C84

El chambelán llegó a la habitación y se alteró cuando supo que Rous había salido. Molesto le gritó al guardia:

—¿Por qué la dejó salir?

—Yo no la dejé salir señor. —Los dos miraron a Antonia, ella volteó a mirar hacia la ventana.

—Es que quiso salir al jardín.

—¿Sola y sin guardias que la protegieran?  Usted debió avisarme. —Ella agachó la cabeza.

—Los siento.

Alan y Rous continuaron dándose besos, de pronto él la soltó y jadeando le dijo:

—Debemos parar esto.

—No quiero, tú eres mi mate. —Él le agarró la cara.

—Sabes que no podemos estar juntos.

—Si podremos, solo debemos luchar por lo que sentimos.

—Jeremith no te dejará libre.

—Me divorci

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