DOS

Las lágrimas caían por mis mejillas de forma apresurada, las palabras de Aleksander habían sido como si me hubieran clavados miles de cuchillos.

Mi orgullo estaba herido, y me dolía muchísimo el que parecía no ser merecedora de nada, aunque de cierto modo decía la verdad… Tenía que esforzarme para alcanzar el nivel de los otros chefs que están de la mano con Aleksander.

Muchos de ellos estudiaron en grandes universidades y estudiaron la gastronomía de muchos continentes, así como lo había dicho Aleksander y lo que hacía que me doliese debía de admitir que él tenía toda la razón.

En ese momento mi celular vibra avisándome de un mensaje de email.

De: Miami Culinary Institute

Para: Hemy Colling

Asunto: Cordial saludo.

Le adjuntamos en este correo sus tiquetes para el crucero al cual fue ganadora el día de hoy, quedamos atentos a cualquier problema.

Directiva de Miami Culinary Institute.

¡Eso es!

«Esta debía ser una clase de mensaje del destino para que no me rindiese!»

Me levanto de la cama como si fuera un resorte, abro mi closet y saco mi maleta empolvada, que no hacía más que demostrarme lo poco que viajaba, tras darle una limpieza empiezo a empacar y pensar en un plan de como demostrarle a Aleksander que era la mejor para estar en su equipo, que me diese la oportunidad de aprender a su lado.

Yo sé que al lado de los mejores mi aprendizaje será el mejor, me esforzaría para llegar tan siquiera a sus talones.

Me he esforzado tanto por este sueño, que el rendirme tan fácilmente teniendo tantas oportunidades para lograrlo me parecía una falta de respeto.

Cuando termino de hacer las maletas y me preparo para dormir, me encuentro de que estoy al borde de la ansiedad lo cual me deja por muchas horas mirando al techo pensando en los miles de escenario que me podían pasar, para así… de alguna manera estar preparada.

Tenía tanto miedo de darme un golpe contra la realidad, eso hacía que tuviese que adaptar a soñar poco.

Pero a la vez tenía tantas ganas de demostrar lo que sabía y la parte de mi alma que ocupaba el cocinar, lo importante que era para mí.

Se supone que debía no estar nerviosa.

Pero siendo muy honesta… estaba que me comía las uñas por los nervios.

Ahora me encontraba en Port of Miami el lugar donde se tomaba aquel crucero, veía como familias, parejas y personas solas abordaban el crucero, mientras yo estaba mirando aquel lugar.

¿Y si se hundía como en el «Titanic»?

¿Y si estas se convertían en mis peores vacaciones?

¿Y si no conseguía nada con Aleksander?

Y sí…

Decido finalmente darme un masaje con la mano en la frente intentando dejar de lado aquellos pensamientos que me estaban empezando a atormentar y volverme loca.

—Buenos días, señorita, ¿va a tomar usted este crucero? —Se acerca finalmente un chico de la tripulación, con su acento sureño.

—Este… sí, solo que estoy algo nerviosa —Rebusco en mi bolso de mano el boleto y cuando lo consigo se lo entrego.

—Ya veo, no se preocupe. Si quiere la acompaño.

Asiento, el chico toma mi maleta y la lleva hasta el “living” del crucero.

—Su habitación es la 10A, es en el segundo piso, puede seguir derecho por este pasillo —Me señala con su mano—, justo allí va a encontrar una escalera al segundo piso, allí se puede guiar por los números de las puertas, de igual manera le estaré entregando el mapa y el itinerario del crucero, y por supuesto sus llaves —Tomo todo, estudiando todo y repitiéndolo en mi mente como si fuese una clase.

—Se lo agradezco.

Sin más, comienzo a caminar en dirección a donde me había explicado aquel chico hasta finalmente entrar a mi habitación, la habitación es realmente hermosa, con un gran ventanal con vista al mar, una cama queen zise de color blanco con una hermosa figura hecha con una toalla.

Un televisor bastante grande, al caminar hacía el ventanal, me doy cuenta de que en realidad es una puerta hacía el balcon.

¿Cómo era que iba a negarme a venir a este crucero?

¡Esto era toda una maravilla!

Una hora después, el crucero empieza empieza a sarpar dándole inicio a esta aventura, organizo mis maletas para después revisar el itinerario.

Bienvenidos al crucero, es un placer para el capitán y la tripulación tenerlos aquí.

Este es nuestro intinerario.

DÍA I:

Llegada

Cena y fiesta de bienvenida 6:30 p.m.

DÍA II:

Desayuno de 7:30 a 9:00

Apertura de la piscina del crucero 10:15 a.m.

Almuerzo bufe de 12:00 a 2:00 p.m.

Cena 6:30 p.m

LAS COMIDAS SON EN EL MISMO HORARIO LOS SIGUIENTES DÍAS DENTRO DEL CRUSERO.

DÍA III

Llegada a George Town, Gran Caimán (7:30 a 4:00 p.m.)

El crucero parte a las 4:00 p.m.

DÍA IV

Día en altamar.

Baile en mascaras.

DÍA V

Llegada a Willemstad, Curaçao (12:30 a 8:00 p.m)

El crucero parte a las 8:00 p.m.

DÍA VI

Llegada a Oranjestad, Aruba (8:00 a.m. a 8:00 p.m.)

El crucero parte a las 8:00 p.m.

DÍAS VII Y VIII

Días en altamar.

Comida y fiesta de despedida 9:46 p.m.

DÍA IX

Llegada a Fort Laurent

¡GRACIAS POR ACOMPAÑARNOS! ¡ESPERAMOS TENERLOS ABORDO PROXIMAMENTE!

¡Esto iba a ser divertidísimo! Pero de igual manera no debía salir de mi objetivo principal:

Conseguir la aceptación de Aleksander.

Tenía una gran oportunidad de encontrármelo, pero una muy difícil de separarlo de la mano de su novia.

Además de que obviamente se tomase el tiempo de escucharme y darme una oportunidad de demostrarle que valía la pena intentarlo. De mi bolso saco mi teléfono y reviso la hora.

—Tengo dos horas para pensar en un buen plan, para idear un plan lo suficientemente bueno para que Aleksander acepte mi petición.

Me meto al baño, me doy meto en la tina para después salir.

Decido ponerme un vestido azul oscuro, con tirantes y un escote no muy profundo, de tela satín, zapatos no muy altos de color plateados, al igual que los accesorios, la cartera era de brillos plateados y azules.

Me maquillo no muy cargado, con una coleta alta, con los mechones de adelante sueltos.

Cuando finalmente me miro al espejo, me siento feliz por el resultado que veo en el espejo, y cuando compruebo la hora en mi celular me doy cuenta de lo mucho que me tomo, mucho más tiempo de lo que esperaba, tanto que voy 30 minutos tarde; tomo la tarjeta de la habitación, mi teléfono y el labial para retocarme el maquillaje más adelante.

Cuando camino por los pasillos en dirección al primer piso, donde quedaba la zona donde se llevaría a cabo la fiesta, intento armarme de valor en el camino, sintiendo como todo dentro de mí tiembla.

El lugar está decorado con tul de color morado, luces como en las discotecas y música alta.

—Buenas noches, señorita —Un mesero se coloca frente a mí—, ¿le apetece champaña?

—Si por favor.

Tomo una copa entre mis manos, cuando el chico se retira le doy un gran sorbo.

Noto algunas miradas sobre mí, pero no de cierta persona que me interesaba.

El estrés me estaba matando, así que decido caminar hasta el bar y pedir algo un poco más fuerte.

—Hola —Saludo a la bartender, la cual en una placa dice su nombre—, buenas noches, me podrías dar ron con coca-cola.

—Claro que sí, ¿a la cuenta de que cuarto?

—10A.

Unos minutos después, el vasito esta frente a mí, le doy un pequeño sorbo sintiendo como en ron quema mi garganta, cuando decido volver a centrarme en mi objetivo decido mirar a los lados y es allí… cuando lo veo.

En la barra.

Solo.

Con una expresión triste, con un vaso de algo entre sus manos, mientras parecía mirar hacía la nada.

M****a.

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