Este día ha sido más que atroz, la sobrecarga emocional que ha descargado este sobre mí debido a cada uno de estos eventos no tienen precedentes ya que han sido muy consecutivos, tanto ha sido el caso que no se me ha dado siquiera el tiempo de digerirlos completamente cada uno de manera individual y así entenderlos debidamente. Todo ha sido un completo caos, la odisea misma de una historia sin fin. La vida misma de por sí es muy complicada y difícil de lidiar con todas sus altas y bajas que a veces nos frenan de golpe mientras que sumado a esto se presentan tropiezos sorpresivos que en tanto de la nada conforman un cúmulo de incongruencias que detienen nuestro camino y sin dudas esto no tiene mucha diferencia. En tanto mientras me encuentro aun allí acomodada sobre las raíces de aquel árbol con las rodillas levemente recogidas intentando analizar cada uno de los acontecimientos y así entender porque todo ha ocurrido de golpe sin darme un respiro y lo peor sin poder dar marcha a
(Dominieck y Emma Avanzan) Caminar por aquel lugar parece tan sencillo de ver y en parte lo es, pero como el bosque es una fracción de la frontera imaginaria que divide a ambas ciudades por igual, la tranquilidad no comporta ante todo un hecho estrictamente perceptible allí. Los estallidos de violencia entre manadas contrarias a veces suelen ser bien desastrosos, de modo que pueden escucharse los gritos de dolor incluso a cientos de kilómetros a la redonda tras acabar las brutales peleas que aquí se forman, por tanto, el caos suele pesar más allá de la incidencia que la misma luz proporciona ante el bien. Así que es más que tangible entender, que el bosque tiene mil y una manera de demostrarte cuando no eres bienvenido en sus límites y es eso un hecho que indudablemente yo conozco, no solo porque soy parte del mismo, sino porque también soy una omega por tanto en estas tierras no es precisamente que sea bien recibida. Las omegas aquí son consideradas como seres antinaturales as
— Esto tiene que ser una broma, dime Emma que lo es — replicó aquel dando a mostrar un tanto el sentimiento de perturbación que experimentaba — esto no puede ser posible, no lo entiendo y tampoco recuerdo haberle visto, nada de esto. — Es entonces posible que mientras estabas aquí aún no había pasado nada de lo que haya provocado la aparición de la misma por lo cual estimo que por ello no tienes memoria respecto a esto. Ahora bien, yo también no soy la mejor indicada para hablarte de ello pues cuando llegue ya se encontraba así — indique aquello inmediatamente ante aquel — ahora bien, Dominieck disculpa que te pregunte, pero hace cuanto no vienes aquí. — Desde hace alrededor de treinta años, la última vez que estuve aquí precisamente fue el mismo día que fui entregado a Lyall. Dominieck proclamó aquello mientras su voz se sentía algo quebrada e indudablemente me hizo sentir intranquila e incómoda por haber realizado tal pregunta, así que por la incidencia del mismo sentimien
Así como ingresamos en paz por un momento a aquel sitio tal sentimiento de la misma manera nos envolvió, la serenidad que allí se sentía no tenía precedentes lo que la hacía extremadamente incierta. — ¡Y ahora que Emma! — cuestionó aquel al encontrarse un tanto abrumado por la tranquilidad que se podía sentir, lo que le infundía una enorme desconfianza. — No lo sé, por lo general una vez entras a la niebla esta te empuja gradualmente hasta el camino que según ella es adecuado para ti, o se abre sin más permitiéndote contemplar la cabaña y por ende ingresar a aquel estrecho en el cual tal casa se encuentra, pero nunca en los años que tengo ingresando en el bosque había ocurrido esto ante mí. — Entonces esto es tan nuevo para ti como para mí. — Si, lo has dicho bien. Dominieck y yo allí quietos permanecimos mirando hacia todos lados buscando quizás un halo de luz el cual seguir para intentar salir de aquel lugar, cosa que no entendíamos a sinceridad como lo íbamos a lograr pues nu
El rostro de Dominieck podía notarse como se volvía cada vez más sombrío a medida que seguía contemplando tal hombre a aquella imagen que ante mi desconcierto parecía infundir en su persona una gran tristeza. Aquel se había quedado tan quieto para aquel momento que de no ver como su cuerpo vibraba por la emoción que aquel se encontraba conteniendo, que fácilmente de no conocerle le hubiera confundido a sinceridad con cual estatua viviente. — ¿Dominieck, sucede algo? — cuestione mientras yo aun me mantenía en la entrada mirando a aquel, y en vista de no recibir respuesta alguna de su parte grite en espera de obtener probablemente a alguna procedente del interior que diera respuesta a mis preguntas. — Abuelo, abuela, ya estoy en casa — repliqué con un evidente entusiasmo pensando que podía ser que aquellos se encontraran quizás allí escondidos de mi vista, pero nada se escuchaba, ante ello cuestioné, volví a gritar por nueva vez, pero todo seguía exactamente igual. Por alguna
Por un rato Emma y yo nos quedamos sumergidos en medio del dolor y la desesperación, que aquello nos ocasiono, la sensación que aquello anido era reverendamente incomoda, literalmente sentía el alma vacía, hueca y desconectada del mundo. Allí perdidos sumergidos entre aquella recamara, una vez guie nuestros cuerpos hasta la pared que se encontraba a nuestras espaldas ya que ella se encontraba dispuesta en medio de mis piernas la deje fluir con el viento ya que yo no podía hacerlo, en tanto así yacía aquella cómodamente usándome a mí como su almohada personal una vez me deshice de nuestras mochilas, en tanto continuaba sumergida en tal agonía mientras yo la sujetaba constantemente abrazándola. Los gritos de aquella chica cada vez que tomaban fuerzas y reanudaban su llanto, me hacía sentir incómodamente impotente una vez aquel se adentraba en mi alma seca e irónicamente sin sentimientos que no podía liberar más allá de algunas simples lagrimas que recorrían con una pesadez atroz mi r
(Dominieck) Un golpe tras otro Lyall y yo nos inferíamos, nuestra contienda era un total caos y fue tanto el estrepito de aquella que no solo nos bastó revolcarnos sobre el césped pues antes de que pudiéramos analizar ambos la situación terminamos justo en el agua, totalmente mojados y aun estando aquel elemento de por medio nosotros no parábamos. Cada golpe que yo propinaba lo hacía enserio e indudablemente infringía daño contra aquel, pero a Lyall no le importaba. Yo lo hacía con rabia por lo que yo llevaba acumulando muy dentro de mí, tanto pensamientos, sentimientos, deseos e ideas que en su momento hubiera querido compartir con mis padres cosa que por la situación presente nunca podré hacer, por tanto, aquello me atormentaba, no me dejaba pensar con claridad y ante la provocación de aquel caí como si nada. Pero por alguna razón al ver el rostro de aquel hombre yo sentía que para Lyall era más que nada todo aquello objeto de diversión aun a pesar de encontrarse con el lab
Han transcurrido algunos pocos minutos desde que Lyall abandono el lugar, mientras tanto yo tranquilo permanezco en medio de aquella cocina rebuscando en la alacena para ver con que contábamos a disposición para tener más o menos una idea del tiempo que podíamos durar escondidos antes de que el hambre nos jugara en contra. — Este bastardo como carajos sabía que terminaríamos aquí, parece que ante todo añoraba que viniera hasta este lugar — repuse una vez casi en voz alta hablando conmigo mismo tras eventualmente observar que aquellas estaban completamente repletas hasta su máxima capacidad. — De que bastardo hablas, espero que no sea de mí, aunque por un lado tendrías completa razón. Emma apareció de la nada detrás de mi completamente alerta una vez despertó frotándose sus ojos quienes aún yacían algo cansados; tras darme la vuelta allí la vi en plena entrada de pie algo despeinada. — Si fueras hombre aplicaría, pero en este caso no es así — y ante el semblante de aquella al t