El llanto desconsolado de la niña estaba a punto de enloquecerlo, aclamaba el nombre de su madre mientras temblaba de miedo cuando aquel desconocido la había arrebatado de los brazos de la niñera, quien ahora se encontraba en el hospital por el fuerte golpe en la cabeza que recibió con el mango de la pistola. El hombre se llevó las manos a la cabeza arrepentido de lo que había hecho, por haberse dejado llevar por los celos y la necesidad de saber si la hija de su ex era suya. Pero bastó tenerla cerca para confirmarlo, compartían muchos rasgos que era indiscutible su paternidad. «¿Qué es lo que he hecho?» aquella pregunta se repetía una y otra vez en su cabeza, nunca quiso ser parte de aquello y seguía siendo así. Pero los celos enfermizos que sintió al ver a Ciara ser feliz al lado de aquel hombre lo volvió loco, ver de primera mano lo que había hecho Aksel Lambsdorff por defenderla simplemente no pudo con la envidia y los celos. Durante aquellos años nunca le importó saber de Ciar
Cinco años después…Ciara Mi vida ha sido una constante montaña rusa, llena de subidas y bajadas, me he sentido tanto en el cielo como en el infierno. He llorado a mares, he sufrido como nunca lo pensé pero también he reído como nunca y soy feliz, ahora lo soy. Todavía lucho con mis traumas, pero poco a poco voy saliendo de ellas. Hace cinco años que decidí alejarme de lo que tanto me dañó, no volví a buscar a las personas que formaron parte de mi pasado y decidí enfocarme en lo que deparaba mi futuro. Estudié, trabajé y eduqué a mi hija en todo este tiempo, con mi marido apoyándome en cada paso que daba, comprendiéndome y siendo el compañero más leal y amoroso que podría haber deseado. Cada día sentía que lo amaba más, me demostró de tantas maneras que él también me correspondía de la misma manera, que cada palabra que salía de su boca era real. No habían mentiras en nuestra relación, un gran lazo nos unía y que era imposible de romper porque imagino trataba de dañarlo solo de fort
Con las manos temblorosas tomó la pequeña prueba de embarazo, llevó la mano a su boca ahogando el sollozo que emitió al ver las dos líneas que cambiarían su vida por completo. «¿Ahora qué voy a hacer?» se preguntó, hacía dos semanas había terminado la relación con su novio y no quedaron en buenos términos, lo descubrió siéndole infiel con su mejor amiga. Se dejó caer al suelo sintiendo la tibieza de sus lágrimas deslizarse por sobre sus mejillas, se llevó la mano a su vientre como si pudiese sentir la presencia de un nuevo ser. Las consecuencias que acarreaba un embarazo inesperado empezaron a pasar por su mente, imaginando la reacción que tendrían sus padres. «Quisiera morirme» deseó para sus adentros, no queriendo pasar por el momento de revelarles la noticia a su familia, quienes eran demasiado conservadores y desde que entró a la pubertad recibió advertencias sobre si algún día llegaba a salir embarazada sin antes haberse casado. Abrazó sus rodillas mientras seguía emitiendo un
Tres años después Ciara tatareaba una canción de cuna mientras balanceaba en sus brazos a la pequeña niña que yacía dormida, las lágrimas no paraban de salir de sus ojos sintiéndose devastada por la situación en la que se encontraba. El frío calaba en su piel, haciéndola titiritar por momentos. La delgada tela de su abrigo no era suficiente para hacerla entrar en calor y la única manta que pudo recuperar de sus cosas, envolvían el cuerpecito de su pequeña hija.Miró con desespero a su alrededor, eso no era lo que había visualizado para ella, sin un hogar y con hambre. El dueño del hostal no había tenido ninguna consideración con ella y terminó sacándola en medio de la noche del pequeño cuarto que alquilaban. Miró la deteriorada banca del parque donde se fue a refugiar, le dolía en el alma sufrir todas aquellas penurias con su niña. Se sentía culpable de no darle una infancia digna, tal y como ella la tuvo. Después que sus padres la corrieron de casa no le quedó más que buscar un tra
Aksel AkselMe recargué sobre la pared frente al sofá donde descansaba la pequeña niña con la que había pasado toda la mañana después del accidente, pasé mi mano sobre mi rostro frustrado por la situación en la que me encontraba. No sólo había sido que casi mato a una mujer con mi auto, sino la situación a la que me enfrentaba con los medios debido al resentimiento de mi ex esposa. Su resentimiento era justificado, podría aceptar que barriera con mis valores morales pero no que se metiera con algo tan serio como lo eran mis negocios, levantando falsos sin ninguna prueba en mano. Podría demandarla por difamación pero ni siquiera eso la detendría. Miré el móvil apretándolo con fuerza mientras volvía a leer el artículo donde me acusaba por lavado de dinero y conspiración contra el gobierno. Solté una risita carente de humor, faltaba poco para que saliera humo por mis orejas, de tenerla cerca no sé de qué sería capaz. Aquello no era cierto, jamás acepté los negocios sucios por mucho q
Ciara Mi vida no podía ir peor, desde hace tres años no conocía lo que era estar en paz y siendo completamente feliz, cada que veía a Elanna sólo quería llorar y no porque no la quisiera, sino por estarle dando una vida tan miserable cuando se merecía el mundo entero. «Mi gran amor» eso era ella, porque cada que pensaba en esa palabra el único rostro que venía a mi cabeza era el suyo. Con ella estaba aprendiendo tantas cosas que en mi inmadurez ignoraba. —¿Te duele, mami? —preguntó señalándome la mano enyesada. —Sólo un poco —le sonreí acariciando su rostro —Perdóname, mami, fue mi culpa —bajó la mirada culpable por lo que hizo. —No fue tu culpa, cariño, pero no debes soltarte nunca más de mi mano. Prométeme que esto no volverá a ocurrir —con suavidad elevé su mentón para que me mirara. —Te lo prometo —alzó su dedo meñique para entrelazarlo con el mío y sellar nuestra promesa.La miré con ternura y aproveché que estábamos a solas para preguntarle sobre lo que había conversado c
Ciara Desperté al sentir el aroma a café, con cuidado abrí los ojos siendo consciente que todo lo que viví era real y no un sueño. Una sonrisa se dibujó en mi rostro a pesar del dolor que sentía mi cuerpo, pero la carga era menos pesada cuando no tenía que preocuparme por darle de comer a mi hija. Elanna aún dormía, se veía como un ángel que creaba una bola de sentimientos en mi pecho. Solté un suspiro y con cuidado me levanté de la cama, caminé al baño y no pude evitar observar mi reflejo en el espejo. No había rastro de la mujer que un día fui, en mis ojos sólo podía ver el tormento que he vivido hasta ahora, el resentimiento por las personas que creí que permanecerían incondicionalmente a mi lado. Salí de la habitación temerosa de escuchar que el señor había cambiado de opinión y no nos quería más aquí, pero Maria me recibió con la misma amabilidad y efusividad de ayer por la tarde. —Querida, ¿cómo dormiste? ¿te has tomado el medicamento? —preguntó dejando de lado los huevos qu
Ciara Algo en mi corazón se movió cuando entré a la cocina y los encontré conversando, Elanna parecía muy cómoda con él mientras le decía lo que quería para comer. Mis ojos ardieron y no pude evitar pensar en que ella debió vivir y experimentar el amor de padre, sus atenciones y simplemente dejar que la alimentara tal y como lo estaba haciendo él. No sé qué vio él en nosotras para estar haciendo esto, lástima seguramente pero no todas las personas que lo sentían hacían estas cosas. Él sin duda era como nuestro ángel, quien nos sacó cuando estábamos a punto de ahogarnos. —No es necesario que lo hagas —me acerqué sin mirarlo a los ojos y tratando de sujetar el pequeño plato, pero él lo alejó de mi. —Yo quiero hacerlo y Elanna no parece tener problema con eso —musitó con voz suave —yo lo haré y tú comes tranquilamente. Mordí mi labio inferior y asentí, me serví un poco del pollo al horno que preparó la señora Maria sin dejar de admirar al hombre que teníamos frente a nosotros. Tenía