Sonreí al sentir la respiración agitada de Melissa, podía sentir su incomodidad mientras se movía, estaba disfrutando de esto, pasé mi mano por su cuerpo pegándola hacia mí, sentí como esta intentaba desesperadamente alejarse de mí, sin embargo, no lo logro, yo era mucho más fuerte que ella.
—Si sigues moviéndote... Mmm ¿sabes qué? Olvídalo mejor así. —dije con los ojos cerrados, sentí como dejo de moverse, minutos después sentí su respiración pesada, se había dormido, hice lo mismo que ella y me deje llevar por el sueño...
A la mañana siguiente me levanté sintiendo como algo apretaba mi cuerpo, sonreí al ver como Melissa me tenía completamente atrapado en sus brazos, ¡Diablos! Se veía tremendamente sexi en mi cama.
Intente calmar mis hormonas, el consentimiento, no era un monstruo como para aprovecharme de ella mientras dormía, me quede quieto mirando a la pared, después de media hora sentí como comenzaba a moverse.
—¡Vaya hasta que por fin despiertas! —dije Melissa abrió sus grandes y hermosos ojos, que en cuánto me vieron se tornaron oscuros. —Al parecer estás muy cómoda. —susurre mirándola con una sonrisa cínica, señale con mis ojos sus brazos a mi alrededor, esta se percató de esto y me soltó como si quemara, quite las sabanas de mi cuerpo, la mirada de esta se dirigió a mi abdomen, la vi sonrojarse.
—Al parecer ya nos estás imaginado en posiciones muuuy comprometedoras. —dije y Melissa carraspeo y me miro mal.
—Tú... —la calle dándole un beso, al separarme vi cómo se tocaba los labios.
—Ya vengo. —dije y comencé a alistarme dejando a una Melissa muy confundida...
Mientras me vestía sentía la mirada de esta sobre mi cuerpo, sin embargo, no la mire ni le hable, quería jugar un poco con ella.
—¿Estás enojado? —dijo, seguí con mi tarea, la vi intentar levantarse de la cama.
—Quieta. —Inmediatamente, dejo de moverse, una corriente de adrenalina paso por mi cuerpo, amaba eso de Melissa, la miré fijamente, disfrutando, una de las cosas que más amaba de esta, es que tenía un don innato para ser una sumisa, no importaba que ella siempre me obedecía, siempre me miraba como esperando que le diera una orden... esto me ponía demasiado caliente.
Termine de vestirme, Melissa aún me miraba atenta, suspire, imaginándola con un collar en su delgado y hermoso cuello.
De pronto la puerta fue tocada, e inmediatamente entro una criada a traer el desayuno y lo coloco en la mesa, después de esto se marchó, me senté mientras comenzaba a desayunar.
—¿No vas a comer? —le pregunté, Melissa, sin dejar de mirarme, se levantó de la cama y se sentó en frente mío.
Mientras comía podía ver como de vez en cuando, Melissa intentaba decirme algo, sin embargo, nunca reunía el suficiente valor.
—Si quieres decir algo, solo hazlo. —dije y esta asintió.
—¿Qué será de mí? —dijo la mire serio.
—Ya te había dicho que te quedarías aquí. —Melissa me dio una sonrisa incrédula.
—O sea, ¿Aquí en esta habitación? ¿Encerrada sin hacer nada? —Asentí tranquilo, vi como comenzaba a mover nerviosa.
—No me niego a no hacer nada con mi vida... pero ¿Y qué se supone que haré aquí? —Me encogí de hombros.
—No lo sé, haz lo que quieras, excepto salir de esta habitación.
—¿Has visto a tu alrededor? —Asentí. —Literalmente estas es el cuarto más aburrido del mundo, no puedes hacer nada aquí y yo no puedo, no quie... — la interrumpí.
—Puedes masturbarte.
—Exacto solo puedo mastu… —La vi detenerse antes de seguir hablando. —¿Cómo puedes decir eso? —Me encogí de hombros
—¿No puedo ni siquiera dar vueltas por la mansión?, créeme que no podré escapar de aquí. —Negué. —¿Por qué? —Rodé mis ojos, ahora que por fin tenía una conversación real con Melissa me daba cuenta de que era un poco lenta para entender las cosas.
—¿Por qué dejaría que una traidora andará por todos mis aposentos donde tengo información importante? —espete, Melissa me miro por unos segundos en silencio.
—Toche. —dijo, limpie mis labios.
—En fin, me voy, estoy seguro de que encuentras algo que hacer, eres lenta, pero inteligente. —dije y comencé a caminar a hacia la salida.
—Espe... —No la deje terminar y cerré la puerta con llave.
Fui directo a mi escritorio sonriendo, solo serían cuestión de días, solo tenía que ser paciente...
Día uno
—Ya no aguanto más, me rindo, mátame. —dijo Melisa exageradamente, saqué mi arma, sin dejar de mirar la pantalla del computador y la apunté, vi como abría los ojos y soltaba una carcajada nerviosa. —Mátame de... ¡Ay por dios! Era mentira, una broma, nada más, ¿okay? —dijo bajé mi arma.
Estaba a punto de bajarle esos pantalones que le apretaban ese hermoso culo y palmearla hasta que me rogara porque me detuviera, nunca pensé que esta llegaría a ser una chica tan dramática e insistente, definitivamente su personalidad era todo lo contrario a su apariencia tranquila.
Día dos
—Dominic, tienes que dejarme salir, juro portarme bien. —hablo Melissa como por quinta vez.
—Melissa.
—¿Si? —dijo mirándome alegre.
—Cállate y siéntate, si hablas una sola vez más te daré unas cuantas surras. —hablé y vi como abría sus labios, dispuesta a decir algo, no estoy jugando. —dije serio.
La vi sentarse mientras me miraba en silencio, tragué saliva al ver lo sexi que se veía siguiendo mis órdenes.
Día tres
Vi como Melissa balanceaba las piernas de un lado a otro, tenía las piernas abiertas, sonreí, tal vez era momento de darle una probada de lo que le esperaría... era como un incentivo.
Me levante y camine hacia ella, esta me miraba cautelosa, cuando llegue hasta esta coloque una de mis piernas entre las suyas, la vi tragar saliva y mirarme fijamente.
—¿Qué haces?
—Solo espera unos segundos.
Comencé a pasar una de mis manos por su cuerpo, vi como su piel se erizaba, con mis dedos, tome uno de sus pezones, escuche como soltaba un gemido.
—tú... tú… no. —tartamudeo
—Silencio. —demandé vi como las pupilas de sus ojos se dilataban, comencé a bajar mi mano lentamente por todo su cuerpo, deteniéndome unos segundos en sus pechos, para después seguir hasta llegar a sus pantalones.
—¿Segura? —La vi morder su labio, sonreí y desabroché sus pantalones, metiendo mi mano en sus bragas, comencé a pasar mis dedos por su intimidad, estaba mojada.
La sentí gemir, detuve mis toques y la miré serio.
—Si haces otro ruido, te castigaré. —Vi como su respiración se agitaba, introduje uno de mis dedos en su intimidad y comencé a moverlo, después metí otro y comencé a hacer círculos en esta, Melisa movía su cadera, aumenté mi ritmo, de pronto Melisa soltó un gemido.
Saque mis dedos rápidamente, Melissa me miro mal, vi como su cuerpo temblaba.
—¿Qué haces? —dijo con la voz temblorosa.
—Castigarte. —dije y caminé hasta salir de la habitación, sentí su grito de frustración.
Día cuatro
Entre a la habitación, la noche anterior no había vuelto a la habitación, había tenido algunos pendientes, sonreí al ver "el paisaje"
Las bragas de Melissa estaban tiradas en medio de la habitación, mientras ella se encontraba en la cama, acostada con los ojos cerrados mientras dormida, la escanee de arriba a abajo, deteniéndome en su intimidad, me acerque a la cama y toque las sabanas, estaban ligeramente mojadas.
Toque una de sus piernas haciendo que se despertara de golpe, al verme se sonrojó.
—Al parecer has tomado mi sugerencia. —dije y Melisa me miro mal, se levantó y recogió sus bragas, se las coloco, y comenzó a mirar a la pared en silencio... Melissa no me hablo ese día ni tampoco los siguientes dos.
Día seis
Entre a la habitación, viendo como Melissa miraba a la ventana, sin hablarme. Me senté y tomé el computador entre mis manos, de pronto escuché la voz.
—Está bien... yo acepto. —Sonreí, sabía que lo haría.
—Está bien... yo acepto. —dije rendida, tenía que admitir que mi orgullo había sido ligeramente lastimado. Me repetí mentalmente un montón de veces que esto no solo lo hacía por placer, me repetía mentalmente que esto lo hacía por la misión y que claramente Dominic no me había seducido. Dominic me miro con una sonrisa, quise quitarle esa estúpida sonrisa de un bofetón, suspiré, mordí mis labios intentando callar las miles groserías que tenía por decirle. Vi como Dominic dejo su computadora a un lado y palmeaba sus muslos, mire sus manos mientras hacia este movimiento, ¡diablos! ¿Por qué tenía que recordar ese momento justo ahora? Mordí, mi labio no podía de dejar de recordar aquel día, como las manos de Dominic pasaban por mi cuerpo, mandándome miles de corrientes eléctricas por mi cuerpo, tenía que admitir que había pensado toda esta semana en sus toques, incluso yo llegue a... Sacudí mi cabeza, odiaba ser tan calenturienta. —Melissa, cree que no quieres saber lo que va a pasar si
La jale hacia mí y la bese, no lo podía negar, estaba completamente satisfecho, por fin lo había logrado, sonreí internamente, imaginándome todo lo que podía hacer de ahora en adelante. —En ese caso, bienvenida a mi mundo. —dije al separarme, pase una de mis manos por su cintura, sintiendo como se estremecía, deseaba follarla aquí mismo, de tan solo pensar en cómo su cuerpo reaccionaba a mi toque, me volvía loco; sin embargo, aún no era el momento... aún quería jugar un poco más con su paciencia. —Dominic... ahora que acepte este trato ¿puedo salir? —solté una risa ante su pedido, no podía creer lo cínica que podía llegar a ser esta mujer, dejarla suelta era un peligro, no era tonto, sabía que Melissa también había aceptado este trato para que bajara la guardia; sin embargo, el sexo no haría que bajara la guardia... —¿Aún no te ha quedado lo suficientemente claro Melissa? No te dejaré salir de esta habitación. — La escuché suspirar. — Sin embargo, te daré una buena noticia, te sacar
Entre al baño en silencio, no podía dejar de imaginarme lo que sucedería a continuación, mi respiración se volvía cada vez más errática a medida que me desnudaba, miles de corrientes eléctricas recorrían mi cuerpo acumulándose en mi intimidad, al terminar de desvestirme me senté en la tapa del váter, no podía negar de que estaba nerviosa.Me miré al espejo del baño mientras esperaba ¿Por qué mierda se demoraba tanto ese idiota?...Llevaba 15 minutos esperando a Dominic, me sentía frustrada, me encontraba terriblemente excitada, y mi mente no ayudaba, no podía dejar de imaginar miles de situaciones en la que Dominic me follaba.Mordí mi labio fuertemente, sentía la necesidad de guiar mis manos hacia mi intimidad, Dominic nunca dijo que no podía tocarme ¿O sí?Comencé a bajar mi mano hacia mi intimidad, mientras con mi otra mano tocaba mis pechos, apreté uno de mis pezones, acallé un gemido, mientras hacía esto comencé a trazar círculos en mi intimidad, dios esto se sentía tan bien.No
Salí de la ducha junto a Melissa, esta cerraba sus ojos, estaba cansada, al acostarnos en la cama ella cerro sus ojos completamente y se acostó a dormir, yo, por otro lado, no pude dormir, por mi mente no dejaba de reproducirse la escena anterior, estaba terriblemente complacido con la actitud de Melissa, ella era perfecta para mí.Pase mi lengua por mis labios, ahora que había probado a Melissa deseaba más, mucho más, quería que Melissa fuera completamente mía, su alma, su cuerpo.Cerré mis ojos e intenté dormir, mañana tendría que hacer bastantes cosas...Al día siguiente me levanté, Melissa estaba completamente pegada a mí, sus brazos rodeaban todo mi torso, reí, para ser una persona que juraba que me odiaba a muerte, se veía muy cómoda a mi lado.Le dejé dormir un rato a mi lado, aún no comprendía por qué me odiaba tanto, si puede que cometiera unos errores en la conquista, pero definitivamente no había hecho cosas tan malas, solo unas cuantas muertes, pero al final todo había val
Mire a mi alrededor, hace mucho que no salía a la ciudad a caminar, en estos dos años me había centrado en mi venganza, por lo cual, no había tenido tiempo para disfrutar, respire, el aire entro a mis pulmones, en una cosa que tenía que darle crédito a Dominic era que actualmente los índices de contaminación habían bajado considerablemente.Las personas caminaban relajadamente mientras, la guardia, los vigilaba, odiaba esto, odiaba sentirme como en una cárcel, con ojos mirándome con cada paso que daba.De pronto sentí como Dominic tomaba mi mano, lo miré impresionada, sin entender su gesto.—Así me aseguro de que no te escapes. —Asentí sin creerle, pero lo pasé por alto, después de todo esto no era un gran gesto.—¿A dónde iremos? —pregunte.—No lo sé, no suelo hacer esto, así que estoy un poco perdido, ¿Qué quieres hacer? —pregunto, me encogí de hombros, no sabía qué quería hacer, siempre se me había hecho un poco difícil hacer esto.—A donde tú quieras ir estoy bien. —Lo vi rodar lo
Acerque mi mano al rostro de Melissa, tenía que admitir que el día de hoy se veía terriblemente preciosa, acaricie sus labios con la excusa de que tenía salsa en ellos cuando en realidad solo quería besarla y tumbarla contra la mesa. Al retirar mi mano de su rostro no podía olvidar como se sentía su piel bajo mi tacto, deseaba volver a colocar mis manos sobre ella, solté un suspiro y comencé a comer de nuevo, dándole un par de miradas de vez en cuando. —Melissa. —la llamé, esta levanto la mirada de su plato. —¿Dónde está tu familia? —lance la pregunta que había rondado mi cabeza desde hace mucho tiempo, ¿Acaso era huérfana? ¿O tal vez su familia estaba en su ciudad natal? Podía jurar de que estos no estaban en la ciudad, no creía que Melissa se arriesgara a traer a su familia donde el enemigo. —Muerta. —Trague saliva ante su tono gélido, no pregunte más, no era un idiota, no me metería en un terreno peligroso. —Ya veo. —no le di las condolencias, la verdad es que no tenía por qué d
Mire a mi alrededor, impresionada, aún no podía creer lo que estaba viendo, no entendía con qué objetivo Dominic me traía a este lugar… de todos los lugares posibles, el último que se me paso por la mente era un orfanato.Mire a la pequeña a mi lado, esta parecía encantada con la presencia de Dominic, podía ver la adoración en sus pequeños ojos, trague saliva nerviosa, toda esta situación me ponía de nervios.—¿Cómo te llamas? —pregunte, la niña volteo a mirarme, después de haberme ignorado por un buen rato.—¿Quién es ella Dom? —le pregunto a Dominic, nombrándolo de nuevo por ese ridículo apodo… pero eso no era lo importante ¿Acaso ella me había ignorado nuevamente?Dominic la miro con una sonrisa tierna, lo miré de arriba abajo, se veía guapo cuando sonreía.—Es una amiga. — dijo y alzo a la niña, esta me dio una sonrisa forzada, se le devolví de igual manera.—Mi nombre es Anna. —Asentí sin saber qué hacer a continuación. —¿Y el tuyo?—Melissa. — me presente y el silencio incómodo r
Trague nerviosa al escuchar las palabras de Dominic, lo mire curiosa ¿Qué mal había hecho?—Amo, ¿puedo hacer una pregunta? —dije cautelosa, no quería ser insolente, no cuando Dominic parecía hablar en serio.—Adelante—¿Cuál es la razón exacta por la cual estoy siendo castigada? —pregunte, Dominic levanto una de sus perfectas cejas—No puedo creer que seas tan inconsciente Melissa, no te parece suficiente motivo haberme insultado durante todo nuestro paseo. —Lo miré fijamente, un poco apenada, no podía refutar sus palabras.—En ese caso, Amo, permítame disculparme. —dije con voz suave, sin embargo, Dominic no volvió a hablarme hasta que llegamos a casa.—Baja del auto y espérame en la sala de espera, en cuanto tenga todo listo enviaré a una criada por ti.—Sí, amo. —respondí intentando ocultar mi nerviosismo, espere a que Dominic me esperara para que entráramos a la mansión juntos, sin embargo, esto no sucedió, no podía negar que esto me molestaba un poco; baje del auto y tal como me