Pov Narrador El cielo claro pronto se tornó gris; las pequeñas gotas de lluvia caían pesadas sobre la atmósfera, que estaba a punto de estallar. De la cortina de humo emergió un lobo blanco; una cicatriz rasgaba su cara y otras tres adornaban su lomo. Sus ojos, fijos en Bastian, su mayor rival, hoy le iban a demostrar cuánto poder de destrucción podría causar. Más allá de ellos, donde estaba la otra pequeña parte de su ejército, llegó el ejército restante de Bastian. Ailen se preparaba para recibir órdenes cuando el galope de varios caballos llamó su atención. —Sacerdotisa, no debería estar aquí. —Si lo estoy, es porque debo estarlo. No te preocupes, hoy no será esa batalla, aún no. Ella miró directo hacia donde estaba Leina; en sus ojos había preocupación y miedo. Tanto Leina como Ava estaban perdidas; todo su mundo desapareció a su alrededor en el momento en el que aquel lobo captó toda su atención. Todo fue por él; su vida y su mundo se derrumbaban por él. Los cue
Pov Bastian Estuve sentado día y noche fuera de mi habitación. La sacerdotisa solo entraba a ver a Leina y luego salía sin decirme nada. Alcé mi vista para ver el cielo oscuro. Era como si el sol nos hubiese abandonado. Jamás en toda mi vida había visto o presenciado algo como esto. Tampoco en nuestras historias, ningún libro que hable sobre las lobas bendecidas menciona esto. Lo que me hace mirar en dirección a la puerta de mi habitación. Leina es por mucho, diferente y especial; no parece saber nada de quién es. «Parece que la Diosa mandó un lienzo en blanco y eso puede ser peligroso, Bastian. Esta oscuridad ha cubierto la tierra más días de los esperados y eso solo significa que ella es importante». Me sentía agotado mentalmente; necesitaba asegurarme primero de que ella estaba bien antes de ocuparme del resto. Entrecerré los ojos, recordando todos los acontecimientos de los últimos días. Tengo muchos ajustes de cuentas que hacer y el principal es con Neil. «¿Y a t
Pov Leina Había pasado todo un día desde que Bastian había venido. No sé si me pasé de tono esta vez, pero él ya no regresó ni para traer agua. El cielo ya comenzaba a aclararse y ahora parecía un cielo gris antes de una tormenta. Tomé la capa oscura y salí. Me vale si se enojan conmigo. No es como que me puedan gobernar. Me deslicé por la ventana con cuidado, llegando a los jardines de la mansión. Una vez que logré llegar afuera, corrí en dirección a la mansión de Neil. No es como que me importara mucho él, pero sí Bell, que la había dejado sola a merced de bárbaros brutos. Crucé la calle casi desolada de la manada y, cuando vi la entrada de la mansión, me detuve en seco con los ojos bien abiertos. La gran reja de hierro estaba vuelta nada, con unas enormes garras marcadas y en otros lados estas mismas habían rasgado el metal como simple tela. «Creo que ahora sí está enojado, Leina». Me adentré hacia la mansión y todo a mi paso era un total desastre. Y si creía qu
Pov Leina La sacerdotisa vino, como todos los días, para darme sus brebajes amargos. No me quejo; mis heridas ya estaban sanas, al menos las externas. —Toma— me dijo, extendiendo dos pergaminos bastante antiguos, y lo sé por lo amarillo de la hoja. —No tomes decisiones precipitadas, Leina. Recuerda que ya no estás sola. —Si lo dices por el hombre que me tiene… —Leina, conócelo. Permite que entre a tu vida; él no es como crees. Ella solo se marcha sin decir más, y yo me quedo observando los pergaminos hasta que decido abrir uno. Está escrito en un lenguaje antiguo, pero, por alguna razón, lo puedo entender. Las lobas bendecidas son escogidas desde el vientre de la madre. La Diosa misma escoge un espíritu de lobo para ellas y las enlaza directo con su alma una vez que nacen. «¿O sea, que yo estoy contigo desde que naciste?» «Eso parece.» La primera loba lunar fue una hija directa de la Diosa; su poder y su mando eran tan grandes que atrajeron la ambición de muchos Alfas pode
Pov Leina La ansiedad me estaba matando y estoy segura de que eso es lo que él quería. —Bastian, solo di lo que quieres y ya está. Estar en esta posición duele y odio la oscuridad; termina de una vez. Me removí mirando las cuerdas, trataba de sacar mis garras para romperlas, pero ni haciéndolo llegaría a ellas. —No vas a librarte de ellas, no hasta que yo quiera. Sus manos comenzaron a recorrer mis piernas, subiendo por mis muslos. El camisón se iba elevando, descubriendo mi piel. —Dime, Leina, lo que quiero saber. —Ya… ya te lo dije todo. Esta vez, mi camisón fue rasgado por completo. Escuché la tela siendo despedazada y luego salió de mi cuerpo, dejándome por completo expuesta. Solo mis braguitas quedaban, por ahora. —No puedes obligarme a estar contigo. —¿Por qué llevas a un cachorro de Neil o porque te gusta más él? —Eso no es tu problema—dije con los dientes apretados, tratando de zafarme de sus manos que jugaban con la última prenda que me cubría. —Me entregaste a é
Pov Narrador Guillermo se encontraba sobre la cama, con el cuello y el hombro vendados y manchas de sangre en las gasas blancas. Sus manos tiemblan de dolor y sus ojos permanecen cerrados, reproduciendo una y otra vez aquel momento. Han pasado más días de los que quisiera, días en los que no deja de retorcerse por dentro al ver que la tenía tan cerca, al alcance, y ahora posiblemente esté con su enemigo. Tanto esfuerzo, tantos años esperando acabar con el último de la raza más poderosa y los preferidos de su diosa. Esos mismos Lycans destruyeron a su familia, un linaje de lobos blancos poderosos que siempre creyeron que estaban por encima de cualquiera. Guillermo se levantó, con todo su cuerpo doliendo por las heridas de Leina, la loba que lo tenía delirando de tantas formas. La puerta se abre y solo espera que le traigan buenas respuestas. —Hemos encontrado la manada de su padre, es la manada Copo de Nieve. También descubrimos que el traidor Benjamin se queda en esas tierras.
Pov Bastian—Tú solo vas a complicarme más la vida. Yo ya tengo suficiente cargando con todo esto. No pedí ser la loba bendecida, Bastian, pero te aseguro que si no lo fuera, tú me hubieses rechazado tal cual como lo hizo Reiner.Solo me quedé ahí parado, recibiendo su rabia y enojo. Todas mis palabras se fueron en el momento en que ella dijo que jamás me amaría.Todos mis músculos tensos tratando de reprimir el dolor de su rechazo. Thorin solo está escuchando, buscando cualquier punto para defenderla, pero es más que evidente que ella no nos quiere aceptar.—Dime qué quieres que haga, Leina, y lo haré. Solo te pido a cambio una oportunidad de acercarme a ti; mis intenciones contigo nunca han sido por quien eres.Ella solo apartó la mirada. En sus ojos se libraba una batalla interna; ella parecía estar librando una con su loba y no estoy seguro de qué sea, pero algo me dice que no me va a gustar.—No quiero que hagas nada —responde al fin. Levanta su mirada y en sus ojos brilla una de
Pov Narrador Un mensajero entraba a la manada con un comunicado de suma urgencia. Del otro lado, Bastian observa el entrenamiento, tratando de alejar los pensamientos que lo rondan desde hace días, cuando ella intentó romper su vínculo. Simplemente se alejó de ella; necesitaba tiempo y no estaba seguro de si ella también. —Bastian, deberíamos salir a correr un rato o intentar cazar, ¿qué me dices? —No tengo tiempo para eso, Gena. —Necesitas distraerte, no puedes permitir que… ciertas cosas te afecten. El trote de un lobo llama su atención; todos en el entrenamiento se detienen para ver al lobo jadeando por aire mientras se acerca a su líder. Se transforma y alguien le pasa una manta para cubrirse. —Señor, tengo malas noticias: Guillermo ya tiene la ubicación de la manada Copo de Nieve; también sabe que el Alfa Benjamin está ahí. Van a atacar, señor; su ejército debe estar preparándose justo ahora. Todos voltearon a verlo, esperando sus órdenes. Bastian solo se quedó en silen