Elena tenía que reconocer una cosa, había actuado por impulsividad mandada por sus emociones, más que por sus pensamientos. Estaba realmente dolida de los eventos pasados y simplemente había decidido huir en vez de volver con Dorian y escucharlo. Es que se preguntaba, de qué valdría sentarse y oír lo que tenía que decir. Su esposo de seguro le inventaría una excusa para negar los hechos, aun cuando ella había sido testigo.Similar a la típica escena de encontrar a tu pareja en la cama con la amante y que te diga, no es lo que piensas. Acaso le estaba viendo el rostro de idiota. Lo más probable. La había dejado apartada de todo durante tres años sola dentro de la casa, como si ella no fuera una persona.Isabela soltó un bufido con dolor. La realidad que la golpeaba era tan cruel que solo podría reír y ya se estaba cansando de ser la víctima, la que tiene que aguantar todo sin más.Después de al menos media hora dentro del auto reaccionó que no tenía a donde ir. Volver a la casa en ese
Cuando Elena abrió sus ojos encontró que su mente estaba mucho más despejada de lo que imaginó. No se sentía atareada como el día anterior y una sonrisa apareció en sus labios. Quizás era porque antes de dormirse por completo había tomado una decisión. Una de la que sabía no se arrepentiría.Así que después de estirarse y desperezarse decidió volver a la mansión de su esposo. Había tenido su celular apagado todo el tiempo. No era idiota para no saber que por él podría encontrarla, al igual que si usaba su tarjeta. Ahora, antes de volver tendría que cambiarse de ropa. Pues su vestido rojo además de llamativo, estaba hecho un desastre, al igual que sus pies que se encontraban magullados.Le preguntó a la dependienta de alguna tienda cerca y aprovechó parte de lo que le quedaba de efectivo y compró unos jean, una camiseta blanca, unas sandalias cómodas y un kit básico de primeros auxilios para curarse los pies. Una vez de vuelta a la habitación se bañó y cambió. Tratarse los pies fue un
Dorian atendía la reunión, pero realmente no estaba prestando mucha atención. Respondía de forma automática o con un simple hmm, aunque sabía que si se equivocaba perdería algunos millones en una mala firma, pero que eran unos cuantos millones para él… realmente nada. Y mucho menos comparados con su preocupación. Aun a esa hora de la mañana y a pesar de su influencia no habían encontrado a su esposa por ningún lado.Su celular estaba justo al lado de la mesa cuando vibró. Rápidamente hizo algo que no era costumbre. Interrumpió la reunión y atendió el mensaje. LO hacía por si Elena le escribía, y aunque se decepcionó porque no era ella, se emocionó al leer el contenido.Sus ojos brillaron y bajó su mano mirando a todos.-Leon vuelve a la casa rápido. Y ustedes tienen 15 minutos para hacerme el resumen de todo antes de que me levante de esta silla y me vaya.Y aquello era una exigencia que dejó sudando a todos los presentes.***Elena ni siquiera saludó cuando los empleados junto al may
Elena se tambaleó, pero no por sentirse débil sino de la rabia.-¿Quién te dio derecho a llevarte lo que es mío? –gritó- esos papeles…-No pueden ser firmados aún- Leon habló de forma recta- Ya habíamos hablado de esto. Que usted esperaría a que pasara el plazo para que el Ceo pudiera recuperar su memoria.Una mueca exasperada apareció en el rostro de la mujer.-¿Esperar a que lo ayude? No creo que él tenga problemas con eso. Bien que puede ir con su amante o con quien quiera llevarse a la cama- alzaba la voz en su estado.Pensó que sería rápido, formaría los papeles, agarraría sus cosas y se iría a saber dónde pero no más debajo de ese techo. Pero no, siempre sus planes eran rotos por los demás. Como si todo estuviese en contra de que ella fuera feliz aun si era una sola vez en su vida.-Disculpe, pero no sé de qué está hablando.-Ja, ahora yo soy la estúpida que me tengo que tragar a historia después de verla con mis propios ojos. Se nota que eres fiel a tu jefe- atacó sin moderació
Después de ser avisado que Elena ya estaba en la casa había despachado todo el trabajo que tenía sin mucha atención y había salido lo antes posible. Su cuerpo estaba tenso tanto por llegar rápido que por lo rápido que iba y en un momento tuvo que detener el auto. Su cabeza lo estaba matando a tal punto que jadeó de dolor.Imágenes pasaron por su mente uniéndose y armando el rompecabezas que tenía. Maldijo. Los recuerdos de antes del accidente se vislumbraron y lo dejaron temblando y pálido en el asiento. Jadeó varias veces al punto que su garganta se secó. Odiaba cuando pasaba eso y era constante. No era nada agradable.Con las manos aun temblando agarró el timón del auto y se encontró que le resultó incómodo volver a manejar. Hizo una sonrisa extraña en su rostro. Había manejado desde que tenía edad para poder hacerlo, no por un accidente iba a quedarse varado temblando como un cordero. No cuando tenía a su esposa ya en la casa, después de buscarla por toda una noche y entre los dos
Si antes Elena estaba confundida ahora lo estaba mucho más con las declaraciones de su esposo. Él acaso estaba jugando con ella poniéndole excusas de aquí para allá para mantenerla retenida. -Me sigues mintiendo- la expresión de ella era sumamente dolida- Ahora me dices eso, qué me dirás después. Dorian suspiró profundo. -¿Por qué te mentiría? Acaso crees tengo la necesidad de hacerlo- Ayer cuando te dejé tenía la intención de saludar rápido a mi padre, no quería que estuvieras cerca de él y su grupo. Él no es tan buena persona, pero nunca me imaginé que hubiera traído a mi madre con él. Sabes que estoy teniendo problemas con mis recuerdos, pero al verla me invadió una nostalgia que no pude resistir. Puede que desde el ángulo que nos viste pareciera otra cosa, sin embargo, solo la estaba abrazando. Elena negó con la cabeza. No quería dejarse convencer y retrocedió cuando Dorian comenzó a caminar hacia ella. Pronto su espalda chocó contra una de las paredes del cuarto. -Si no me cr
Elena no quería dejarse llevar por las palabras de Dorian aun cuando esos orbes plateados parecían querer indicarle que él no estaba mintiendo. Pero ella estaba en una encrucijada donde ya no sabía que era verdad y que era mentira. Por momento prefería tener al Dorian frio, ese que le había hecho tomar la decisión más fácil, no a este que le hablaba con palabras amables y que la trataba como si realmente le importara y que le hacía dudar.-Elena, confía en mí. Soy tu esposo.Ella apretaba los labios y él bajó su mano para acariciarlos y separarlos con el pulgar para que no se siguiera haciendo daño.-Solo dame un poco más de tiempo y te explicaré todo con detalle. Aun no puedo hacerlo.-¿Por qué no puedes?- ella insistió- Leon también dijo lo mismo- ¿Qué me están ocultando? ¿Por qué parece que estoy metida en algo de lo que no tengo la menor idea?- frunció el ceño.-Todo a su tiempo. Es lo mejor. Yo lo estoy solucionando- Dorian acarició el puente de la nariz de la mujer con el dorso
Por la cabeza de Elena corrían muchas cosas, tantas que le era complicado conciliar el sueño realmente. Ahora que no tenía los papeles de divorcio de su lado ni el dinero suficiente como para pedirlos sin que su esposo le tronchara los planes su mente buscaba alternativas. Y había algunas que nunca antes se imaginó que le cruzarían. Y eso la mantuvo semiconsciente a pesar de estar acostada en la cama, tapada hasta el cuello y con el aire acondicionado demasiado fuerte para su gusto.Así que cuando, a mitad de la noche, la puerta de su cuarto fue abierta y un característico olor se filtró, ella supo al momento quien era. No abrió los ojos ni se movió. Le daba la espalda mas no tenía que girarse para saber que era Dorian.Apretó los ojos e intentó mantener la respiración lo más tranquila posible. Si él venía a tener sexo con ella pues no sería. No se encontraba con ganas de hacerlo en ese momento. Estaba muy confundida.Sin embargo, Dorian caminó lentamente hacia la cama y agarrando el