Capitulo V - Decidido

Elizabeth salió a toda prisa y sintiendo las miradas de la secretaria en el lugar, sintió más presión en el pecho y presionó fuertemente los botones del ascensor.

En el ascensor no dejaba de pensar en las palabras de Juan Pablo: "Voy a conquistarte"

Los nervios se apoderaron de Elizabeth y salió apurada del edificio de la droguería. Se dirigió a su oficina y ya estando en su oficina, recostada en su silla estaba contemplando la idea de solo terminar la remodelación del Hospital y mandar un correo a Juan Pablo desistiendo tomar la remodelación de su villa.

Pero su profesionalismo le impedía hacerlo porque buscaba un renombre, un legado, reconocimiento de su talento, ya que una chica de clase media baja solo podía lograrlo con mucho esfuerzo y trabajo.

Juan Pablo en su oficina indicó cancelar sus citas de la mañana pensando porqué Elizabeth no podía salir de sus pensamientos y deseaba a toda costa estar con ella.

Por la tarde, éste estuvo ocupado en reunión revisando y aprobando nuevos fármacos. Él se sentía fatigado y con mal humor debido al rechazo que recibió durante la mañana, decidió irse a su villa a descansar porque la estaba a punto de anochecer.

Al llegar a su villa, se topó con la caja azul con detalles dorado que había enviado a la casa de Elizabeth, la tomó y en un momento de ira la tiró contra la pared.

- Qué problema con esta mujer, dijo dando un suspiro desalentador.

- Santos, Santos

- Diga jefe, respondió

- podrías ayudarme enviando arreglos de flores todos los días a la misma dirección, por favor.

- Enterado Jefe, así se hará.

Juan Pablo no estaba dispuesto a ceder y darle la oportunidad de escaparse de él, jamás lo habían rechazado, es uno de los hombres más guapos de la ciudad y no había posibilidad que él no estuviera con la mujer que deseaba.

Al día siguiente en la oficina de Elizabeth, se encontraba un hermoso arreglo de rosas rojas que su aroma dulce inundaba todo el lugar.

No quiso leer la tarjeta pero sabía perfectamente quién las mandaba, ella pensaba que él estaba loco como así de buenas a primeras podía estar tan interesado. Ella solo pensó que él buscaba una noche, no estaba dispuesta a seguirle el juego.

Pero ella tenía dudas sobre lo que dijo que la conoció en el aeropuerto 3 semanas antes. Revisando sus reuniones y sí confirmó que 3 semanas atrás tuvo una reunión con unos inversores.

- Bueno, ya perdí mucho tiempo. Ahora sí, a trabajar.

Abrió su laptop para la revisión de correo cuando vibró su celular y el nombre que aparecía Dr. Montenegro.

Sin pensarlo, rechazó y rechazó las llamadas que le hizo. Juan Pablo al oto lado del celular, molesto con una mirada oscura llena de ira. Llamó a Santos.

- Que alguien de los de seguridad siga y vigile todo el tiempo a la Srita Sotomayor y se me informe qué hace, qué come con quién sale.

- Jefe como ordene.

Santos nunca refutaba las indicaciones de su jefe, pero sí había notado la pequeña obsesión que se le desarrollando.

Tan pronto como pasaban los días, recibía fotografías y vídeos cortos de todo lo que hacía Elizabeth. No soportó más y al salir de su oficina, se dirigió directamente a la casa de Elizabeth.

Justo ella iba estacionando su coche y cuando giró notó una figura elegante que vestía un sacó negro, camisa blanca y una corbata negra.

Juan Pablo abrió la puerta del coche de ella y le dio la mano para ayudarla a salir. Cuando, estaba de pie junto a su coche él se le acercó y le murmuró.

- Te ves especialmente hermosa esta noche.

Elizabeth con nervios le contestó amablemente

- Dr. Montenegro me veo igual que todos los días, Qué lo trae por aquí a estas horas? preguntó desconcertada.

- Solo deseaba verte, mientras intentaba tomar su mano.

Elizabeth no dudó y soltarse.

- Por favor, Juan Pablo deje de enviarme arreglos, deje de aparecer en mi casa. Debe entender que tengo interés en otra persona.

Juan Pablo sintió una ira escalofriante y no pudo controlar su impaciencia. Y mientras, Elizabeth se dio la vuelta para entrar a su casa, Juan la tomó con poca delicadeza de su brazo y la atrajo hacia él.

Sus miradas se cruzaron antes que él le diera un beso apasionado, Elizabeth intentaba apartarlo pero él la empujó y la presionó contra el coche y siguió besándola hasta que con esfuerzo mordió su labio.

Él sintiendo dolor la empujó con fuerza al coche y con una sonrisa pícara le preguntó

- Te gustó?

- Estás completamente loco, no quiero volver a verte y desisto de remodelar tu casa. Le gritó mientras corría hacia su puerta.

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