Narra Alessandro.
Ian y yo nos dirigiamos hacía las afueras de Chester donde nos reuniríamos con Gabriel Jones, el padre de Aston.
— ¿Tu hermano reaccionó de forma exagerada, y nosotros somos los que debemos enmendarlo ?—mencionó frustrado mí beta.
—Lo sé, pero tocó a mi hermana, y eso automáticamente puso en la mira a Aston. Solo quiero la palabra de su padre de que eso no volverá a pasar—le afirme.
—¿Y una llamada telefónica no era suficiente?—comentó Ian.
—Obviamente no. Si lo fuera, no iría. Ahora, ¿vas a conducir y dejar de quejarte ?—le dije enojado con ganas de golpear su cabeza contra el volante.
—Joder, que humor que te cargas últimamente—mencionó—. solo trata de no actuar de esa manera con Jones, el es más viejo que tu y merece respeto—me recordó, el tenía razón él era el único de su edad con vida en Chester, cualquier duda que pudiéramos tener siempre acudiamos a él para consejos e información. Estabamos a unos minutos de llegar, pero de repente mí lobo se sintió inquieto. Curiosamente, no sentía ningún presentimiento de peligro, al contrario sentí mí polla sacudirse—.Ya llegamos—dijo Ian, estacionandose, en la orilla de la calle donde había otro auto—.Alfa como siempre estaré cubriendote la espalda si ocurre algo —agregó.
— Solo mantén la calma. Tengo un buen presentimiento sobre esto —dije sintiendo que mi lobo estaba excitado. Ella estaba cerca, lo podía sentir.
Salimos del vehículo con cautela y luego nos dirigimos al auto negro frente a nosotros. Nos saludó Gabriel Jones.
—Me enteré que mí hijo se peleó con tu hermano, alfa—comentó—. Pero no me dijo cual fue la razón—agregó. Esto me indicó que él no sabía nada, le comenzé a explicar lo que habia pasado.
—Le dije a mi hermano menor que protegiera a nuestra hermanita. Ella es una adolescente, y bueno, no quiero que ningún hombre la olfatee. Aún no tiene la edad de aparearse, así que cuando tu hijo la besó, mi hermano estaba ahí y la protegió a su manera—le explique.
Él me vio analizando lo que le habia dicho.
—Déjame preguntarte algo. ¿Alguna vez pensaste que ellos dos se aparearían una vez que ella sea mayor de edad?—preguntó.
No me gustó su comentario.
—Incluso si fuera posible, ¿por qué la está besando ahora?—pregunte. Cómo nuevo alfa quizás no tenía mucha experiencia en los apareamientos.
—Probablemente la besó porque es joven y su apareamiento comienza el próximo año. Si Aston siente algo como lo que yo sentía por mi pareja antes de emparejarme con ella, entonces su corazón está doliendo. Los celos lo devoran constantemente. Cuando la vio con ese humano sus celos explotaron—me explicó—. Dime, ¿Has conocido a tu compañera ? —preguntó de repente. Un gruñido bajo rasgó mi pecho dolorosamente, como si el dolor solitario se hubiera triplicado con solo la mención de una pareja. Necesitaba encontrar a mi mate. El lobo dentro de mí se agitaba cada vez más. Jones me miró con simpatía—. Así que todavía no las has conocido—mencionó pensativo—. Me enamoré de Karen un año antes de que comenzara nuestro apareamiento completo. Nuestro instinto de apareamiento esperó hasta que era digno de ella. Pasé un año en el purgatorio, mirando, deseando y esperando poder tocarla. No sé cuántas veces casi la besé o cuántas veces le gruñí a otro hombre por hablar para ella. Si hubiera sido más joven, no creo que tendría el autocontrol para detenerme. Cuando pensé que todo era inútil, el cambio ocurrió —mencionó contándome su propia experiencia.
—¿Un año?—dije, mí pulso se aceleró y mi pecho ardió con esa información. No podía esperar un año. Me volvería loco, él asintió con la cabeza.
—¿Entonces Alexa es la compañera de Aston ?— pregunte analizando todo.
—Lo más probable es que si lo sea. Hasta que llegue el momento adecuado, ambos van a estar sufriendo. Lo mejor que podemos hacer es limitar su contacto con el sexo opuesto, pero no mantenerlos alejados. Los celos solo aumentan la necesidad de reclamar lo que no pueden. Mantenerlos separados lo empeorará—sugirió.
Tomé una nota mental con respecto a su sugerencia, él era más viejo que yo así que sabía de qué estaba hablando. La conversación ya había terminado, no había más que hablar.
—Gracias—le dije estrechando mí mano.Luego escuché unos pasos en la grava cerca de nosotros. Mi lobo sintió curiosidad por saber quién acababa de llegar. Todos aspiramos el aire, pero el olor no venía de otros lobos conocido, era diferente, era un olor a clavel. Volteé hacía su origen, y me quedé paralizado por unos segundos: Era ella, la chica de mis sueños. Corri sin perder tiempo hasta llegar a ella—.¡Eres tu!—pronuncie antes de llegar.
Cuando estaba frente a ella. La arrastré a mis brazos, la tomé de la cintura y la cargue, ella se aferró a mí con sus piernas, sabiendo que éramos uno solo. Luego pegue mis labios con los suyos. Una ola de lujuria me atravesó en ese momento exigiendo que tomará más. Ella no se movió simplemente se dejó llevar.
—Vaya, no lo vi venir—comentó Jones desde su puesto.
Yo era un hombre salvaje en ese momento, una bestia lista para reclamar su otra mitad.
—Alfa, ustedes dos son más que bienvenidos a ir a Granada. Llamaré y pediré el penhouse para los próximos dos días, por suerte no está alquilado —dijo Jones sacando su teléfono del bolsillo, él era dueño de uno de los complejos de departamentos del pueblo y una de las cafetería. Iba a reclamar porque yo tenía mis propios hoteles y departamentos, pero lo ideal era ir a un lugar donde mis empleados no me vieran, quería disfrutar de mí compañera sin interrupciones.
—Gracias—le pude decir, sin dejar de mirar a mí compañera—.Vamos—le dije a ella soltandola para que pusiera sus pies de nuevo en el suelo, luego tomé su mano y la llave hacía el auto. Le di un vistazo rápido a mí beta, él sabía que necesitaba estar con ella así que tendría que tomar otro transporte para regresar a casa.
Abri la puerta del pasajero y la ayude a ingresar. Luego tomé mí lugar tras el volante.
—¿A dónde me llevas? ¿Quién eres tu?—exclamó ella saliendo del momento de trance que habíamos caído.
—Soy tu compañero, tu mate. ¿No puedes sentirlo?— Pregunte, sintiendo un poco de resistencia.
—No sé de qué estás hablando—respondió, podía sentir la lujuria saliendo de ella, pero por primera vez, mi cerebro proceso su respuesta: ella era humana.
—¡Mierda!—gruñí, arrancando el motor para que ella no pudiera salir del auto.
Narra Alessandro.No me esperaba que fuera humana, ya que nunca había escuchado que nuestra especie tuviera lazos con humanos, pero eso no me importaba. Finalmente había encontrado a mí compañera.— Soy Alessandro Black, vivo aquí en Chester—me presente.—Mi nombre es Amelia Beltrán—dijo ella poco después—.¿Qué quieres decir con compañera— preguntó nerviosamente apartando sus ojos de los mios para mirar hacia la carretera, como si me tuviera miedo.—Cálmate, amor. No te lastimaré. Nunca, jamás podría lastimarte—intente tranquilizarla, pero no estaba seguro si funcionaria por lo repentino de la situación—. Significa que tu fuiste destinada para mí por la diosa luna, tu eres mí otra mitad y nos complementamos juntos—le explique.—No entiendo esta conexión que siento—mencionó abrumada poco después de mí respuesta. Ella no tenia idea de lo que éramos y lo que significamos el uno para el otro. Decidi detener el auto a un lado de la carretera—.¿Qu
Narra Amelia.Cuando desperté mire hacía a mi compañero. Era muy extraño decirlo, pero no dejaba de pensar en él de esa manera. Mí suposición sobrenatural era correcta y no me estaba volviendo loca. Era real y estaba aquí. Presioné mi cabeza en el hueco de su hombro y pecho, sintiendo una profunda sensación de estar en casa.—Ella es hermosa—escuche que dijo.—¿Quién es ella?—pregunte sentándome en la cama.—¿Qué?—dijo él sentándose también.—Dijiste que ella es hermosa—le recalque.—¿Puedes oírme, Amelia?—preguntó con asombro, pero yo estaba igual, ninguno de los dos estábamos moviendo la boca. Estábamos hablando telepáticamente.—¡Puedo oírte! —exclame—.Esto es una locura—agregue.En ese momento él me explicó que esa habilidad era parte de nuestra conexión, ahora que me había marcado podíamos compartir ciertos sentimientos y habilidades, solo que él no creía que funcionaria en mí, ya que yo era humana, algo que su m
Narra Alessandro.Nos hemos acostado y hecho el amor más veces de las que podía contar en las últimas veinticuatro horas, pero debía volver a la empresa antes de que comenzará la temporada alta de visitantes. Me di una ducha rápida y ahora estaba vestido y listo para irme, pero era hora de despertar a mi compañera.La llamé porque sabia que si la tocaba volvería a perder el control.—Amor, se supone que nos reuniremos con Jones en la cafetería—le recordé. Había recibido un mensaje de su parte para que hablamos sobre mí mate, quizás él por su edad tenía registro de que un humano hubiera tenido un lazo con un alfa.—Está bien—respondió aturdida. Se deslizó fuera de la cama, completamente desnuda con pequeñas marcas de mis manos y boca. Después ingresó al baño.Mientras tanto revisé mí celular.Tenia mucho mensajes, entre ellos uno de mí madre.—Hola, hijo. Me preguntaba cuándo tendría noticias tuyas. ¿Cómo va todo con tu
Narra Amelia.Nos levantamos muy temprano, tan temprano que ni siquiera ha salido el sol. Alessandro ya estaba hablando por teléfono con su beta. Caminaba mientras la tensión lo dominaba, al parecer su asistente sufrió un pequeño accidente y se fracturó la pierna, no llegará al trabajar por unos días. En ese momento me levanté y me puse frente a él.— Puedo reemplazarla mientras ella regresa. Además no tengo algo mejor que hacer —le dije.—¿Estás segura?—me preguntó.—Estoy segura de que puedo arreglármelas.—De acuerdo, realmente me vendría bien tu ayuda. Me siento terrible poniéndote en está situación. Se supone que debes estar descansando—mencionó.—No te preocupes, después tendré tiempo para descansar—le dije dándole un beso en los labios.Después nos comenzamos a vestir para ir a trabajar. Cuando estaba lista fui a la cocina, busqué la cafetera y está comenzó a preparar el café, mientras yo hacía unos huevos revueltos y algo
Narra Alessandro.Días después.Nos dirigimos a la casa de mí prima Rachel, ella había dado a luz a un hermoso cachorro, mí deber como alfa era dar la bienvenida a los nuevos miembro de la manada. Amelia escogió un bonito regalo para él.—Alfa, es un honor tenerlos de visita —dijo mí prima.Luego su esposo nos trajo al bebé.—Su nombre es Ricardo—nos dijo.—Excelente nombre—mencione—.Me gustaría presentarles oficialmente a mi compañera, la encantadora Amelia—agregue con orgullo.—Es un placer conocerte, Alfa Amelia—dijieron al mismo tiempo.—Gracias—dijo ella—. ¿Puedo cargarlo?—preguntó refiriéndose al bebé.—Por supuesto—le dijo mí prima entregandoselo.Después de un rato, nos despedimos de ellos.—Estoy ansioso por darle la bienvenida a la manada a nuestros cachorros—le dije cuando salimos—. Seguramente ya lo llevas en tu vientre—añadí conociendo nuestro sistema de reproducción.—¿En serio?—preguntó ella tocán
Narra Amelia.Alessandro y yo nos alejamos sin volver a dirigirnos al periodista porque no iba a terminar bien, así que giramos hacia uno de los departamentos más cercanos de su propiedad. Sabía que él necesitaba liberar algo de la tensión que ha llevado a su lobo a la superficie. Podía sentirlo, sentirlo como si fuera yo con tal energía alfa lista para atacar. Nuestra casa quedaba un poco lejos y nos tardaríamos en llegar así que era más factible ir al complejo de departamentos Black.En el momento que el ascensor llegó, ingresamos y él de inmediato me besó, me inmovilizó contra la pared del ascensor. No había cámaras porque era privado solo tres personas en el piso podian acceder a el. Alessandro agarró el broche de mi pantalón de vestir y los desabrochó, bajándomelo junto a las bragas, luego me dio vuelta para mirar hacia la pared. En segundos, sentí que el aire fresco golpeaba mí coño, luego introdujo sus dedos dentro de mí, luego los sacó
Narra Alessandro.—¿Dónde está Maximiliano?—le pregunte a Ian mientras conducía mí todoterreno.—Está estacionado fuera de la oficina de Smith. Están esperando que sigas adelante con la situación —respondió.—Vamos, entonces.—dije—.Quiero que lo cojan desprevenido. ¿Tiene algún arma? —interrogue.—Al parecer tiene una—contestó.—Me lo imaginé—gruñi. Estabamos a solo quince minutos de su local. Me estaba cabreando que Smith hubiera jugado este juego—.¿Cual será su objetivo? —pregunte.—Quizás el bastardo solo tenía curiosidad. Tal vez no pretendía hacer ningún daño, pero fue testigo de todos los matrimonios y bebés repentinos y de la transformación de nuestra especie. Tal vez Jones tenía razón cuando dijo antes de tu nombramiento que era mejor mantener a los humanos fuera de nuestra vidas tanto como fuera posible. Les hemos dado la bienvenida a nuestro medio y ahora corremos el riesgo de exponernos —dijo Ian.—Lo se, pero recuerda que t
Narra Alessandro.Corri de regreso a la casa para ver que la sangre en el piso ya habia sido limpiada y la ducha estaba funcionando. Amelia mí compañera sollozaba con fuerza. Agarre una toalla y la saqué de la ducha, cerré la llave del agua antes de llevarla a nuestra cama. Con ella en mi regazo, la dejé llorar.—Tenemos que irnos—dijo ella sintiéndose culpable por haber matado a Esmeralda. Esto siempre sucedía la primera vez, con el tiempo matar se vuelve una costumbre, pero ella apenas se había transformado y no sabía cómo lidiar con todo esto. Con nuestro mundo.Después de dedicarle unas palabras y decirle que lo que sucedió fue en defensa propia, se calmó. Ahora teníamos cosas que hacer todavía, así que ella comenzó a vestirse.Todavía tenía otro bastardo con el que lidiar. ingresé a la ducha y cerré los ojos por unos segundos, pensado en la mierda que tenía que hacer. Luego salí y me cambié rápido.—Lamento que tuvieras que matarla—le dije para con