La tarde de chicas había sido mágica, todas estábamos muy contentas, descansadas y listas para la gala de esa noche. Lo gracioso es que teníamos a todos nuestros chicos mandando mensajes queriendo saber dónde estábamos.

Traté de ser lo más discreta posible con el tema de Jesse, todas preguntaron si ya había hablado con él y trataba de evitar la pregunta. Por supuesto que se dieron cuenta, aunque nadie dijo nada.

Cuando llegué al hotel tenía varios mensajes de Jesse preguntando que color de vestido me pondría y como combinar nuestros atuendos, también tenía mensajes de Aaron y sus hermanos con fotos del día que habían tenido lo cual me ponía muy feliz por ellos.

Yo estaba muy relajada y quería seguir de esa forma por lo que me eché sobre la cama para descansar lo que faltaba para la fiesta. Solo debía ducharme, vestirme y colocar unos cuantos invisibles en el pelo porque ya me habían lavado y planchado dejándolo bastante dócil para maniobrar.

Cuando ya estaba con los ojos cerrados escu