— ¿Dónde has estado? — pregunta seria Hannah al verme después de correr prácticamente hacia mi.
Veo en su rostro la preocupación, mi estado probablemente era peor de lo que siquiera yo podía imaginarme. ¿Y cómo no? Acto seguido me derrumbo en la puerta tapando mi rostro con mis manos al caer, ella se arrodilla ante mi preocupada.Las lagrimas salieron y ya no eran pocas ni silenciosas. Estaba jodidamente rota.De nuevo. Era débil…Demasiado.Sin mi hijo no era capaz de continuar.Sin mi hijo nada valía la pena. Fue él el que me impulsó a salir adelante, a querer luchar, a poder hacer lo que estuviera en mis manos para sacarnos del agujero donde nos habíamos metido sin la ayuda ni protección de nadie excepto de mi amor por mi hijo.La necesidad de cuidar de lo único que daba sentido a mi existencia en momentos dónde todo el mundo iba mal. La verdad es que no se si voy a ser capaz de perdonarme.— Lo he tenido tan cerca que parece imposible que no lo vuelva a ver nunca… — susurro mientras sollozo cansada de esta situación.Ni siquiera podía creérmelo.Era jodidamente surrealista.Era de ciencia ficción. No había explicación alguna para el desastre en el que se había convertido mi vida. Ver a Terrance y que verlo hubiera supuesto joderme la vida de nuevo era demasiado con lo de lidiar.Podía lidiar muchas cosas pero no un corazón roto por segunda vez.— Me duele decirte esto pero hoy debes volver al trabajo… — declara seria Hannah.La miro con la mirada vacía, ella intenta sonreír dulce mientras me estrecha entre sus brazos.— Todo está bien, Phoebe. No estás sola…Siempre estaré a tu lado— susurra mientras yo no puedo evitar llorar como un bebé en los brazos de su madre.Ella se mantiene firme mientras yo lloro de manera compulsiva y en estos momentos era cuando más realmente necesitaba su abrazo, y si debo ser sincera, no el de Hannah, quería sentir el de Terrance, esos abrazos del pasado que me protegían como un antibalas hacia las balas del mundo. Dentro de sus brazos no había mal que me podía rozar, pero fuera, fuera el mundo era hostil. Terrance hacía tiempo que había dejado de ser importante para mi. O al menos eso me hago creer y pensar.Esta vez, también para variar, me había vuelto a dar la espalda.Probablemente después de este reencuentro no volveríamos a coincidir en años. Probablemente se vaya a olvidar de mi, al igual que mi hijo…Ahora tendría lujos, familia, y poder…¿Por qué tendría que recordar a su pobre madre? Una madre soltera, que trabaja para mantenerlo, sin descanso, sin tregua…A pesar de saber que quizás Luke una vida de mejor calidad en el sentido económico, se que los principios que ellos le enseñarán, no serán los que una madre desea para su hijo.Aunque Luke fuese un Black, no quería que siguiese los pasos de su padre, y mucho menos de su abuelo paterno. Eso si que no. Antes muerta que permitir que su pequeño se convierta en un m****a sin futuro. No había luchado por sacarlo adelante para que viniera ahora él a quitárselo.Miro a Hannah mientras me levanto del suelo. Ella sigue en el suelo.— ¿Vamos a la oficina? — pregunta ella finalmente.— Supongo que sí, hay que volver al trabajo—respondo seria.No me hacia mucha gracia la situación. La imagen de mi hijo no se quita de mi mente y sabía que Hannah no se creería que me tomará esto tan bien. Quiero a mi hijo. Quiero recuperarlo. Me da igual bajo a que precio…Me da igual todo…Solo quiero tenerlo de vuelta, a salvo.Lo único que me importa ahora es mi pobre criatura.[***]—Hey, chaval…—llamo la atención de mi hijo tirándole la pelota en la cara. Él me mira de mala manera tomando el balón.Tiene la mirada de su madre.—No me caes bien. No voy a jugar contigo. No insistas. Quiero ir con Caleb —las frases suenan una detrás de otra mientras coloca sus ojos penetrantes en mi con asco, finalmente da final a su monologo con una amplia sonrisa diabólica.Vaya definitivamente ha salido a su madre.Igual de toca pelotas que Phoebe.—A ver chico…Yo soy Terrance. No nos hemos presentado debidament-…Me interrumpe sin pensarlo, lo miro con sorpresa.¿Quién se cree?Maldito niñato.—A ver viejo…Se que tu eres mi padre. Pero…No me caes bien. Tu has hecho mucho daño a mi mami y por eso no te lo voy a perdonar—suelta él tirándome la pelota en la cara con todas sus fuerzas. Ese gesto no hace más que descolocarme. Vaya crio más insoportable.No creo que sea lo más sano que un niño de su edad se meta en temas que le son ajenos como es la situación de su madre y mía.Esa historia nunca termina bien, lo se por experiencia propia.—Niñato…—suelto tajante ante él sin poder remediarlo.Sentía una rabia inexplicable.—Viejucho…—responde con burla sacándome la lengua.—Respétame soy tu padre—ordeno fríamente ante su indiferencia.—Rispitimi siy ti pidri…—vuelve a burlarse.—Mocoso…—¿Qué me has dicho?—pregunta.—Lo que has escuchado…—¡No te soporto!—grita él con rabia antes de salir corriendo.K E N D A L L—No, Jesse…No estoy con Arabella…Sí, princesa…No, no voy a follar con ella…¡Con ninguna! ¡Para ya que me distraes! ¡Te dejo tengo que estudiar! — suelto un suspiro lleno de cansancio al colgar y me paso ambas manos por el pelo. Esta mujer… Y sus jodidos celos.
Arabella está a mi lado y no puede evitar reír escandalosamente.—¿Ha insinuado que tú y yo somos amantes?—repite con diversión. Frunzo el ceño molesto.—Cállate, imbécil—le ordeno firme.Ella blanquea los ojos divertida.—Sí, mi capitán. Ken, solo quiero aclarar que eres mi mejor amigo y que tu novia, quien dice conocerte mejor que nadie piense por un momento que le puedas ser infiel…Eso me da mucha gracia. Esa m*****a zorra se cree con el derecho de separarnos…—habla la castaña furiosa.Su móvil vibra es su hermana mayor.—Me parece que debo irme, Irina me necesita.—¿Cómo se llamaba tú hermana?—pregunto con seriedad. El nombre de Irina me recordaba lo mucho que ha sufrido Caleb por culpa de esa mujer traidora, lo conquistó para romperle el corazón sin piedad alguna.No sé porque me estoy comportando de esta manera con Arabella…Es imposible que Bella e Irina sean hermanas, es imposible.—Ken, estás muy raro…¿Seguro que estás bien? —pregunta ella preocupada.Yo sonrío ampliamente.—¿La gran Arabella Jones está preocupada por mi?—Digo acercándome levemente a su rostro para mirarla con sorna.Ella me dedica una mueca acercándose a mi rostro. Y por un instante nuestras frentes se rozan, el tacto de su piel es tan suave, nuestras miradas coinciden y nuestra respiración se vuelve una, una demasiado lenta.—¿Mañana a la misma hora?—Pregunto con rapidez alejándome de ella. Siempre quedábamos para estudiar. Ambos somos unos empollones, aunque yo estudio el doble que ella, para sacar notas tan buenas como las suyas.—Ken…—Ahora ella es la que esta seria. —Eres mi mejor amigo y eso nada lo va cambiar…Por más zorras que te rodeen, por más problemas que nos surjan, prométeme que siempre seré tu mayor prioridad…Nuestra relación siempre debe salir ganando…Ken, prométemelo por favor… —Añade ella enfocando sus grandes ojos esmeralda en los míos, por un momento noto un toque de tristeza, de dolor.—Hey, bola de grasa…¿Qué te pasa? Tú siempre serás mi prioridad, digo nuestra amistad. Nuestra relación, llámalo como quieras. —Hago una pausa dejando la diversión de lado para ponerme serio. —Pequeña, tú siempre has sido mi refugio, desde pequeños nada cambiaría nuestra hermosa amistad.—Susurro antes de envolverla entre mis brazos.—Papá y mamá dicen que tu familia es muy peligrosa, que tú padre es un mafioso con el que mejor ni conocerlo, y que tus hermanos son unos brutos sin oficio. —Ojalá pudiese que eso es falso, acabas de describir mi familia en una frase.—¡Eso es completamente falso, Bella! Mira…Si quieres tus padres pueden comprobar lo que te digo si vienen a cenar en el piso de mi cuñada, ella es una agente del FBI, la mejor en lo que hace…Es una mujer respetada. Ahí podrán conocer a mi sobrino Luke, a ella, a mi y a mi madre adoptiva. Será fantástico.—La cara de Arabella se ilumina inmediatamente.¿Dios, en que clase de lío me acabo de meter?—Está bien, ya me enviarás la dirección por Whats, ahora debo irme. Nos vemos. Y dile a tu novia que cuando estás con ella, tu mente sigue conmigo—susurra ella antes de besar mi mejilla.Entrecierro los ojos sonriendo ante ese comentario y gesto sintiendo por un momento que todo irá bien.Vale, Kendall…Ahora solo te queda contactar con Phoebe, convencerla de que finja ser la devota esposa del cabrón de Terrance y que tu sobrino Luke sea amable con su padre, ah… Y…Decirle a tu madre adoptiva que calme sus hormonas con tu hermano mayor. Osea, chupado…Y por sobre todas las cosas convencer a Terrance para que se comporte.Venga va…No debe ser más complicado que aprobar los exámenes de la universidad con notas superiores a las establecidas. No te subestimes hombre. Eres un chico muy inteligente. Ahora solo te queda serlo en la vida también.Estoy jodido.—Fuera de aquí, Black —Declaro tajante mientras él me hace ojitos de oveja a punto de ser sacrificada.Lo miro de mala manera.—Me habéis quitado a mi hijo, sabéis que ni con toda la ley a mi lado, podré luchar con vuestro padre. Eso no se hace hombre. ¡Fuera de aquí, ahora mismo! O les diré a todos que apellido tienes. —Las palabras salen de mi garganta a toda mecha, asperas contra mi cuello.—Oh, vamos…Phoebe, por favor. Soy tu Kendall. El universitario inocente. El mejor de los Black. Tu cuñado favorito. Hazme este favor, y durante la cena te traeré a tu hijo. Solo una cena. Es todo lo que te pido. —Argumenta él con una sonrisa sincera al ver mi cara de dolor y rabia.—Maldito Kendall. Siempre te he querido como un hermano. Esa chica, Arabella, es importante para ti ¿cierto?—Pregunto arqueando ambas cejas con sorna.Él me da un golpe en el hombro.—Es mi mejor amiga.—Aclara él convencido, como si estuviese afirmandose la respuesta a si mismo también.—Ehem…Claro…Ahora señorito univ
TERRANCE—Oh, venga tío—gimotea molesto Jared.—Ni hablar. Ves tu solito. No pienso perder mi pasta y mi noche en una basura de club para streapers—refunfuño yo mientras le doy un golpe de nuevo, ahora en la nariz.Aún no me acostumbro con los guantes de la casa de George. Son tan cómodos. Parecen hechos a mi medida. Son grises y había bordado mi nombre con una tela fina. Todos mis hermanos tenían el suyo pero de colores diferentes. Jared los tenía color azul. Kendall, que nunca los usa ni los usará, rojo carmesí. Caleb, por su parte, negros. —Auch, hermano. Tu traición me duele—declara él mientras me intenta coger por el codo para hacerse con mi brazo y doblegarme así para caer rendido.Lo miro con sorna sabiendo sus intenciones.—Está bien…Veo que quieres hacerlo a la vieja usanza. Cuerpo a cuerpo. Hace tiempo que no lo hacemos.—Sonrío de nuevo mientras le cojo de la mano y tiro de ella hasta que queda en el suelo, una vez ahí le doy una patada en el estomago, el intenta defenderse
La noche en la que Kendall me pidió que finja ser un esposo feliz fue un desastre desde el principio. Phoebe y yo nos mantuvimos en personaje durante todo el tiempo, pero algo en mi interior no podía soportar la situación. Ver a Phoebe haciendo como si nada hubiera pasado entre nosotros fue más difícil de lo que esperaba.Mientras Luke y yo nos aburríamos en el salón, Phoebe se dedicaba a la cocina. Su voz dulce y melodiosa llenaba el apartamento mientras ella canturreaba junto a Beyoncé. No pude evitar sonreír al verla tan feliz, aunque sabía que no era gracias a mí.Cuando Kendall nos pidió ayuda, no pude negarme. A pesar de que habíamos pasado por momentos difíciles, siempre había un lugar especial en mi corazón para Phoebe y nuestro hijo. Pero el fingir que éramos una familia feliz y normal era un acto demasiado doloroso para mí.Luke, sin embargo, parecía estar disfrutando de la situación. El mocoso había heredado mi sentido del humor y se aseguraba de añadir comedia a la cena ca
De repente, me di cuenta de que había echado a Terrance justo antes de que los atacantes aparecieran en mi departamento. Me quedé sin aliento al verlos entrar.Uno de ellos me agarró por detrás, cubriendo mi boca para evitar que gritara. Me retorcí y luché, tratando de liberarme de su agarre.Terrance apareció de repente, enfrentándose a los atacantes. Escuché el sonido de los golpes y los gritos mientras luchaban. Estaba aterrorizada, pero al mismo tiempo me sentía agradecida por tener a Terrance allí para protegerme.—¡Sal de aquí, Phoebe! —gritó Terrance mientras luchaba contra los agresores.—¡Llama a la policía y no te preocupes por mí!Corrí hacia la puerta y salí corriendo al pasillo, tratando de encontrar a alguien que pudiera ayudarme. Mis manos temblaban mientras marcaba el número de emergencia de la policía.Finalmente, escuché sirenas de la policía en la distancia. Sabía que Terrance estaba peleando por su vida, pero confiaba en que podría defenderse.Después de unos minu
HANNAHJared y yo entramos en un bar ruidoso y lleno de gente. Inmediatamente, me pongo tensa.—¿Realmente crees que este es un lugar apropiado para un niño?— le pregunto, mirando a Luke, quien está sentado a mi lado, jugando con sus juguetes.—Relájate, Hannah— dice Jared con una sonrisa. —Luke está seguro conmigo.—No estoy segura de eso—respondo, mirando a mi alrededor con desconfianza. —Soy policía, ¿recuerdas? Si veo algo sospechoso, tendré que intervenir…Sonó como una advertencia seria y a él le dió igual.Jared parece divertido por mi reacción y se inclina hacia mí. —Estoy seguro de que podemos resolver cualquier problema juntos— dice, y me guiña un ojo.De repente, siento una punzada en el estomago al pensar en Jared coqueteando conmigo y me aparto de él. No debía hacerme muchas ilusiones, era un mujeriego de manual. Esa aura de boxeador roto atraía un montón de mujeres pero a mi no.—No seas tan presumido— respondo con una risa forzada.Luke nos mira con curiosidad, ajeno a
EDUARDODesde mi posición en el centro de la habitación, observo a mis secuaces mientras conversamos sobre nuestros intentos fallidos de acabar con Phoebe. —¿Cómo es posible que no hayamos podido eliminarla aún?— les pregunto con una mezcla de frustración y enojo en mi voz.Uno de ellos se encoge de hombros. —Hemos estado haciendo lo que nos has pedido, jefe. Pero ella siempre parece estar un paso por delante de nosotros— admite.—Es una verdadera lástima—murmuro, mientras me siento en mi silla y me paso la mano por el mentón. —Necesito recuperar a Phoebe a toda costa. No puedo permitir que se aleje de mí de nuevo.Mis secuaces asienten en silencio, sabiendo que no deben contradecirme. —¿Qué vamos a hacer ahora?—, pregunta uno de ellos.—Voy a contactar a algunos contactos que tengo en la ciudad—, les respondo. —Necesito saber qué está haciendo Phoebe, y cómo podemos llegar a ella antes de que sea demasiado tarde.Mientras hablo, siento una ira creciente dentro de mí. Phoebe ha es
TERRANCELlegué a la mansión de mi padre, Arón Black, en busca de respuestas. Sabía que si alguien tenía la información que necesitaba para encontrar a los responsables de los ataques contra Phoebe, era él.Después de presentarle mi caso, mi padre me dio los nombres de los hombres que sospechaba que estaban detrás de los ataques. Me los dio con cierta reticencia, pero sabía que necesitaba hacer lo que fuera necesario para proteger a Phoebe y a nuestro hijo.Fui en busca de los hombres y los capturé uno por uno. Los llevé a un lugar apartado y comencé el interrogatorio. Utilicé métodos violentos para obtener la información que necesitaba. No estaba orgulloso de lo que estaba haciendo, pero sabía que era la única manera de encontrar a los responsables y poner fin a esta pesadilla.Después de horas de tortura y cuestionamiento, finalmente obtuve la información que necesitaba. Sabía quién estaba detrás de los ataques y estaba decidido a asegurarme de que pagaran por lo que habían hecho.E
TERRANCEMi vida ha cambiado drásticamente desde que tomé el control de los negocios de mi padre, Arón Black. Ahora, como hombre de alto cargo de la mafia Black, tengo a mi disposición una gran cantidad de recursos para proteger a las personas que amo.En especial, a Phoebe y a Luke. Ellos son mi familia, y no escatimaré en recursos para mantenerlos a salvo. Han pasado meses desde que los tres nos mudamos a nuestra nueva mansión, y estoy contento de haber tomado esa decisión. Es un lugar seguro y lujoso, donde Phoebe puede sentirse cómoda y protegida.Cada vez que la miro, no puedo evitar sentirme asombrado por su belleza. Su cabello castaño ondulado cae sobre sus hombros y enmarca su delicado rostro. Sus ojos color miel brillan con una chispa de determinación, pero también con una dulzura que me hace querer protegerla aún más.A menudo, me pregunto cómo he llegado a tenerla a mi lado después de todo lo que hemos pasado juntos. Ella es mi todo, y nunca dejaré que nada ni nadie la last