Todos los preparativos ya estaban listos, en dos días la gran fiesta se llevaría a cabo y finalmente se daría comienzo a una nueva época para nuestras empresas. Estaba aún nervioso, las expectativas eran altas y en el mundo empresarial todos se preguntaban si daría la talla para ser socio del señor Aaron Sterling. Lo único que esperaba era que todo saliera perfecto.

Pero no debía mentirme así a mí mismo, suceda lo que suceda nunca será por completo perfecto aún me faltaba algo fundamental. Daniela. En estos días algo en mi interior me hablaba bajito de ella, es como si pudiera escuchar su risa, ver sus ojos brillar llenos de emoción. Podía jurar que la vida me susurraba con la intención de que la buscara.

No niego que ya lo he venido pensando desde el mismo momento en que me pude librar de esa estúpida familia. El momento cuando terminé con ella o mejor dicho, cuando ella terminó conmigo, había sido en el momento preciso. Juana había logrado colocarme entre la espada y la pared y de e