El rostro de Dominieck podía notarse como se volvía cada vez más sombrío a medida que seguía contemplando tal hombre a aquella imagen que ante mi desconcierto parecía infundir en su persona una gran tristeza. Aquel se había quedado tan quieto para aquel momento que de no ver como su cuerpo vibraba por la emoción que aquel se encontraba conteniendo, que fácilmente de no conocerle le hubiera confundido a sinceridad con cual estatua viviente. — ¿Dominieck, sucede algo? — cuestione mientras yo aun me mantenía en la entrada mirando a aquel, y en vista de no recibir respuesta alguna de su parte grite en espera de obtener probablemente a alguna procedente del interior que diera respuesta a mis preguntas. — Abuelo, abuela, ya estoy en casa — repliqué con un evidente entusiasmo pensando que podía ser que aquellos se encontraran quizás allí escondidos de mi vista, pero nada se escuchaba, ante ello cuestioné, volví a gritar por nueva vez, pero todo seguía exactamente igual. Por alguna
Por un rato Emma y yo nos quedamos sumergidos en medio del dolor y la desesperación, que aquello nos ocasiono, la sensación que aquello anido era reverendamente incomoda, literalmente sentía el alma vacía, hueca y desconectada del mundo. Allí perdidos sumergidos entre aquella recamara, una vez guie nuestros cuerpos hasta la pared que se encontraba a nuestras espaldas ya que ella se encontraba dispuesta en medio de mis piernas la deje fluir con el viento ya que yo no podía hacerlo, en tanto así yacía aquella cómodamente usándome a mí como su almohada personal una vez me deshice de nuestras mochilas, en tanto continuaba sumergida en tal agonía mientras yo la sujetaba constantemente abrazándola. Los gritos de aquella chica cada vez que tomaban fuerzas y reanudaban su llanto, me hacía sentir incómodamente impotente una vez aquel se adentraba en mi alma seca e irónicamente sin sentimientos que no podía liberar más allá de algunas simples lagrimas que recorrían con una pesadez atroz mi r
(Dominieck) Un golpe tras otro Lyall y yo nos inferíamos, nuestra contienda era un total caos y fue tanto el estrepito de aquella que no solo nos bastó revolcarnos sobre el césped pues antes de que pudiéramos analizar ambos la situación terminamos justo en el agua, totalmente mojados y aun estando aquel elemento de por medio nosotros no parábamos. Cada golpe que yo propinaba lo hacía enserio e indudablemente infringía daño contra aquel, pero a Lyall no le importaba. Yo lo hacía con rabia por lo que yo llevaba acumulando muy dentro de mí, tanto pensamientos, sentimientos, deseos e ideas que en su momento hubiera querido compartir con mis padres cosa que por la situación presente nunca podré hacer, por tanto, aquello me atormentaba, no me dejaba pensar con claridad y ante la provocación de aquel caí como si nada. Pero por alguna razón al ver el rostro de aquel hombre yo sentía que para Lyall era más que nada todo aquello objeto de diversión aun a pesar de encontrarse con el lab
Han transcurrido algunos pocos minutos desde que Lyall abandono el lugar, mientras tanto yo tranquilo permanezco en medio de aquella cocina rebuscando en la alacena para ver con que contábamos a disposición para tener más o menos una idea del tiempo que podíamos durar escondidos antes de que el hambre nos jugara en contra. — Este bastardo como carajos sabía que terminaríamos aquí, parece que ante todo añoraba que viniera hasta este lugar — repuse una vez casi en voz alta hablando conmigo mismo tras eventualmente observar que aquellas estaban completamente repletas hasta su máxima capacidad. — De que bastardo hablas, espero que no sea de mí, aunque por un lado tendrías completa razón. Emma apareció de la nada detrás de mi completamente alerta una vez despertó frotándose sus ojos quienes aún yacían algo cansados; tras darme la vuelta allí la vi en plena entrada de pie algo despeinada. — Si fueras hombre aplicaría, pero en este caso no es así — y ante el semblante de aquella al t
La verdad pensaba que este día no podía llegar a ser peor, grabe error lo admito me equivoque grandemente pues como si no hubiera sido suficiente con lo que supe de los abuelos y Dominieck, verlos allí en aquella cama sin vida y sin esencia aquello termino de quebrar mi alma de la peor manera. Debido a la gran impresión me desmaye y poco tiempo después un poco más animada y tranquila independientemente de la situación me desperté, aunque me duela tengo que hacerle frente a la vida y de igual forma a la muerte de manera que yo soy consciente que no puedo echarme a morir llorando como había sucedido hace un tiempo atrás claro obviando lo de morir evidentemente. Ya de nuevo consciente me lleve otra sorpresa más una de las tantas que imaginaba se descubrían tras la noticia de su muerte, pues la vida de los abuelos era un completo misterio incluso para quienes ellos conocían, sorpresa que descubrir tras encontrar a Dominieck una vez abandone la recamara en la cual me encontraba, en t
Hace un rato ya que Dominieck y yo nos encontramos despiertos debido a que desde tempranas horas de la mañana habíamos empezado a caminar buscando rodear el lago y dirigirnos por aquella circunstancia hasta la otra horilla desde donde se podía llegar a observar la cabaña en la distancia, luego de haber tenido un inicio de mañana, bueno... bastante diferente. Eran más o menos las cinco y media de la mañana cuando todo inicio, como era de esperarse yo me encontraba dormida sobre aquella placida cama, hasta que la inusual presencia de alguien trepando hacia mi lado izquierdo a aquellas horas me despertó, tras tal individuo mover abruptamente aquel lecho. Dominieck se había echado a un lado en aquella superficie luego de estar cansado de que yo le ignorase toda aquella noche, por lo que en un acto de rebeldía aquel se negó a obedecer mi pedido sin pena ni vergüenza y se colocó sobre aquella como si fuera absolutamente dueño y señor de todo aquello. Como se esperaba en vista de que ya
Con aquel ramillete en las manos, Dominieck llevando la cabeza agachada dio algunos pocos pasos y se acercó hasta la orilla del lago en completo silencio, una vez ante aquellas aguas aquel colocándose en cuclillas deposito sobre tal cuerpo sublime tales flores, en tanto que por un momento mirando como aquellas se alejaban, fijo las contemplo. Yo por mi parte intentaba guardar por sobre todo la compostura así que mientras aquel llevaba a cabo tales actos yo me quede retirada por algunos cuantos pasos un tanto próxima al arbusto del cual Dominieck tomo el ramillete, con los brazos cruzados a nivel de mi pecho conteniéndome completamente todo rasgo de emoción. — Alguna vez miraste el amanecer desde aquí con mis padres o quizás sola — cuestiono aquel con algo de serenidad mientras me daba por completo la espalda. — Que yo recuerde no. — Pues que bueno, esto será sin dudas algo memorable, espero que ante todo sea un secreto que al igual que yo puedas atesorar. Por un momento aquel dir
El aroma que de Dominieck emanaba para aquel instante era sumamente placido y embriagante cosa que estimo su parte lobuna tenía algo que ver, pues nuestras segundas caras siempre tienen una respuesta que dar que no siempre va a acorde a nuestros requerimientos y eso incluye que de nuestra piel se llegue también a percibir un aroma algo diferente, cuando algo no les convence o cuando simplemente nos quieren llevar la contraria en algunos casos no en todos. Por lo cual, solo me basto con percibir tal fragancia para que yo a fin de cuentas terminara sumergida en un mar cálido de pensamientos y emociones que, aunque bien hubiera podido batallar en contra de su vil atrevimiento a fin de cuentas no lo hice, pues en la manera que terminamos juntos se me hacía imposible para mi ejercer algún movimiento que nos orillase a que aquel beso llegara a su fin, ya que de alguna manera se las había ingeniado para vencer mi espíritu de lucha, lo peor de todo era que sin dudas tenía que admitir que me