Narra Alessandro.
Nos hemos acostado y hecho el amor más veces de las que podía contar en las últimas veinticuatro horas, pero debía volver a la empresa antes de que comenzará la temporada alta de visitantes. Me di una ducha rápida y ahora estaba vestido y listo para irme, pero era hora de despertar a mi compañera.
La llamé porque sabia que si la tocaba volvería a perder el control.
—Amor, se supone que nos reuniremos con Jones en la cafetería—le recordé. Había recibido un mensaje de su parte para que hablamos sobre mí mate, quizás él por su edad tenía registro de que un humano hubiera tenido un lazo con un alfa.
—Está bien—respondió aturdida. Se deslizó fuera de la cama, completamente desnuda con pequeñas marcas de mis manos y boca. Después ingresó al baño.
Mientras tanto revisé mí celular.Tenia mucho mensajes, entre ellos uno de mí madre.
—Hola, hijo. Me preguntaba cuándo tendría noticias tuyas. ¿Cómo va todo con tu
Narra Amelia.Nos levantamos muy temprano, tan temprano que ni siquiera ha salido el sol. Alessandro ya estaba hablando por teléfono con su beta. Caminaba mientras la tensión lo dominaba, al parecer su asistente sufrió un pequeño accidente y se fracturó la pierna, no llegará al trabajar por unos días. En ese momento me levanté y me puse frente a él.— Puedo reemplazarla mientras ella regresa. Además no tengo algo mejor que hacer —le dije.—¿Estás segura?—me preguntó.—Estoy segura de que puedo arreglármelas.—De acuerdo, realmente me vendría bien tu ayuda. Me siento terrible poniéndote en está situación. Se supone que debes estar descansando—mencionó.—No te preocupes, después tendré tiempo para descansar—le dije dándole un beso en los labios.Después nos comenzamos a vestir para ir a trabajar. Cuando estaba lista fui a la cocina, busqué la cafetera y está comenzó a preparar el café, mientras yo hacía unos huevos revueltos y algo
Narra Alessandro.Días después.Nos dirigimos a la casa de mí prima Rachel, ella había dado a luz a un hermoso cachorro, mí deber como alfa era dar la bienvenida a los nuevos miembro de la manada. Amelia escogió un bonito regalo para él.—Alfa, es un honor tenerlos de visita —dijo mí prima.Luego su esposo nos trajo al bebé.—Su nombre es Ricardo—nos dijo.—Excelente nombre—mencione—.Me gustaría presentarles oficialmente a mi compañera, la encantadora Amelia—agregue con orgullo.—Es un placer conocerte, Alfa Amelia—dijieron al mismo tiempo.—Gracias—dijo ella—. ¿Puedo cargarlo?—preguntó refiriéndose al bebé.—Por supuesto—le dijo mí prima entregandoselo.Después de un rato, nos despedimos de ellos.—Estoy ansioso por darle la bienvenida a la manada a nuestros cachorros—le dije cuando salimos—. Seguramente ya lo llevas en tu vientre—añadí conociendo nuestro sistema de reproducción.—¿En serio?—preguntó ella tocán
Narra Amelia.Alessandro y yo nos alejamos sin volver a dirigirnos al periodista porque no iba a terminar bien, así que giramos hacia uno de los departamentos más cercanos de su propiedad. Sabía que él necesitaba liberar algo de la tensión que ha llevado a su lobo a la superficie. Podía sentirlo, sentirlo como si fuera yo con tal energía alfa lista para atacar. Nuestra casa quedaba un poco lejos y nos tardaríamos en llegar así que era más factible ir al complejo de departamentos Black.En el momento que el ascensor llegó, ingresamos y él de inmediato me besó, me inmovilizó contra la pared del ascensor. No había cámaras porque era privado solo tres personas en el piso podian acceder a el. Alessandro agarró el broche de mi pantalón de vestir y los desabrochó, bajándomelo junto a las bragas, luego me dio vuelta para mirar hacia la pared. En segundos, sentí que el aire fresco golpeaba mí coño, luego introdujo sus dedos dentro de mí, luego los sacó
Narra Alessandro.—¿Dónde está Maximiliano?—le pregunte a Ian mientras conducía mí todoterreno.—Está estacionado fuera de la oficina de Smith. Están esperando que sigas adelante con la situación —respondió.—Vamos, entonces.—dije—.Quiero que lo cojan desprevenido. ¿Tiene algún arma? —interrogue.—Al parecer tiene una—contestó.—Me lo imaginé—gruñi. Estabamos a solo quince minutos de su local. Me estaba cabreando que Smith hubiera jugado este juego—.¿Cual será su objetivo? —pregunte.—Quizás el bastardo solo tenía curiosidad. Tal vez no pretendía hacer ningún daño, pero fue testigo de todos los matrimonios y bebés repentinos y de la transformación de nuestra especie. Tal vez Jones tenía razón cuando dijo antes de tu nombramiento que era mejor mantener a los humanos fuera de nuestra vidas tanto como fuera posible. Les hemos dado la bienvenida a nuestro medio y ahora corremos el riesgo de exponernos —dijo Ian.—Lo se, pero recuerda que t
Narra Alessandro.Corri de regreso a la casa para ver que la sangre en el piso ya habia sido limpiada y la ducha estaba funcionando. Amelia mí compañera sollozaba con fuerza. Agarre una toalla y la saqué de la ducha, cerré la llave del agua antes de llevarla a nuestra cama. Con ella en mi regazo, la dejé llorar.—Tenemos que irnos—dijo ella sintiéndose culpable por haber matado a Esmeralda. Esto siempre sucedía la primera vez, con el tiempo matar se vuelve una costumbre, pero ella apenas se había transformado y no sabía cómo lidiar con todo esto. Con nuestro mundo.Después de dedicarle unas palabras y decirle que lo que sucedió fue en defensa propia, se calmó. Ahora teníamos cosas que hacer todavía, así que ella comenzó a vestirse.Todavía tenía otro bastardo con el que lidiar. ingresé a la ducha y cerré los ojos por unos segundos, pensado en la mierda que tenía que hacer. Luego salí y me cambié rápido.—Lamento que tuvieras que matarla—le dije para con
Narra Amelia.Días después..Estaba parada en medio del salón donde daría mí presentación como vicepresidenta de Empresas Black.—Hola a todos. Es posible que algunos de ustedes ya me conozcan como la prometida del señor Black. Soy una nueva en el área, pero eso no significa que no seré eficiente en mí trabajo. Espero de su apoyo para nuestra empresa continúe creciendo como lo ha hecho hasta ahora. El Pilar de todo esto son ustedes, sin su trabajo nada sería posible, gracias por ser parte de este magnífico sueño. Espero poder cumplir sus espectativas—agregue—.Las puertas de mí oficina siempre estaré abiertas a sus sugerencias, gracias—finalice mí discurso, unos aplausos se escucharon después.Luego de esto regresé a mí nueva oficina.***El día laboral pasó rápidamente. Me puse de pie y salí, vi a Alessandro que me estaba esperando. Una sonrisa se apoderó de mi rostro, pero mantuve la calma y caminé hacia él.—¿Estás lista?
Narra Alessandro.Estaba cara a cara con el tío de Amelia. No debería intimidarme, pero era el hombre que la había criado. Su tia miró su vientre al momento de llegar, para verificar si nos casabamos por otras razones y sí, Amelia iba a tener nuestro primer cachorro, todavía no se le notaba mucho.—Gracias por enviarnos el avión. No me hubiera gustaba perderme la boda de mí hija por nada en el mundo —dijo refiriéndose a Amelia—. La felicidad de Amelia es de suma importancia para mí. Sin embargo, estoy sorprendido, por todo el dinero que tienes, no le creí cuando me lo contó pero eso es bueno para cuando tengan hijos, su provenir es lo primero—agregó—Ah, hijo. Ahí estás — dijo mi madre, acercándose a nosotros.—Hola, soy la doctora Alanis Black, la madre de Alessandro. tu Debes ser Alberto el tío de la novia del que tanto he oído—se presentó mí madre, él le correspondió el saludo—. Amelia ha hecho un gran trabajo como vicepresidenta, ella es fabulosa, aunque
Narra Amelia.—Vuelve aquí— grite corriendo detrás de mi hijo de cinco años que estaba saliendo de prisa por la puerta principal y cambiando de posición. Iba a tener un gran problema cuando su padre llegará a casa y, como un reloj, Alessandro se detuvo en el camino de entrada. Izan se detuvo y caminó de un lado a otro, esperando a su papá. No podía esperar para mostrarle lo que había aprendido, pero alguien podría haberlo visto.—¡Izan lo hiciste!—exclamó Alessandro al verlo en su forma lobuna.La cola de Izan se movió salvajemente, llena de orgullo—.Tu blusa está desabotonada—me dijo cuando estuvo cerca.Miré hacia abajo.—Oh, mierda—dije, estaba alimentando a Aurora y a Liam cuando Izan salió corriendo.—Izan entra ahora—le dije, un lloriqueo viene de mi pequeño lobo, pero tenía que aprender algunas cosas nuevas. En un segundo Izan estaba de la puerta.—Cambia de nuevo—le ordenó Alessandro, nuestro hijo lo hizo, mientras yo le &