Juan Pablo se llenó de ira, su semblante se oscureció y sus manos se hicieron puño cuando escuchó hablar de la familia Miranda, recordó con un profundo rencor a la mujer que amó en el pasado.Un amor tan egoísta y tan doloroso que ofrecía Rebeca Miranda, no se lo deseaba a nadie, ella es una mujer hermosa pero frívola y estaba de regreso.-Mamá, no me importa quién se va o quién regrese a la ciudad. -Hijo me estoy haciendo vieja, quiero conocer nietos. Sé que la amaste y donde hubo fuego, cenizas aún quedan.-¡Para mamá! Si para esto me invitaste a comer, prefiero irme.-Juanpi entiende, ¡Por favor! Sigue soltera será porque puede haber una esperanza.Juan Pablo se levantó de la mesa y le dijo -Me retiro, mamá.-¡Juan Pablo!Juan Pablo siguió sin mirar atrás. Al subir al coche sus manos temblaban de enojo y respiró profundo hasta tranquilizarse. Decidió irse directamente a la casa nueva y llamó a su asistente para cancelar sus citas de la tarde.Juan Pablo conducía rápido, se sentía
Santos, colocó la bandeja con comida en una mesa que estaba a unos pasos de Elizabeth y se colocó de rodillas para desatar sus manos.-Por favor Sr. no sé quién es usted, no he visto su rostro. Por favor, déjeme ir. Le aseguro que se han equivocado, mi familia no tiene la capacidad de pagar un rescate.-¿Quién habló de rescate? añadió Santos.Elizabeth sintió que se consumía del miedo y comenzó a llorar desconsoladamente, imaginando que le harían daño.Santos esperó que ella terminara sus alimentos y se retiró sin decir ni una sola palabra. Juan Pablo ansioso esperaba en la sala de estar, Santos se le acercó y le dijo-Jefe, ella está muy mal llorando asegurando que no tiene para pagar su rescate.Juan Pablo sintió que le apretaban su corazón porque estaba lastimando profundamente a quién solo quería amar apasionadamente.Decidió baja al sótano y con toda la cautela del mundo se quedó en pie observando a Elizabeth sin decir absolutamente nada.Elizabeth se esforzaba por tratar de ver
Llegó una camioneta a la casa nueva, ésta llevaba a una mujer inconsciente en el asiento de atrás. El conductor bajó y preguntó al seguridad de la entrada -Por favor, dígale a Santos que traigo la segunda carga.-Espera un momento por favor, luego por radio dijo. [Santos, traen la segunda carga]Santos solicitó que llevarán a la Sra. Susan al sótano hasta nuevo aviso y que le llevarán comida.Llegaron dos hombres y sacaron de la camioneta, para luego recortarla en la silla que estaba en el sótano.Llego la hora de cenar y Juan Pablo aún seguía sumido en sus pensamientos en su despacho. Tomó mucho queriendo olvidar, era un ser con poder y riqueza, pero cuando él amaba no era correspondido.Dorita una de las empleadas tocó la puerta del despacho. Juan Pablo con voz baja respondió -Pase-Sr. quiero saber si sirvo la cena -Juan Pablo respondió no, manda bandeja de comida al sótano y a la habitación de la Sra.-¿Le traigo algún aperitivo a usted Sr.?-No, solo quiero estar solo por un mom
Juan Pablo exasperado frotó su frente y le gritó -¿Qué tiene ese maldito estafador que no tengo yo? ¿Por qué a él lo tratas como si fuera lo máximo y yo te parezco lo peor?Elizabeth confundida y sin entender a qué se refería Juan Pablo -Tú crees que al retenerme en contra de mi voluntad, hará que te ame. Eres un ingenuo.Juan Pablo sintió las palabras de Elizabeth entraron a su cerebro como un taladro. Se abalanzó a ella y la tomó de los brazos con mucha fuerza la levantó y la atrajo hacia él.Ella en un intento de alejarlo, con mucha fuerza la empujó contra la pared, colocó una mano en su cintura y la otra la apoyó en la pared.Todo su peso estaba contra Elizabeth quien se le dificultaba respirar, Juan Pablo con sus sentimientos desbordados y una pasión que recorría todo su cuerpo la miró, reposó una mirada de amor en ella.Elizabeth no pudo evitar mirarlo a los ojos y ella con escalofríos sintió que él se acercaba lentamente.El beso apasionado era inevitable, Juan Pablo no esper
Juan Pablo estaba tomando café en su despacho y al ver la hora, se dirigió a la cocina.-Dorita por favor lleva el desayuno a la Sra. y a Susan, ella se encuentra en la habitación pequeña del fondo.-Con gusto patrón. -Por favor no emtables conversación con ninguna, le exigió Juan Pablo-No se preocupe patrón, a usted lo cargué de recién nacido y lo cuidé hasta que se mudó al extranjero y sé que usted es un buen hombre. Haré lo que me pidan.-Te lo agradezco Dorita.Juan Pablo estaría una semana en la casa nueva y luego regresaría 3 días en la ciudad. Caminó hasta la habitación de Elizabeth y abrió la puerta sin tocar.Elizabeth al verlo, se levantó rápidamente del sillón y se sorprendió en la forma que entró sin avisar. Él rompió el silencio incómodo de la habitación -Veo que te quedó todo lo que te compré.-Sí, todo está lindo. Me dijiste que está Susan aquí, ¿Podré verla? Juan Pablo caminó unos pasos hacia ella, mientras ella retrocedía para alejarse. -Juan Pablo sé que esto e
Todo el equipo quedó sorprendido pero la habían visto muy tensa, pensaban que era normal. La cantidad de trabajo que actualmente tenían, sabían que los mantendría a flote por mucho tiempo.En cambio, Roberto estaba ya alojado en un departamento que estaba alquilando junto con Aída Jiménez, su amante y cómplice.Él no sabía de la desaparición de Elizabeth, con quien tenían una amistad muy cercana, nunca definieron el tipo de relación que tenían.Sin embargo, Roberto siempre buscó la forma de tener intimidad con Elizabeth pero ella siempre se detenía justo a tiempo ya que estaba insegura sobre el tipo de relación que tenían.Siempre estuvo esperando la gran propuesta de ser su novia pero simplemente, se decepcionaba, una y otra vez. Él solía llenarla de detalles pero buscando colgarse de su trabajo. En la casa nueva, Susan despertó, se arregló y desayunó. Con mucha cautela le preguntó a Dorita.-Disculpe, ¿mi niña Elizabeth está aquí?Dorita inmediatamente notó el amor de ella hacia El
Fernando con mucha curiosidad le preguntó: -¿Por qué tienes tanta seguridad? Juan Pablo un poco tenso quiso excusarse diciendo que en la casa estaba muy alejada de las otras residencias pero su primo lo conocía demasiado y sabría que no es justificable tanto personal. -Personal que cuida mi casa y alrededores, planeó mudarme aquí y viajar cada semana para estar presente en los asuntos de la empresa y el Hospital, respondió tajante. Fernando no quedó satisfecho con su respuesta pero no preguntó más, ya que confiaba en las decisiones de su primo. -¿Juanpi puedo quedarme aquí un par de días? -Odio que me digas así. Fer, el asunto es que no puedes quedarte aquí. No puedo explicártelo hermano. -Entonces, déjame pasar la noche y mañana me iré a primera hora. Juan Pablo un poco agobiado aceptó, con el temor que Fernando notara la presencia de Elizabeth en la casa. -Está bien finalizó Juan Pablo. -Me voy a descansar un par de horas. Gracias hermano. Fernando salió del de
Fernando pensó que era muy extraña la actitud de Juan Pablo y decidió averiguar qué estaba pasando.El hermetismo con el que se mudó, su nueva relación que ocultaba, la mujer en la habitación estaba custodiada; algo no cuadraba.Fernando fue a la cocina por una limonada fría y vio un rostro conocido: -Dorita, ¿Cómo es la relación de Juanpi con la chica de la habitación?-Joven Fernando usted sabe que yo desconozco los temas personales del patrón.-Está bien, dame un limonada muy fría, por favor. Mirándola de reojo y sintiendo que ella sabe más de lo que dice.Elizabeth sin probar bocado, desesperada, llorando como una niña con miedo, golpeaba con fuerza la puerta. Ella tenía miedo por Susan, el día anterior le confirmó Juan Pablo que iría a verla. Se preguntaba si su promesa cambió debido a la pelea de la mañana y estaba desesperada, imaginando que podrían lastimar a su nana.-¡Juan Pablo! Déjame salir por favor. Gritaba con todas sus fuerzas, esperando que alguien de los que estaban