Paul condujo lo más deprisa que pudo rumbo al hospital, al llegar explicaron toda la situación a Kassandra, la ginecóloga de Allegra, quien se horrorizó al ver el cardenal de su ojo y los moretones consecuencia de la paliza que había recibido en prisión. Luego de una exhaustiva revisión, vieron que todo se encontraba bien y que efectivamente, Allegra estaba de parto con 6cm de dilatación. La mayor preocupación, que era el estado de salud de ambas se evaporó al saber por boca de Kassandra que todo iba bien y que lo único que tenía que hacer la pelirroja era aguantar las contracciones puesto que todavía tenía que dilatar otros 4cm más. Allegra no había pedido la epidural, pensando que podía resistir lo que fuera, estaba en la habitación junto con Noah quien sostenía su mano, las contracciones eran cada vez más seguidas y dolorosas, pero ella aguantaba lo mejor que podía, apoyada por su esposo, quien le daba palabras de ánimo —Sabes que eres la mujer más hermosa del mundo— habló Noah
Kassandra no sabía cómo era posible que el otro bebé se hubiera escondido lo suficientemente bien como para no verlo en alguno de los controles de embarazo de Allegra, se estaba empezando a temer lo peor, aunque recordó una vez en uno de los controles escuchó algo extraño en el corazón de la bebé, sin embargo, aquella vez lo dejó pasar pensando que era cosa del aparato, sin embargo, ahora que lo pensaba, quizá ese algo era el otro bebé que no sabían que estaba ahí, hasta ahora —¡Un alien! — Allegra estaba un poco fuera de sí— ¡me va a salir un alien por el ombligo! — eso hizo reír a más de uno en la sala —Créeme… algo saldrá… pero no precisamente por el ombligo— exclamó Kassandra, trataba de calmar a Allegra, pero la reacción de la pelirroja era bastante cómica —No puede haber otro… no puede haber otro… solo tenemos una cuna y ya nació mi hija… no puede haber otro más… —Cariño— habló Noah a su histérica esposa— hey, cariño— él tomó su cara entre sus manos para que lo mirara— tendr
A Mirai le costó compartir su trono con sus hermanitos, claro que sí, aunque esto era comprensible, porque tenía toda la atención de sus padres y ahora, a sus 8 años tendría que compartirlos con dos personitas más… Sin embargo, ella tenía algo que sus hermanitos no… la total y completa atención de su tía Johanna.Ella había logrado salir de la prisión poco tiempo después de Allegra. Paul defendió a su prima con uñas y dientes, la defensa de Paul, aunado con la evidencia que había ayudado a recabar en favor de Allegra, hizo que se redujera su sentencia. Cuando Johanna salió, Allegra estaba esperándola y como habían prometido, se fueron a festejar bebiendo shots de tequila y muchos mojitos La pelirroja cumplió un año en prisión y salió bajo libertad condicional portando un rastreador que vigilaba todos sus movimientos por 2 años completos sin poder salir del país ni del estado. Johanna constantemente se quejaba por el rastreador, decía que no combinaba con su ropa y que le hacía per
—Esto es ridículo— gruñó el pelinegro mientras se brochaba los botones de su camisa —No vamos a pasar por esto de nuevo, Noah— le respondió su esposa con evidente tono de fastidio sin dejar de mirarse en el espejo mientras se maquillaba —No puedo creer que te tomes esto tan a la ligera— gruñó mientras se abrochaba el nudo de la corbata… —Es una boda— respondió ella cruzando los brazos sobre su pecho despegando la vista del espejo para mirarlo a los ojos —Es una completa estupidez— gruñó mientras se ponía frente al espejo para ultimar los detalles de su vestimenta —A ver, Noah… ¿cuántos años tienes? — preguntó su esposa con los brazos en jarras… — 44 todavía… aún no cumplo los 45 ¿y qué? — cruzó los brazos sobre su pecho mirando a su esposa —Ya estás algo grandecito para hacer estas chiquilladas… —No son chiquilladas… es una estupidez— gruñó —¡Es la boda de tu hija! — gruñó ella enfadada —¡Exacto! — señaló a su esposa con el dedo— ¡por eso es una estupidez! —Debe ser un día
La pelirroja había salido al jardín de la mansión Hoffmann, donde se celebró la fiesta… estaba perdida en sus pensamientos cuando de pronto una voz la hizo sobresaltarse. —¿En qué piensas? — era su marido —En lo feliz que soy— respondió ella con una radiante sonrisa— en lo mucho que amo a mi familia… y en que la ceremonia fue hermosa… —Entregar a mi hija ha sido lo más difícil que he tenido que hacer en mi vida —Y todavía te falta Lyanna— lo picó su esposa —A esa niña la voy a meter de monja a un convento— gruñó— no pienso pasar por esta tortura de nuevo —Ella también tiene novio, sabes… además es tu ahijado— le recordó su esposa —Maldigo la hora en que acepté ser padrino de Gunther— gruñó Noah con gesto serio— ahora ese rufián me robará a mi bebé en un par de años— exclamó haciendo un mohín inflando las mejillas justo como sus hijos y ella no pudo evitar reírse —Y… ¿qué me dices de Dominik? —Mi hijo es un caballero—su semblante cambió— es el mejor partido para cualquier mujer
No recordaba nada, solo sabía que le dolía el cuerpo y no sabía dónde estaba… solo recordaba pequeños flashazos… ella luchando contra alguien, era alguien grande y pesado, por el olor a perfume podía deducir que era un hombre, ya que esa fragancia era totalmente masculina. Recordaba haber estado forcejeando con él… quería liberarse, la tenía aprisionada con el cuerpo grande de él sobre el pequeño cuerpo de ella… luego recordó un dolor espantoso, ella gritó y todo se volvió negro… solo eso, era lo que recordaba, y lo que nunca olvidaría serían sus ojos, los ojos negros penetrantes que la miraban con morbo mientras estaba ella tumbada debajo de él forcejeando. Ahora que había abierto los ojos se veía en una habitación grande y espaciosa se escuchaban pitidos de alguna maquina… volteó hacia el origen del sonido, estaba en el hospital al parecer, pero ahí en la habitación no había nadie, solo estaba ella… cuando giró su cabeza rumbo a la ventana pudo ver a sus padres, su madre estaba ll
Noah solamente por el primer mes le hizo caso a Klaus, aunque era cierto que había bloqueado sus tarjetas y debía pedirle dinero, lo cierto era que hoy tenía planeado fugarse con Johanna Müller, la prima de su mejor amigo, Paul… ya lo tenían todo planeado…Noah sabía que ese día le tocaba guardia nocturna a Klaus y que no regresaría hasta las 6 am si bien le iba, así que solo tenía que regresar antes de esa hora para que no se diera cuenta++++++++++++++++++Entrada la noche, Johanna y Noah se reunieron en el antro…—Hola, Noah…— dijo besándolo con posesión y él respondió de igual manera…Ya entrados en el ambiente del antro y con varias copas encima…—¿La trajiste? — preguntaba el azabache ansioso—Cuando te he quedado mal, corazón…— le dijo ella mientras sacaba de su bolso 5 paquetes bien llenos de un polvo blanco…—Dios — decía extasiado después de haber absorbido la cocaína por la nariz — la extrañaba tanto… igual que he extrañado follarte a ti, dulzura — le dijo a Johanna tomándo
—Dile adiós a este mundo engendro…— decía con la taza pegada a los labios lista para tomarse el té e inducir el aborto… Tomó un sorbo del té y apenas el líquido tocó su lengua sus papilas gustativas reaccionaron, el té tenía un sabor horrendo, era simplemente asqueroso y lo escupió… al poco rato después volvió a intentarlo, pero no lo hacía… no tenía el valor ni el corazón para hacerlo… Ya llevaba 10 minutos así… y simplemente no se atrevió a tomárselo y terminó tirando el té en el fregadero… —¡¿Por qué no puedo?!— decía enojada… Suspiró con pesar… —Bien, engendro, ya que no tengo el valor suficiente para deshacerme de ti, creo que lo más conveniente es que me vaya de aquí— decía mientras empacaba sus cosas— me iré a algún otro lado, así mis padres no sufrirán la vergüenza de tener una hija embarazada con la cual cargar… Empacó sus cosas, tomó sus ahorros y con lo que le habían devuelto de la universidad seguro bastaría para un par de días… decidió ir a Múnich… Le costó adaptars