Escucharon disparos afuera y rápidamente Juan Pablo cubrió con su cuerpo a Elizabeth para protegerla. Johan intentaba incorporarse de la golpiza recibida, de rodillas se acercó a un taburete y sacó dos armas de fuego. Observó la escena, sintió celos, pero al mismo tiempo, confirmaba que una mujer tan dulce, merecía un hombre que la amara.Cuando los disparos y los gritos se disiparon, Juan Pablo llamó a Santos: - ¿Qué fue todo eso?- Jefe zona asegurada, tenemos a dos hombre capturados. Pueden salir.Juan Pablo se levantó aún abrazando a Elizabeth quien estaba aferrada a él, temblando de miedo. Le musitó con ternura: - Mi amor podemos salir, está asegurada la zona. Elizabeth asintió, pero al mismo tiempo, dedicó una mirada a Johan, una mirada llena de tristeza, era una despedida. Las miradas entre ambos no pasaron desapercibidas, Juan Pablo notó que algo pasaba, aún sin dar crédito a las palabras de Johan.Juan Pablo abrió la puerta, salió primero y de la mano llevaba a rastras a Eli
Elizabeth lo miró a los ojos y aún en silencio, sus lágrimas caían como lluvia, el sentimiento de culpa se apoderó de ella, Johan dio su vida por protegerla, se metió en problemas por salvarla, no lo amaba, pero el sentimiento de culpa de estar cerca de Juan Pablo no ayudaba.- Elizabeth responde, ¿Qué pasó con ese hombre? ¿Abusó de ti? Dime porque tu silencio me está matando.En medio del llanto, incapaz de hablar con la verdad, cayó de rodillas frente a Juan Pablo, éste se irritó más y perdió la paciencia, la sujetó de los hombros y la levantó, sacudió con fuerza su cuerpo y lleno de ira le grito: - ¿Qué fue todo ese maldito circo? Sin poder ocultarlo más, ella respondió con un grito, dejando claro lo que ocurrió: - Me acosté con él, te engañé con él. Juan Pablo la soltó, quedando en shock por la respuesta que escuchó, lo sospechaba, pero escucharla admitirlo lo destrozó, sintió que un balde de agua fría cayó sobre él.- Dime, ¿Cuándo fui a la habitación del Hotel, tú estabas con
Juan Pablo estaba en su oficina desde las cuatro de la mañana, no podía dormir y prefirió estar en su oficina, revisando reportes que seguir viendo su despacho destruido, se sentía triste, desilusionado, frustrado y un dolor indescriptible que oprimía su pecho, deseaba entender la situación y se cuestionaba si Elizabeth en realidad lo amaba.Al recibir la llamada de su empleada, corrió al ascensor desesperado, no podía dejarla ir así sin intentarlo, sin hablarlo. Juan Pablo sintió una eternidad el tiempo que demoró el ascensor en llegar al estacionamiento, se subió a su vehículo y condujo a toda velocidad para impedir que la mujer que amaba se fuera.Elizabeth y Susan estaban en la recepción subiendo su equipaje en un taxi, iban camino al aeropuerto para regresar a su casa. Elizabeth dejó una nota a Juan Pablo en la recamara, escribió palabras sinceras en medio de lágrimas.- Perdóname por fallarte, no sólo te fallé a ti, si no también me fallé a mi misma. Regresaré a casa, no quiero
El corazón abrumado de Elizabeth latía sin control, sus piernas temblaban al verlo nuevamente frente a ella, las palabras sonaban vacías ante lo que el aire expresaba.Juan Pablo dio dos pasos al frente acercándose un poco más a ella y le dijo con un tono lleno de tranquilidad.- ¿Aún me amas? - Su mirada intentaba descifrar la mirada de Elizabeth.Elizabeth aún sentía escalofríos al mirar a Juan Pablo, sus acciones la avergonzaban, la culpa por más que intentaba no desaparecía. La pregunta, la llenó de esperanzas, las mismas que perdió cuando abordó el avión, dando por hecho que jamás tendría la oportunidad de reconciliarse con el padre de su bebé. Sin miedo al rechazo, sin miedo a no ser perdonada, sin miedo a ser recriminada, contestó. - Sí, te amo demasiado. ¿Podrás perdonarme algún día? La respuesta estaba acompañada de melancolía, tristeza y culpa. Juan Pablo sonrió y dejando salir un fuerte suspiró, refutó con sinceridad.- Mi amor y qué crees que hago aquí. Juan Pablo se ac
Juan Pablo es un médico, empresario y uno de los hombres más poderosos de la ciudad. Es un hombre que se enamoró a primera vista de Elizabeth; una mujer que vio cuando iba de camino al aeropuerto. Esta misteriosa mujer lo cautivo con su belleza sin saber nada más de ella, solo el ver el reflejo de su belleza Iluminado con la luz de la noche, bastó para idealizar una vida junto a ella. Juan Pablo llegó al aeropuerto y tomó su vuelo y mientras se dirigía a Ciudad Mónaco, no dejó de pensar en la mujer que vio caminar justo al lado de su camioneta. Elizabeth es una mujer hermosa, inteligente que se dedicaba a la decoración de interiores, no era de una familia distinguida pero con su talento había ganado reconocimiento en la ciudad. Ella se crío con su nana Susan ya que sus padres murieron cuando ella era una niña. Pasaron un par de semanas y Elizabeth recibió una llamada del director del Hospital San Jerónimo, llamado Zacarías. - Zacarías le dijo, un gusto Srita. Elizabeth Sotomayor e
Juan Pablo camina y siente que algo más allá a su voluntad lo guía y mientras avanza paso a paso siente que su corazón sale de su pecho. Y cómo un hombre tan poderoso, influyente, codiciado y envidiado cae ante los encantos de una hermosa chica desconocida. Zacarías, observa la actitud de Juan Pablo y algo confundido se atreve a preguntar - ¿Todo bien Juan? ¿Hay algo particular en ti el día de hoy? Juan Pablo no respondió y solo lo miró de forma evasiva y frunciendo el ceño. Ambos bajan desde el nivel 8 hasta la recepción para encontrarse con Elizabeth, quien estaba perdida en sus ideas y emocionada porque su trabajo estaba siendo reconocido. Ella escuchó unas fuertes risas de unos pacientes y no pudo evitar voltear, cuando su mirada se cruzó con los ojos penetrantes de un hombre alto, con un semblante misterioso y muy guapo. Éste iba acompañado de un médico de edad avanzada y supo de inmediato que eran las personas con quienes se reuniría. Elizabeth sonrió y al ponerse en pie,
Elizabeth sin decir nada subió al coche de Juan Pablo y con una le sonrisa nerviosa le hizo preguntas sobre el proyecto que tenía en mente para la Villa. - No nos apresuremos Elizabeth, disfrutemos esta hermosa velada, contestó a sus preguntas Juan Pablo. Elizabeth un poco confundida no dudó en pensar si la velada era para discutir el proyecto o solo era una invitación casual. Ella miraba entretenidamente a través de la venta y Juan Pablo admiraba su rostro de perfil. Cuando llegaron al Restaurante, él tomó su mano para ayudarla a bajar y dio la indicación al camarero - Acompaña a la Srita. Los alcanzaré en unos minutos solo haré una llamada. - El camarero movió la cabeza dándose por enterado de las indicaciones de Juan Pablo. Juan Pablo llamó inmediatamente a Santos - Diga jefe - Ayúdame retirando un regalo que ya está preparado para mí en la joyería y lo traes al Restaurante. - Enterado Jefe. Juan Pablo entró al salón privado y se disculpó con Elizabeth por demorarse. Él se
Elizabeth no tomó importancia a las palabras de Juan Pablo y le pidió a Susan que enviara a la dirección de la Villa. Que agregara la nota que está haciendo en el momento para disculparse nuevamente. Se retiró a su oficina y cuando ella llega, le dice su asistente - Elizabeth te llegó arreglo hermoso, el guardia de seguridad lo recibió y dejó en tu oficina. Elizabeth revisó la tarjeta y en ésta decía: No acepto un NO por respuesta. Te ves particularmente hermosa esta mañana. Asustada, tiró la tarjeta y decidió buscar en la droguería en donde Juan Pablo fungía como Presidente. Al llegar a las oficinas, se acercó a recepción - Quiero hablar con el Presidente Juan Pablo Montenegro, sabe si podría atenderme. Preguntó - No, el Dr. Montenegro no ha venido aún, quién lo busca? - Soy Elizabeth Sotomayor y estoy en proceso de remodelar su villa. La recepcionista sin dudar le dio un pase para que subiera hasta el nivel 11 y le dijo - El Dr. viene en camino, favor espere en la