Elena respiró de alivio cuando por fin pudo sentarse en una mesa. Había sido presentada de un lado a otro como si ella fuera un trofeo, y aunque sabía que su esposo no lo había hecho con esa intención, ella se había sentido así. Lo que más le preocupaba era que a pesar de que la mirada pesada sobre sus hombros tanto del hermano como del padre de Dorian, ellos no se habían acercado y precisamente Dorian los había ignorado.-Tu hermano y padre están en la otra esquina. No los irás a saludar- tuvo que preguntar por la curiosidad más que nada.-Ellos están bien donde están- Dorian le puso delante una copa de vino- No les prestes atención- parecía que él no deseaba que se reunieran.-¿Es debido a tu hermano?- ella tomó un sorbo de su bebida pero la mirada de Dorian le dijo que no preguntara más sobre el tema.-Estaremos aquí un rato y después nos volvemos. Ya hicimos acto de presencia y cumplimos- él tomó de la suya con el ceño fruncido- tengo cosa más entretenidas que hacer en mi casa.El
Al parecer a Klaus no le importaba mucho que hubiera más personas en la sala y que además su hermano estuviera por los alrededores. No parecía tener constancia de sus actos pues la forma en que recorría a Isabela de arriba abajo era bien atrevida. -Solos somos nosotros aquí ahora. Debo decir que estás preciosa, ese color te queda realmente bien- le dijo a modo de cumplido. Elena respiró profundo. Si había algo incómodo era que alguien en quien no estabas interesado te hiciera insinuaciones. -Señor Pickman… -Klaus- él insistió como no sabía que vez desde que se conocían más ella no prestó atención. -Señor Pickman, buenas noches y gracias, pero ya casi me retiro, espero a mi esposo. Lo escuchó chasquear la lengua. -te puedo asegurar que tu esposo está ahora mismo realmente ocupado. No creo que termine rápido. -En ese caso también debería hacerle compañía a él y compartir como hermanos- acaso ese hombre no se daba cuenta del rechazo hacia su persona. Pues al parecer no. -Elena-
Los pies de Elena dolían, dolían mucho, pero aun así no era capaz de sentirlos. Su corazón era el que reamente se sentía oprimido. Sus esperanzas siendo rotas, porque si, era tan estúpida de tener esperanzas por un hombre que nunca le había mostrado ni una pizca de atención, más de la necesaria. Y ella… se quería golpear tantas veces por desperdiciar así su vida.Ahora no tenía ni ahorros, apenas su trabajo donde tenía que trabajar mucho para poder salir adelante por si misma, y ni siquiera un techo que pudiese decirle hogar. Era increíble dado que supuestamente ella había nacido en una familia rica. Pero no es como dicen. EL dinero no da toda la felicidad, puede ser también tu peor enemigo.-Ugh- gimió cuando su pie derecho no aguantó más y encontró algunas magulladuras debajo de las tiras de este. El izquierdo tampoco está en mejor estado.Miró por encima del hombro las luces de la mansión se habían desvanecido solo dejando las de la ancha calle. No sabía cuánto había caminado, pero
-Wow, Wow, Wow hermanito- Klaus levantaba las manos en son de paz mientras la de Dorian agarraban con fuerza el cuello de su traje- Cálmate, está montando tremendo espectáculo.-Será peor si no me respondes.Dorian había perdido los estribos. La forma en que lo miraba casi burlándose de él hizo que la rabia subiera por sus venas de una forma ilógica y solo no había golpeado su rostro desvaneciendo su sonrisa por la simple razón de no llamar más la atención. Algo que no estaba logrando.-¿Qué tengo que responderte?- Y Klaus era bueno para provocarlo sobre todo con aquella sonrisa que no se desvanecía del rostro.Dorian alzó una ceja.-Acaso tengo que dar detalles como quieres coquetear con mi esposa aun cuando ella no lo desea- habló en un tono medio, pero para que viarios lo escucharan y comenzaran a rumorear- Ni pienses que vas a arruinar mi reputación y la de ella con tus avances. Elena no necesita de un hombre uqe la quiere forzar en contra de sus deseos.La expresión de Klaus pasó
La desilusión se acumuló dentro del pecho de Elena y suspiró. Estaba teniendo esa conversación en vano. Perdiendo el tiempo. Definitivamente no tenía suerte con los hombres que la rodeaban. Comenzando con su padre y terminando en su esposo.-Elena- escuchó a su esposo dar un paso en su dirección, pero ella retrocedió. Después lo escuchó chasquear la lengua- Móntate en el auto. Hablemos más cómodos en la casa.Él se dio la vuelta con obstinación y le abrió la puerta. Se giró para asegurarse que ella caminaba en su dirección. Él le dio la vuelta al auto para entrar por el otro lado. No estaba tampoco de buen humor. No estaba habituado a lidiar con una mujer como ella y menos con la situación.Elena avanzó lento hacia el auto, sin apenas ganas. Una vez que entrara volvería al mismo círculo vicioso. Entonces una luz brilló frente a ella y sus ojos se abrieron con esperanza. Antes que Dorian pudiera reaccionar ella alzó el brazo en dirección al vehículo que venía en su dirección y este fre
Elena tenía que reconocer una cosa, había actuado por impulsividad mandada por sus emociones, más que por sus pensamientos. Estaba realmente dolida de los eventos pasados y simplemente había decidido huir en vez de volver con Dorian y escucharlo. Es que se preguntaba, de qué valdría sentarse y oír lo que tenía que decir. Su esposo de seguro le inventaría una excusa para negar los hechos, aun cuando ella había sido testigo.Similar a la típica escena de encontrar a tu pareja en la cama con la amante y que te diga, no es lo que piensas. Acaso le estaba viendo el rostro de idiota. Lo más probable. La había dejado apartada de todo durante tres años sola dentro de la casa, como si ella no fuera una persona.Isabela soltó un bufido con dolor. La realidad que la golpeaba era tan cruel que solo podría reír y ya se estaba cansando de ser la víctima, la que tiene que aguantar todo sin más.Después de al menos media hora dentro del auto reaccionó que no tenía a donde ir. Volver a la casa en ese
Cuando Elena abrió sus ojos encontró que su mente estaba mucho más despejada de lo que imaginó. No se sentía atareada como el día anterior y una sonrisa apareció en sus labios. Quizás era porque antes de dormirse por completo había tomado una decisión. Una de la que sabía no se arrepentiría.Así que después de estirarse y desperezarse decidió volver a la mansión de su esposo. Había tenido su celular apagado todo el tiempo. No era idiota para no saber que por él podría encontrarla, al igual que si usaba su tarjeta. Ahora, antes de volver tendría que cambiarse de ropa. Pues su vestido rojo además de llamativo, estaba hecho un desastre, al igual que sus pies que se encontraban magullados.Le preguntó a la dependienta de alguna tienda cerca y aprovechó parte de lo que le quedaba de efectivo y compró unos jean, una camiseta blanca, unas sandalias cómodas y un kit básico de primeros auxilios para curarse los pies. Una vez de vuelta a la habitación se bañó y cambió. Tratarse los pies fue un
Dorian atendía la reunión, pero realmente no estaba prestando mucha atención. Respondía de forma automática o con un simple hmm, aunque sabía que si se equivocaba perdería algunos millones en una mala firma, pero que eran unos cuantos millones para él… realmente nada. Y mucho menos comparados con su preocupación. Aun a esa hora de la mañana y a pesar de su influencia no habían encontrado a su esposa por ningún lado.Su celular estaba justo al lado de la mesa cuando vibró. Rápidamente hizo algo que no era costumbre. Interrumpió la reunión y atendió el mensaje. LO hacía por si Elena le escribía, y aunque se decepcionó porque no era ella, se emocionó al leer el contenido.Sus ojos brillaron y bajó su mano mirando a todos.-Leon vuelve a la casa rápido. Y ustedes tienen 15 minutos para hacerme el resumen de todo antes de que me levante de esta silla y me vaya.Y aquello era una exigencia que dejó sudando a todos los presentes.***Elena ni siquiera saludó cuando los empleados junto al may