La pelirroja había salido al jardín de la mansión Hoffmann, donde se celebró la fiesta… estaba perdida en sus pensamientos cuando de pronto una voz la hizo sobresaltarse. —¿En qué piensas? — era su marido —En lo feliz que soy— respondió ella con una radiante sonrisa— en lo mucho que amo a mi familia… y en que la ceremonia fue hermosa… —Entregar a mi hija ha sido lo más difícil que he tenido que hacer en mi vida —Y todavía te falta Lyanna— lo picó su esposa —A esa niña la voy a meter de monja a un convento— gruñó— no pienso pasar por esta tortura de nuevo —Ella también tiene novio, sabes… además es tu ahijado— le recordó su esposa —Maldigo la hora en que acepté ser padrino de Gunther— gruñó Noah con gesto serio— ahora ese rufián me robará a mi bebé en un par de años— exclamó haciendo un mohín inflando las mejillas justo como sus hijos y ella no pudo evitar reírse —Y… ¿qué me dices de Dominik? —Mi hijo es un caballero—su semblante cambió— es el mejor partido para cualquier mujer
No recordaba nada, solo sabía que le dolía el cuerpo y no sabía dónde estaba… solo recordaba pequeños flashazos… ella luchando contra alguien, era alguien grande y pesado, por el olor a perfume podía deducir que era un hombre, ya que esa fragancia era totalmente masculina. Recordaba haber estado forcejeando con él… quería liberarse, la tenía aprisionada con el cuerpo grande de él sobre el pequeño cuerpo de ella… luego recordó un dolor espantoso, ella gritó y todo se volvió negro… solo eso, era lo que recordaba, y lo que nunca olvidaría serían sus ojos, los ojos negros penetrantes que la miraban con morbo mientras estaba ella tumbada debajo de él forcejeando. Ahora que había abierto los ojos se veía en una habitación grande y espaciosa se escuchaban pitidos de alguna maquina… volteó hacia el origen del sonido, estaba en el hospital al parecer, pero ahí en la habitación no había nadie, solo estaba ella… cuando giró su cabeza rumbo a la ventana pudo ver a sus padres, su madre estaba ll
Noah solamente por el primer mes le hizo caso a Klaus, aunque era cierto que había bloqueado sus tarjetas y debía pedirle dinero, lo cierto era que hoy tenía planeado fugarse con Johanna Müller, la prima de su mejor amigo, Paul… ya lo tenían todo planeado…Noah sabía que ese día le tocaba guardia nocturna a Klaus y que no regresaría hasta las 6 am si bien le iba, así que solo tenía que regresar antes de esa hora para que no se diera cuenta++++++++++++++++++Entrada la noche, Johanna y Noah se reunieron en el antro…—Hola, Noah…— dijo besándolo con posesión y él respondió de igual manera…Ya entrados en el ambiente del antro y con varias copas encima…—¿La trajiste? — preguntaba el azabache ansioso—Cuando te he quedado mal, corazón…— le dijo ella mientras sacaba de su bolso 5 paquetes bien llenos de un polvo blanco…—Dios — decía extasiado después de haber absorbido la cocaína por la nariz — la extrañaba tanto… igual que he extrañado follarte a ti, dulzura — le dijo a Johanna tomándo
—Dile adiós a este mundo engendro…— decía con la taza pegada a los labios lista para tomarse el té e inducir el aborto… Tomó un sorbo del té y apenas el líquido tocó su lengua sus papilas gustativas reaccionaron, el té tenía un sabor horrendo, era simplemente asqueroso y lo escupió… al poco rato después volvió a intentarlo, pero no lo hacía… no tenía el valor ni el corazón para hacerlo… Ya llevaba 10 minutos así… y simplemente no se atrevió a tomárselo y terminó tirando el té en el fregadero… —¡¿Por qué no puedo?!— decía enojada… Suspiró con pesar… —Bien, engendro, ya que no tengo el valor suficiente para deshacerme de ti, creo que lo más conveniente es que me vaya de aquí— decía mientras empacaba sus cosas— me iré a algún otro lado, así mis padres no sufrirán la vergüenza de tener una hija embarazada con la cual cargar… Empacó sus cosas, tomó sus ahorros y con lo que le habían devuelto de la universidad seguro bastaría para un par de días… decidió ir a Múnich… Le costó adaptars
Allegra ya se había ido al hospital, llevaba unas cuantas horas en trabajo de parto, había empezado a las 5 de la tarde y ya eran las 2 am del día siguiente. Cuando recién había llegado al hospital la trabajadora social de la casa de asistencia donde iba a dar en adopción a su hija fue a verla para explicarle lo que pasaría después de que naciera su hijaHabían quedado que apenas amaneciera, alrededor de las 10 de la mañana los señores Wagner iban a venir por la niña, debido a que a que ya había firmado los papeles de consentimiento de adopción de su hija apenas naciera ya había perdido los derechos sobre ella.A las 2:30 am Allegra había entrado en la etapa final del parto, luego de varios empujones se escuchó un llanto enojado—Aquí está, Allegra— decía su ginecóloga— es muy bonita tiene mucho pelo negro y sus ojos—¡CÁLLESE! — le gritó de pronto— ¡NO QUIERO SABER NADA DE ELLA! ¡SOLO LLEVESELA!—¿No quieres conocerla? — decía la ginecóloga con un aire de tristeza en su voz—¡NO QUIE
—Mamá— gritaba desde la puerta una niña de 4 años con cabello negro azulado ygrandes ojos verde jade— mamá…. ¡MAMÁ!—¿Qué pasa, Mirai? — decía una Allegra algo adormilada desde su cama—Dijiste que hoy iríamos al parque ¿lo olvidaste? — decía acercándose y brincando a la cama de su mamá—¿No se te ha olvidado? — le dijo con cara graciosa—Nope— le dijo con una sonrisa— hace una semana dijiste que iríamos al parque de diversiones el día de mi cumpleaños y es hoy—Cierto— la abrazó— hoy es tu cumpleaños, feliz cumpleaños mi amor—Gracias, mamita— le respondió el abrazoHoy era el cumpleaños número cuatro de la pequeña Mirai Zimmermann, hoy hace cuatro años Allegra había tomado una decisión que cambió su vida por completo, una decisión de la que no se arrepentía en lo más mínimo, aunque vivía con miedo de que algún día la encontraran y le quitaran a su hijaPasaron un rato agradable en el parque y por su cumpleaños, Allegra le compró a Mirai un juego de rompecabezas de 1,000 piezas. Mir
—Te gusta este lugar, ¿verdad? — Allegra le hablaba a su hija que venía entretenida admirando las calles de Berlín —Si, es muy bonito — decía muy admirando todo lo que veía Doblaron la esquina y se toparon con una pareja la señora era rubia y el hombre tenía el cabello de un curioso color rojizo grisáceo —¿Allegra? — dijo la pareja al unísono sorprendidos eran los señores Frida y Benedict Zimmermann —Allegra…. ¡oh Allegra! — la señora Frida se lanzó a los brazos de una pelirroja sorprendida —¿Mamá? ¿Papá? — decía sin saber que hacer Los señores Zimmermann Vivian en Viena, y Allegra no sabía que hacían en Berlín —¿Qué hacen aquí? — decía con sorpresa —Venimos como turistas, dicen que aquí hay un restaurante muy bueno de Ramen— decía contenta la señora Frida —Me da gusto volver a verlos— dijo con una sonrisa —¿Por qué te fuiste así? — decía algo consternado el señor Benedict— aquel día solo llegamos y vimos una nota y tú ya no estabas —Pasaron muchas cosas— dijo simplemente— n
—TRANQUILA, MAESTRA— hablaban desde el otro lado de la línea— los bomberos, la policía y ambulancias irán para allá deje el celular prendido y nosotros lo rastrearemos para poder encontrar su exacta posición para ir a ayudarlos, las unidades ya salieron en la ayuda, mantenga la calma y vaya reuniendo a los niños—GRACIAS— dijo la maestra y comenzó a hacer lo que le indicaron— ESPERAMOS AQUÍ—NIÑOS— les gritaba a los niños tratando de llamar su atención para que la escucharan— NIÑOS, TRANQUILOS, VAN A VENIR A SACARNOS DE AQUÍ NECESITO QUE SE ACERQUEN A MÍ— los niños obedecieron—¡MAESTRA REBEKKA! — escuchó que le gritaron desde fuera y de pronto escucharon la puerta del autobús abrirse estrepitosamente— somos los bomberos— un señor se asomó—NECESITO AYUDA— dijo la maestra— estos son los números de las madres de los niños necesito que las llamen—Los policías se encargarán de eso— el bombero le agarró la hoja y se la pasó a los policíasMientras los bomberos y la profesora Rebekka ayud