Detrás de puertas, existen verdades que uno no imagina.Samantha, como de costumbre, se levanta temprano, esta vez sube a la primera planta para ir a ver a Florence, que debe estar aún dormida, pero siente que no puede esperar un minuto más.Al subir el último escalón escucha una puerta cerrarse, así que retrocede, pero es muy tarde, ya que Morgan la ve, Sam se apena por verlo en pijama, una imagen que no podrá sacar fácilmente de su mente.—¡Buen día! —pasa de largo y entra en la habitación de Harper, así que Sam menea la cabeza para espantar la imagen de su jefe recién levantado.Al entrar a ver a Florence, se da cuenta de que ni siquiera respondió al saludo, Sam observa el entorno de la niña, y le gusta que al menos ha recuperado lo que era su vida, en esa casa y bajo la protección de su padre, siente que no pasará carencias.Antes de nada, se queda pensando, comprende que el señor Koch es el que levanta a Harper y le auxilia, la viste, la peina, algo difícil de asimilar y que no s
¿Serán aceptables las segundas oportunidades?, no en todos los casos.Carter parece ser el mismo de antes, ese que amaba a Samantha y se desvivía por demostrárselo, a su manera.—Me alegra volverte a ver, no sabes todo lo que te he buscado.—¿Para qué? ¿No fue suficiente, aun sientes que merezco más humillaciones? —Esos meses lejos solo le sirvieron para entender la posición en la que vivía a lado de su esposo, privilegiada sí, pero sin real independencia o libertad.—No Sam, sé que fue un malentendido, tomemos a nuestra hija y volvamos a Chicago.Morgan aparece —¡buenas noches! —dice con la mandíbula apretada —adelante —lo invita a pasar y se interpone entre ambos.Sam toma su distancia —por favor, llevémoslo a conocer a Harper —dice Morgan viendo a Sam, con algo de complicidad, ellos le muestran el camino hasta su habitación.La niña está sentada a su mesita y está formando algunos vegetales que Sam le había llevado de snack.Lo dejan entrar y Sam le iba a advertir sobre no invadir
Morgan escuchó todo el intercambio que se dio entre los aún esposos, ese hombre solo alejaba más a la mujer que decía amar.Pero él no estaba en posición de criticar, el mismo no sabría qué haría al encontrarse ante una infidelidad.Morgan se giró y Sam primero lo vio con algo de miedo, que rápido enmascaro.Con paso vacilante la mujer se aproximó —¿se encuentra bien? —le cuestiono, el hombre no tenía ni un rasguño evidente, pero su ropa estaba desajustada y su saco tenía una descosida en el hombro.—Yo estoy bien, ¿y usted? —Sam negó con la cabeza para desestimar lo afectada que seguía.Ambos se reajustaron y se dijeron que cualquier cosa podía esperar, pues tenían un festejo al que regresar.Al ingresar al comedor, ellos portaban las sonrisas más grandes que sus rostros les permitían, para las mujeres del servicio fue evidente que el invitado había estropeado el momento.Morgan y Sam intentaron levantar el ánimo de su pequeña fiesta, abrieron regalos, comieron pastel, tomaron muchas
Días después, mientras Morgan se encuentra trabajando, Wil, entra a su oficina y le comunica que Charles, uno de los abogados, quiere hablar con él.—Dile que más tarde yo paso a verlo.—Insistió, dijo que era algo personal, no sobre la empresa —recalca Wil.—De acuerdo, dame veinte minutos y lo envías. —Así lo hizo el asistente.—Buenas tardes, intentaré ser breve. Nos llegaron dos demandas, dirigidas a ti, una por asalto en contra de Carter Mitchell y la otra es una demanda para que sus hijas le sean entregadas.Morgan, que estaba relajado y sentado en su escritorio, resoplo, —ese hombre está actuando por un impulso erróneo. Puedes hacerme un favor, antes de que contestemos a esa demanda, dale una visita de cortesía. Explícale lo que sucederá en el momento en que yo me tome esto en serio.—Me atreveré a preguntar, ¿por qué estás siendo magnánimo?—Hay dos personitas que aman a ese idiota —Charles lo mira con recelo, se le hace raro que esté siendo considerado, porque últimamente sus
El corazón también tiene límites y poco puede permitir una vez que ha sido herido.Para el pobre Morgan todo se paralizó cuando Alice decidió alejarse y él solo supuso que no todas las personas están hechas para experimentar dolor, sería acaso ese el motivo de que ella se alejara abandonándolos.Una nota con unos cuantos garabatos que le notificaban que necesitaba espacio y tiempo para pensar sobre lo que quería de su vida, pues enfrentar la maternidad y la posibilidad de perder a un pedazo de ella la ponían mal.Así que en cuanto Adele le informo que su esposa estaba en su casa, la sangre se le fue a los pies, no recordaba exactamente que le contesto a la señora Rose, ni le importaba.Tuvo que pedirle a Wil que lo llevará, pues él había llegado manejando ese día, pero no se sentía en sus cinco sentidos como para hacer aquella sencilla tarea y poner a otros en peligro.Verla parada en su recámara fue un golpe, anhelaba ese encuentro y sabía qué palabras le quería decir, una parte de é
Morgan salía a respirar y daba otras cuantas brazadas, las palabras de la niña, Charles o su asistente se habían apoderado de su mente.Esa mujer merecía su admiración y aprecio por lo que hizo, criar a Florence y embarcarse en la búsqueda de su verdadera hija, no podía negar que era guapa y eso que siempre la veía con la cara lavada, su imaginación no sabría como brindarle un ejemplo de cómo luciría arreglada.Llego y toco la pared, hizo un giro y siguió nadando, quería callar a su cerebro, así que empezó con el estilo de mariposa, ya que este le requería concentración, pero ni eso lo distraía.Menos cuando esa mujer apareció allí a la orilla de la alberca, eso corto su ritmo y se fue de cara al agua, tragando líquido, rápido extendió sus brazos al frente para balancearse y jalar sus piernas y pararse en la alberca.—¡Buenos días!, señor Koch, espero que no le molestemos, vine con las niñas, de esa forma pueden entrar a nadar un rato y usted juega con ellas, ¿no le parece buena idea?
Industrias Koch recibiría otra demanda, Morgan se enteraría de que su esposa, no solo se había negado a firmar los papeles de divorcio y sesión de custodia.La mujer quería pelear por la custodia completa de Florence, una forma de amagarlo, su intención claramente era ganar algo, si tan solo hubiera hablado de las verdaderas necesidades que la motivaban.Morgan no le hubiera negado una pensión si eso era lo que deseaba, Charles estaba atizando el fuego de su amigo —te vas a molestar más cuando te diga, que los papeles vienen membretados con el logo del bufete de abogados que contrato Mitchell.El interés de su amigo era que de una vez por todas le diera una patada fuera de su vida, él de primera mano vio lo destruido que lo dejo, cuando lo visitaba en el hospital en Washington y no podía hacer mucho.Verlo pendido de un hilo, abandonado con su recién nacida, luchando por no perder a su bebé.Koch dejó salir el aire retenido y le dio un golpe a su escritorio con el puño, su amigo hasta
El viaje de regreso al pent-house, fue todo menos confortable, incluso el chofer fue capaz de sentir la atmosfera que le rodeaba. Harper ya había cambiado de brazos, por lo que Samantha no tenía mucho con lo que distraerse, miraba al exterior por la ventanilla sintiendo que la cara le flameaba. Nunca imagino que el señor Koch le daría aquel beso, aún persistía una sensación extraña en sus labios, y aunque quería tocarlos no podía hacerlo, sus manos estaban reflejando su ansiedad. Morgan no había dicho mucho, solo lo necesario para guiarlas al vehículo que los aguardaba en el frente del edificio. Él mismo estaba regañándose por ser tan infantil, marcando territorio, seguir aquel impulso abría la caja de pandora y de cierto modo no se arrepentía. Era todo tan caótico en su mente, lo que sí sabía es que luego de ese breve beso, quedo con ganas de más. Al notar a Samantha y lo mal que disimulaba su malestar —¿y qué dijo el especialista? Sam reaccionó y volteo a verlo, tuvo que reor