Este Brandon y sus locos planes, pero funcionan.
—¿Qué pasa aquí? —preguntaba Riana.—Pasa que tu hermano me pidió un favor y yo lo ayudé.—¿Por qué?Reinaldo le explicó a su impetuosa hija.—Por años tu hermano se ha alejado de lo tradicional de la familia, tuvimos muchas diferencias, pero es mi hijo y ahora…—¿Ahora?—Está sentando cabeza.El viejo Lugo entonces habló para decirle a su nieta.—Parece que piensa en alguien más que en el mismo y eso me complace.—Abuelo, ese chico es un rebelde y tú deseas que se haga cargo de todo.—Él ama los barcos, el mar, lo que hice —señaló Hugh Lugo—. En cambio, tú amas la parte administrativa.Ella amaba el dinero y no entendía a dónde querían llegar esos dos con todo esto.**El yate atracó en un embarcadero privado y Lex aseguró el yate y le dijo a su amigo.—Hay que despertarlas.Brandon saltó del bote y con un llavín abrió las rejas que daban acceso y volvió para ayudar a su amigo.—Chicas, llegamos.Agnes se despertó con costes y entonces miró a Valery profundamente dormida.—¿Qué sucede
“Tal vez fue una locura, y lo es, pero no podía permitir que mi mejor amiga se case con un tipo, por muy rico que sea, solo por obligación.El amor no debía ser tasado por el dinero o por convencionalismos sociales de ningún tipo, solo se debía amar con el corazón y vivir intensamente.Eso es lo que creía y lo que pregonaba, y cuando frené mi auto frente a la capilla lo supe, no había vuelta atrás”.Se bajó del auto de inmediato, tenía pocos minutos para poder llegar y sus tacos resonaban en el frío asfalto. Corrió a toda velocidad subiendo las escaleras y gritando.—¡Detengan todo! ¡Detengan todo!Todos giraron para ver a la loca que entraba gritando y Agnes se giró, sus ojos estaban llenos de lágrimas y al verla se emocionó.—¡Paren esta boda!Todos la miraban, eso la sacó de onda y entonces hizo acopio de valor para llamar a su amiga.—Agnes, vámonos de aquí.Agnes se congeló por unos segundos y luego tomó una determinación y tiró el ramo y retrocedió.—¡Agnes no te atrevas!La voz
Agnes revisaba el corcho del hotel, tenían que conseguir trabajo lo más antes posible para poder subsistir.Valery había salido a buscar trabajo y volvió con buen ánimo.—Conseguí trabajo de mesera.—Genial, eso nos da algo de dinero.—Lo suficiente para poder rentar un cuarto para las dos y cuando consigas trabajo podremos estar más cómoda.—Me parece genial.Fueron al restaurante y vieron que el ambiente era relajado.—Se ve tranquilo.Tenía que usar un uniforme de short y una blusa ligera, sus piernas se veían apetecibles. Le dieron una gorra y una libreta, tenía que aprenderse el menú que era ligero de mariscos y jugos.Al principio todo fue bien, a esa hora bajaban pocos turistas, pero conforme avanzaba la tarde llegaban de los yates muchas personas con deseos de pasarla bien y comenzó a odiar la palabra mesera.—¡Mesera!Ella iba presta y eran unos chicos bastante apuestos.—Tráenos cerveza.—Y bocaditos picantes.Ella fue por el pedido y vio que el sitio se llenaba y ella inten
Agnes limpiaba la cubierta de un gran yate, lo preparaban para una fiesta de cumpleaños y tenía que estar brillando.Valery limpiaba los camarotes y era todo tan divino, las camas, la elegancia y perfección.—Simplemente divino, me encantaría dormir una noche aquí o dar un paseo por la costa en esta belleza.Se soñaba tomando el sol echado en una poltrona y sintiendo la brisa del mar, darle en la cara y una botella de champaña cerca.—Algún día, chica.Salió con los aparatos y se topó con su amiga que le dijo emocionada.—Acaban de traer la comida y se ve tan deliciosa.Cuando salió el servicio de banquete acomodaba los diferentes platos.—Todo se ve divino y perfecto.—Es lo que merecen.Ellas habían terminado y cuando bajaron se sintieron vueltas a una realidad.—Quisiera ver cómo será la fiesta.—Sí, yo igual.Entonces los vieron arrimados a un pilar, los dos vagos del momento.—Hola, chicos.—¿Qué tal su día, nenas?—Limpiamos dos yates mega grandes y en uno se celebrará una fiest
Se agachó e iba por entre los autos evitando que la vean y cuando pudo echó a correr. Corría tanto que sin mirar atrás que cuando chocó contra alguien cayó al suelo.—¿Agnes te encuentras bien?Era Lex y ella lloró con amargura y fue ayudada a levantarse y dijo desesperada.—Vienen por mí.Cuando Lex vio a los hombres, jaló a la joven y la llevó a un lado.—Tenemos que irnos.La llevó lo más lejos posible y le dijo que esperase y cuando se cercioró de que los sujetos no estaban, volvió a ella.—Ya se fueron.Ella respiró hondo y le dijo llorosa.—Tenía tanto miedo.—Calma, ve con Valery, voy a sondear la zona para ver si vuelven.Ella asintió y se fue, entonces corrió a buscar a su amigo que estaba recostado en un yate con una caña de pescar, esperando una presa.Saltó al yate y lo despertó.—Brandon, nos están buscando.Él se alarmó y entonces se escondió con su amigo en el camarote.—¿Cómo lo sabes?—Era gente de Riana, los conozco bien y andan por la zona.—Mierda.—Sí, tenemos que
Valery se movió aturdida y sintió un dolor en su frente, sollozó y con costes se levantó aferrándose del pilar y mareada por el golpe.—¿Agnes?Estaba mareada y dolorida, no se ubicaba y con costes caminó dando tumbos y gritando el nombre de su amiga.—¡Agnes!Tropezó y cayó al suelo, estaba aturdida.**Brandon y Lex empacaban sus pertenencias, les dolía dejar lo que tanta paz les había dado, era molesto y más dejar de lado a las dos chicas con las que habían compartido un buen tiempo.—Bien, lo tengo todo —dijo Brandon molesto.—Bien, a echar camino.Salieron de la pensión y caminaron con ese mal sabor de boca y vieron a Valery en el suelo intentando levantarse, Brandon corrió a ella.—¡Valery!—Se la llevaron, se la llevaron.Estaba herida y entonces la llevaron a curarla y ella les contó todo.—Salieron de la nada y nos atacaron.—¿Quiénes son ellos?—Los Cosvo, una familia muy… cruel.Ellos se miraron y Brandon preguntó.—¿Por qué harían eso?—Querían casar a Agnes con un sujeto q
Valery estaba tensa, veía a Brandon acomodarse el traje y mirarse la pinta en el espejo.—Me veo bien.No sabía nada de ese sujeto, solo que era un mayordomo de millonario y preguntó con temor.—Entonces… ¿Por qué nos ayudas?—Porque es lo justo.—¿Y tu jefe?—A… ese, está con una rica, creo que se la está devorando.—¿Devorando?—Le encanta calentarles los oídos a las chicas de sociedad y luego dejarlas alborotadas. Me dio unos días libres, pues anda en las suyas.—Lex hace lo mismo que tú.—Lex es distinto, creo que por sus orígenes, es más portado.—Deberías de aprender algo de él.—Ja.Entonces miró su reloj y anunció.—Es hora.Ella tomó las llaves y salió junto a él y le dijo.—Espero que todo salga como planeamos.—Ten tu auto listo en el punto y luego cuando nos reunamos con ellos tendremos que irnos de la zona, por suerte mi jefe dejó su yate.—Escaparemos en yate —sonrió—. El sueño de toda chica.Ella sonrió emocionada por la ayuda que tenía.**Agnes se veía en el espejo y s
Valery trabajó hasta la noche y al salir del trabajo se topó con el apuesto caballero que había comprado mucho en la tienda.—Vaya, es mi día de suerte —dijo admirado—. Una linda chica en mi camino.—Hola.—¿Terminaste tu turno?—Sí, era mi primer día de trabajo, así que me fue bien.—Me gustó mucho tu sugerencia, es bueno ser orientado por una bella chica, ¿deseas tomar algo?—Sí.Fueron a uno de los restaurantes de la zona y ella más relajada se presentó.—Valery Peterson.—Orly Canon.—Orly, es un nombre poco común.—Sí, ya sabes que uno no puede elegir el nombre, solo llevarlo.Les sirvieron unas bebidas y ella comentó.—¿Vienes siempre?—Tengo que, soy dueño de varias tiendas deportivas en la zona.Un hombre con dinero, no estaba mal.—¿En serio?—Sí, todo lo que es línea de surfista.—¿Surfeas?—Obvio, me encanta.—Yo lo intenté, pero no me salió bien.—Es cuestión de práctica y de amar las olas.—Suena fabuloso.—Es como el rodeo, montas un potro salvaje, así es la ola, salvaje,