—Me llamo Noah— se acercó con cuidado— mi hermano es el doctor quien te atendió, ¿Cómo te sientes? — decía preocupado —Me duele— fue lo único que atinó a decir —Llamaré a mi hermano— dijo el azabache para después salir corriendo —¡KLAUS! — iba gritando y corriendo por todo el hospital—¡KLAUS! Llegando a la oficina de su hermano entró sin preguntar y descubrió a su hermano y Amelia en una escena un poco comprometedora y cursi Ella estaba sentada sobre las piernas de él y estaba jugando con su cabello mientras lo besaba él le recorría con una mano la espalda y a otra la tenía perdida dentro de los pantalones de ella —¡KLAUS! ¡AMELIA! — gritó sobresaltando a la pareja— podrían dejar de demostrarse su amor en la oficina están en un hospital malditos pervertidos —¿Qué quieres, Noah? — decía Klaus algo molesto— que no ves que estoy ocupado —Mirai despertó— dijo muy contento y la pareja se levantó de la silla— mi hija ha despertado —Eso es grandioso, Noah— sonrió su cuñada —Vamos a
Mirai pasó varias semanas más en el hospital, Noah la visitaba seguido y platicaban mucho, la niña se había acostumbrado a que el señor Noah, como ella le decía, la fuera a visitar todos los días al hospital cuando le dieron el alta, le dijeron que tenía que comer sano y no esforzarse tanto y dentro de un mes podía volver al preescolar, pero que para que volviera a caminar tendrían que iniciar de nuevo, como cuando era una bebé Apenas la dieron de alta, Allegra regresó a trabajar al día siguiente —Espero que hayas gozado tus vacaciones, Allegra— le decía Hans a la apenas la vio entrar con su hija en brazos —No se volverá a repetir, señor— decía con la frente en alto —Esperemos que no— decía con sorna— estos meses que estuviste ausente se te juntó mucho trabajo y ahora que Agatha está de baja por maternidad trabajarás en doble y Flynn salió 6 semanas a Múnich —Sí, señor— intentó sonreír— ahora mismo me pongo a trabajar —Más te vale… y Allegra, no se te van a pagar los meses que es
Caminaron al ascensor que los llevaría hasta el estacionamiento subterráneo del hospital—Allegra— habló Sophia— ¿no tienes un cochecito de bebé para que no tengas que cargar a tu hija todo el tiempo?—No, señora el que tenía lo vendí hace un par de años, no sabía que lo necesitaría de nuevo más adelante— trató de sonreírle—Mañana te compraremos uno, no te preocupes— decía un Paul alegre—No es necesario, señor— decía con pena— puedo apañármelas sin el cochecito—Vamos, Allegra— le dio una palmadita en el hombro— queremos ayudarte— Paul le sonrióLlegaron a los coches de los hombres y Sophia se subió al de Paul y Allegra al de Noah y emprendieron rutas distintas para llegar a sus destinos—Gracias, señor, con permiso— dijo apenas llegaron a la casa de ella, quería salir corriendo, pero Noah se lo impidió—No te vayas, quiero hablar contigo— decía con voz calmada intentando darle seguridad a ella— no te voy a hacer nada, lo juro— levantó la mano derecha— sólo quiero hablarElla un poc
El timbre sonó inesperadamente y Allegra fue a abrir y se encontró con Noah—¿Qué haces aquí? — dijo bastante extrañada—¿Puedo pasar? — dijo educadamente—Adelante— lo dejó pasarCuando Noah entró se encontró con una alegre Mirai que veía atenta la televisión mientras comía su desayuno—Hola, señor Noah— dijo la niña cuando vio al pelinegro—Hola, princesa, ¿Cómo estás? — dijo acercándose con una sonrisa—Bien, gracias, ¿y usted? — decía educadamente—Pues muy feliz, ahora que veo que te encuentra mejor y eso me pone muy contento— la niña le sonrió y Allegra solo escuchaba mientras lavaba los platos— por qué no me llamas por mi nombre— le dijo con una sonrisa— me llamo Noah, ya te lo había dicho—Me cuesta trabajo, señor Noah— la niña le sonrió a modo de disculpa—Tienes unos ojos preciosos, nena— se dirigió a la niña, quien le sonreía y luego miró a ambas mujeres— ¿Quieren ir a pasear conmigo? — preguntó y ellas lo vieron algo raro— a eso vine— sonrió— vine a invitarlas a comer—¿A
Iniciando la semana, a primera hora de la mañana, Noah fue a recoger a Allegra y a Mirai para llevarlas al trabajo de ella —¿Ya están listas? — dijo después de saludarlas —Si, ya estamos listas— dijo la pelirroja —Papá Noah, es cierto que van a tomar turnos para cuidarme un día tú un día mami— la niña hablaba con ilusión —Sí, preciosa— la tomó en sus brazos— ahora como soy tu papá te voy a cuidar yo también —Qué bien— dijo abrazándolo— me gusta tenerte como papá —Y a mí me encanta tenerte como hija— le dijo besándola en la frente —Y ya me estoy acostumbrando a no decirte señor Noah— señaló ella —Eso me agrada si me dices señor Noah me siento viejo muy muy viejo— la niña que lo observaba con ojos divertidos comenzó a reír —Ahora deja ayudar a mamá a subir las cosas al coche para irnos— dijo mientras la sentaba en un sillón y se encaminaba hacia Allegra que estaba terminando de preparar las cosas Noah ayudó a subir el nuevo cochecito de la niña y las demás cosas que necesitaría
—Déjame enseñarte que se puede disfrutar— le decía con cariño tratando de darle seguridad—Noah yo— ella lo miró, había algo diferente en su mirada.La primera vez, ella había visto unos penetrantes ojos negros, con las pupilas dilatadas, y lo blanco de sus ojos era rojo debido al exceso de alcohol y drogas en su cuerpo... pero ahora todo era diferente, no eran los mismos ojos negros y no eran el mismo hombre...Aquel hombre había sido rudo con ella y la había tomado sin ninguna concideración, su mirada estaba llena de maldad, sin embargo el hombre que estaba frente a ella ahora, era un hombre dulce, tierno y cariñoso, el cual, también era un buen padre y sus ojos, en sus ojos se veía amor y devoción, amor hacia ella y hacia su hija...—No será como la primera vez— le habló de una manera muy tierna que lograba transmitirle seguridad— déjame enseñarte lo bueno de esto, no quiero que me tengas miedo nunca másÉl comenzó a besar su cuello despacio para no asustarla le daba pequeños besos
Cuando regresaron del parque, la pequeña Mirai estaba dormida ambos la arroparon y se fueron a su cuarto —Fue un día lleno de sorpresas— dijo Noah cuando tuvo a Allegra en sus brazos— me agrada la idea de saber que tengo buena puntería, un nuevo bebé es genial— le dio un beso en la cabeza —Me da gusto que te agrade la idea— ella sonrió y lo abrazó —Ahora yo soy el que tiene una sorpresa para ti— ella lo miró con una sonrisa— ya que hoy es día para dar sorpresas... tenía la idea de dártelo esta mañana, pero con tu sorpresa del nuevo bebé simplemente me quedé en blanco, pero esto lleva en mi chaqueta desde hace dos días y creo que ahora es momento de dar mi sorpresa Se levantó, fue por su chaqueta y sacó un pequeño paquete y se lo dio con una sonrisa —Es para ti, cariño— le dio un beso al momento en que se la entregó Ella abrió la pequeña caja y se encontró con un anillo de oro blanco con una esmeralda en el centro y con pequeños diamantes alrededor ella no se lo podía creer —Sor
Un nuevo día inicia en la casa de los Hoffmann, era un fin de semana, Mirai seguía dormida mientras tanto, sus padres terminaban de preparar el desayuno,—Cariño, quiero que dejes de trabajar— soltó de pronto el pelinegro como si nada cuando terminó de arrimar los platos—¿Qué? — preguntó ella pensando que había escuchado mal—Quiero que dejes de trabajar— repitió—Oye— ella iba a empezar a reclamar, pero él la interrumpió—Cariño…. Ahora estás casada conmigo y embarazada de mi hija—Eso no significa que tenga que dejar de trabajar— reprochó—Lo sé— la abrazó— ¿Entonces por qué quieres que deje mi trabajo?—No quiero que estés bajo las órdenes de Hans— el pelinegro besó su cabeza— sé que te cae mal y odias trabajar para él— el pelinegro sonrió— si dejas el trabajo entonces no tendrás que volver a verlo—¿Y qué te piensas que haré en todo el día si dejo de trabajar? — puso los brazos en jarras— tú trabajas en dos sitios a la vez, Mirai va a la escuela… ¿qué hago yo mientras tanto? — é