Narra Amelia.
—Vuelve aquí— grite corriendo detrás de mi hijo de cinco años que estaba saliendo de prisa por la puerta principal y cambiando de posición. Iba a tener un gran problema cuando su padre llegará a casa y, como un reloj, Alessandro se detuvo en el camino de entrada. Izan se detuvo y caminó de un lado a otro, esperando a su papá. No podía esperar para mostrarle lo que había aprendido, pero alguien podría haberlo visto.
—¡Izan lo hiciste!—exclamó Alessandro al verlo en su forma lobuna.La cola de Izan se movió salvajemente, llena de orgullo—.Tu blusa está desabotonada—me dijo cuando estuvo cerca.
Miré hacia abajo.
—Oh, mierda—dije, estaba alimentando a Aurora y a Liam cuando Izan salió corriendo.
—Izan entra ahora—le dije, un lloriqueo viene de mi pequeño lobo, pero tenía que aprender algunas cosas nuevas. En un segundo Izan estaba de la puerta.
—Cambia de nuevo—le ordenó Alessandro, nuestro hijo lo hizo, mientras yo le &
Megan se había mudado al pueblo Chester algunas semanas atrás. La vida en la ciudad era demasiado agitada y su doctor le recomendó un lugar con un ritmo más lento, aunque debía seguir tomando sus medicamentos para la ansiedad. El aire fresco de Chester y la tranquilidad, había hecho maravillas en su salud mental.La gente del pueblo era una historia diferente. Les encantaba mirar fijamente, incluso señalar, probablemente porque era nueva y apenas se aventuraba a salir. Al menos en la ciudad tenía el anonimato. Megansacó su receta de medicamentos, ya que se le habían terminado, y necesitaba comprar más, no tenía auto así que decidió caminar, la distancia entre su departamento y la zona comercial no era mucha, al momento de llegar a la zona notó que había una farmacia, un bar, una tienda de abarrotes y una librería.Era casi de noche, el aire estaba un poco frío, así que se acomodó su abrigo. Después de compra
Narra Alessandro.El timbre de mí alarma sonó, despertándome de mi sueño erótico con la mujer de ojos azules con la cuál soñaba últimamente, no tenía idea de quién era. Me quejé al ver el sol brillando a través de las ventanas de mi sala de estar. Tomé el teléfono y vi que ya eran más de las ocho. Me metí a la ducha y me bañe antes de ponerme uno de mis trajes. Luego bajé las escaleras para luego prepararme una taza de café y una tostada, después salí de mí casa, bajo mí pies estaba dos periódico (diarios), uno de estos era independiente, escrito por Robert Smith, un periodista entrometido con poca ética laboral, se encargaba de dejar a mal a todo tipo de empresas de mayor éxito, negocios locales y hasta exponer aspectos personales de ciertos empresarios. En muchas ocasiones ha solicitado una entrevista conmigo, pero ese hombre era un humano desagradable, además tenía que tener oculto nuestra existencia. Después subí al auto con dirección a
Narra Amelia.Me desperté con un sudor frío, sentía un hormigueo en el cuerpo que me resultaba difícil de explicar. Era como si me devorara el éxtasis y me liberara el placer. Cada mañana me despertaba de la misma manera: sonrojada, sudorosa, sintiéndome exhausta y deseando más de él, de ese hombre de ojos cambiantes de color verde. Desde que me mudé a Chester he soñado con este hombre misterioso y no sabía la razón. Toda mi vida, nunca esperé necesitar a un hombre, pero este, sea quien fuera, había creado un vacío que sabía que solo él podía llenar.Me quite las sábanas un poco desorientada. Creo que este pueblo me estaba afectando. Todo era demasiado misterioso, habían una familia que al parecer gobernaba todo, estos eran los Black, Pero ciertas personas me daban una sensación sobrenatural; sin embargo, sabia perfectamente que no había forma de que existieran ese tipo de cosas. Quizás se debía porque la mayoría de las personas Vivian
Narra Alessandro.Ian y yo nos dirigiamos hacía las afueras de Chester donde nos reuniríamos con Gabriel Jones, el padre de Aston.— ¿Tu hermano reaccionó de forma exagerada, y nosotros somos los que debemos enmendarlo ?—mencionó frustrado mí beta.—Lo sé, pero tocó a mi hermana, y eso automáticamente puso en la mira a Aston. Solo quiero la palabra de su padre de que eso no volverá a pasar—le afirme.—¿Y una llamada telefónica no era suficiente?—comentó Ian.—Obviamente no. Si lo fuera, no iría. Ahora, ¿vas a conducir y dejar de quejarte ?—le dije enojado con ganas de golpear su cabeza contra el volante.—Joder, que humor que te cargas últimamente—mencionó—. solo trata de no actuar de esa manera con Jones, el es más viejo que tu y merece respeto—me recordó, el tenía razón él era el único de su edad con vida en Chester, cualquier duda que pudiéramos tener siempre acudiamos a él para consejos e información. Estaba
Narra Alessandro.No me esperaba que fuera humana, ya que nunca había escuchado que nuestra especie tuviera lazos con humanos, pero eso no me importaba. Finalmente había encontrado a mí compañera.— Soy Alessandro Black, vivo aquí en Chester—me presente.—Mi nombre es Amelia Beltrán—dijo ella poco después—.¿Qué quieres decir con compañera— preguntó nerviosamente apartando sus ojos de los mios para mirar hacia la carretera, como si me tuviera miedo.—Cálmate, amor. No te lastimaré. Nunca, jamás podría lastimarte—intente tranquilizarla, pero no estaba seguro si funcionaria por lo repentino de la situación—. Significa que tu fuiste destinada para mí por la diosa luna, tu eres mí otra mitad y nos complementamos juntos—le explique.—No entiendo esta conexión que siento—mencionó abrumada poco después de mí respuesta. Ella no tenia idea de lo que éramos y lo que significamos el uno para el otro. Decidi detener el auto a un lado de la carretera—.¿Qu
Narra Amelia.Cuando desperté mire hacía a mi compañero. Era muy extraño decirlo, pero no dejaba de pensar en él de esa manera. Mí suposición sobrenatural era correcta y no me estaba volviendo loca. Era real y estaba aquí. Presioné mi cabeza en el hueco de su hombro y pecho, sintiendo una profunda sensación de estar en casa.—Ella es hermosa—escuche que dijo.—¿Quién es ella?—pregunte sentándome en la cama.—¿Qué?—dijo él sentándose también.—Dijiste que ella es hermosa—le recalque.—¿Puedes oírme, Amelia?—preguntó con asombro, pero yo estaba igual, ninguno de los dos estábamos moviendo la boca. Estábamos hablando telepáticamente.—¡Puedo oírte! —exclame—.Esto es una locura—agregue.En ese momento él me explicó que esa habilidad era parte de nuestra conexión, ahora que me había marcado podíamos compartir ciertos sentimientos y habilidades, solo que él no creía que funcionaria en mí, ya que yo era humana, algo que su m
Narra Alessandro.Nos hemos acostado y hecho el amor más veces de las que podía contar en las últimas veinticuatro horas, pero debía volver a la empresa antes de que comenzará la temporada alta de visitantes. Me di una ducha rápida y ahora estaba vestido y listo para irme, pero era hora de despertar a mi compañera.La llamé porque sabia que si la tocaba volvería a perder el control.—Amor, se supone que nos reuniremos con Jones en la cafetería—le recordé. Había recibido un mensaje de su parte para que hablamos sobre mí mate, quizás él por su edad tenía registro de que un humano hubiera tenido un lazo con un alfa.—Está bien—respondió aturdida. Se deslizó fuera de la cama, completamente desnuda con pequeñas marcas de mis manos y boca. Después ingresó al baño.Mientras tanto revisé mí celular.Tenia mucho mensajes, entre ellos uno de mí madre.—Hola, hijo. Me preguntaba cuándo tendría noticias tuyas. ¿Cómo va todo con tu
Narra Amelia.Nos levantamos muy temprano, tan temprano que ni siquiera ha salido el sol. Alessandro ya estaba hablando por teléfono con su beta. Caminaba mientras la tensión lo dominaba, al parecer su asistente sufrió un pequeño accidente y se fracturó la pierna, no llegará al trabajar por unos días. En ese momento me levanté y me puse frente a él.— Puedo reemplazarla mientras ella regresa. Además no tengo algo mejor que hacer —le dije.—¿Estás segura?—me preguntó.—Estoy segura de que puedo arreglármelas.—De acuerdo, realmente me vendría bien tu ayuda. Me siento terrible poniéndote en está situación. Se supone que debes estar descansando—mencionó.—No te preocupes, después tendré tiempo para descansar—le dije dándole un beso en los labios.Después nos comenzamos a vestir para ir a trabajar. Cuando estaba lista fui a la cocina, busqué la cafetera y está comenzó a preparar el café, mientras yo hacía unos huevos revueltos y algo