—Mamá— gritaba desde la puerta una niña de 4 años con cabello negro azulado y
grandes ojos verde jade— mamá…. ¡MAMÁ!
—¿Qué pasa, Mirai? — decía una Allegra algo adormilada desde su cama
—Dijiste que hoy iríamos al parque ¿lo olvidaste? — decía acercándose y brincando a la cama de su mamá
—¿No se te ha olvidado? — le dijo con cara graciosa
—Nope— le dijo con una sonrisa— hace una semana dijiste que iríamos al parque de diversiones el día de mi cumpleaños y es hoy
—Cierto— la abrazó— hoy es tu cumpleaños, feliz cumpleaños mi amor
—Gracias, mamita— le respondió el abrazo
Hoy era el cumpleaños número cuatro de la pequeña Mirai Zimmermann, hoy hace cuatro años Allegra había tomado una decisión que cambió su vida por completo, una decisión de la que no se arrepentía en lo más mínimo, aunque vivía con miedo de que algún día la encontraran y le quitaran a su hija
Pasaron un rato agradable en el parque y por su cumpleaños, Allegra le compró a Mirai un juego de rompecabezas de 1,000 piezas. Mirai era una niña muy inteligente y le encantaban los rompecabezas complicados
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Cinco años han pasado ya desde que Noah fue a la cárcel, cinco horribles años en los que padeció miedo, tuvo que provocar miedo y aunque sea difícil de creer, maduró esos años en prisión, lo hicieron darse cuenta de todo lo que había hecho mal, lo esperaba salir de ahí para poder ser una mejor persona y cambiar el rumbo de su vida por uno mejor
—Hoffmann Noah— decía uno de los guardias de la prisión
—¿Ahora que quiere? — decía con mal genio
—Pues ya no te molestaré más mocoso, largo de aquí— eso dejó impactado a Noah— te vas a casa
—¿Enserio? — decía con un brillo en los ojos
—Enserio— le sonrió— tus familiares están allá afuera esperándote
—Gracias— corrió a abrazarlo— usted siempre fue mi oficial favorito— dijo para rápidamente empezar a empacar sus cosas
—Ya lárgate— le dijo el guardia con una sonrisa
Cuando tuvo todas sus cosas listas salió de la prisión y ahí los vio a todos esperándolo con los brazos abiertos, estaban Thelma, Gerald, Paul, Sophia, Bruno, Genevieve, Klaus, Amelia, y un niño que él no conocía
—Noah— su madre fue la primera en abrazarlo y llorar al verlo
—Mamá— le correspondió el abrazo— no llores, ya estoy aquí tranquila
—Se me hizo una eternidad de no verte, hijo— lo abrazaba con fuerza
—Me da mucho gusto verte de nuevo, mamá… a todos— su madre lo soltó
—Bienvenido de vuelta, Noah— dijo algo seco su padre
Luego de que todos lo saludaran habló Klaus
—Bienvenido de regreso hermano— lo abrazó— veo que has crecido mucho— dijo señalando sus bíceps y los músculos que se le marcaban en la camisa
—Sí, bueno había un gimnasio de pesas en la prisión y gratis— sonrió algo arrogante— además si no me ponía fuerte no hubiera sobrevivido ahí adentro ni un año debes pelear para sobrevivir
—Espero que hayas aprendido la lección, ya a tus casi 25 años espero que hayas cambiado — le dijo serio
—Cambié — dijo sincero — ahora veo la vida de modo distinto quiero hacer algo diferente
—Eso es bueno, hermano muy bueno— le dio unas palmadas en la espalda— quiero presentarte a alguien— fue por el pequeño niño que Noah no conocía, era un niño de cabello negro igual que Klaus y ojos ámbar
—Él es Olaf Hoffmann— le dijo a su hermano— mi hijo, tiene tres años y medio— el niño estaba algo tímido— él es tu tío Noah— se dirigió al niño
—Hola Olaf— le dijo con una sonrisa extendiéndole la mano— ella debe ser su madre— señaló a Amelia y Klaus asintió— eres Amelia, ¿verdad?
—Sí, soy yo— la mencionada se acercó a ellos— saluda a tu tío, cariño— le decía a su pequeño hijo
—Hola, tío— dijo el pequeño con voz infantil
—Vamos todos a casa— dijo Gerald esta vez
—Oye Idiota— era Paul— adivina que— le dijo con una sonrisa tonta mientras se le colgaba del cuello a Noah
—¿Qué quieres Inútil? — de le dijo quitándoselo de encima mientras tomaba agua de una botella que traía
—Voy a ser papá— dijo Paul feliz
Eso hizo que Noah frenara repentinamente y escupiera toda el agua del susto que le había ocasionado la noticia
—¡¿Qué?!— decía escandalizado— ¿Qué dijiste, estúpido?
—Voy a ser papá, Noah— le dijo despacio— Sophia y yo nos casamos hace un año y vamos a tener un bebé— decía con una sonrisa de lo más idiota
—¿Es enserio? — le decía a Sophia que estaba a unos cuantos pasos de él con una cara algo rara— ¿de este idiota?
—Si, Noah— dijo algo apenada
—Te compadezco, Sophia— le dijo yendo hacia donde estaba ella y le dio un abrazo como si le estuviera dando el pésame
Todos rieron y fueron a casa
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Ya había pasado un año desde que Noah salió de la prisión, era un hombre nuevo, ahora tenía una casa propia en Berlín y trabajaba en una de las delegaciones de la empresa de Gestión Patrimonial Neumann, su casa matriz de la empresa estaba en Múnich y esa empresa era una de las empresas de los hermanos Neumann. Además, estaba estudiando una carrera en negocios vía online y ahorrando para crear su propia empresa
Era algo raro, pues Richter y Hoffmann's Corp. tenía varios dueños, Héktor Richter, Bruno Hoffmann, Gerald Müller y los hermanos Neumann de Múnich
Mientras que la empresa de Gestión Patrimonial Neumann solamente les pertenecía a los hermanos Neumann de Múnich, Agatha, Lukas y Flynn.
A pesar de ahora llevar una vida tranquila, con un buen empleo, una casa propia y nada de drogas ni alcohol, Noah no había olvidado su venganza contra Johanna
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EN FRANKFURT
En la estación de policía de Frankfurt, Philipp e Issak, los jefes de la policía del lugar, y también hermanos de Amelia. Estaban en su oficina cuando llegó un hombre de aspecto algo lúgubre
—¿Puedo hablar con los encargados? — dijo el hombre
—Somos nosotros— respondió Issak en tono serio— ¿se le ofrece algo?
—Soy Jürgen— se presentó el hombre— detective privado
—¿En qué podemos ayudarle? — habló Philipp esta vez
—Estoy investigando el secuestro de una bebé
—¿Secuestro? — dijeron ambos
—Hace 5 años una bebé fue robada del hospital general de Múnich— comenzó a hablar el detective— los padres están muy angustiados desde ese entonces
—Puede darnos más detalles— pidió Issak educadamente
—La niña fue dada en adopción a los señores Antón y Emma Wagner— comenzó a explicar a los hermanos y les pasó fotos de los mencionados— la madre biológica de la niña se llama Allegra Zimmermann, ella no se las entregó a los padres adoptivos— les mostró una foto de la mencionada
—Si es la madre biológica quien la secuestro, ¿Por qué la buscan? eso no es un secuestro— Philipp intentó sonar normal
—Porque la madre ya había dado en consentimiento de adopción y cuando la niña nació se la robó del hospital y es tiempo de que no la encontramos, ya la niña cumplió los 5 años hace poco y no se sabe nada de ella y las hemos buscado por muchos lugares ahora venimos acá
—Haremos lo posible— Issak le quitó de las manos las fotos y los archivos que había traído— les avisaremos si sabemos algo
—De acuerdo con permiso— dijo el tal Jürgen retirándose
Apenas se hubo retirado el hombre los hombres soltaron la respiración que inconscientemente habían estado sosteniendo
—No jodas— decía Issak— ¿y ahora? — le preguntaba preocupado a su hermano
—Pues numero 1— tomó las fotos y los papeles y los llevó al triturador de papel— deshacernos de esto— hizo tiritas las fotos y los documentos— numero 2 llámalo— dijo serio a su hermano
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Lukas, un hombre de cabello y ojos castaños, el hermano de Agatha, estaba trabajando en su oficina cuando su celular sonó
—¿Hola? — contestó
—Hey— era Issak— delante mamá pájaro ¿me escuchas? — dijo como si fuera una especie de nombre código militar
—No me digas así— decía rodado los ojos
—No te pongas así, sabes que te amo— le dijo burlándose
—Ya cállate y dime que quieres— le dijo algo enojado
—Tenemos una situación— le dijo rápidamente— ya llegó hasta acá
—¿Qué? — decía sorprendido
—La operación "Cerezo" da comienzo—dijo serio
—Maldición— dio un golpe a su escritorio— dame toda la información
—Un tal Jürgen se presentó hace unos minutos con unos documentos y fotos de Allegra y Mirai lo que decía el reporte es que la buscan por secuestro y según lo que dice aquí han buscado en todas partes, solo les queda un lugar donde podemos enviarla, Berlín, pero debes enviarla ya
—De acuerdo yo arreglo todo— colgó
Lukas se la pasó las siguientes tres horas arreglando todo para que Allegra y Mirai pudieran ir a Berlín cuando tuvo todo listo fue a avisarle a las chicas
—Chicas— hablaba Lukas— tengo noticias para las dos— les decía a Allegra y Mirai que estaban en el escritorio de la muchacha
—¿Qué noticias? — preguntaban curiosas
—Vamos a trasladarlas a la casa matriz— las chicas estaban confundidas— las trasladaremos a Berlín, a las oficinas de la casa matriz de la empresa, ahí estarán bajo las órdenes de mi hermanito, Flynn y de otro de los dueños de la empresa Richter Hans
—Les daremos un apartamento por parte de la empresa— Lukas le sonrió— no tendrán que pagar nada de alquiler, ni servicios, solo te encargarás de comprar comida y sus ropas y esas cosas ya sabes
—Muchas gracias— dijo la pelirroja muy agradecida
—Ya nos encargamos de inscribir a Mirai en el preescolar aquí están todas sus cosas— le entregó una caja grande
—Mirai— llamó su atención— puedes ir a darle de comer a mis pececitos, cariño— le dijo el hombre
—Si— dijo sonriente y corrió rumbo a la oficina de Lukas
—La investigación llegó hasta aquí— le dijo a la pelirroja una vez que la niña se alejó
—El único lugar donde no han buscado es Berlín, por eso te estamos enviando para allá— le decía algo nervioso— necesitas irte lo más pronto que puedas, Philipp e Issak ya se encargaron de destruir el expediente y las fotos que les dio el investigador, pero tienes que irte ya
—Sí, señor— decía preocupada, casi llorando
—Váyanse ya, un chófer las llevará hasta casa y te esperará para llevarlas a Berlín y te presentas a trabajar a la misma hora mañana en la nueva empresa y Mirai irá al preescolar a partir de la siguiente semana que es cuando comienzan las clases y tu horario se ajustará para que puedas llevarla y recogerla al preescolar y también te la puedes llevar al trabajo ahí también estará mi hermana Agatha, ella te ayudará
—Si señor— decía Allegra un poco nerviosa— muchas gracias
—Suerte, guapa— le guiñó el ojo y volvió a su puesto de trabajo— cuídense mucho
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Allegra y Mirai llegaron a casa y comenzaron a empacar todas sus cosas y salieron rumbo a Berlín
—Mirai— llamó la atención de la niña— sabes que te amo mucho, verdad
—Sí, mami— le sonrió y se puso más cerca de ella para abrazarla— me lo dices todos los días
—Nunca lo olvides, ¿de acuerdo? — le dijo soltando unas lágrimas— nunca olvides que te amo y que daría mi vida por ti— la abrazó fuerte y le besó la cabeza
—Yo también te amo mucho, mami— le correspondió el abrazo
Ahora Mirai y Allegra irían rumbo a Berlín, Allegra esperaba al fin poder vivir en paz con su hija sin que la buscaran, sin miedo a que se la quitaran y la separaran de ella eso era lo que más anhelaba.
—Te gusta este lugar, ¿verdad? — Allegra le hablaba a su hija que venía entretenida admirando las calles de Berlín —Si, es muy bonito — decía muy admirando todo lo que veía Doblaron la esquina y se toparon con una pareja la señora era rubia y el hombre tenía el cabello de un curioso color rojizo grisáceo —¿Allegra? — dijo la pareja al unísono sorprendidos eran los señores Frida y Benedict Zimmermann —Allegra…. ¡oh Allegra! — la señora Frida se lanzó a los brazos de una pelirroja sorprendida —¿Mamá? ¿Papá? — decía sin saber que hacer Los señores Zimmermann Vivian en Viena, y Allegra no sabía que hacían en Berlín —¿Qué hacen aquí? — decía con sorpresa —Venimos como turistas, dicen que aquí hay un restaurante muy bueno de Ramen— decía contenta la señora Frida —Me da gusto volver a verlos— dijo con una sonrisa —¿Por qué te fuiste así? — decía algo consternado el señor Benedict— aquel día solo llegamos y vimos una nota y tú ya no estabas —Pasaron muchas cosas— dijo simplemente— n
—TRANQUILA, MAESTRA— hablaban desde el otro lado de la línea— los bomberos, la policía y ambulancias irán para allá deje el celular prendido y nosotros lo rastrearemos para poder encontrar su exacta posición para ir a ayudarlos, las unidades ya salieron en la ayuda, mantenga la calma y vaya reuniendo a los niños—GRACIAS— dijo la maestra y comenzó a hacer lo que le indicaron— ESPERAMOS AQUÍ—NIÑOS— les gritaba a los niños tratando de llamar su atención para que la escucharan— NIÑOS, TRANQUILOS, VAN A VENIR A SACARNOS DE AQUÍ NECESITO QUE SE ACERQUEN A MÍ— los niños obedecieron—¡MAESTRA REBEKKA! — escuchó que le gritaron desde fuera y de pronto escucharon la puerta del autobús abrirse estrepitosamente— somos los bomberos— un señor se asomó—NECESITO AYUDA— dijo la maestra— estos son los números de las madres de los niños necesito que las llamen—Los policías se encargarán de eso— el bombero le agarró la hoja y se la pasó a los policíasMientras los bomberos y la profesora Rebekka ayud
Su madre estaba sentada a un lado de una muchacha de cabello rojo de pronto se le vino un recuerdo a la cabeza aquella noche en que violó a aquella muchacha de cabello rojo y ojos jade con un lunar muy curioso y bonito en la frente en forma de diamante era ella la tenía en frente de nuevo quería pedirle perdón por lo que había hecho —Tú— dijo el muchacho cuándo la tuvo en frente Allegra levantó la vista y lo vio el cabello negro azulado, los mismos ojos negros penetrantes e intimidantes, y ése mismo perfume con un olor tan masculino los recordaba muy bien, eso era lo único que recordaba del muchacho que la había violado hace 6 años el padre de su hija, la niña era su vivo retrato excepto por sus ojos, ahora lo tenía en frente y simplemente no sabía qué hacer y la invadió el pánico —No me toques— dijo levantándose de la silla y alejándose— no te me acerques no te me vuelvas a acercar nunca fuiste tú— el matrimonio Hoffmann estaba confundido —Sí, lo admito, fui yo— admitió su culpa
Mirai llevaba un mes y medio en coma, Allegra no se había separado de ella más que para irse a bañar y luego regresaba, no comía, y no dormía bien, no había dejado que Noah se acercara cierto día Noah fue al hospital y se acercó a la puerta de terapia intensiva y entró, Allegra le estaba hablando a su hija cuando la vio sintió un calor en su corazón que nunca había sentido antes —Sabes, tu maestra Rebekka les dio a todos tus compañeros un mes de descanso tienes que recuperarte pronto, necesitas regresar a la escuela, así no te atrasarás tanto —Es muy bonita— habló Noah por primera vez —Lo es— dijo secamente— ¿Qué quieres? — le preguntó bruscamente —Te traje algo de comer— le mostró una bolsa— quiero hablar contigo —No quiero nada que venga de ti y mucho menos quiero hablar contigo, vete de una vez— le dijo enojada dándole la espalda —Tienes que comer— insistió— lo ha preparado mi madre— puso la bolsa encima de la cama y Allegra lo fulminó con la mirada— por favor Resignada ella
—Me llamo Noah— se acercó con cuidado— mi hermano es el doctor quien te atendió, ¿Cómo te sientes? — decía preocupado —Me duele— fue lo único que atinó a decir —Llamaré a mi hermano— dijo el azabache para después salir corriendo —¡KLAUS! — iba gritando y corriendo por todo el hospital—¡KLAUS! Llegando a la oficina de su hermano entró sin preguntar y descubrió a su hermano y Amelia en una escena un poco comprometedora y cursi Ella estaba sentada sobre las piernas de él y estaba jugando con su cabello mientras lo besaba él le recorría con una mano la espalda y a otra la tenía perdida dentro de los pantalones de ella —¡KLAUS! ¡AMELIA! — gritó sobresaltando a la pareja— podrían dejar de demostrarse su amor en la oficina están en un hospital malditos pervertidos —¿Qué quieres, Noah? — decía Klaus algo molesto— que no ves que estoy ocupado —Mirai despertó— dijo muy contento y la pareja se levantó de la silla— mi hija ha despertado —Eso es grandioso, Noah— sonrió su cuñada —Vamos a
Mirai pasó varias semanas más en el hospital, Noah la visitaba seguido y platicaban mucho, la niña se había acostumbrado a que el señor Noah, como ella le decía, la fuera a visitar todos los días al hospital cuando le dieron el alta, le dijeron que tenía que comer sano y no esforzarse tanto y dentro de un mes podía volver al preescolar, pero que para que volviera a caminar tendrían que iniciar de nuevo, como cuando era una bebé Apenas la dieron de alta, Allegra regresó a trabajar al día siguiente —Espero que hayas gozado tus vacaciones, Allegra— le decía Hans a la apenas la vio entrar con su hija en brazos —No se volverá a repetir, señor— decía con la frente en alto —Esperemos que no— decía con sorna— estos meses que estuviste ausente se te juntó mucho trabajo y ahora que Agatha está de baja por maternidad trabajarás en doble y Flynn salió 6 semanas a Múnich —Sí, señor— intentó sonreír— ahora mismo me pongo a trabajar —Más te vale… y Allegra, no se te van a pagar los meses que es
Caminaron al ascensor que los llevaría hasta el estacionamiento subterráneo del hospital—Allegra— habló Sophia— ¿no tienes un cochecito de bebé para que no tengas que cargar a tu hija todo el tiempo?—No, señora el que tenía lo vendí hace un par de años, no sabía que lo necesitaría de nuevo más adelante— trató de sonreírle—Mañana te compraremos uno, no te preocupes— decía un Paul alegre—No es necesario, señor— decía con pena— puedo apañármelas sin el cochecito—Vamos, Allegra— le dio una palmadita en el hombro— queremos ayudarte— Paul le sonrióLlegaron a los coches de los hombres y Sophia se subió al de Paul y Allegra al de Noah y emprendieron rutas distintas para llegar a sus destinos—Gracias, señor, con permiso— dijo apenas llegaron a la casa de ella, quería salir corriendo, pero Noah se lo impidió—No te vayas, quiero hablar contigo— decía con voz calmada intentando darle seguridad a ella— no te voy a hacer nada, lo juro— levantó la mano derecha— sólo quiero hablarElla un poc
El timbre sonó inesperadamente y Allegra fue a abrir y se encontró con Noah—¿Qué haces aquí? — dijo bastante extrañada—¿Puedo pasar? — dijo educadamente—Adelante— lo dejó pasarCuando Noah entró se encontró con una alegre Mirai que veía atenta la televisión mientras comía su desayuno—Hola, señor Noah— dijo la niña cuando vio al pelinegro—Hola, princesa, ¿Cómo estás? — dijo acercándose con una sonrisa—Bien, gracias, ¿y usted? — decía educadamente—Pues muy feliz, ahora que veo que te encuentra mejor y eso me pone muy contento— la niña le sonrió y Allegra solo escuchaba mientras lavaba los platos— por qué no me llamas por mi nombre— le dijo con una sonrisa— me llamo Noah, ya te lo había dicho—Me cuesta trabajo, señor Noah— la niña le sonrió a modo de disculpa—Tienes unos ojos preciosos, nena— se dirigió a la niña, quien le sonreía y luego miró a ambas mujeres— ¿Quieren ir a pasear conmigo? — preguntó y ellas lo vieron algo raro— a eso vine— sonrió— vine a invitarlas a comer—¿A