow, ¡hablas francés!) —Oui! (Sí) Al llegar a la orilla, tomamos un auto rentado y nos dirigimos a comer algo delicioso, Funchi como plato de entrada, el cual era una papilla espesa de harina de maíz que se sirve tradicionalmente con guisos y pescado realme
Mezclo el café con leche mientras termino mi desayuno antes de que llegásemos al ultimo lugar del viaje, me estaba empezando a sentir algo nostálgica, este viaje había sido bastante divertido, pero tristemente su final ya estaba a la vuelta de la esquina.—Vamos, ya le ferri está en camino.Aleksander me avisa, yo asiento dejando el vaso de café vacío, me levanto tomando mis cosas para seguir a Aleksander a la zona donde normalmente se tomaba el ferri que nos dejaba en el muelle.En la orilla de la preciosa Aruba, quedo encantada del hermoso mar azul turquesa, el sol que nos había estado acompañando en toda esta travesía al igual que el calor.Actualmente estábamos en Eagle Beach, una preciosa playa, la arena es suave y el agua se veía deliciosa; a diferencia de las veces anteriores solo disfrute de las vistas para después, segundos después subirnos a un auto alquilado que nos ofrecía el tour turístico, la mejor forma de movilizarse en estos lugares era con un auto. Minutos después l
Ella está allí. Frente a mi esta Natasha mirándome fijamente, llena de odio. —Así que tu eres la perra con la que se estaba revolcando mi novio. —Natasha por favor… —Aleksander intenta tocarla, pero ella lo empuja. —¿Ahora la proteges? Eres un idiota Aleksander, ¿Cómo pudiste hacerme esto? No puedo pensar de forma clara, ni siquiera tengo fuerza para defenderme, estaba en blanco. —Voy a llevar a Hemy a su casa, voy a volver y hablamos. —¡Haz lo que quieras! No dejo que Aleksander me toque hasta que salgo de su casa con el corazón en la boca, vuelto pedazos, me sentía utilizada, para que al final pareciese que no valía la pena, al menos me esperaba que Aleksander por mera decencia me defendiese. —Hemy, espero yo… —¿Tu qué? ¿Lo sientes? ¿Por qué deberías de sentirlo si ni siquiera fue algo real? —Lo siento Hemy, creo que todo esto fue un error. «Un error…» —Si, tienes razón, allá tú si quieres ser la segunda opción. Él me mira impresionado por mis palabras. —Mira, de igu