—TRANQUILA, MAESTRA— hablaban desde el otro lado de la línea— los bomberos, la policía y ambulancias irán para allá deje el celular prendido y nosotros lo rastrearemos para poder encontrar su exacta posición para ir a ayudarlos, las unidades ya salieron en la ayuda, mantenga la calma y vaya reuniendo a los niños—GRACIAS— dijo la maestra y comenzó a hacer lo que le indicaron— ESPERAMOS AQUÍ—NIÑOS— les gritaba a los niños tratando de llamar su atención para que la escucharan— NIÑOS, TRANQUILOS, VAN A VENIR A SACARNOS DE AQUÍ NECESITO QUE SE ACERQUEN A MÍ— los niños obedecieron—¡MAESTRA REBEKKA! — escuchó que le gritaron desde fuera y de pronto escucharon la puerta del autobús abrirse estrepitosamente— somos los bomberos— un señor se asomó—NECESITO AYUDA— dijo la maestra— estos son los números de las madres de los niños necesito que las llamen—Los policías se encargarán de eso— el bombero le agarró la hoja y se la pasó a los policíasMientras los bomberos y la profesora Rebekka ayud
Su madre estaba sentada a un lado de una muchacha de cabello rojo de pronto se le vino un recuerdo a la cabeza aquella noche en que violó a aquella muchacha de cabello rojo y ojos jade con un lunar muy curioso y bonito en la frente en forma de diamante era ella la tenía en frente de nuevo quería pedirle perdón por lo que había hecho —Tú— dijo el muchacho cuándo la tuvo en frente Allegra levantó la vista y lo vio el cabello negro azulado, los mismos ojos negros penetrantes e intimidantes, y ése mismo perfume con un olor tan masculino los recordaba muy bien, eso era lo único que recordaba del muchacho que la había violado hace 6 años el padre de su hija, la niña era su vivo retrato excepto por sus ojos, ahora lo tenía en frente y simplemente no sabía qué hacer y la invadió el pánico —No me toques— dijo levantándose de la silla y alejándose— no te me acerques no te me vuelvas a acercar nunca fuiste tú— el matrimonio Hoffmann estaba confundido —Sí, lo admito, fui yo— admitió su culpa
Mirai llevaba un mes y medio en coma, Allegra no se había separado de ella más que para irse a bañar y luego regresaba, no comía, y no dormía bien, no había dejado que Noah se acercara cierto día Noah fue al hospital y se acercó a la puerta de terapia intensiva y entró, Allegra le estaba hablando a su hija cuando la vio sintió un calor en su corazón que nunca había sentido antes —Sabes, tu maestra Rebekka les dio a todos tus compañeros un mes de descanso tienes que recuperarte pronto, necesitas regresar a la escuela, así no te atrasarás tanto —Es muy bonita— habló Noah por primera vez —Lo es— dijo secamente— ¿Qué quieres? — le preguntó bruscamente —Te traje algo de comer— le mostró una bolsa— quiero hablar contigo —No quiero nada que venga de ti y mucho menos quiero hablar contigo, vete de una vez— le dijo enojada dándole la espalda —Tienes que comer— insistió— lo ha preparado mi madre— puso la bolsa encima de la cama y Allegra lo fulminó con la mirada— por favor Resignada ella
—Me llamo Noah— se acercó con cuidado— mi hermano es el doctor quien te atendió, ¿Cómo te sientes? — decía preocupado —Me duele— fue lo único que atinó a decir —Llamaré a mi hermano— dijo el azabache para después salir corriendo —¡KLAUS! — iba gritando y corriendo por todo el hospital—¡KLAUS! Llegando a la oficina de su hermano entró sin preguntar y descubrió a su hermano y Amelia en una escena un poco comprometedora y cursi Ella estaba sentada sobre las piernas de él y estaba jugando con su cabello mientras lo besaba él le recorría con una mano la espalda y a otra la tenía perdida dentro de los pantalones de ella —¡KLAUS! ¡AMELIA! — gritó sobresaltando a la pareja— podrían dejar de demostrarse su amor en la oficina están en un hospital malditos pervertidos —¿Qué quieres, Noah? — decía Klaus algo molesto— que no ves que estoy ocupado —Mirai despertó— dijo muy contento y la pareja se levantó de la silla— mi hija ha despertado —Eso es grandioso, Noah— sonrió su cuñada —Vamos a
Mirai pasó varias semanas más en el hospital, Noah la visitaba seguido y platicaban mucho, la niña se había acostumbrado a que el señor Noah, como ella le decía, la fuera a visitar todos los días al hospital cuando le dieron el alta, le dijeron que tenía que comer sano y no esforzarse tanto y dentro de un mes podía volver al preescolar, pero que para que volviera a caminar tendrían que iniciar de nuevo, como cuando era una bebé Apenas la dieron de alta, Allegra regresó a trabajar al día siguiente —Espero que hayas gozado tus vacaciones, Allegra— le decía Hans a la apenas la vio entrar con su hija en brazos —No se volverá a repetir, señor— decía con la frente en alto —Esperemos que no— decía con sorna— estos meses que estuviste ausente se te juntó mucho trabajo y ahora que Agatha está de baja por maternidad trabajarás en doble y Flynn salió 6 semanas a Múnich —Sí, señor— intentó sonreír— ahora mismo me pongo a trabajar —Más te vale… y Allegra, no se te van a pagar los meses que es
Caminaron al ascensor que los llevaría hasta el estacionamiento subterráneo del hospital—Allegra— habló Sophia— ¿no tienes un cochecito de bebé para que no tengas que cargar a tu hija todo el tiempo?—No, señora el que tenía lo vendí hace un par de años, no sabía que lo necesitaría de nuevo más adelante— trató de sonreírle—Mañana te compraremos uno, no te preocupes— decía un Paul alegre—No es necesario, señor— decía con pena— puedo apañármelas sin el cochecito—Vamos, Allegra— le dio una palmadita en el hombro— queremos ayudarte— Paul le sonrióLlegaron a los coches de los hombres y Sophia se subió al de Paul y Allegra al de Noah y emprendieron rutas distintas para llegar a sus destinos—Gracias, señor, con permiso— dijo apenas llegaron a la casa de ella, quería salir corriendo, pero Noah se lo impidió—No te vayas, quiero hablar contigo— decía con voz calmada intentando darle seguridad a ella— no te voy a hacer nada, lo juro— levantó la mano derecha— sólo quiero hablarElla un poc
El timbre sonó inesperadamente y Allegra fue a abrir y se encontró con Noah—¿Qué haces aquí? — dijo bastante extrañada—¿Puedo pasar? — dijo educadamente—Adelante— lo dejó pasarCuando Noah entró se encontró con una alegre Mirai que veía atenta la televisión mientras comía su desayuno—Hola, señor Noah— dijo la niña cuando vio al pelinegro—Hola, princesa, ¿Cómo estás? — dijo acercándose con una sonrisa—Bien, gracias, ¿y usted? — decía educadamente—Pues muy feliz, ahora que veo que te encuentra mejor y eso me pone muy contento— la niña le sonrió y Allegra solo escuchaba mientras lavaba los platos— por qué no me llamas por mi nombre— le dijo con una sonrisa— me llamo Noah, ya te lo había dicho—Me cuesta trabajo, señor Noah— la niña le sonrió a modo de disculpa—Tienes unos ojos preciosos, nena— se dirigió a la niña, quien le sonreía y luego miró a ambas mujeres— ¿Quieren ir a pasear conmigo? — preguntó y ellas lo vieron algo raro— a eso vine— sonrió— vine a invitarlas a comer—¿A
Iniciando la semana, a primera hora de la mañana, Noah fue a recoger a Allegra y a Mirai para llevarlas al trabajo de ella —¿Ya están listas? — dijo después de saludarlas —Si, ya estamos listas— dijo la pelirroja —Papá Noah, es cierto que van a tomar turnos para cuidarme un día tú un día mami— la niña hablaba con ilusión —Sí, preciosa— la tomó en sus brazos— ahora como soy tu papá te voy a cuidar yo también —Qué bien— dijo abrazándolo— me gusta tenerte como papá —Y a mí me encanta tenerte como hija— le dijo besándola en la frente —Y ya me estoy acostumbrando a no decirte señor Noah— señaló ella —Eso me agrada si me dices señor Noah me siento viejo muy muy viejo— la niña que lo observaba con ojos divertidos comenzó a reír —Ahora deja ayudar a mamá a subir las cosas al coche para irnos— dijo mientras la sentaba en un sillón y se encaminaba hacia Allegra que estaba terminando de preparar las cosas Noah ayudó a subir el nuevo cochecito de la niña y las demás cosas que necesitaría