Faltaba un día para la gala, un día para el nuevo comienzo de todos y de muchas cosas buenas que vendrán. Había trabajado tanto para que todo fuera magnífico, detalle tras detalle fue previsto y solucionado antes de que sucediera nada. Podría asegurar que la fiesta sería un éxito sin siquiera dudar porque lo había organizado muy, pero muy bien.

Ahora lo gracioso de todo esto es que no podía asegurar nada con respecto a mi vida personal, soy un completo desastre y un manojo de nervios que solo vive gracias a impulsos que otros me daban. Me había decidido finalmente en venir a verlo, a hablar con él pero no podía moverme estaba congelada y los nervios me habían invadido.

Hace como 20 minutos que me encuentro parada en la vereda de enfrente del departamento de Jesse esperando que mi decisión volviera. Luego de la conversación con las chicas donde me motivaron e insistieron en que viniera, había tomado la decisión y puedo decir que tenía convicción pero cuando llegué todo se esfumó.

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