Capitulo III - Encantadora

Elizabeth sin decir nada subió al coche de Juan Pablo y con una le sonrisa nerviosa le hizo preguntas sobre el proyecto que tenía en mente para la Villa.

- No nos apresuremos Elizabeth, disfrutemos esta hermosa velada, contestó a sus preguntas Juan Pablo.

Elizabeth un poco confundida no dudó en pensar si la velada era para discutir el proyecto o solo era una invitación casual. Ella miraba entretenidamente a través de la venta y Juan Pablo admiraba su rostro de perfil. Cuando llegaron al Restaurante, él tomó su mano para ayudarla a bajar y dio la indicación al camarero

- Acompaña a la Srita. Los alcanzaré en unos minutos solo haré una llamada.

- El camarero movió la cabeza dándose por enterado de las indicaciones de Juan Pablo.

Juan Pablo llamó inmediatamente a Santos - Diga jefe

- Ayúdame retirando un regalo que ya está preparado para mí en la joyería y lo traes al Restaurante.

- Enterado Jefe.

Juan Pablo entró al salón privado y se disculpó con Elizabeth por demorarse. Él se sentía muy nervioso, estaba totalmente atraído por su belleza y personalidad tan determinada que hacía que él pausara sus respuestas para elogiar la elocuencia de sus preguntas.

- Elizabeth perdón por ser tan directo ¿tienes pareja? Preguntó en frío

- Pareja aún no pero estamos saliendo, pero puedo confirmarle que tengo sentimientos por él.

El corazón de Juan Pablo dio sintió una puñalada, sin esperar tal respuesta, su rostro se oscureció y apretó fuerte sus puños.

- Eres una mujer hermosa, él es demasiado afortunado, agregó.

Juan Pablo notó que ella no mostró interés personal en él y sus preguntas fueron específicamente sobre trabajo. Sintió decepción en su corazón, pero él un hombre tan poderoso, con un rostro tallado por dioses y un cuerpo deseable, no estaba acostumbrado a recibir un "no" por respuesta.

Él solía coquetear y las mujeres eran quienes lo buscaban y miraban. Pero en esta ocasión él se sentía molesto por no obtener la misma atención de una mujer que tenia su atención.

Juan Pablo llevó a Elizabeth hasta su casa y al despedirse de ella le dio un beso muy próximo a los labios. Ella sonrió sin mas, esto le dio esperanzas y él le dedicó una mirada penetrante antes de subirse a su coche.

Al llegar a su casa pensó en lo tonto que se sintió al no querer darle el regalo que le tenía. Y pensó en que debía mandárselo a su puerta al día siguiente.

Dio indicaciones de mandar el regalo a la dirección de Elizabeth para que ella lo recibiera a primera hora.

Elizabeth al estar en su desayunador comiendo un poco de cereal, escuchó que Susan gritaba

- Eli, ven. Eli ven rápido.

Corrió rápido al jardín principal y encontró a Susan con una caja color azul oscuro y detalles dorados en sus manos. - Dime, ¿Qué es lo que pasa? preguntó Elizabeth

Susan alterada y emocionada le da esta bella caja a Elizabeth, - Te la mandó un admirador.

Elizabeth, toma la tarjeta y la abre, para encontrarse con una dedicatoria que decía: Esta joya se verá opacada con tu belleza, con cariño Juan.

Abre la cajita y se da cuenta de la delicada tela aterciopelada y el collar con diamantes, la dejó perpleja.

Era un collar hermoso pero de un valor millonario y confundida tomó su celular y llamó a Juan Pablo.

- Sr. Montenegro, agradezco el collar que me envió pero no puedo aceptarlo. No quiero imaginar el valor monetario que le costó y no me parece que deba quedármelo.

Juan sonrió al escucharla excusarse del porqué no podía recibir tan cuantioso obsequio - No te gustó, podemos cambiarlo aseveró

- Me encantó Sr. Montenegro no me mal intérprete, pero quiero decirle que no estoy de acuerdo en recibir este regalo u otro que se le ocurra enviarme. No me gusta involucrarme con mis clientes respondió.

El rostro de Juan Pablo se oscureció y frunció el ceño, dando un golpe de puño contra su escritorio. Molesto y decepcionado por las palabras de Elizabeth, respondió - Soy bastante obstinado Elizabeth quiero que lo sepas desde ya, concluyó.

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