La angustia y dolor salen de mi piel sin miedo alguno, no sabía que me iba a encontrar una vez que entrara por esa maldita puerta a la que denomino; la puerta del infierno.
Obligué a James a quedarse en el coche con Kat, sabía que ella no quería ver a mi madre de esa manera y menos una situación como la que me ha descrito Maxi, nos disponemos a salir del coche para ir hacia lo que ahora me parecía el matadero que antes llamaba hogar.
—Entro yo primero, por si acaso nos encontramos algo que no queremos ver.—mencionó Maxi con un nudo en la garganta
—No sabía que tenías sentimientos.—Dije yo sin tener contacto con el
—Sabes
Abrí las puertas de la casa de James haciendo ruidos para que supiera que era yo, entré y dejé las llaves encima del pequeño cuenco que tenía en la entrada para dejar las llaves.—¿Hola?—dije altoUna cabeza con expresión de asombro asoma divertida y vuelve a esconderse como si no me esperara tan temprano, yo reí y seguí hacia delante—Que miedo das con esa cara. ¿A ver, que has hecho? Cuando giré mi cuerpo hacia la cocina estaba nervioso en la puerta y con sus manos me dejó ver que quería que viera lo que había en la mesa, una tarta de chucherías que parecía que la había hecho un niño de 2 años—¿Y esto? —reí sincera—He pensado que te gustaría una tarta de chuches…cogí todas chuches rojas por qué… ¿a quien no le gusta l
Quería morirme del dolor de cabeza que tenía, llevaban días tocando a la puerta y dando voces y flashes. Tenía la almohada en la cabeza intentando tapar el ruido pero no había manera, dando un pequeño grito gutural de odio hacia la existencia humana me levanté de la cama.Bajé silenciosamente las escaleras por si acaso James seguía durmiendo, y por las voces que voy escuchando no lo estaba.—No, si, lo sé, de verdad que lo siento. —da una pausa mirando al cielo y cerrando y apretando los ojos— Sé que fue importante pero Terry solo hacia su trabajo, por eso me he puesto en contacto personalmente con ustedes.Deja de hablar otra vez seguramente por qué le habrán interrumpido. Me quedé en una esquina con mi camiseta larga y en bragas—Si, entendido. —Giró sobre su cuerpo y acabó mirándome a mí— Le p
Entramos los dos a la clínica esperando a que llamaban a la paciente para poder salir a saludar, nos tenían aquí ya como unos 20 minutos sin decirnos nada.Yo estoy dando pequeños empujones a Ian mirándolo para ver su reacción, él es un edificio comparado conmigo así que puedo jugar con el juego de mirarle con ojitos de cordero degollado mientras él me pide que esté quieta con una sonrisa en su cara—¿Jericho Mills?—dijo un enfermero—Si, soy yo.—me acerqué a él—Por protocolo de seguridad la paciente Marie Drove no puede salir hasta aquí pero usted si
Han pasado tres años desde que papá y yo nos mudamos a Sausalito es una ciudad del Área de la Bahía de San Francisco en el condado de Marin, California. Estábamos de vuelta en coche después de ver el Monte Tamalpais, mejor dicho intentar verlo, ya que mi querida fobia a las alturas es bastante fuerte, bajo la ventanilla de mi lado de coche para que coger un poco de aire.—Quieres que paremos a tomar un helado? ¿A cenar? —papá hace una pausa y sonríe—Cena y helado?—Bueno.-Jeri, no te preocupes por lo del monte vale?—lo miro— poco a poco irás consiguiendo ir un poco más arriba, sé que lo harás.Se me humedecen los ojos al escuchar esas palabras viniendo de él, mamá nunca decía cosas así de motivadoras, siempre e
Papá y yo esperamos a que Elisa terminara de guardar la caja y de recoger lo que queda por limpiar del restaurante, después de un ansiolítico y media hora para que le hiciera efecto la pastilla pudimos empezar a ayudarla a recoger, estaba malditamente nerviosa por ese hombre, al ver y notar su miedo me recordó a mí tres años atrás y me hierve la sangre solo de pensarlo.Saco las llaves del coche de mi bandolera mientras Elisa está apagando las luces para cerrar.—Podemos hablar un momento de lo que ha pasado ahí dentro? —dejo mostrar mi confusión—Ehm... -Elisa busca a mi padre con mirada cómplice, sus ojos color avellana seguían brillantes— No ha sido gran cosa.—No me digas que no ha sido gran cosa Elisa, eso lo decía yo todos los días de mi vida hasta que me vine aquí.Doy una
Sinceramente no sé cuántas rondas llevamos, yo dejé de contar en la séptima cuando pasamos de las cervezas a los chupitos y de los chupitos a los cubatas, estábamos bailando cada canción que sonaba y apoyando a los del karaoke me avisa Kat por señas diciendo que va al baño y asiento para pedir otras dos rondas, me preguntó que hora serán, las 4? Las 5 de la mañana? Tampoco tenía intención de saberlo, hoy estaba siendo una noche de descontrol y paz.Sobre el chico de sudadera negra nos estábamos mirando todo el rato hasta que desapareció por unos 20 minutos o más no llevaba la cuenta, pero ya no era divertido si no había nadie a quien hechizar, me doy la vuelta mientras maldigo al pensar dónde estará y me lo encuentro en la barra, con un perfil que duele, joder,ni el mismísimo Adonis, me acerco a la barra a pedir las rondas y mientras espe
—Por qué nadie me responde? ¿Quien es esa?Nos miramos todos entre todos y sin poder pararlo me empezamos todos a reírnos sin parar por los efectos de los cigarros que nos estamos fumando.—Otra vez me los estás poniendo con otra guarra?—Cindy —dice Myles cortante— Para, estamos de fiesta, que quieres?—Quería hablar contigo hoy no hemos hablado en todo el día.Myles mueve los ojos en blanco y suspira mientras se enciende el porro que se le había apagado.—Pero.. ¿Quien era esa? ¿Donde estáis? Ya sabes.. desde la última vez no me fío de ti.—Hola, me llamo Jericho, he conocido a tu novio de pelea en un bar y ahora estamos en un monte pasándolo bien, estás en peligro o algo?—Eh...no.—Pues
Me despierto de un susto al escuchar mi alarma de las 6 de la mañana, no sé por qué se me ocurrió poner la alarma de gallos, me quito los pelos de la cara mientras con otra mano me limpio un poco el lado de mi boca, me dan pinchazos en la cabeza, bebimos demasiado, me doy la vuelta para ponerme boca arriba y noto que le doy a algo que se queja, levanto la mirada rápidamente y me veo a Kat, echa un ogro durmiendo y me susurra algo que creo que es un 'Uuughh' miro mi móvil para ver que hora es.—Joder! ¡Llegamos tarde a la universidad Kat!Kat me mira con los ojos todavía arrugados y cuando se da cuenta el tema abre los ojos como platos y da un salto que casi se cae de la cama.—Te robo ropa Jeri!Cuando ya estamos preparadas bajamos las escaleras, veo que papá está riéndose de nosotras y tiene justo dos platos preparados para cenar, quita los platos y