Apreté mis puños mientras intentaba calmarme, estaba a punto de detener a los guardias, una parte de mi mente me gritaba desesperada a gritos que no la llevara al calabozo y otra parte de mí gritaba que debía matarla por haberme traicionado, le había mostrado mi lado más humano y ella lo había pisado y desechado... sin embargo, no podía culparla, ella jamás me lo pidió, todo había sido mi culpa, yo había elegido que me traicionaran. Cuando los guardias salieron me senté en la cama, restregando mis manos contra mi cara, desesperado, intentando aguantar las lágrimas que deseaban salir, ¡mierda! Por mi culpa habían muerto niños inocentes, por mi culpa su vida había terminado, me carcomía la conciencia saber que mientras yo estaría en esta tierra disfrutando, ellos jamás podrían volver a sonreír. Furioso conmigo mismo y con Melissa me levanté la cama y salí de la habitación, necesitaba torturar a aquellos malditos... —Señor, ¿Piensa dejar morir de hambre a la mujer en el calabozo? Llev
Después de la visita de Xania los guardias comenzaron a traer comida, lo cual agradecía enormemente, era un alivio saber que no iba a morir de hambre, si tenía que ser sincera, desde mi perspectiva era una de las muertes más horribles que se le pudiera dar a alguien... Suspire mirando el techo, estaba harta de preguntarme que iba a pasar conmigo, definitivamente la incertidumbre iba a acabar conmigo, gracias a esta y a la ansiedad no podía respirar bien y mi garganta y pecho se apretaban dolorosamente, ¿esto es lo que buscaba Dominic? ¿Atormentarme hasta que ya no quedara nada de mí para después matarme? Tire de mi labio como había estado haciendo últimamente, es verdad que solo llevara una semana encerrada, pero se me hacía una eternidad. Cerré los ojos, necesitaba pensar en otra cosa, distraerme; sin embargo, mi tarea se vio interrumpida por unos pasos, estos se escucharon por todo el calabozo, ¿Ya era hora de la comida?, vaya sí que el tiempo se había pasado rápido hoy. Me senté
Salí de la habitación, dejando sola a Melissa, ¡mierda! Todo había salido de la peor manera posible, supone que me disculparía y ella me gritaría, y tal vez me golpearía un poco, y al final nos encaminaríamos a nuestra reconciliación y tendríamos mucho sexo, pero al parecer los dioses me odiaban lo suficiente como para complicarme la vida aún más, suspire frustrado ¿Y qué se supone que debía hacer ahora? Entre a mi oficina, y tomé un cigarro de mi escritorio, lo prendí dándole la primera calada, no solía fumar muy a menudo; sin embargo, estaba demasiado estresado y necesitaba la nicotina para relajarme. Mientras lo hacía no podía dejar de pensar en las palabras de Melissa, ella tenía razón, nuestra relación era retorcida y se salía de toda lógica humana, pero ¿Qué mierda importaba? Si algo había aprendido a lo largo de los años en la calle, es que no todas las cosas tienen porque tener lógica y que no por eso dejaran de hacerse o existir, la verdad no quería darle la razón a Melissa
Ya estaba lo había soltado todo, respire agitadamente mientras sentía mi cabeza dar vueltas, ¡mierda! Se había sentido excelente decirle todo lo que me hacía sentir mal, por fin sentía que un peso se liberaba de mis hombros, estaba profundamente triste y herida; sin embargo, no podía evitar sentirme aliviada. Mire como Dominic me miraba estupefacto y aproveche el momento para salir corriendo, después de la valentía seguía la profunda vergüenza. Además, no estaba dispuesta a hablar a Dominic sobre mi madre, no, él no tenía el derecho de saber sobre ella, bastaba con hacerlo sentir miserable por haber matado a mi madre. Al llegar a la habitación me encerré, asegurando de pasar el pestillo, sin embargo, no sentí que fuera suficiente protección, necesitaba volver a sentirme fuerte, así que corrí al baño y me encerré mientras me sentaba en la bañera, mirando al techo. Si hace cinco años me hubieran preguntado si alguna vez estaría en esta situación, me reiría un buen rato, mientas neg
Mire estupefacto a Melissa sin saber qué decir, mierda, ahora entendía completamente el odio de Melissa, entendía completamente su situación y no podia hacer como si nada, no merecía pedir su amabilidad. Medite unos segundos la historia de Melissa, había unas cosas que definitivamente me resultaban extrañas; sin embargo, no quería indagar más, con lo que me había contado el día de hoy, era suficiente, no podia presionarla más. —Sé que no tengo derecho a decir esto Melissa; sin embargo, lo diré, de verdad lo siento Melissa, siento que hayas pasado por esto Melissa.Esta me miro en silencio, me recosté en la cama y esta me miro, mire hacia otro lado, esta estaba en un trance, mientras el tiempo transcurría no podia de dejar de pensar en aquel accidente, todo era demasiado extraño, primero porque todos y absolutamente todas las ejecuciones se hacían en conjunto y a menos que yo ordenara no se dejaba nadie.—Melissa, ¿Puedo atreverme a preguntar algo? — Pregunte nervioso, esta torció su
Mire a Dominic en silencio, impresionada aún por sus acciones, intente formular algunas palabras, sin embargo, nada salía de mis labios, sentía como mis piernas temblaban ¿Por qué iba a san Marino? Acaso iba a hacer algo malo, ¿o simplemente iba a investigar? Mordí mi labio fuertemente, intentando que aunque una sola palabra saliera de mi boca. Sin embargo, eso no sucedió, al contrario, mi gesto ayudo a que me quedara aún más sin palabras, puesto que Dominic puso su mano en mi rostro, desasiendo suavemente, casi sensual, el agarre de mi labio. —Di que si por favor.Rogó mirándome directamente a los ojos, está enojada y triste; sin embargo, su gesto hizo que corrientes recorrieran por todo mi sistema nervioso, nerviosa, asentí, aunque no estaba segura de mi decisión, claramente una parte de mí quería negarse a estar con él, claro que parte de mí estaba recia compartir habitación con este hombre; sin embargo, parecía que a mi cuerpo y mente no le gustaba aceptar esa opinión.Dominic s
Ocho años antesDesde que era tan solo una cría tenía claro que era la justicia y como esta se debía ejercer, siempre había sido una persona demasiado justa para su bien, si tenía que ser completamente sincera me había ganado más problemas de los que quiera admitir debido a esto, era una persona que luchaba por sus convicciones, desde que tengo memoria odio a las personas que abusaban del poder, es por eso que había decido estudiar leyes, deseaba aportar al mundo mi granito de arena.Miré mi celular aburrida, estaba almorzando; sin embargo, por alguna razón, no tenía demasiadas ganas de hacerlo, me dispuse a mirar Facebook.Después de estar navegando por media hora una publicación llamo mi atención, ¿Qué clase de ridiculez era esa?En la publicación se describía a un grupo de personas, las cuales seguían a un tal tipo llamado Dominic, según estos su objetivo era poner bajo el mando de su líder Europa ¿Qué mierda estaba leyendo? Solté una risa burlona, esta noticia era demasiado ridícu
Me levanté de la cama y comencé a organizar la habitación, miré al espejo, estos ocho años había cambiado demasiado, y no solo yo lo había hecho, sino también todo lo que conocía, el mundo en sí lo había hecho, desde que Dominic había tomado el poder de Europa todo era diferente.Me metí a bañar, mientras lo hacía no podía evitar que mis pensamientos vagaran, necesitaba desesperadamente encontrar información valiosa para la organización, llevaba un año aquí, y aún no lograba recolectar nada, Dominic era como un muro impenetrable.Al terminar de bañarme me coloqué mi uniforme rápidamente, hace un año me había convertido en una mucama de la mansión principal.Salí de la habitación para ir al comedor del personal, miré a mi alrededor, en serio todo había cambiado drásticamente.Al llegar al comedor, me senté al lado de Violeta, una compañera de la cual era cercana, era lo más parecido a una mejor amiga, aunque en realidad actualmente esa palabra no existía.—¿Te has enterado? —pregunto i