Capitulo VI - Deseo

Elizabeth entró a su casa y un poco desaliñada se recostó en la puerta y dio un largo suspiro.

- Susan: ¿Todo bien Eli? ¿Qué te pasa?

- Juan Pablo Montenegro ha estado enviando arreglos de flores a la oficina y hoy estaba esperándome afuera.

- Y tú tienes interés en él? preguntó Susan

- Nana Juan Pablo es muy atractivo pero siento que él busca solo una noche conmigo y no quiero jugar su juego.

- Son mundos opuestos hija

Elizabeth no comentó sobre el beso porque Susan podría preocuparse, pero en realidad su mirada fría y en el tono que preguntó si le gustó el beso, le daba escalofríos.

En cambio, Juan Pablo conduciendo hasta su villa se reía y tocaba sus labios, su sangre ardía como lava de volcán, deseaba con locura a Elizabeth y no sólo quería poseerla sino también quería poseer su corazón.

En la mañana siguiente, Santos dejó en su escritorio el reporte de quien vigilaba a Elizabeth; Juan Pablo lo revisó antes de salir y notó que ella era muy exacta en sus horarios de comida, llegada y salida de oficina.

Se dirigió al Hospital para firmar documentos relacionados a compras que necesitaban su aprobación y aprovechó a revisar la remodelación del área de pediatría. Al salir del ascensor y llegar al área, ésta estaba en silencio y vacía.

Le pareció extraño y dio una pequeña revisión al lugar y notó que faltaban unos días para la entrega y que solo esperaban los muebles. Cuando entró a uno de los consultorios vio a Elizabeth tomando medidas para muebles que se harían a medida.

Elizabeth se sintió muy nerviosa y tratando de evitarlo dio unos pasos hacia atrás

- ¿Qué haces aquí?

- Soy el dueño del Hospital dijo con una mirada llena de desdén.

- No lo sabía, de lo contrario no estaría aquí.

Juan Pablo caminó unos cuantos pasos en dirección de Elizabeth, contraminándola a la pared. Le tomó la barbilla y le dijo

- No sé mucho de ti pero me encanta estar cerca de ti.

Elizabeth sintió que su respiración era agitada y entre dientes le contestó

- Por favor, no más! No he hecho nada que le de a entender que podría interesarme.

- Sé que me gustas y me estoy enamorando, haré lo que sea para acercarme a ti, dijo Juan Pablo muy determinado.

Juan Pablo salió del consultorio, dejando un vacío inexplicable y a Elizabeth muy intranquila.

- ¿Qué le pasa a este tipo? ¿Por qué actúa tan raro? ¿No entiende, no es no?

Ella se cuestionaba y terminó rápido para no volver al Hospital y dejar todo en manos de los proveedores de muebles.

Juan por su parte terminó de hacer lo que tenía que hacer en el Hospital y al salir en el parqueo se encontró nuevamente con Elizabeth quien iba en su coche y al cruzar mirada con Juan Pablo decidió acelerar para perderle la pista.

Juan sonrió y pensó en lo hermosa que lucía con sus jeans y camiseta blanca, todo lo que usaba mostraba su hermosa silueta y dejaba ver lo encantadora que es.

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