NARRA SANDY
—¿David? ¿Me estás diciendo que David te invito a salir en una cita? — me pregunta Clara sorprendida ante lo que le acabo de decir. —¡Si! — le respondí yo dando brinquitos y aplausos de la emoción. —Eso es muy extraño. No me lo tomes a mal, pero David siempre ha sido bien reservado. Al extremo que no se nada de su vida privada. Jamás a traído a alguien a casa así que no creo que haya tenido algo serio anteriormente. David es un caballero con todas sus letras. Si mostró interés en invitarte a salir como una cita es porque le gustaste de verdad. — comenta Ángel y eso solo me pone mucho más nerviosa. ¿De verdad David está interesado en mí? Me pregunté y es que no me quiero ilusionar. Me da un poco de miedo porque no sé qué esperar de esta cita. —¿Porque tienes la carita larga? — me pregunta Clara y me da un poco de pena hablé de esto frente a Ángel. —Eh, yo las dejaré solas para que puedan hablar en confianza. — dice Ángel caminando hacia la puerta llevándose a Ariana con él. —¿Que te preocupa? — comienza a interrogar Clara. —Son tantas cosas Hada, es especial el que no se nada de nada. No sé de qué hablar con él, cómo actuar, ni siquiera sé si esto es real o es un sueño. En este momento no se nada la verdad. — le dije y sentía ganas de llorar, pero eran más las ganas de vomitar de los nervios. —¿Quién eres tú y que has hecho con Sandy? La chica que no le importa nada, y que no se deja amedrentar por nada. Eres una chica muy bella, pelirroja lo que te vuelve explosiva de naturaleza. No puedo creer que algo como esto de doblegue. — me regaña y la entiendo, pero esto es muy diferente. No es lo mismo que con las conversaciones o piropos que evado en la universidad o con los clientes del restaurante donde trabajaba. Estamos hablando de un hombre hermoso, muy alto, pelo negro de lejos, pero de cerca es un castaño oscuro, unos hermosos ojos verdes, una cara tallada por los dioses, una barba que se asoma y que estoy segura si se la dejara crecer perdería por completo mi cordura. No es un hombre es el hombre del que estábamos hablando. ¿Sería muy inmaduro o infantil de mi parte pensar que ya me vi con él para toda una vida? No lo creo, pero esto que siento en mi pecho, en mi estomago y cabeza me da mucho miedo. —Solo tengo mucho miedo Clara, sabes que nunca he pasado por algo así. Jamás me había gustado o atraído un hombre de esta manera. Solo no quiero ilusionarme y terminar con el corazón roto y que todo termine como una burbuja de ilusiones en el aire. — Le digo acercándome a ella para un abrazo. —Es normal que sientas temor, Sandy. Lo que si puedo decirte es que David es un hombre muy bueno, es normal sentir miedo a lo que comienzas a sentir. Por lo que es nuevo para ti. Yo meto las manos al fuego por David, date la oportunidad de conocerlo y ver hacia donde los lleva esta cita. Porque solo te esta pidiendo salir en una cita, no que te hagas su novio o te cases con él. Ve un paso a la vez date la oportunidad de conocerlo y que te conozca, se tu misma. No trates de impresionarlo siendo lo que no eres. Ahora vamos a cenar, mi padre hizo unas costillas a la barbacoa que son las mejores, a parte que son sus favoritas. — me dice tomando mi mano y guiándome hasta la parte trasera de la casa. —Tia Sany. — grita mi pequeña hada después de correr hacia su madre. Ariana y yo pasamos mucho tiempo juntas. Pasar tiempo con ella me motiva a dar lo mejor de mi para seguir aprendiendo todo lo que pueda y así ayudar a mi hermanito. Pensaran que me he olvidado de mi familia todo este tiempo y no es así. Gracias a la profesora Pamela he mantenido el contacto con mi familia. Le envió correos a ella los cuales ella imprime para mi hermano o mi madre y ellos hacen lo mismo. Ella escanea todo lo que ellos deseen enviarme. Mi padre ha tenido un montón de problemas con la comunidad desde que supieron que yo había sido exiliada por parte del reverendo. No es algo que me preocupe por mí, pero si por mis hermanos y mi madre pues son a ellos a los que podrían hacerles algo. Pueda que suene algo irracional, pero les gusta tener el control sobe muchas situaciones y no solo es hablar mal de mi familia porque fui exiliada. Si no por el tema que, al irme, tendría que perder contacto completamente con ellos y eso era algo que me negaba rotundamente a hacer. —Hola, mi pequeña princesa. (Hello, my little princess)— le respondí en inglés. Ganándome la mirada reprobatoria de Clara. Yo me rio y me encojo de hombros. —La confundirás. — me regaña. Esta vez es su madre la que entra en nuestra conversación. —No creo que eso suceda. Cuando estaba embarazada de ti, recuerdo que me encontré con un artículo en una revista donde se mencionaba que los niños son como las esponjas absorben todo y que su cerebro tiene la capacidad de repetir y aprender palabras, gestos, idiomas y hasta la postura y hábitos que uno le enseñe hasta las 5 o 6 años. Por mi parte perfecto que ella vaya pudiendo entender otro idioma. Así ella cuando entre a la escuela ya llevara una ventaja. — comenta su madre y yo solo le di una mirada de “Te lo dije” la que estudia pediatría soy yo no ella. La cena fue exquisita y después de eso nos despedimos para ir a descansar. La mamá de Clara me enseñó a donde dormiría y era una habitación muy bonita. Di vueltas en mi cama pensando en las historia que leí en el diario de mi madre. Cuando ella salió a conocer el mundo a sus dieciocho años, ella conoció a un joven del cual se enamoró y él le regalo un libro el día que se dejarían de ver. El libro contaba la historia de un romance entre dos amores imposibles ya que él era un dios y ella una mortal. El detalle es que para poder estar juntos uno de ellos debía hacer sacrificios. Lo único malo es que en el libro hay un final feliz para sus protagonistas, pero no para mi madre. Mi padre es mayor que ella por mas de diez años y no es la edad el problema, si no que nunca hubo amor entre ellos. Mis abuelos la entregaron solo para recibir beneficios económicos. No le dieron opción a nada y por lo que leí a los pocos meses después de que mi mamá se casara, encontraron un cuerpo en las afueras de la comunidad y eran del hombre que esperaba por mi mamá todos los días a la misma hora. Todo esto son parte de las cosas que carga mi madre en su conciencia y es por eso que le tiene un horrible miedo a mi padre, por creerlo capaz hasta de matar a un hombre. No se en que momento me quede dormida, pero los rayos del sol y unos golpes en la puerta me despiertan. —Buenos días dormilona. Despierta porque si no te encontraran sin arreglarte. — Escucho a Clara detrás de la puerta. —Ya voy gracias por despertarme. — le grite tirándome de la cama al ver la hora. —De acuerdo, te dejo para que te alistes, te esperare abajo. — comento y yo fui directamente a el baño y me hice un moño para evitar mojar mi cabello. Lavarlo seria un procedimiento muy largo, así que lo dejare para la noche. Le puse una de las mudadas que Alana preparo para mi ayer y me gustaba como se miraba en mí. Me encanta este nuevo estilo. Baje a tomar el desayuno y me sentía un poco intimidada por los hermanos de Clara. El desayuno siguió entre comentarios sobre los futuros planes de boda. Hasta que escuchamos el timbre de la casa, me pongo de pie para ir abrir. —Tranquila cariño, dejémosle algo de misterio al asunto. — dice ella caminando hacia la puerta dejando a todos los presentes riéndose. Escuché esa voz tan varonil que lo caracteriza y junto cuando menciono que venia por mi no lo quise dejar esperando, como un estúpido imán, fui hasta la puerta cuando la señora Lorena me llamo. Cuando lo vi, sentí que todo había pasado a segundo plano. Mis ojos estaban clavados en los suyos y muy rara vez perdíamos contacto visual. Era algo increíble sentir todo esto. “Vamos Sandy, actúa normal como siempre eres.” Me grite a mí misma. El paseo iba conforme lo tenía en mi mente de lo más hermoso, tal como dijo Clara he llegado a sentir miedos sin sentirlo. Hablamos mucho sobre mí, casi nada de él. Eso se acabó hasta que me confeso que era un agente. —Disculpa ¿Qué tu qué? — volví a preguntar sin poder evitar la sorpresa en mi voz Respira tranquilice. —Que soy un agente secreto. —Comenzamos los capítulos a diario.
NARRA SANDY Me quedé súper sorprendida ante lo que me acaba de contar. No sabía que en esta familia hubiera hasta agentes secretos. No me extraña porque la señora Jimena es tan misteriosa y hace muchas cosas a la velocidad de la luz. —Parece que mi trabajo te impresionó. — comenta David y puedo ver un poco de decepción en sus ojos. —¡No! No, para nada. Si impresiona, pero no creo que sea algo del otro mundo. Literalmente es como que me digas que eres un policía sin llevar uniforme. — digo algo ansiosa. Él me regala una sonrisa y levantó su mano para tocar ligeramente mi mejilla. No pude evitar cerrar los ojos ante tal gesto. —¿Entonces, está bien para ti que sea un agente secreto? — me pregunta haciendo que abra los ojos de golpe. —Es tu trabajo y si te gusta lo qué haces está muy bien. Claro que, me imagino que en muchas ocasiones corres peligro de que algo malo te pasé, ¿No es así? — le dije algo preocupada. El no deja de verme con una sonrisa. La cual ya me está intimidando
NARRA DAVID Haberla visto de esa manera me dio mucho miedo. Había tenido muchas experiencias en misiones donde mis compañeros se han visto heridos y no me han causado la misma angustia que sentí hoy. Esa pequeña con larga cabellera me estaba volviendo loco. Eso no era nada malo, lo malo es que en un solo día puso todo mi interior de cabeza. —¿Como está? —me pregunta mi hermano Ángel golpeando mi hombro. —Está bien, aún tiene marcas en su cuerpo —le dije mientras me sentaba en una silla frente a la habitación. Me sentía verdaderamente culpable por lo que le pasó. No debí haber pedido algo que no había probado. “Actuaste muy irresponsable”. Me regaño a mí mismo. —Lo importante es que está bien. Me imagino que no está molesta contigo ni nada —menciona y eso es algo que me merezco de su parte, pero no ella fue tan linda y comprensible. —Ella está de lo más tranquila. Podría decirte que soy yo el que está frustrado, mejor dicho, enojado. Si le hubiera pasado algo más te juro que no
NARRA SANDY —¿Y yo qué hice? —me pregunta desconcertada por mi comentario. —Arruinaste mi primer beso Clara Castellana Kawas —le digo en voz baja. Ella abre sus ojos en sorpresa y luego solo sonríe mostrando sus dientes apenada. —¿Lo siento? — comenta encogiendo sus hombros. Suspiré, porque él me dijo que íbamos a tener una segunda cita así que no pierdo las esperanzas. —Está bien, no pasa nada —dije desganada acomodándome en la camilla. —¿Me contarás o tengo que sacarte los detalles con una cuchara? —me reí ante su frase ya que es mía. Suspiré y comencé a detallarle a donde habíamos ido y como había pasado lo de mi reacción alérgica. También lo preocupado que estaba David por eso. —Todo un caballero del zodiaco, mi cuñadito. Me alegra mucho por ti, solo no cometas el error de entregarte tan rápido en una amistad o una idea más allá entre ustedes. Solo se conocen por un día —me advierte y me golpea su comentario al ver lo rápido que se está moviendo todo entre él y yo. Asentí en
NARRA SANDY —¡LARGO DE AQUÍ! ¡FUERA DE NUESTRAS VIDAS! Le faltaste el respeto a tu comunidad, a nuestras creencias, a tu familia. Eres una vergüenza Sandra, desde este momento quedas repudiada de este lugar. — me grita el reverendo de nuestra comunidad. Yo creo que sus palabras fueron innecesarias porque ya tenía la pequeña maleta que me llevaría. —Ustedes son unos ignorantes dejan morir a los más pequeños o a los adultos porque no dejan que nadie estudie y traiga el conocimiento a la comunidad. Me cansé de eso y no necesita venir a decirme estas cosas porque soy yo quien se va voluntariamente. Ya cumplí mi mayoría de edad hace años y puedo decir que allá afuera se vive mucho mejor que aquí. No por la tecnología, no por los vicios o una vida de libertinaje, sino por todo el conocimiento que se puede obtener al ir a una universidad y aprender. Si mi pecado y mi exilio es por ir a superarme a una universidad para ser la mejor doctora posible, está bien. Correré ese riesgo, pero no me
NARRA DAVID —¿Estás seguro de esto David? No sé porque siento que lo haces para huir de tu padre. — me pregunta mi abuela Jimena. —En parte lo hago por eso abuela, no juzgo sus acciones no soy quién para hacerlo. Lo que me hierve la sangre es que mis hermanos sigan en la ignorancia. Esa es una historia que no se debió ocultar a ninguno de nosotros. He sido testigo de cómo Aitor y Alan han visto a Ángel de menos por tal vez pensar que Ángel es más importante para todos, creando muchas diferencias entre ellos. He sido el apoyo de Ángel en este tiempo, pero ya están grandes no me necesitan. La verdad es que ya necesito ver por lo que yo quiero y me gustaría poder ayudarte con el legado del bisabuelo Javier. — le respondí a mi abuela pues la verdad es que necesitaba alejarme un poco del drama familiar. —Lo que significa que quieres quitarme mi puesto. — dice mi tía Esmeralda llegando a nosotros. —Claro que no tía, seré tu apoyo y cuando decidas dejarlo estaré yo para apoyar. — le digo
NARRA SANDYNo sé en qué momento abrí los ojos y me encontraba recostada sobre su brazo. Eso no me pareció extraño en mí, siempre me duermo en todos lados. Lo que si me sorprendió fue sentir la mejilla de David sobre mi cabeza. Su respiración era tranquila lo que significaba que estaba dormido. —Estamos por aterrizar para que le diga a su novio que se ponga su cinturón. — escucho que dice la joven aeromoza. Moví la cabeza ligeramente en respuesta. La chica se fue para seguir con su trabajo y yo estoy con el dilema de que hacer, no quería despertarlo. Comencé a mover ligeramente mi cabeza y sentí que de un momento a otro el peso que sentía anteriormente ya no estaba. Me moví lentamente a despegarme de él. —Lo siento no me di cuenta en qué momento terminé sobre tu brazo. — comenté y es que era la verdad. Recuerdo que me dormí hacia la ventana, pero pueda que dormida me diera la vuelta. —Está bien, creo que también yo me quedé dormido. — menciona y yo sonreí ligeramente. En ese momento
NARRA DAVIDVerla con la ropa que le prestó mi hermana Alana, por alguna razón no me gustó. Todo abrazaba su cuerpo tan perfectamente que solo me provocaba quitarle la ropa. “¿Qué disparate estoy pensando?” Me regañé a mí mismo. Sandy se miraba hermosa y la verdad que sus ojos son más que hermosos. Solo que no podría identificar que tienen que me están volviendo loco. Ese color avellana en su mirada me invitaba a querer saber más de ella. Me ofrecí a llevarla porque la verdad necesitaba pasar ese momento con ella. Era algo estúpido lo que provocaba esta chica. Me hacía sentir como un chico de colegio con las hormonas alocadas algo que puedo decir, mas no describir porque nunca me había sentido así. En el camino la radio sonaba, pero nosotros íbamos en un silencio super incómodo. Mi teléfono sonó y era mi abuela. No quería contestar, pero debía hacerlo.—Hola cariño. ¿Dónde estás? Acabo de llegar aquí con tus hermanas y no te encontré. — me dice y miro a Sandy a mi lado quien me mira po