En la cena, Eva no tenía apetito, a pesar de que toda la mesa estaba llena de sus comidas favoritas. Tenía que admitir que Melissa y Demian eran una pareja perfecta, ni siquiera pudo fingir una sonrisa cuando vio la forma en que Demian cuidaba a Melissa.
- Eva ¿Volviste a México como viaje de graduación? ¿Regresarás a Boston para trabajar en el futuro? - Martina preguntó con gran interés.
- ¡Quiero quedarme en México! – Dijo Eva con sinceridad.
Martina la miró con sorpresa y luego miró a Demian.
- No te había escuchado mencionarlo, ¿Por qué es tan repentino? – Dijo Martina un tanto sorprendida y sin ocultar aquello.
Eva capturó con precisión este momento y los cambios de emociones en los rostros de todos, incluso el de Melissa.
- ¿Puedo quedarme en México? - Preguntó en lugar de responder a la cuestión de Martina.
Toda la mesa estaba en silencio, Eva sabía que aquí nadie esperaba realmente que ella regresara.
- ¿Cómo está tu amiga? ¿Necesitas mi ayuda? – Preguntó Demian rompiendo el incómodo silencio que reinaba en la mesa.
Eva explicó brevemente la condición de Sara y dijo que el tratamiento actual ha sido efectivo, así fue como cambió el tema.
Después de cenar, Martina le pidió a Eva que se quedara en casa, tomó la mano de Eva y caminó hacia la puerta de la habitación.
- Siempre he limpiado tu habitación. Los muebles no han cambiado. Solo les pedí a las chicas de servicio que cambiaran las sábanas. No sé si te gusta o no, el viaje debió ser cansado, vete a la cama temprano. – Dijo Martina, sonando como una madre dulce y preocupada.
Al entrar a la que por años fue su habitación, montones de recuerdos se le vinieron a la mente, montones de cosas le llegaron a la cabeza, Eva podía ver un fantasma de ella, uno que deambulaba por su recámara, podía ver a su yo joven, cuando caminaba de un lado a otro, cuando bailaba estando feliz.
Seguramente en aquellos tiempos ella se sentía feliz; por algún detalle que Demian había tenido con ella, podía verse recostada en la cama sonriente, abrazando ese maldito diario, al cual seguramente le había escrito alguna estupidez.
También podía verse en los últimos días antes de irse a Boston, se veía en un rincón sentada en el suelo con la cabeza entre las piernas, llorando desesperadamente. Se veía en la cama recostada de lado llorando, se veía empacando algunas cosas, se veía triste, se veía desesperada por no querer irse.
Mientras tanto, el estado de ánimo de Martina era muy complicado. Por un lado, se sentía culpable por su actitud menos empática, a quien, decía llamar su hija. No se perdonaba el hecho de que, tan pronto, salió a la luz aquella dolorosa verdad, lejos de hablar con ella de manera comprensiva, solo la aisló, cualquier comportamiento, cualquier movimiento, era motivo de preocupación.
Inclusive, llegó al punto de pedirle a Demian se fuese a vivir solo, no los quería juntos, no quería que cualquier sentimiento inconscientemente fuese recíproco.
- Mamá… Tú no tuviste la culpa, no conocías las intenciones de aquella mujer, deja de martirizarte. – Dijo Demian que se encontraba detrás de ella. - Tal vez lo que Eva necesita es que nos vuelva a ver como familia, lo que menos necesita en este momento es que, la alejemos, ella es mi hermana y la quiero como eso, yo jamás creí esa bola de tonterías de una adolescente. – Dijo Demian tratando de consolar a su madre.
- ¡Tienes razón, hijo! Eva nos necesita, tal vez ella está estresada por la idea de que la rechacemos, nunca debimos enviarla lejos, es solo que los rumores eran demasiados y no queríamos que aquello también te afectara. – Dijo Martina mirando a su hijo.
Martina se sentía culpable, pero no solo por el pasado, sino también por el presente, ya que, aunque habían pasado años y su hijo estaba comprometido, ella no podía sacarse de la cabeza que posiblemente Eva, no estaría tan tranquila con la noticia.
- Nunca creí esas estupideces de aquella escuincla… - Dijo Demian molesto.
Martina solo atinó a sonreír, ella sabía que, aunque no lo decía, tanto a ella como a su esposo, siempre les quedó la espinita de lo que Eva realmente pudiera sentir por su hijo. Pero por el momento ella no tenía nada de que preocuparse, ya que su hijo, ya estaba comprometido con Melissa.
Eva no podía dormir y planeaba bajar a caminar, pero cuando llegó a la esquina de las escaleras, vio a Demian, Martina y Sebastián conversando.
- Demian, ¿Realmente no sabías de antemano que Eva regresaría esta vez? - Preguntó Martina, —¿Aceptaste?
- Si ella quiere volver, puede volver, no necesita el consentimiento de nadie. Cuando te uniste a su padre para enviarla lejos, no pediste mi opinión. – Dijo Demian con voz tranquila pero seria.
- Los rumores casi inundaron a nuestra familia… Si no lo hago, tendrá un gran impacto en ti y en ella. – dijo Martina, poniendo su bienestar como pretexto.
- Madre, no deberías tomar en serio tantas tonterías que dijo la media hermana de Eva, que en ese entonces era una escuincla, además, este es el hogar de mi hermana, o ¿Ya no? – Dijo en un tono tranquilo.
- No menciones más el pasado, si alguna vez quisiera volver, este siempre sería su hogar. – Dijo Sebastián viendo a Demian y consolando a su esposa.
- Eva ya no es una niña, sé que sonaré duro, pero, Demian ustedes como hermanos deben evitar que, ahora que Eva regresa, nuevamente comiencen las habladurías y, mucho más, ahora que tú, mi hijo, estás comprometido. – Dijo nuevamente Sebastián seriamente.
Eva se quedó allí, derramando lágrimas en silencio. Ella no quería oír más, solo le queda esperar que el día siguiente lléguese pronto y se le ocurrieran innumerables razones para no irse durante la noche.
A la mañana siguiente, casi sin poder cerrar el ojo durante toda la noche y con el corazón roto, cuidadosamente, Eva salió apresuradamente de casa de sus padres, dejando avisado que iría a ver a su amiga al hospital.Luego de escuchar la conversación de ayer, tenía nulas ganas de permanecer ahí, aún tenía mucho que pensar, no era millonaria, pero bien tendría que pensar en un lugar donde permanecer, donde convertirlo de ahora en adelante, en su lugar seguro, en su hogar.Minutos después de tomar un taxi de aplicación, llego al hospital, solo para encontrar a una Sara completamente despierta y furiosa. Aunque Sara al verla quería lucir solemne y tranquila, era evidente que no lo estaba, la llamada que estaba atendiendo se lo demostraba.- ¿Cómo pudo hacer esto? - Dijo Sara enfadada - Ha copiado nuestro nuevo producto y está discutiendo inversión con la empresa Mendoza.La empresa Mendoza es una empresa con la que estaba hablando de cooperar antes de enfermarme, pero ahora él me la va a
Alejandro Mendoza era un economista seguro de sí mismo, ambicioso y con una gran habilidad para manipular las circunstancias a su favor y, aunque su fachada denota su extrema confianza. El hombre que parecía ser intocable e inalcanzable poseía una profunda humanidad detrás de aquella imagen de éxitoAlejandro y Demian eran amigos desde que estaban en pañales, pero aunque eran amigos, ambos eran completa y absolutamente diferentes.El hombre se había percatado de la presencia de Eva Díaz cuando miro por el amplio ventanal mientras estaba reunido con Mark Thomson, el hombre al verla, sonrió y por dentro se preguntó de la razón de su presencia, por lo que sin que Mark lo notara, el hombre había accedido a las cámaras de recepción.Mark Thompson se había presentado ante él, ofreciendo varios beneficios si Alejandro desistía de su acuerdo con Sara y se pasaba al “equipo ganador”. Incluso para Alejandro aquella acción se le hacía repudiable, pero no lo expresaba al instante.Una vez que Ale
- ¡Mamita hermosa! ¡Mamita! ¡No me dejes! – Sollozaba entre sueños la pequeña Eva.La pequeña niña estaba teniendo una pesadilla, desde que tenía uso de razón, Eva podía ver a su madre entre sueños, despertar a la niñera entre sollozos y lágrimas, era algo habitual en esa enorme y solitaria mansión.- ¡Maldita niña! ¡Cállate! ¡Déjame dormir!La madre de Eva había muerto de cáncer en la matriz, cuando la niña tenía tan solo dos años, la pequeña no contaba con recuerdos de su madre, a sus tiernos 6 años, solo tenía una foto de aquella bella mujer, la única pertenencia que le quedaba era esa vieja foto, aquella, era el único rastro de que su madre existió, eso y la propia Eva.El padre de Eva, Antonio Díaz, aquel hombre con el que la madre de la niña se había casado años atrás, jamás le había importado la existencia de su mujer. El matrimonio con Marina Carrasco había sido producto de una mala decisión, una noche de copas entre jóvenes que había salido mal.Aquello llevó a un matrimonio
Luego de 6 años, Eva descendía del taxi del Aeropuerto Internacional en México, su corazón latía desenfrenado, sus manos sudaban y temblaban.Su viaje fue repentino y no se lo contó a nadie.Sabía que regresar a México no era fácil, pero su mejor amiga, Sara Benítez, la necesitaba, más bajo las terribles circunstancias que habían hecho que esta, le llamase.Sara había sido su lugar seguro mientras estudiaron juntas la universidad, si había alguien que conocía a la perfección a Eva, esa era ella.Esta vez Eva decidió regresar a México porque Sara estaba enferma.Cuando entró en la sala del hospital, Sara estaba acostada en la cama, mucho más delgada que la última vez que se vieron. Al escuchar los pasos, Sara abrió los ojos. - Eva, por fin has vuelto, ¡Te he extrañado mucho! – Dijo Sara con lágrimas en los ojos.- ¿Qué está pasando? ¿Cuál es el diagnóstico del médico? - Eva se sintió muy desconsolada al ver el rostro demacrado de Sara.- El diagnóstico inicial del médico fue leucemia,
Sin esperarlo, sin imaginarlo, Eva estaba a punto de subir al auto, pero Demian bajó e inmediatamente la abrazó. Eva trataba de ocultar el alboroto que llevaba por dentro, si antes de tomar el avión se engañaba con la idea de que el tiempo y la distancia habían logrado borrar los sentimientos hacia Demian.Ahora, estaba completamente convencida de que eso era una verdadera estupidez, ella no lo había podido olvidar. Ella simplemente no había podido enterrar los sentimientos hacia aquel hombre tan atractivo como solo la naturaleza lo había podido crear.- ¿Cómo estás, abeja? ¿Cómo te fue en el viaje? ¿Por qué no me avisaste que venías a México? – Demian comenzó a atiborrarla con preguntas mientras no soltaba el abrazo.- No quería causarte molestias… Debes tener mucho trabajo y, pues, no es bueno que dejes la oficina, así como así… - Dijo la chica basándose en la única idea que se le venía a la mente.- ¡Anda! Te esperan en casa, mamá y papá, han preparado una deliciosa cena como bienv
Eva fingía dormir, mientras lo hacía, su mente se perdía en los dolorosos recuerdos del pasado. Su mente viajaba al día donde todo se fue por la borda, ese maldito día en donde su relativamente tranquila vida cambio para siempre.Aquellos recuerdos le llegaban uno por uno, como ecos del pasado, ecos del día en que todo comenzó bien, pero acabo terriblemente mal.--- Eva Díaz, 6 años atrás ---La mañana estaba soleada, Eva recién se levantaba, eran las 6:00 am y ya el sol se colaba por las cortinas como si de un ladrón se tratase. Eva entró al baño, tomó un baño caliente, era sábado, en teoría no había escuela, pero hoy debía ir a prácticas en el laboratorio de ciencias.Hoy en específico, hoy, si quería salir huyendo, no tenía ánimos de quedarse en casa, la razón era extraña, pero válida, su media hermana, Sofía Díaz, había llegado a casa de los Monroy y venía a “visitar a Eva”.A Sofía, al igual que a su madre, no le agradaba la existencia de Eva, a pesar de que la chica formaba part
Sofía soltó un gritito e inmediatamente se llevó las manos a la boca, tratando de cubrirla para no ser escuchada por el personal de servicio. Al hacer aquello, dejo caer el libro al suelo, del cual salió una fotografía de Eva y Demian juntos.En aquella foto tanto Eva como Demian llevaban ropa de playa, el pecho de aquel hombre estaba descubierto, la abrazaba de manera tan íntima, Sofía dejo volar su imaginación.Una oleada de celos, coraje, ira y frustración, la invadieron, Eva estaba enamorada de Demian al igual que ella, su hermana le llevaba ventaja, bastaba con ver aquella foto.Pero una idea cruzo por su mente, algo era cierto de todo lo escrito ahí, entre ellos dos no podía haber nada, técnicamente eran…- ¡HERMANOS! - Grito la chica al continuar leyendo como era que la fantasía que vivía Eva no era tan fantasiosa como ella describía.Sofía se sentía evidentemente molesta, molesta, era poco, furiosa, era el término correcto. Ella ya tenía todo un plan de vida a lado de Demian,