—Adelante— contestó Xavier al llamado en la puerta de su oficina, Gino y Andrés lo habían convencido que podía quedarse en una de las oficinas del edificio de la compañía Ferrandino como el máximo inversionista era su deber supervisar de cerca los detalles del proyecto, como la compra de materiales y la contratación de proveedores entre otras cosas, claro Gino abarcaba gran parte de este trabajo y tenía al frente a muchos profesionales, pero la presencia de Xavier y de otros inversionistas era importante.
Gino se sentía cada vez más seguro y confiado había escuchado de la gran capacidad de Xavier por eso acordaron que aprobarían juntos los presupuestos y los nuevos contratos a proveedores.
Xavier desvió su mirada de su computadora hacia la persona que entraba por la puerta, hace dos días había contratado a una asistente, aparte del trabajo que debía llevar aquí, no podía evitar su responsabilidad con la compañía que dirigía junto a su hermana y cuñado en Estados Unidos, y debía cada tanto conectarse a videoconferencias, revisar informes y aprobar una serie de documentos que su hermana le enviaba ahora atreves de sus asistentes. Era mucho el trabajo el que tenía, pero aun así él quería venir a Italia.
Su asistente se paró frente a su escritorio, Era de cabello negro, de piel bronceada y llevaba una falda negra ajustada que le llegaba varios centímetros más arriba de la rodilla una blusa blanca muy ajustada también, tenía bonita figura y esa ropa la hacía verse mejor.
—Señor, estos son los últimos informes enviados desde Estados Unidos— Xavier evaluó a la mujer parada frente a él extendió el brazo para tomar la carpeta con los documentos.
—Gracias, puedes retírate— Dijo apartando la mirada de ella y volviendo a los documentos que tenía antes. Ella se quedó más tiempo parada frente a él, al notarlo Xavier dijo sin mirarla —¿Algo más? —
—¿Se le ofrece un café o un postre, señor? — Xavier volvió a ver a la chica y tenía una sonrisa coqueta. Pero eso no fue lo que vio Xavier, a su mente le vino la imagen de Sofía comiendo pastel de chocolate y la forma en como inocentemente lamía sus labios.
—¿Señor? — dijo la asistente inclinándose un poco y dejando ver su escote, su busto resaltaba a través de la tela.
—No gracias, retírate— ordenó Xavier. Sacudió la cabeza para alejar esas imágenes de sus cabezas tenía cosas importantes que revisar y se obligó a concentrarse en su trabajo.
Como a las cinco de la tarde cerró su portátil y se dispuso a salir del trabajo, durante esta semana en la compañía se llevaba muy bien con algunos Jefes de departamento con los que había tenido contacto, esta noche habían quedado de tomar algunos tragos en un bar. Hubiera preferido salir con Andrés, aunque su amigo no tomaba prefería su compañía, pero su reciente estado de casado hacia diferentes las cosas de cuando estaban en la universidad. Por supuesto él entendía eso. Y pensó que a él le haría bien salir un rato, y hasta tal vez podría conocer a una hermosa italiana.
Al día siguiente se despertó como a las seis de la mañana por un momento pensó que estaba acompañado había tenido un sueño de esos que lo hacían despertarse excitado, pero abriendo los ojos vio que estaba solo ¿Por qué fue que no durmió con nadie? Ah ya lo recordaba ahí estaba una de las asistentes de la compañía y no se le había despegado ni un momento y las otras mujeres del bar eran bonitas, pero no se había sentido tentado a acercarse a ellas, así que luego de beber solo unos tragos regresó a su departamento, como aún no estaba familiarizado con la ciudad tenía un chofer que lo llevaba a donde quisiera, aunque él siempre prefería conducir.
Vio su celular y tenía una llamada perdida de Andrés, también tenía un mensaje. El mensaje decía —Voy a ser papá— Se levantó de un salto entró al baño. Cuando estuvo preparado para salir llamó a su asistente para decirle que llegaría tarde. Su intención era ir a felicitar a su amigo primero antes de ir a la oficina.
Cuando bajó lo esperaba su chofer, era la segunda vez que iría a la oficina de Andrés así que decidió poner atención para conocer bien la dirección. Al llegar supo que Andrés no estaba ahí, se encontró con Thomas y él le informó que su jefe no iría hoy al trabajo. Cuando llegó a la villa de Andrés lo recibió la señora Song con su siempre amable sonrisa.
—Pase Joven Xavier— Lo invitó la anciana, ella ya lo conocía. La señora lo condujo hasta la sala de estar donde estaba Andrés, Irina y… Sofía.
Xavier sonrió de oreja a oreja cuando los vio, Andrés se levantó a recibirlo y con un abrazo Xavier lo felicitó, separándose de él dijo —Fui a buscarte a tu oficina debí suponer que te quedarías en casa— bromeó Xavier.
Luego se giró para saludar a Irina a lo que Andrés reaccionó casi de inmediato apartándolo de su esposa —Suficiente, suelta a mi esposa, deberías buscarte una para ti— ellos rieron porque sabían que era una broma, pero Irina le dio una palmadita en el brazo a Andrés.
—No lo trates así, es tu amigo— Lo regañó ella.
Luego como un imán atraído, mirándola directamente a los ojos se dirigió a Sofía saludándola con un beso en la mejilla, pudo ver el momento exacto en el que un rubor apareció en sus mejillas y le gustó mucho ese tono en su piel.
—Me da mucho gusto por ustedes, de verdad— decía Xavier. —Se puede ver a kilómetro lo feliz que está mi amigo—
—Gracias Xavier— le contestaba Irina —Estamos muy felices de verdad—
—Joven el desayuno está servido— anunciaba la señora Song justo en el momento en el que Sofía se colocaba de pie para despedirse.
—De acuerdo, que les pareces si pasamos al comedor.
—Hermano, yo ya tengo que irme— lo interrumpió su hermana.
—¿Por qué? es temprano, tu clase aun no comienza.
—Sí bueno… tengo que hacer unas cosas antes.
Tomándola de los hombros. —Vamos come, aunque sea un poco—
—Por favor, Sofía no te vayas sin comer nada— insistió Irina. Y viendo que no podía negarse a su cuñada embarazada. Hoy se había levantado muy temprano y antes de ir a la universidad quiso pasar por casa de su hermano para ver como seguía su cuñada apenas ayer en la tarde se habían enterado de su embarazo después de haberla llevado al hospital por que se desmayó estando en el trabajo. Había asustado a toda la familia, pero por dicha resultó ser algo maravilloso.
—De acuerdo— aceptó. Xavier soltó un suspiro silencioso que no se había dado cuenta que estaba conteniendo.
Andrés tomó la mano de su esposa y la llevó hacia el comedor detrás de ellos iban Xavier y Sofía, él le sonrió cuando ella volteó a verlo, y ella se arrepintió de haberlo visto no sabía porque no pudo contenerse. Andrés ayudó a su esposa a sentarse y ambos hombres esperaron a que Sofía se sentara Xavier se sentó frente a Sofía.
El desayuno fue tranquilo, casi toda la conversación fue solo entre Andrés y Xavier, Irina de vez en cuando intervenía en la conversación y Sofía se limitaba a contestar y sonreír al igual que la madre de Irina. Teresa parecía estar también encerrada en sus propios pensamientos.
Unos minutos después Sofía se despidió y salió del comedor. Xavier vio su reloj de pulsera y colocándose de pie dijo —Fue un placer, pero tengo que ir a trabajar— Andrés se levantó para despedirlo, pero levantando una mano Xavier lo detuvo.
—Está bien, conozco el camino— y con un rápido apretón de manos Xavier se despidió y salió también, alcanzó a Sofía apenas saliendo por la puerta.
—¿Vas a la universidad? — preguntó apenas estuvo a la par de ella. Sofía se giró para verlo.
—Así es— contestó ella.
—Puedo llevarte, me gustaría conocerla— hizo una pausa —La universidad—
—Traigo mi auto— Le contestó ella, Viendo Sofía que él no decía nada y tampoco se quitaba del camino dijo —Además usted tiene que ir a trabajar— estaba claro que él se había levantado demasiado rápido justo después de que ella saliera del comedor, era posible que escuchara cuando él también se despidió.
—Sofía, no me llames de usted, ni señor Xavier, solo dime Xavier, puedes tutearme, no soy tan viejo— pidió él con una sonrisa. Sofía lo vio e inconscientemente se mordió su labio inferior.
—De acuerdo— dijo ella. ambos se dirigieron hacia donde habían estacionado sus autos, Sofía llegó primero al de ella y Xavier se apresuró a abrirle la puerta él le dijo algo de tener un buen día, Sofía le dio una última mirada y se limitó a asentir con la cabeza antes de entrar a su auto y cerrar la puerta. Xavier se quedó parado viendo cómo se alejaba no se subió a su auto hasta que no la vio más.
Después del almuerzo Xavier y Gino debían revisar y aprobar varios presupuestos acordaron revisarlos juntos esa tarde. Xavier hablaba por teléfono con su padre cuando su secretaria entró a la oficina. Después de un par de minutos Xavier se despidió terminando la llamada.
—Jefe, es hora de la reunión con el señor Ferrandino— Xavier agradeció el recordatorio y colocándose de pie tomó su saco, pero antes de colocárselo su secretaria se acercó.
—Permítame le ayudo— dijo la mujer, tomó el saco de sus manos ayudándole a colocárselo, también le arregló la corbata y se quedó viéndolo unos segundos —¿Necesita que asista con usted a la reunión? — preguntó su secretaria.
Girándose hacía su escritorio tomó los documentos que necesitaba —No es necesario— dijo pasando por un costado y salió por la puerta, su asistente lo siguió y lo vio desaparecer en el ascensor la oficina de Gino quedaba en el último piso, Xavier estaba un par pisos antes.
Sofía terminó su última clase esa tarde, estaba por entrar a la biblioteca cuando Antonella su mejor amiga le bloqueó el camino, con ella estaban Sebastián que estudiaba la misma carrera que Sofía y otros dos compañeros más.—Hola a todos— saludó Sofía —¿Qué se traen?, ¿eh? — cuestión tirando de un mechón de cabello de su amiga y ella se quejó.—¿Estas escapando de nosotros? — Preguntó su amiga.—Claro que no— contestó Sofía intentando retomar su camino, pero su amiga volvió a detenerla.—De acuerdo, entonces vamos— dijo uno de sus compañeros mientras rodeaba sus hombros con uno de sus brazos haciendo que Sofía diera la vuelta y su cuerpo se tensó con el tacto.—Esperen… ¿A dónde vamos? — preguntó Sofía haciendo que todos se detuvieran ella aprovechó para soltarse del agarre de su compañero.—Como sabes hoy es mi cumpleaños— Dijo su compañero mientras subía y bajaba sus cejas. —Y vamos a celebrarlo— continuó él.—Sofí, anda di que sí, no me dejes sola con este bando de insolentes— sup
—¿Entonces a tus diez años construiste una pequeña casa? — dijo él después de que Sofía le respondiera a su pregunta de porque había escogido la carrera de arquitectura.—No lo hice sola, obtuve ayuda de mi padre.—Pero tú la diseñaste— Sofía se encogió de hombros.—¿Tienes otra cosa que hayas diseñado?—Ya fuiste a la azotea del edifico donde trabajas?—No, ¿Por qué?—Entonces ve y me dice que te parece—¿Y porque no vamos y me lo muestras tú misma?—¿Ahora?—Sí——No, ya es muy tarde.—Mañana, ¿Qué dices? — Sofía negó con la cabeza.—Tengo clases todo el día, solo ve, muchos empleados suben ahí cuando quieren un poco de aire fresco.—De acuerdo iré mañana— Dijo él levantando una mano como si lo estuviera prometiendo.Sofía recordó algo y frunció el ceño. —Por cierto, ¿porque te atravesaste a mi auto? — él bajó la cabeza con una sonrisa en sus labios. ¿Será que estaba avergonzado?—Ya te lo dije, te vi y quise alcanzarte.—Sí, pero ¿Por qué? Estabas con alguien… con algunas personas—
—¿Qué diablos estás haciendo? — Preguntó. Y Andrés lo miró y parecía somnoliento.—No tengo idea— contestó Andrés. Y su voz era de una persona que estaba completamente ebria.—¿Qué sucede? ¿Por qué estás aquí tomándote mi whisky? — Reclamó Xavier.—No creo merecerla— dijo Andrés mientras intentaba levantarse, pero los efectos del alcohol no se lo permitieron. Volvió a intentarlo y esta vez con la ayuda de Xavier lo logró.—¿Crees que deba ir con ella? — preguntó Andrés como si Xavier supiera lo que estaba hablando.—¿De quién hablas? — preguntó Xavier.—Debo ir a ver a mi esposa——No sería agradable que te viera en este estado. Mejor te acuestas un rato…——Dije que debo ir a ver a mi esposa— Estaba claro que ya no estaba nada sobrio.En ese momento la puerta del departamento se abrió dejando entrar a Irina, detrás de ella iba Aurora y Thomas asistente de Andrés.—Andrés— dijo Irina su voz sonaba muy preocupada se acercó corriendo hasta donde estaba Andrés.Al ver Andrés a su esposa se
De vuelta en su habitación Sofía entró a la ducha se dio un baño rápido después se colocó un pijama y se metió a la cama, antes programó la alarma en su teléfono y lo dejó en la mesita de noche. Esperaba que al tocar con su cabeza la almohada se quedara dormida ya que realmente se sentía cansada, pero para su desilusión no fue así, se giró hacia el otro lado buscando una mejor posición, pero nada su mente seguía divagando, cerraba los ojos y le llegaban imágenes de Xavier colocando la mesa, o picando frutas o solo viéndola a los ojos cautivándola con tan solo su mirada. Abrió los ojos frustrada, volvió a girarse otra vez… después de varios minutos con lo mismo se dio por vencida dejándose llevar por sus pensamientos y como una película por su mente pasaron casi todos los momentos con Xavier desde que se conocieron, solo de esa forma cuando el sueño la venció se quedó dormida. A la mañana siguiente Sofía despertó con el sonido de su alarma, eran las siete de la mañana, su madre dijo
Su vida social no volvió a ser la misma desde ese entonces. Sofía no quería volver a pasar por lo mismo nunca más. Ese miedo la había hecho no querer tener contacto con el género masculino y se volvía peor cada vez que esa noche la perseguía atreves de sus interminables pesadillas. Cansada de ser así, hace poco más de un año decidió aceptar ayuda profesional. Luego de varias sesiones tomó valor para salir con alguien, no fue tan bien la primera vez, la segunda vez no fue tan diferente. Esperaba no tener problemas en acercarse cuando alguien de verdad volviera a gustarle o al menos eso creía, aún era joven y había tiempo de esperar a la persona correcta, Su terapeuta se había encargado de que entendiera eso, además tenía cosas más importantes que atender ahora. Faltaba poco para graduarse. Pero había algo que la perturbaba o mejor dicho alguien, y aunque pareciera que no es así su presencia aún la ponía nerviosa, y esa mirada, la forma en como ella sentía que él la miraba provocaba
Sofía estacionó el auto justo en el momento en que sonaba su teléfono, sacándolo de su bolsillo miró a Xavier y le dijo —Es mi madre, puedes adelantarte— Xavier asintió y salió del auto.—Diga madre— respondió Sofía.—¿Está todo bien cariño?—Sí madre todo bien, yo… iré al cine llegaré antes de media noche——¿Cómo la cenicienta? — bromeó su madre.—¡Mamá!—De acuerdo, cuídate princesa.—No te preocupes mamá.—Oh espera, tu hermano nos pidió que vayamos a su villa mañana, dice que tiene algo que decirnos.—Bien, me voy madre.—¿Todo bien? — preguntó Xavier cuando Sofía llegó hasta dónde él estaba esperándola. Sofía asintió con la cabeza mientras entraban, era un restaurante de comida asiática.—Bienvenidos— los saludó un joven que al parecer era italiano, los guió hasta una mesa y les entregó el menú.—¿Estás segura que quieres pedir todo eso? — Le preguntó Xavier cuando ella escogió los platillos no sin antes preguntarle a él si le gustaban mientras el camarero iba tomando nota. Y par
Su mirada era acosadora y siempre ha querido evitarla, aun así, no podía, era como si sus ojos color miel fueran imanes para ella que la atraían una y otra y otra vez hacía él. Sin saber por qué ahí estaba nuevamente frente a él parecía como si él tampoco deseaba dejar de verla, ¿Cómo es que él está en su habitación? ¿Cómo se atrevió a entrar? Se preguntaba ella. el Joven se acercó a ella lentamente tanto que era como una tortura y cuando estuvieron a pocos centímetros, levantó sus manos y tomó su rostro, la joven se sentía como si su cuerpo fuera pesado, como si ya no le perteneciera y como si hubiera decidido no obedecer a su mente, se quedó inmóvil cautivada con tan solo su mirada, ¿Cómo tenía ese poder él? sus pulgares acariciaban sus labios y mejillas.—Eres muy hermosa— Le susurró él antes de unir sus labios con los de ella en un cálido, lento y tierno beso, aun así, podía sentir como ardían sus labios, su aliento y conforme pasaba el tiempo el fuego que antes la quemaba ahora e
Xavier la reincorporó, pero no la soltó y mucho menos la alejó, sus cuerpos aún estaban pegados, se vieron directamente a los ojos por unos segundos, Xavier no pudo evitar bajar su mirada de los ojos de ella a sus labios, pudo observarlos de cerca sintiéndose tentando a probarlos, y por su parte Sofía por primera vez no sintió que quería escapar de él, pero sí, su corazón empezó a latir más rápido y en su estómago había algo revoloteando hacia todas direcciones, no sabía si se lo estaba imaginando o de verdad pudo ver las intenciones de Xavier, esa duda hizo que ella se mordiera su labio inferior, Pero la razón de Xavier pudo más que la tentación.—¿Estas bien? — preguntó él, al fin haciendo uso de todo su autocontrol y separándose un poco de ella. Sofía no podía encontrar su voz, estaba segura que si hablaba su voz sonaría un poco rara, pero asintió con la cabeza. “Que tonta fui” pensó ella. Él siempre estaba en el momento y lugar indicado para evitar que ella se estrellara contra al