Capítulo 34.

Ambos ingresamos al departamento, al mirar a mi alrededor había visto que las cosas no habían cambiado nada. Cuando miro a Jesse lo podía notar un poco nervioso, rascaba sus manos mientras miraba en todas las direcciones sin poder enfocar la vista en mí. Sonreí porque esta situación había sido muy emotiva al principio pero se estaba tornando un poco incómoda, debía decir algo y comenzar con nuestra conversación.

— ¿Nos sentamos? ¿Te parece?

— Sí, por supuesto. ¿Quieres tomar algo?

— Con un poco de agua estoy bien. Gracias.

Él asintió y fue en busca de un vaso con agua, mientras tanto me acomodé en el sillón y trataba de pensar muy bien lo que le diría. Estaba muy nerviosa y muy ansiosa, verlo me revolvía todo dentro de mí. Sentía como un enjambre de avispas zumbar por todo mi cuerpo.

Jesse volvió con dos vasos y una jarra llena de agua helada. La colocó sobre la mesa ratona y tomó asiento frente a mi. Sus ojos no podían hacer contacto con los míos, estaba apenado y aquello realmente m
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