Advertencia:
En la siguiente historia encontrarás violencia, vocabulario soez, torturas, maltrato físico y psicológico, asesinatos, temas relacionados con el bajo mundo y lenguaje explícito.
NO es una historia ROMÁNTICA, por lo que te pido que tengas en cuenta esta advertencia.
Si eres sensible al tipo de contenido fuerte, te recomiendo abandonar la lectura antes de empezar, todo con el fin de evitar pasar un mal rato.
Habiendo aclarado esto, les deseo una lectura apoteósica.
No tengo día fijo de actualización, así que te pido mucha paciencia (yo sé, más de la que me han tenido), pero ustedes saben que así sea tarde, les traeré capítulos.
De nuevo mil gracias por todo el apoyo y cariño que le brindan a mi trabajo. No olvides comentar, votar y guardar este libro en tu biblioteca si es de tu agrado.
¡Nos leemos muy pronto con este nuevo y retorcido mundo!
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Ella era tan perfecta, tan pura, tan inocente; que, pese a no ser mía, la deseaba poseer sin importar a quién tuviera que apartar de mi camino...
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No esperaba el momento para ir a casa, deseando saber cómo le había ido a mi esposo en su entrevista de trabajo. Luego de tanto tiempo preparándose y adquiriendo conocimientos, al fin pudo tener la oportunidad de solicitar empleo en la corporación más importante y grande de Australia.
Mudarnos de país jamás estuvo en mis planes, pero no puedo darle la espalda a mi esposo ahora que tanto me necesita. Su sueño ha consumido años y ha hecho tantos sacrificios para poder cumplirlos, que simplemente no estar para él y darle mi apoyo es una muestra de que mi amor por él no es tan grande como digo que es.
Will no solo es el hombre con el que me casé, es el amor de mi vida, lo más bonito que me ha pasado. Mi amor por él no ha hecho más que crecer con el paso de los años. Apoyarlo en cada uno de sus pasos es una felicidad inmensa, porque me basta con ver el brillo de ilusión en su mirada para que mi corazón se sienta satisfecho.
—Amanda llamando a tierra —mi compañera soltó una risita divertida mientras sacudía su mano frente a mi rostro—. ¿En qué planeta estás, mujer? No me digas que ya sé, no es de extrañarse que estés pensando en tu perfecto marido.
Reí, negando con la cabeza y prestándole toda mi atención a Sheyla.
—Te tengo tanta envidia —suspiró—. Will es el hombre que toda mujer sueña; caballeroso, amable, amoroso, atento, vigoroso, apasionado y bastante guapo.
—Tengo un esposo lleno de excelentes cualidades, ¿eh?
—Te digo, eres la envidia de todas nosotras. Todas quisiéramos uno así, pero a mí solo me llueven sapos —hizo una mueca y reí—. Y lo peor es de ese tipo de sapo que escupe veneno y es infiel.
—No te mortifiques por esos sapos venenosos. Pronto llegará tu principe azul.
—Pero ojalá llegara pronto porque se está como demorando —bufó y reí más fuerte, ella siempre me hacía reír con sus ocurrencias—. Por cierto, cambiando un poco de tema. ¿Qué planes tienes para esta noche? Hace días no tenemos una salida de chicas, y creo que Elize tiene nueva conquista y no nos ha contado absolutamente nada.
—Me encantaría salir con ustedes, pero Will me invitó a cenar esta noche.
—¡Ah, por el amor a Dios! Ocho años después y siguen siendo tan amorosos como el principio.
Sonreí de oreja a oreja.
Ocho años de relación y seis de casados y los detalles no han cesado de parte y parte. Cuando Will no me sorprende, lo hago yo. Muchos dicen que por eso la llama del amor no se ha extinguido, porque nos preocupamos en nunca dejarla apagar.
—Hoy es un día importante —fue todo lo que dije, antes de que nuestra jefa saliera de la oficina y nos destinara más trabajo.
Ciertamente no tengo ni la menor idea de lo que haré si se diera el caso de irnos a Australia, pero con mi experiencia supongo que no será difícil encontrar un nuevo trabajo. Sé que Will no me presionará en ese aspecto, no obstante, he estado demasiado acostumbrada a trabajar, ser activa e independiente. No me gustaría quedarme en casa sin hacer nada, me moriría de aburrimiento.
No sé si era la ansiedad que tenía de ir con Will que el día en la oficina se me hizo eterno. Las horas pasaron tan lentas y el trabajo se me hizo tan extenso que sentí que los presupuestos no fueron los suficientes.
Tan pronto el reloj marcó la hora de salida, organicé mi pequeño cubículo y salí a toda prisa. Mi único objetivo era llegar a casa y preguntarle a Will si lo había logrado, que no presté atención a nada a mi alrededor sino hasta que sentí que un par de brazos me alzaban por los aires y me daban vueltas.
Mi grito resonó fuerte debido al susto, pero pronto me vi riendo al sentir una boca habilidosa y con sabor a menta posándose sobre la mía.
—Nunca dejas de sorprenderme, esposo.
—Nunca dejaré de hacerlo —susurró sobre mis labios, atrayéndome a su pecho en un abrazo cálido y poderoso—. Pero ¿sabes qué no dejaré de hacer?
—No tengo ni la menor idea...
—Jamás dejaré de amarte.
Me besó con fiereza, como si fuese la primera vez en que nuestras bocas se saborearan, como si su vida se fuese a ir allí mismo y solo pudiese sobrevivir en mis labios. Incluso olvidó que nos encontrábamos frente a mi lugar de trabajo; y me besó con toda su característica y desbordante pasión.
Mi corazón latía tan fuerte y mis labios percibían un cosquilleo intenso que se agudizaba por toda mi piel, sometiéndome a todos esos nuevos, viejos y desconocidos sentires que solo él ha sabido despertar.
Ningún otro hombre podrá apoderarse de mi alma y de mi cuerpo a la vez. Ninguno podrá despertar mis más intensas y prohibidas fantasías y a la vez una ternura y un amor que va más allá de la razón.
Este amor que late en cada célula de mi ser es simplemente inquebrantable e inigualable. En un solo beso podría morir de felicidad.
—Lo logré, mi amor, lo logré —jadeó en voz suave y profunda—. Soy el nuevo gerente de la Corporación Weiss.
Me separé de sus labios al instante y lo miré directamente a los ojos. La felicidad que denotaba su mirada quemó mi pecho de absoluta dicha. Me sentía tan emocionada y feliz como sentía él.
—¡Sabía que lo lograrías! ¡Te lo dije, mi amor! —salté emocionada a sus brazos, envolviendo los míos alrededor de su cuello y siendo sostenida por sus fuertes manos—. Es todo un placer ser la esposa del gran Gerente Lester.
—Eres una esposa aduladora —sonrió, apretando mis nalgas—. Y poco recatada.
—No conozco esa palabra —lo sustuve del cuello de la camisa, acercándome peligrosamente a sus labios—. Eres mi esposo y nadie puede decirme nada por querer felicitarte y demostrarte todo mi amor, ¿o sí?
—En lo absoluto, Sra. Lester.
Me apoderé de sus labios una vez más, queriendo ser una con su cuerpo y sin importarme lo que pudieran decir las personas que pasaban a nuestro alrededor. La felicidad de mi esposo también es mía. Fui testigo de todo su arduo trabajo para alcanzar sus sueños, así que nadie puede arruinar este momento tan importante y maravilloso. Nadie puede juzgarnos por ser felices.
—¡Vayan a casa, por Dios! —la voz de Sheyla nos hizo separar—. ¿Por qué tienen que comer delante de los muertos de hambre?
Le saqué el dedo medio a mi amiga y reí, bajando de los cómodos brazos de mi esposo para arreglar mi falda y mi blusa.
Miré su boca llena de mi lápiz labial y lo limpié, sonriendo de oreja a oreja y conteniendo las ganas de volverlo a besar. Bajo los rayos naranjas del atardecer su cabello dorado y sus ojos mieles parecían ser del mismo color; tan claros, atrayentes y hermosos.
—Me siento tan feliz y orgullosa de ti —le dije y su sonrisa no se hizo esperar, era tan linda y llena de ternura—. Sé de primera mano lo mucho que te sacrificaste para alcanzar tus sueños y créeme que lo mereces. Mereces alcanzar el jodido cielo de ser posible. Eres un hombre y esposo maravilloso.
William rodeó mi cuerpo con sus brazos y dejó un casto beso sobre mis labios, sonriendo con sus ojos brillantes.
—No sabes lo mucho que agradezco tener a una mujer como tú; comprensiva, que me ama y respeta mis sueños, que está para mí sin importar qué. Este no es solo mi sueño, mi amor, sino también el comienzo de una nueva etapa en nuestro matrimonio. Llegó el momento de que trabajemos duro por ese bebé que tanto hemos deseado y no ha llegado.
—¿Estás hablando en serio?
—Por supuesto, nada me haría más feliz en este mundo que ser padre.
Mi corazón estalló en mi pecho de felicidad. Una nueva etapa, un camino que seguimos recorriendo de la mano y un anhelo que no ha muerto ni morirá pronto. Mi sueño es ser madre, pero en seis años nunca se nos ha dado la oportunidad. Sin embargo, no debo preocuparme por eso ya que el tiempo de Dios es perfecto, y así como hizo que sus sueños se hicieran realidad, también cumplirá nuestro deseo de ser padres en un futuro no muy lejano.
—Australia, ¿eh? —inquirió mamá, dejando de lado los bollos que estaba haciendo para mirarme a los ojos—. ¿Y cuándo van a irse?—En tres días. Will tiene que estar en la Corporación el lunes a primera hora.—Vaya, qué apresurado es todo, pero me alegro mucho de que lo hayan elegido como el gerente. Se lo merece —sonrió—. En cuanto a otro tema, sí estarás muy lejos de nosotros, pero comprendo que debes apoyar a tu esposo.—Vendré en vacaciones y te llamaré todos los días. No creas que para mí es fácil marcharme tan lejos y dejarte a ti y a papá solos.—No te preocupes por nosotros, mi amor. Tú lugar es donde esté tu esposo, y si Will se va a la China, no tienes de otra que ir con él.Reí y abracé a mi madre con fuerza, rememorando su aroma a frutas y guardando en mi corazón la calidez de sus brazos.Con sentimientos encontrados terminamos de cocinar los bollos y el almuerzo. No habíamos dicho nada a nuestras familias para no hacernos ilusiones tan grandes, pero ahora que los sueños de
Me senté en la barra de la cocina con mi portátil tan pronto preparé el desayuno. Mientras Will terminaba de prepararse para ir a su primer día de trabajo, me dediqué a buscar ofertas de empleo.Aunque mi esposo me aseguró que no tenía problema alguno si mi decisión era trabajar o no, no me siento del todo cómoda quedándome en casa. Toda mi vida he trabajado, por lo que sería raro no hacer nada. Me gusta comprar mis propias cosas, mantenerme activa y aprender cosas nuevas.Busqué largo rato ofertas de empleo que se ajustaran a mi perfil y apliqué a varias. En lo que leía una para ser secretaria en una de las industrias más importantes de Australia, no dudé un segundo y apliqué con la esperanza de quedar. Nunca trabajé en el sector automotriz, pero no está de más aprender si me llegasen a elegir.—¿Buscando empleo tan pronto, mi amor? —Will besó mi frente y pasó por mi lado hasta la cafetera—. Pensé que tomarías unos días para conocer la ciudad y acoplarte.—Puedo hacer las dos cosas.
De momento no supe qué decir, sus palabras me tomaron por sorpresa, pero a la vez me alegraron de sobremanera. Cuento con ocho años de experiencia, varios cursos que mi ex-jefa me hizo tomar cuando trabajaba con ella, hablo cuatro idiomas diferentes y mi hoja de vida es intachable. La Sra. Johnson no dudó un segundo en prepararme desde que puse un pie en su empresa, sino que también me dio la mejor recomendación laboral.—Tu amplia experiencia nos será de gran ayuda —volví en mí al escuchar su voz, así que lo miré sorprendida y emocionada a partes iguales—. A partir de este momento serás mi nueva secretaria, por lo que espero mucho de ti y de tus... vastos conocimientos.—Oh, por supuesto que sí, Sr. Black. Daré lo mejor de mí —sonreí—. Muchas gracias por darme la oportunidad, le aseguro que no se arrepentirá de su decisión.—Desde luego que no —dijo y levantó la bocina del teléfono sobre su escritorio—. Despacha a las otras, ya elegí a Amanda Reynolds. Por favor, tráeme el uniforme y
Una semana se pasó demasiado rápido para mi gusto, más teniendo en cuenta que la Sra. Aura se iría y tendría que hacerme cargo de todo yo sola.Durante estos días me enfoqué en memorizar todo lo que más pudiese para no tener ningún problema con el Sr. Black, incluso mi propio jefe me ha ayudado con algunas de mis obligaciones que no he comprendido completamente. La paciencia que me tiene es sorprendente, por lo que quiero demostrarle que no seré una carga más en cuanto su secretaria de hace más de diez años se vaya de la empresa.Una industria tan grande y que cuenta con muchos derivados en varios sectores es difícil de entender, sobre todo cuando el Sr. Black debe hacerse cargo de ellas al mismo tiempo. Industrias Black no solo es una empresa de red energética, también cuenta con mercados en el marketing, con sedes de seguridad privada e incluso también está posicionada en una de las industrias más importantes de joyas y refinería. No por algo la familia Black es una de las más ricas
Hoy nos entregan el resultado de los exámenes, y me he sentido tan ansiosa de salir del trabajo, que no he hecho más que sumergirme de lleno en los informes que debo realizar para no enloquecer.Aunque ya hablamos y decidimos que, sin importar el resultado que fuese, seguiríamos con el plan de tener un hijo, no puedo dejar de estar intranquila. Pese a todo, estamos hablando de nuestra salud.Me encontraba en la hora del almuerzo cuando recibí una llamada de mi mejor amiga; Eliza, lo que se me hizo sumamente extraño, puesto que ella debería estar durmiendo.Respondí sin dudar, pensando que había sucedido algo malo, pero su bostezo y un leve murmullo me hizo esbozar una sonrisa.-¿De nuevo con insomnio? -pregunté, comiendo perezosamente el almuerzo.-Sí, pero no hablemos de eso porque no quiero seguir llorando.-¿Jimmy volvió?Resopló con fuerza y sentí la necesidad de ir a su casa y abrazarla.-Ya sabes, todo seguirá igual por más que venga a decirme dos palabras bonitas cada que se ab
—Espero que no tengas ningún problema con tu esposo por viajar tantos días. Por lo general, mis viajes no tardan más de un día —el Sr. Black rompió el silencio que se había formado en cuanto subimos a su avión privado.—Mi esposo no se molesta, él entiende la situación a la perfección.—Oh, qué bueno, porque sería una pena que se molestara por situaciones que no se pueden controlar.—Will es muy comprensivo —sonreí, observando la bonita vista desde los cielos—. Además de que entiende y respeta mi trabajo. Nunca, en los ocho años que llevamos juntos, hemos tenido algún problema por el ámbito laboral. Entendemos que el otro tiene responsabilidades que cumplir, así que sería una pérdida de tiempo discutir por algo que no vendría al caso, ¿no le parece?—Desde luego —lo oí decir en voz baja.—Sr. Black, ¿puedo hacerle una pregunta un poco personal?—Adelante, estoy para resolver todas tus dudas.Giré el rostro para verlo y sus fijos en mí más su sonrisa me hicieron sentir una pizca de ver
En silencio caminamos hasta la recepción, donde nos dieron nuestras respectivas habitaciones y nos guiaron al restaurante. Aunque en realidad quería ir a mi habitación, hablar con mi esposo por un rato y dormir hasta el siguiente día, no podía ignorar mi estómago. Mis tripas gruñían a medida que caminábamos por el amplio comedor y el olor a la comida llenaba mis fosas nasales.Una vez en nuestra mesa, el Sr. Black sacó la silla para mí y le agradecí en un susurro, sintiendo que su mirada se volvía diferente.Él tomó lugar frente a mí, pero no apartó su mirada de mí incluso cuando una de las camareras trajo la carta. ¿Acaso tenía algo en la cara y por eso me miraba tanto? ¿Estaré despeinada, con el maquillaje corrido o tendré micos en la cara y por eso me observaba de esa manera tan inquietante?Su mirada me ponía tan nerviosa con cada segundo. No me gusta que las personas se me queden viendo tan fijamente, menos un hombre.—¿Qué te gustaría comer? —inquirió con voz suave y profunda—.
Completamente desnuda me encaminé hacia el baño, donde una gran bañera esperaba por mí. Mientras esperaba paciente que se llenara, le mostré con total desinhibición los senos a mi marido, quien mantenía su fiera mirada en mí y cada parte de mi piel expuesta.—Quiero tenerlas en mi boca y entre mis manos —susurró con voz profunda y cargada de deseos—. Y sí, quisiera deslizarme una y otra vez entre ellas. Son tan perfectas.Sus palabras más esa forma ronca de hablar me tenía sumamente húmeda y con ganas de estar entre sus brazos para cumplir todas nuestras fantasías.—¿Podrás soportar tres días, cariño mío? —pregunté juguetona, deslizando la yema de mis dedos por la cima fruncida y endurecida de mis pechos—. No es tanto tiempo. ¿o sí?—Es demasiado —suspiró, mordiendo su boca—. Me vas a matar, mujer. Sabes que eres puro fuego del más corrosivo. No tienes ni un poco de compasión de mí.Sonreí, acariciando perezosamente mis pechos y mi cuello, antes de acomodar el teléfono de tal manera d