Presente
—¿Has tenido pesadillas recientemente?
—Sí.
—¿Las mismas?
—Así es.
—¿Cómo vas con la interacción con los chicos?
—No muy bien —Sofía tomó un respiro— Desde la última vez que quise Salir con uno, no me animo a volver a intentarlo pronto…— hizo una mueca —fue un desastre—
—Tómatelo con calma —Su Terapeuta seguía escribiendo en su libreta— No es al contacto físico a lo que le temes, sino a la idea de que intenten hacerte daño nuevamente.
—No quiero volver a pasar por lo mismo, Pero intentaré socializar más.
—Como dije no te apresures, aún eres muy joven tienes metas y un camino que recorrer, en ese camino puedes llegar a conocer personas increíbles, no te cierres a esa posibilidad.
Sofía salió del consultorio de su Psicóloga y su madre la recibió con un abrazo. —¿Cómo te fue? —Preguntó Aurora.
—No estoy segura —Sofía encogió los hombros. Su madre la miró con amor.
—Todo va estar bien cariño.
—Eso espero.
Cinco años antes.
—¡Sofía! ¡hija! ¡Sofía Princesa Despierta! —
Rara vez los padres de Sofía iban a despertarla a su habitación excepto cuando se quedaba hasta la madrugada estudiando, esta era una de esas ocasiones, ella se quedó hasta las tres de la mañana leyendo libros de una de las materias más importantes para la carrera que ella quería estudiar.
Gracias a su inteligencia y que era una de los pocos alumnos de su escuela que eran superdotados había logrado saltarse casi dos años de escuela, y casi la habían admitido en la universidad primeramente debía realizar un examen muy importante.
—Papá, aún es temprano— musitó ella.
—No pequeña, ya casi es hora de ir a la escuela, aún te queda una semana antes de ir a la universidad.
Su padre tiró de ella y logró que se sentara en la cama, pero ella se dejó caer en el pecho de su padre acurrucándose en él. —Princesa, ¿Por qué te quedaste estudiando tan tarde si no tienes exámenes?
—Si voy a ir a la universidad tengo que lograr quedarme ahí, te imaginas que vergüenza sería si me devuelven a mi escuela.
—No pienses eso, sé que lo lograrás.
—Eso espero— dijo rodeando la cintura de su padre con sus brazos.
—Hay algo que te gustará saber.
—Dime papá.
—Tu hermano vuelve esta misma semana.
—Oh por Dios, ¿hablas en serio? — Sofía saltó de la cama muy emocionada, ella amaba mucho a su hermano, solo lo había visto unas cuantas veces en los últimos cinco años.
—Si, por supuesto, nos llamó ayer en la noche para avisarnos.
Era lunes, Sofía llegó a su escuela y pensó que esta semana sería la más larga de toda su vida. Extrañaría la escuela sin duda, sus amigos, sus aventuras y hasta posiblemente sus molestos profesores, pero tenía un reto frente a ella y no estaba en sus planes darse por vencida ante lo difícil que fuera en el futuro. Pero ella estaba dispuesta a demostrar que podía si otras personas de la historia habían logrado más que ella con menos recursos, esto la animaba aún más ya que podría decirse que ella solo tenía que preocuparse por estudiar.
Después de pasar la primera clase del día Sofía se dirigió con algunos de sus amigos más cercanos hacía la cafetería.
—Sofía de verdad vamos a extrañarte— le decía una de sus compañeras mientras se sentaban en una mesa.
—Lo sé, soy insuperable— bromeaba Sofía mientras lanzaba su cabello rubio hacía atrás. Todos rieron ante su gesto. El que Sofía fuera una nerd no dejaba de ser popular entre sus compañeros había aprendido a mantener un equilibrio, cuando hace dos años algunos compañeros la trataron con indiferencia cuando ella no quiso ir a un campamento que la escuela organizó como no era obligatorio ella decidió quedarse porque quería estudiar más sobre algunos temas de los que tenía duda, el que sea inteligente no quería decir que nunca tuvo ciertas dificultades para entender algunas cosas que no le agradaba estudiar.
—Cuando tú ya te gradúes, nosotros apenas si estaremos como en tercer año de la universidad— comentó un compañero.
—Eso si tu logras llegar a la universidad— se burló otra compañera, y todos rieron.
Antes de que Sofía entrara a la siguiente clase se encontró por el pasillo a Giovanni, él era el chico que perseguía a Sofía a ella también le gustaba mucho desde que lo conoció, había ocasiones en las que pasaban conversando por un buen rato.
—Hola Sofía— Saludó Giovanni.
—Hola Giovanni, ¿Cómo estás? No te vi en la primera clase.
—Sí, todo va bien, es solo que no pude llegar a tiempo hoy. ¿Almorzamos juntos? — preguntó el chico.
—Seguro que si— respondió ella.
Al terminar la clase Sofía tomó sus cosas igualmente Giovanni y ambos salieron juntos del aula. —¿Te parece si nos sentamos aquí? —
—Aquí está bien— cuando ambos se sentaron Giovanni soltó un suspiro que no sabía que estaba conteniendo, Sofía sintió que él estaba algo frustrado o algo así.
—¿Qué pasa? — preguntó ella.
—¿Ah? — musitó él levantando la mirada hacia ella.
—Parece que te preocupa algo.
—Oh, no es nada… bueno es que la verdad aun no me hago a la idea de que no podré verte—
—No me estoy yendo del país o algo así, seguiremos viviendo en la misma ciudad. — Es posible que Sofía no haya entendido lo que en realidad Giovanni trataba de decir. El chico tomó valor estiró su mano y con sus dedos sostuvo también uno de los dedos de Sofía y lo apretó ligeramente.
—De verdad te voy a extrañar mucho— Ante tal acción Sofía dejó de respirar lo vio a los ojos y él le sonrió cariñosamente. Pero Sofía reaccionó rápidamente le preocupaba que alguien más los mirara siendo tan íntimos, así que retiró suavemente su mano para soltarse de su agarre.
—Igual yo— logró decir ella.
—¿Qué te parece si este sábado te invito a comer? podemos ir a algún restaurante que te guste y luego a ver una película, o simplemente pasear lo que tú quieras hacer—
—¿Algo así, como una cita?
—Sí, ¿porque no?
—De acuerdo, podemos pasear primero y luego vemos que se nos antoja comer.
—Claro, paso por ti—
—No es necesario, nos podemos reunirnos en el parque que está a unas cuadras de aquí— por supuesto Giovanni prefería pasar por ella a su casa, pero si ella lo quería de esta manera no había problema.
***
—¿Sofía estás listas? El avión llegará pronto.
—Lista papá vamos ¿Y mamá?
—Está esperando afuera. Ella es la más ansiosa por ver a su pequeño hijo
—Que supongo ya no es tan pequeño— dijo Sofía con una sonrisa en sus labios, ambos rieron mientras salían por la puerta principal hacia el estacionamiento.
Cuando Sofía vio a su hermano acercarse hacia ellos fue la primera en salir a su encuentro igual que antes se lanzó hacía él, Andrés la atrapó casi en el aire y dio vueltas con ellas en sus brazos, estaba claro que ella ya no era tan pequeña como hace apenas algunos años, pero para Andrés seguí siendo su pequeña hermana a la que siempre mimó y cuidó hasta que se fue a Estados Unidos. Pero al parecer ella seguía siendo la misma con él.
—Wo Wo— decía su padre cuando Andrés por poco pierde el equilibrio, pero Gino logró sostenerlos a ambos. Los dos hermanos se quedaron abrazados por un rato —Te extrañe mucho Princesa— le decía Andrés antes de besarla en la frente.
—Y yo a ti grandulón—
Separándose Andrés abrazó a su padre y luego a su madre Aurora. —Mamá—
—Hijo, por fin vuelves con nosotros— el abrazo con su madre duró un poco más ya que hubo algunas lágrimas de felicidad.
—¿Oye que tanto miras en tu teléfono? No les estas poniendo atención a la película— reclamaba Andrés a Sofía.
—No es nada.
—¿Ah no? Déjame ver— Andrés estiró el brazo y quiso tomar el teléfono de Sofía, pero ella fue más rápida y lo ocultó detrás de su espalda.
—oye— reclamó ella.
—¿Qué? Solo quiero ver que te tiene tan distraída.
—Ya te dije que no es nada importante.
—Entonces déjame ver tu teléfono.
—No te daré mi teléfono— Andrés colocó en una mesita el tazón de palomitas qué tenía en sus regazos, pero Sofía adivinó sus intenciones se paró en el sillón y saltó de él para dirigirse hacia las escaleras, Andrés fue tras ella, su madre los miraba divertida, estaba muy feliz de ver a sus hijos juntos nuevamente.
—Espera pequeña nerd— gritó su hermano.
—No, aléjate de mí— cuando Sofía subió al segundo piso corrió en dirección a su habitación, abrió la puerta para entrar y cerrar tan rápido como pudiera, pero Andrés era más veloz y fuerte.
—Oye, ¿Qué haces?
—Solo tengo curiosidad.
—No hay nada que ver grandulón, no me molestes, a penas llevas tres días aquí y ya estas insoportable.
—Pequeña, dime ¿te gusta algún chico?
—¿Qué? ¿Por qué dices eso?
—Te estaba observando y por la sonrisa que tenías dibujada en tu rostro y mi instinto de hermano mayor me dice que hay alguien que te gusta.
—¿Qué clase de teoría es esa?
—Estoy seguro que es así y si no me lo dices voy a decirles a todos en esta casa que tienes novio.
—¿Qué? Claro que no.
—Bueno, entonces voy a contárselos a todos— Andrés se dio la vuelta para salir de la habitación, pero antes de abrir la puerta Sofía le cerró el paso.
—Espera— Andrés se cruzó de brazos y levantó una ceja. La verdad Andrés no iba hacer lo que dijo y tampoco estaba ahí solo por molestar a su hermana, pero ya que él había regresado justo cuando su pequeña hermana ingresaba a la universidad a los 16 años de edad quería saber todo de ella, no perderla de vista y asegurarse de que nadie la lastimara, su hermana era una chica linda y de seguro más de alguno le había puesto el ojo y esa idea lo hacía sentirse el protector de ella.—No es un novio, bueno si es un chico, pero solo me invitó a salir el sábado— Después de que Sofía le contara todo sobre su relación cercana con Giovanni, Andrés se las arregló para que ella aceptara que él la llevara hasta el lugar donde quedaron para reunirse ese día. A Sofía le sorprendía lo fácil que era hablar con su hermano. Estaba segura que sus padres no se opondrían rotundamente que ella saliera con un chico, ellos mismo la animaban de vez en cuando a que ella saliera con sus compañeros y así lo hacía al
Presente.—¿señorita, en que puedo ayudarla?—Podría empacarme este pequeño pastel de chocolate, por favor.—Por supuesto.Sofía salió de la tienda con una pequeña caja en sus manos subió a su auto y se dirigió hacia la oficina de su hermano, esa mañana después de salir de su cita con su Psicóloga, Andrés la había llamado para pedirle que fuera a su oficina, quería que conociera a su mejor amigo. La empresa de su hermano no estaba muy lejos y su cuñada le había pedido que llevara algo para compartir y como esposa de su hermano mayor a quien ella tanto amaba y respetaba no podía contrariarla, aunque fueran casi de la misma edad con tan solo unos meses de diferencia, siendo Irina la mayor.—De acuerdo, estamos en eso, hasta la próxima— escuchó decir a Irina mientras se despedía de uno de los clientes de la empresa de su hermano, en poco tiempo su cuñada se había ganado un puesto importante dirigiendo un proyecto con buenas expectativas se notaba que su hermano tenía buen ojo para los ne
Dos años antes.—Puedes decirle que surgió algo importante——No puedo cancelarle, lleva pidiéndome una cita desde hace mucho y la verdad creo que debería darle una oportunidad y dármela a mí también. no entiendo ¿Por qué no te cae bien? — Desde que le dijo a su amiga que iba a salir con Raúl se había empeñado en convencerla de que no lo hiciera, algo contradictorio ya que su amiga era la primera en decirle que debería tener citas y era Sofía quien se negaba.—Supongo que no te convenceré——No——Debía al menos intentarlo——Tranquila estaré bien, solo será una cena— Antonella la convenció de compartir la ubicación de donde estaría con Raúl y le hizo prometer que la llamaría cuando llegara a casa.Raúl era un chico de unos veinte años, estaba llevando una licenciatura en estudios literario y trabajaba medio tiempo en la biblioteca que Sofía solía frecuentar ahí fue donde lo conoció, parecía un tipo agradable y era fácil conversar con él. Sofía no sabía mucho de él más lo que brevemente l
—Adelante— contestó Xavier al llamado en la puerta de su oficina, Gino y Andrés lo habían convencido que podía quedarse en una de las oficinas del edificio de la compañía Ferrandino como el máximo inversionista era su deber supervisar de cerca los detalles del proyecto, como la compra de materiales y la contratación de proveedores entre otras cosas, claro Gino abarcaba gran parte de este trabajo y tenía al frente a muchos profesionales, pero la presencia de Xavier y de otros inversionistas era importante.Gino se sentía cada vez más seguro y confiado había escuchado de la gran capacidad de Xavier por eso acordaron que aprobarían juntos los presupuestos y los nuevos contratos a proveedores.Xavier desvió su mirada de su computadora hacia la persona que entraba por la puerta, hace dos días había contratado a una asistente, aparte del trabajo que debía llevar aquí, no podía evitar su responsabilidad con la compañía que dirigía junto a su hermana y cuñado en Estados Unidos, y debía cada t
Sofía terminó su última clase esa tarde, estaba por entrar a la biblioteca cuando Antonella su mejor amiga le bloqueó el camino, con ella estaban Sebastián que estudiaba la misma carrera que Sofía y otros dos compañeros más.—Hola a todos— saludó Sofía —¿Qué se traen?, ¿eh? — cuestión tirando de un mechón de cabello de su amiga y ella se quejó.—¿Estas escapando de nosotros? — Preguntó su amiga.—Claro que no— contestó Sofía intentando retomar su camino, pero su amiga volvió a detenerla.—De acuerdo, entonces vamos— dijo uno de sus compañeros mientras rodeaba sus hombros con uno de sus brazos haciendo que Sofía diera la vuelta y su cuerpo se tensó con el tacto.—Esperen… ¿A dónde vamos? — preguntó Sofía haciendo que todos se detuvieran ella aprovechó para soltarse del agarre de su compañero.—Como sabes hoy es mi cumpleaños— Dijo su compañero mientras subía y bajaba sus cejas. —Y vamos a celebrarlo— continuó él.—Sofí, anda di que sí, no me dejes sola con este bando de insolentes— sup
—¿Entonces a tus diez años construiste una pequeña casa? — dijo él después de que Sofía le respondiera a su pregunta de porque había escogido la carrera de arquitectura.—No lo hice sola, obtuve ayuda de mi padre.—Pero tú la diseñaste— Sofía se encogió de hombros.—¿Tienes otra cosa que hayas diseñado?—Ya fuiste a la azotea del edifico donde trabajas?—No, ¿Por qué?—Entonces ve y me dice que te parece—¿Y porque no vamos y me lo muestras tú misma?—¿Ahora?—Sí——No, ya es muy tarde.—Mañana, ¿Qué dices? — Sofía negó con la cabeza.—Tengo clases todo el día, solo ve, muchos empleados suben ahí cuando quieren un poco de aire fresco.—De acuerdo iré mañana— Dijo él levantando una mano como si lo estuviera prometiendo.Sofía recordó algo y frunció el ceño. —Por cierto, ¿porque te atravesaste a mi auto? — él bajó la cabeza con una sonrisa en sus labios. ¿Será que estaba avergonzado?—Ya te lo dije, te vi y quise alcanzarte.—Sí, pero ¿Por qué? Estabas con alguien… con algunas personas—
—¿Qué diablos estás haciendo? — Preguntó. Y Andrés lo miró y parecía somnoliento.—No tengo idea— contestó Andrés. Y su voz era de una persona que estaba completamente ebria.—¿Qué sucede? ¿Por qué estás aquí tomándote mi whisky? — Reclamó Xavier.—No creo merecerla— dijo Andrés mientras intentaba levantarse, pero los efectos del alcohol no se lo permitieron. Volvió a intentarlo y esta vez con la ayuda de Xavier lo logró.—¿Crees que deba ir con ella? — preguntó Andrés como si Xavier supiera lo que estaba hablando.—¿De quién hablas? — preguntó Xavier.—Debo ir a ver a mi esposa——No sería agradable que te viera en este estado. Mejor te acuestas un rato…——Dije que debo ir a ver a mi esposa— Estaba claro que ya no estaba nada sobrio.En ese momento la puerta del departamento se abrió dejando entrar a Irina, detrás de ella iba Aurora y Thomas asistente de Andrés.—Andrés— dijo Irina su voz sonaba muy preocupada se acercó corriendo hasta donde estaba Andrés.Al ver Andrés a su esposa se
De vuelta en su habitación Sofía entró a la ducha se dio un baño rápido después se colocó un pijama y se metió a la cama, antes programó la alarma en su teléfono y lo dejó en la mesita de noche. Esperaba que al tocar con su cabeza la almohada se quedara dormida ya que realmente se sentía cansada, pero para su desilusión no fue así, se giró hacia el otro lado buscando una mejor posición, pero nada su mente seguía divagando, cerraba los ojos y le llegaban imágenes de Xavier colocando la mesa, o picando frutas o solo viéndola a los ojos cautivándola con tan solo su mirada. Abrió los ojos frustrada, volvió a girarse otra vez… después de varios minutos con lo mismo se dio por vencida dejándose llevar por sus pensamientos y como una película por su mente pasaron casi todos los momentos con Xavier desde que se conocieron, solo de esa forma cuando el sueño la venció se quedó dormida. A la mañana siguiente Sofía despertó con el sonido de su alarma, eran las siete de la mañana, su madre dijo