Pov Narrador Un mensajero entraba a la manada con un comunicado de suma urgencia. Del otro lado, Bastian observa el entrenamiento, tratando de alejar los pensamientos que lo rondan desde hace días, cuando ella intentó romper su vínculo. Simplemente se alejó de ella; necesitaba tiempo y no estaba seguro de si ella también. —Bastian, deberíamos salir a correr un rato o intentar cazar, ¿qué me dices? —No tengo tiempo para eso, Gena. —Necesitas distraerte, no puedes permitir que… ciertas cosas te afecten. El trote de un lobo llama su atención; todos en el entrenamiento se detienen para ver al lobo jadeando por aire mientras se acerca a su líder. Se transforma y alguien le pasa una manta para cubrirse. —Señor, tengo malas noticias: Guillermo ya tiene la ubicación de la manada Copo de Nieve; también sabe que el Alfa Benjamin está ahí. Van a atacar, señor; su ejército debe estar preparándose justo ahora. Todos voltearon a verlo, esperando sus órdenes. Bastian solo se quedó en silen
Pov Leina Llegamos a un valle de flores que comenzaban a florecer después de varios días sin sol. Sus pétalos están húmedos por el rocío y el pasto verde se extiende hasta las montañas. —Gracias, Neil— le digo de forma muy sincera, rozando la yema de los dedos por las flores. Neil tenía razón; venir aquí fue un escape para mi agotada mente. Mis ideas se estaban aclarando y ya por fin sé qué hacer, o al menos tengo un punto de partida. —Me alegra saber que algo bueno sacaste de mí. Ambos nos reímos sin decir nada hasta que fui yo quien rompió el silencio. —Háblame de él— le dije, señalando al lobo que ahora parece más un perro persiguiendo mariposas. Creo que hasta a él lo eché a perder. —Lo sacamos de un laboratorio. No sabemos qué hacían allí, ni tampoco de quién era. Estaba metido en una jaula, con grandes mangueras incrustadas en su cuerpo y un líquido espeso y blanco. Neil se detuvo mirando a la nada, como si estuviese recordando ese momento. —Lo sacamos de allí con gran
Pov Leina Di un paso al frente y, aunque él no me quiera hablar, yo lo haré. Debo comenzar a afrontar las cosas y dejar de huir. —Sé que mis palabras no sirven de mucho ahora, Bastian. Puede que, de hecho, te importe poco lo que pueda decirte, pero solo quiero que sepas que de verdad lo siento… —Nunca esperé otro compañero después de ser rechazada. Me resigné a no tener a nadie cuando supe quién era. Traté de ocultarme por miedo a ser descubierta y, cuando todo pasó, tuve que ver cómo la sangre de inocentes era derramada por mí. Di otro paso al frente, esperando que al menos él me viera, pero no hacía nada más que leer el papel en su mano. —Lo siento, Bastian. No me voy a justificar por lo que hice; asumo la responsabilidad de ello. Entiendo que estás molesto, entiendo que ni siquiera quieres verme, pero necesitaba venir y, por un momento, dejar de ser cobarde para enfrentarte. Las lágrimas empañaban mis ojos; esto dolía, su ignorancia dolía, pero yo causé un dolor más grande en
Pov Leina Una taza humeante de chocolate fue puesta ante mí y no me molestó en ver quién la había traído; solo la tomé rápido para darle un sorbo. —Gracias, Neil—dije, pensando que era él, hasta que levanté la cabeza y vi los ojos afilados de Bastian. —Perdón, yo pensé que… es el único que me habla, así que… Tráigame tierra, eso es mejor. —Sígueme—fue su orden tosca antes de darme la espalda. Me levanté con cuidado de no quemarme con el chocolate y lo seguí hasta su tienda, donde dudé un poco en entrar, hasta que lo hice. El suelo estaba cubierto con un revestimiento suave, una pequeña mesa tenía sus cosas y, al fondo, la cama con un cobertor de piel que me dio ganas de tocarlo. Sin embargo, todo lo que hice fue quedarme parada a un lado de la entrada, mirando de reojo cómo Bastian se quitaba la pesada capa. Me pregunto cuántas mujeres habrán pasado por ahí; ha de ser muchas, y la verdad no quiero dormir sobre sus cochinadas, prefiero dormir sobre el suelo. —Puedes
Pov Leina Sabía que todo era no más que una ilusión del momento. Aunque era de esperarse, Bastian no me ha perdonado del todo y eso lo entiendo, pero que vuelva a su actitud fría y distante, como si no hubiese dormido ayer con él, duele. Los vínculos son complicados. Llegamos a las tierras de mi ex manada; sin embargo, no nos detuvimos. Más adelante había varios de sus hombres esperando y pude reconocerlos. Eran los mismos que vigilaban la manada y que mandé a atacar con esos rogues. —Señor, todos están a salvo, se encuentran más adelante, un tanto confundidos y asustados, pero ya lo esperan. Me retiré de allí y fui hasta donde estaba Neil; necesitaba respuestas y él es el único al que le puedo preguntar. —Sobreviviste la noche, ya ves, no es tan malo como crees; no te dejó dormir en el suelo frío. —No vengo para eso, Neil. Dime qué es lo que pasa. Apretó las riendas de su caballo y me hizo señas para avanzar cuando todos lo hicieron. —Te lo diré, pero… no te alteres— lo mir
Pov Leina Él se acercó y me dio un abrazo; se lo regresé con fuerza y ahí estaban de nuevo mis lágrimas fluyendo con intensidad. No sé desde cuándo me volví tan débil; ni siquiera cuando Reiner me rechazó derramé una lágrima para que no viera mi debilidad, y ahora… —Hija, confía en la Diosa; por algo ella permite las cosas. No intentes luchar con su voluntad, eso no terminará bien. —Gracias, papá, de verdad gracias. Te quiero, te quiero tanto. —Nadie nos entiende mejor que nuestra otra mitad, Leina. Me alegra que mi Diosa te haya puesto en su camino. Él sí podrá enfrentarse a Guillermo y sus hombres. Me da unas palmadas en la espalda y luego se aleja. Mi tío me sigue viendo con intenciones perturbadoras y hasta asesinas; y, peor aún, cuando comencé a reírme de la nada. —Ahora es bipolar, válgame, pobre hombre con la luna que le tocó. Más que ofenderme, me reí con todos ellos. Sentí que esto fue una curita para mi alma rota y me alegra mucho haber venido hasta aquí. Después d
Pov Leina —No estoy segura de darte un sí o un no, pero puedo intentar ver las cosas desde tu punto de vista y, si no entiendo algo, te lo preguntaré. Fijé mi mirada en la intensa de él; quiero que sepa que de verdad estoy dispuesta a entenderlo. Puedo llegar a ser su apoyo tanto como él lo es para mí. Es así como siempre debió ser. —Está bien, confío en ti, mi bella Luna. ****** FLASHBACK Pov Narrador Bastian miraba fijamente el cielo de tonos naranjas mientras escuchaba a su beta, Deiros, y a su gamma, Ryan. Guillermo había masacrado a dos manadas después de haber asesinado a sus Alfas y haber violado a sus Lunas. No había motivos válidos para hacerlo, solo una simple negación de entregarle a su hija ya marcada y apareada por su compañero, que era el hijo del Alfa de la otra manada. Tenía que parar esto. —Preparen a todo el ejército, es tiempo de darle fin a esto. —Bastian, la sacerdotisa dijo que no era tu tiempo. Tu Luna… Un rugido los hizo callar y ninguno se atrevi
Pov NarradorThorin rugía lleno de rabia, sus afiladas garras marcando la pared sólida. Necesitaba sacar de alguna forma su rabia y, desafortunadamente, las doncellas ahora eran su objetivo.Ellas estaban por quebrarse; temblaban tanto que las lágrimas mancharon sus rostros.Sabían lo que vendría ahora: el Lycan las iba a montar y, si su parte humana era un despiadado, su bestia lo sería aún más.El día tan esperado llegó, su fiel ejército a su espalda y, frente a ellos, un hombre que sabía que esta sería una batalla que definiría un antes y un después.La batalla pronto estalló; los lobos y hombres se enfrentaban por quién seguiría en el trono: el verdadero Rey o el usurpador.Sus líderes, fijos el único en el otro, calculando sus movimientos mientras su ejército luchaba al frente. Hasta que el primero en dar el paso fue el lobo blanco.Un movimiento arriesgado para hacerlo caer en la trampa que había diseñado para acabar con el enorme Lycan que ahora corría hacia él, dispuesto a aca