—Espera— Andrés se cruzó de brazos y levantó una ceja. La verdad Andrés no iba hacer lo que dijo y tampoco estaba ahí solo por molestar a su hermana, pero ya que él había regresado justo cuando su pequeña hermana ingresaba a la universidad a los 16 años de edad quería saber todo de ella, no perderla de vista y asegurarse de que nadie la lastimara, su hermana era una chica linda y de seguro más de alguno le había puesto el ojo y esa idea lo hacía sentirse el protector de ella.
—No es un novio, bueno si es un chico, pero solo me invitó a salir el sábado— Después de que Sofía le contara todo sobre su relación cercana con Giovanni, Andrés se las arregló para que ella aceptara que él la llevara hasta el lugar donde quedaron para reunirse ese día. A Sofía le sorprendía lo fácil que era hablar con su hermano. Estaba segura que sus padres no se opondrían rotundamente que ella saliera con un chico, ellos mismo la animaban de vez en cuando a que ella saliera con sus compañeros y así lo hacía algunas veces, cuando alguno de sus amigos se les ocurría realizar alguna reunión social en la que ella había participado más de una vez, pero no tantas como para hacer amigos.
—¿Es aquí? — preguntó Andrés mientras estacionaba el auto.
—Sí, aquí mismo.
—Está bien, esperaré a que tu —amigo— llegue y luego me voy. — Dijo Andrés, haciendo énfasis en la palabra amigo.
—De acuerdo, no me vayas a seguir sino me sentiré como una tonta.
—No lo haré, tampoco quiero ser tu niñera— Sofía puso los ojos en blanco, para luego despedirse.
—Bueno me voy grandulón.
—Diviértete.
Sofía se alejó del auto de su hermano y caminó hacía unos árboles donde había unos asientos de madera, anoche ella y Giovanni habían tenido la última conversación por mensajes. Después de diez minutos de esperar Sofía tomó su teléfono y envió un mensaje. Pero no hubo respuesta incluso después de cinco minutos, pasaron otros diez minutos y esta vez se decidió por llamar a Giovanni, marcó su número en el primer intento nadie contestó la llamada y en el segundo intento la llamada se desvió al buzón de voz.
Antes Sofía se estaba empezando a preocupar de que le hubiera pasado algo, pero ahora no sabía exactamente como se sentía, ¿decepcionada? ¿enojada? O ¿triste? Recordando que hace un par de semanas Giovanni le había robado su primer beso, aunque fue algo rápido que incluso no se lo esperaba de cierta forma le había gustado, después de eso no hablaron sobre lo que pasó, así que nunca supo que significó para él ese beso, y tenía la esperanza de averiguarlo hoy.
Una mano se entrelazó con la suya sacándola de sus pensamientos, era su hermano Andrés quien había ido por ella, ya había pasado mucho tiempo esperando. Sin saber que decir o hacer ella solo se dejó guiar por Andrés.
Andrés abrió la puerta del coche ayudando a Sofía a entrar le ayudó a colocarse el cinturón antes de cerrar la puerta y subir él también al auto.
—¿Estas bien? — preguntó Andrés mientras la tomaba de la mano.
Dándose cuenta Sofía que su hermano estaría preocupado, ella asintió —Si, no te preocupes, seguramente no valía la pena perder el tiempo— intentó que sus palabras sonaran muy seguras, si su hermano no le creyó no se lo hizo saber. Pero era seguro que ella necesitaba pensar un poco más y asimilar que había sido plantada por el chico que le gustaba. Andrés asintió con la cabeza y le sonrió.
—Bien, el día es hermoso sería una pena si no lo disfrutamos— dijo Andrés viendo por la ventana —Así que vamos a divertimos—
—¿Es en serio, me traes a un parque de diversiones? — Andrés Sonreía mientras estacionaba el auto —¿No crees que estamos grandecitos ya? —
Andrés se bajó del auto lo rodeó para ayudarla a salir —¿Quién dice que hay edad para divertirse un poco? — le contestó él.
—Pero…
—¿Cuándo fue la última vez que venimos juntos? Fue hace muchos años. Mira pequeña, yo recién vuelvo de cinco intensos años en una universidad en el extranjero, fue muy rara la vez que salí a relajarme un poco, y ahora tu estas a punto de pasar por ese mismo camino, ¿No crees que es justo venir y divertirnos como niños, aunque sea por un día? —
Después de pensarlo por un momento, Sofía sonrió y asintiendo con la cabeza dijo —Supongo que tienes razón—
—De acuerdo, vamos— dijo Andrés tomándola de la mano y adentrándose juntos en medio de la multitud. Pasó casi dos horas cuando decidieron ir a comer algo, no estaban seguro si era buena idea temían que lago les hiciera daño, después de pensarlo se convencieron de que todo iba a estar bien. Subieron casi a todos los juegos y definitivamente Sofía había olvidado por completo lo que había pasado esta mañana, al menos por ahora… sabía que su hermano era bueno con ella, pero aún más increíble era saber lo bien que se la pasaban juntos a pesar de la diferencia de edad. estaba casi anocheciendo cuando volvieron a su auto.
—Gracias— dijo ella mientras Andrés le abría la puerta del auto.
—Eres mi hermana favorita, así que…
—Tonto, soy tú única hermana— le dijo ella dándole un golpe en el pecho.
—Me divertí mucho— Dijo él sentándose tras el volante.
—Igual yo, eres el mejor hermano del mundo.
—Lo sé.
—Que presumido— se quejó ella.
—Fuiste tú quien lo dijo.
—Podrías ser un poco más humilde.
—De acuerdo, pero me tomaré en serio tu alago— dijo esbozando una gran sonrisa mientras se ponía en marcha.
—¿Te apetece ir a cenar o ir al cine? — le preguntó Andrés.
—Hmm —musitó ella como si estuviera pensando en algo —¿Qué te parece si pedimos pizza, compramos helado y nos sentamos a ver una película en casa?
—Oh, eso suena a un mejor plan.
Esa semana había sido la última semana de escuela, y no volvió a ver a Giovanni. Tampoco volvería a ver a sus compañeros a menos que la invitaran a alguna de sus fiestas. Las siguientes dos semanas se la había pasado estudiando en su cuarto para el examen de admisión.
En realidad, Sofía estaba convencida de que ella no tenía ningún cerebro extraordinario simplemente se había esforzado mucho leyendo y estudiando incluso los libros y materias de niveles más altos y la mayoría le habían sido fácil comprenderlos y memorizarlos. Nunca fue ninguna rarita además era rubia y las personas tenían la tonta idea de que las rubias no eran inteligente.
Un golpe en su puerta la sacó de sus pensamientos ya sabía de quien se trataba, su hermano venía casi todos los días a intentar sacarla de la habitación, no era que ella no quisiera salir, simplemente se lo estaba tomando muy en serio lo de prepararse para el dichoso examen. Además, aún estaba dolida.
—Pasa grandulón— dijo ella. Abriendo la puerta Andrés entró con una sonrisa.
—¿Cómo sabías que era yo?
—Mamá o papá vienen cuando es hora de comer— dijo sonriéndole ella también. Tumbándose Andrés en la cama dijo.
—Acompáñame a la piscina.
—Si estas aburrido, sal y diviértete con personas de tu edad ya eres un chico grande— Le dijo ella.
—Por favor hermanita, vamos— Le rogó Andrés tirando se su brazo. Esa escena parecía como que él era el hermano menor y ella la hermana mayor. Ese pensamiento la hizo sonreír, sin soportar más ver a su hermano haciéndole caras y sin pensarlo más ella aceptó.
—Oye, por cierto ¿Cómo te divertías en América?
—No salía tan seguido, solo cuando mi mejor amigo Xavier me arrastraba a algún lugar.
—¿Xavier?
—Sí, es un idiota, pero un gran amigo— Sacando su teléfono de su bolsillo Andrés buscó fotos y se las mostró a Sofía. —Este tipo es del que te hablo— Dijo Andrés señalando una foto en la que aparecían ambos amigos en traje de baño en una playa de Miami.
—Es… guapo— Dijo ella.
—¿Qué?
—Digo… se ven muy guapos los dos— Andrés entrecerró los ojos.
—Pequeña nerd, te gustó mi amigo— afirmó Andrés.
—Que idiota— Sofía se levantó molesta —Ya no iré contigo—
—No espera… hermanita.
Presente.—¿señorita, en que puedo ayudarla?—Podría empacarme este pequeño pastel de chocolate, por favor.—Por supuesto.Sofía salió de la tienda con una pequeña caja en sus manos subió a su auto y se dirigió hacia la oficina de su hermano, esa mañana después de salir de su cita con su Psicóloga, Andrés la había llamado para pedirle que fuera a su oficina, quería que conociera a su mejor amigo. La empresa de su hermano no estaba muy lejos y su cuñada le había pedido que llevara algo para compartir y como esposa de su hermano mayor a quien ella tanto amaba y respetaba no podía contrariarla, aunque fueran casi de la misma edad con tan solo unos meses de diferencia, siendo Irina la mayor.—De acuerdo, estamos en eso, hasta la próxima— escuchó decir a Irina mientras se despedía de uno de los clientes de la empresa de su hermano, en poco tiempo su cuñada se había ganado un puesto importante dirigiendo un proyecto con buenas expectativas se notaba que su hermano tenía buen ojo para los ne
Dos años antes.—Puedes decirle que surgió algo importante——No puedo cancelarle, lleva pidiéndome una cita desde hace mucho y la verdad creo que debería darle una oportunidad y dármela a mí también. no entiendo ¿Por qué no te cae bien? — Desde que le dijo a su amiga que iba a salir con Raúl se había empeñado en convencerla de que no lo hiciera, algo contradictorio ya que su amiga era la primera en decirle que debería tener citas y era Sofía quien se negaba.—Supongo que no te convenceré——No——Debía al menos intentarlo——Tranquila estaré bien, solo será una cena— Antonella la convenció de compartir la ubicación de donde estaría con Raúl y le hizo prometer que la llamaría cuando llegara a casa.Raúl era un chico de unos veinte años, estaba llevando una licenciatura en estudios literario y trabajaba medio tiempo en la biblioteca que Sofía solía frecuentar ahí fue donde lo conoció, parecía un tipo agradable y era fácil conversar con él. Sofía no sabía mucho de él más lo que brevemente l
—Adelante— contestó Xavier al llamado en la puerta de su oficina, Gino y Andrés lo habían convencido que podía quedarse en una de las oficinas del edificio de la compañía Ferrandino como el máximo inversionista era su deber supervisar de cerca los detalles del proyecto, como la compra de materiales y la contratación de proveedores entre otras cosas, claro Gino abarcaba gran parte de este trabajo y tenía al frente a muchos profesionales, pero la presencia de Xavier y de otros inversionistas era importante.Gino se sentía cada vez más seguro y confiado había escuchado de la gran capacidad de Xavier por eso acordaron que aprobarían juntos los presupuestos y los nuevos contratos a proveedores.Xavier desvió su mirada de su computadora hacia la persona que entraba por la puerta, hace dos días había contratado a una asistente, aparte del trabajo que debía llevar aquí, no podía evitar su responsabilidad con la compañía que dirigía junto a su hermana y cuñado en Estados Unidos, y debía cada t
Sofía terminó su última clase esa tarde, estaba por entrar a la biblioteca cuando Antonella su mejor amiga le bloqueó el camino, con ella estaban Sebastián que estudiaba la misma carrera que Sofía y otros dos compañeros más.—Hola a todos— saludó Sofía —¿Qué se traen?, ¿eh? — cuestión tirando de un mechón de cabello de su amiga y ella se quejó.—¿Estas escapando de nosotros? — Preguntó su amiga.—Claro que no— contestó Sofía intentando retomar su camino, pero su amiga volvió a detenerla.—De acuerdo, entonces vamos— dijo uno de sus compañeros mientras rodeaba sus hombros con uno de sus brazos haciendo que Sofía diera la vuelta y su cuerpo se tensó con el tacto.—Esperen… ¿A dónde vamos? — preguntó Sofía haciendo que todos se detuvieran ella aprovechó para soltarse del agarre de su compañero.—Como sabes hoy es mi cumpleaños— Dijo su compañero mientras subía y bajaba sus cejas. —Y vamos a celebrarlo— continuó él.—Sofí, anda di que sí, no me dejes sola con este bando de insolentes— sup
—¿Entonces a tus diez años construiste una pequeña casa? — dijo él después de que Sofía le respondiera a su pregunta de porque había escogido la carrera de arquitectura.—No lo hice sola, obtuve ayuda de mi padre.—Pero tú la diseñaste— Sofía se encogió de hombros.—¿Tienes otra cosa que hayas diseñado?—Ya fuiste a la azotea del edifico donde trabajas?—No, ¿Por qué?—Entonces ve y me dice que te parece—¿Y porque no vamos y me lo muestras tú misma?—¿Ahora?—Sí——No, ya es muy tarde.—Mañana, ¿Qué dices? — Sofía negó con la cabeza.—Tengo clases todo el día, solo ve, muchos empleados suben ahí cuando quieren un poco de aire fresco.—De acuerdo iré mañana— Dijo él levantando una mano como si lo estuviera prometiendo.Sofía recordó algo y frunció el ceño. —Por cierto, ¿porque te atravesaste a mi auto? — él bajó la cabeza con una sonrisa en sus labios. ¿Será que estaba avergonzado?—Ya te lo dije, te vi y quise alcanzarte.—Sí, pero ¿Por qué? Estabas con alguien… con algunas personas—
—¿Qué diablos estás haciendo? — Preguntó. Y Andrés lo miró y parecía somnoliento.—No tengo idea— contestó Andrés. Y su voz era de una persona que estaba completamente ebria.—¿Qué sucede? ¿Por qué estás aquí tomándote mi whisky? — Reclamó Xavier.—No creo merecerla— dijo Andrés mientras intentaba levantarse, pero los efectos del alcohol no se lo permitieron. Volvió a intentarlo y esta vez con la ayuda de Xavier lo logró.—¿Crees que deba ir con ella? — preguntó Andrés como si Xavier supiera lo que estaba hablando.—¿De quién hablas? — preguntó Xavier.—Debo ir a ver a mi esposa——No sería agradable que te viera en este estado. Mejor te acuestas un rato…——Dije que debo ir a ver a mi esposa— Estaba claro que ya no estaba nada sobrio.En ese momento la puerta del departamento se abrió dejando entrar a Irina, detrás de ella iba Aurora y Thomas asistente de Andrés.—Andrés— dijo Irina su voz sonaba muy preocupada se acercó corriendo hasta donde estaba Andrés.Al ver Andrés a su esposa se
De vuelta en su habitación Sofía entró a la ducha se dio un baño rápido después se colocó un pijama y se metió a la cama, antes programó la alarma en su teléfono y lo dejó en la mesita de noche. Esperaba que al tocar con su cabeza la almohada se quedara dormida ya que realmente se sentía cansada, pero para su desilusión no fue así, se giró hacia el otro lado buscando una mejor posición, pero nada su mente seguía divagando, cerraba los ojos y le llegaban imágenes de Xavier colocando la mesa, o picando frutas o solo viéndola a los ojos cautivándola con tan solo su mirada. Abrió los ojos frustrada, volvió a girarse otra vez… después de varios minutos con lo mismo se dio por vencida dejándose llevar por sus pensamientos y como una película por su mente pasaron casi todos los momentos con Xavier desde que se conocieron, solo de esa forma cuando el sueño la venció se quedó dormida. A la mañana siguiente Sofía despertó con el sonido de su alarma, eran las siete de la mañana, su madre dijo
Su vida social no volvió a ser la misma desde ese entonces. Sofía no quería volver a pasar por lo mismo nunca más. Ese miedo la había hecho no querer tener contacto con el género masculino y se volvía peor cada vez que esa noche la perseguía atreves de sus interminables pesadillas. Cansada de ser así, hace poco más de un año decidió aceptar ayuda profesional. Luego de varias sesiones tomó valor para salir con alguien, no fue tan bien la primera vez, la segunda vez no fue tan diferente. Esperaba no tener problemas en acercarse cuando alguien de verdad volviera a gustarle o al menos eso creía, aún era joven y había tiempo de esperar a la persona correcta, Su terapeuta se había encargado de que entendiera eso, además tenía cosas más importantes que atender ahora. Faltaba poco para graduarse. Pero había algo que la perturbaba o mejor dicho alguien, y aunque pareciera que no es así su presencia aún la ponía nerviosa, y esa mirada, la forma en como ella sentía que él la miraba provocaba