Un día más en Moscú y Eli iba conociendo cada rincón de la ciudad, aunque hiciera frío, ella no iba a dejar de conocerlo. Moscú era frío, pero bonito, la comida era riquísima. Desde que chocó con el ruso, no volvió a verle, había pasado solo un día, pero todas formas, Moscú era enorme y era poco probable que se volvieran a ver.
Hoy saldrían de fiesta, Abby la había convencido de hacerlo y ella no tuvo otra que aceptar. Eran las seis de la tarde y juntas estaban tiradas en el sofá viendo una película.—Dentro de poco, hay que arreglarse. — habló Abby sacando a Eli de su trance.—Si, pero tampoco iremos muy destacadas, hace frío. — Abby sonrió.—En la discoteca sudaremos. — Eli negó divertida. —Entre alcohol y baile.—Y hombres. — terminó la americana.—No, hombres no, ya sabes que no. — Eli se puso seria y la miró. —Sabes que aún no estoy preparada.—Abby, tarde o temprano tendrán que conocer a alguien. — Abby negó, pasará el tiempo que pasará, Alexander jamás saldrá de su corazón.—No lo sé, solo me divierto sin hombres. — se levantó del sofá y se fue a la cocina.Eli se dió cuenta, que a Abby aún le costaba hablar de su hermano. Fue su primer amor y olvidarle o decirle adiós, era difícil para ella.Eli se levantó y fue a su cuarto y vio la foto que cogió de su casa y sonrió al ver la foto de su hermano y ella.Se metió en el baño y encendió la llave de la ducha, se desnudó y se metió en ella. El agua empezó a mojarla, se relajaba con el agua caliente golpear su cuerpo desnudo. Pasó su mano por su pecho, donde se encontraba el corazón y cerró sus ojos.Le daba rabia, tener esa enfermedad, miedo a morir. Pero no podía hacer nada, esa enfermedad le tocó a ella. Jamás podrá enamorarse, sentir esa sensación del amor, el estar enamorada y tener al amor de su vida junta a ella. Jamás podrá embarazarse, no sentir como una cosita pequeña crece en su interior, no poder tenerle en sus brazos y tener esa recompensa que la llame, "mamá." Todo eso lo tenía perdido, eso jamás lo tendría y como la misma palabra lo dice: "son sueños."Se sentó frente al espejo y empezó a maquillarse. Se puso unas sombras negras y azules, ralla de ojos y rimen. Soltó su cabello y de lo alisó. Después de estar arreglándose, le dio las ocho y treinta de tarde, aún era temprano, pero irían antes a cenar.En la mansión del ruso, Dante estaba en el despacho con Sergey y su hermano. Tomándose una Copa y fumando. Aún no le había llegado ninguna información de la americana y no podía saber nada de ella, solo su nombre. Su decisión de secuestrarla ya estaba tomada, Dante la mandó a vigilar y saber sus movimientos.—¿Saldremos hoy, putitas? — preguntó Sergey, los hermanos me miraron.—Por mi si. — respondió Dimitri. —Un poco de fiesta, no viene mal.—Yo también me apunto. — los chicos sonrieron.El teléfono de Dante sonó y vio un mensaje de su escolta, abrió el mensaje y vio una fotografía de Eli vestida saliendo de casa."Saldrá de fiesta."Leyó el mensaje de su escolta, Dante no respondió, directamente le llamó.—¿Sabés dónde saldrá? — preguntó yéndose al balcón.—No, señor, pero la seguiré y luego le informo. —Perfecto. — colgó.Entró al despacho guardando su teléfono.—Yo me voy a la ducha. — dijo saliendo de allí sin dejar responder a los chicos.Llegó a su dormitorio y se fue al baño.
Seis de la mañana y Dante sabía que seguramente sus hombres estaban haciendo su trabajo y volvió a mirar el reloj.Eli salía de la discoteca con su amiga entre risas, se alejaba del lugar. Hasta que un auto negro paró frente a ella, salieron varios hombres, ellas querían correr pero fue demasiado tarde. Un hombre cogió a Eli por detrás, las puso un trapo en la boca, ellas luchaba, pero quedaron dormidas y las metieron en la furgoneta.Uno de ellos escribió a Dante.El teléfono de Dante sonó y él lo miró."Ya las tenemos, señor.""Perfecto, no las hagan daño, no se tocan ninguna." le advirtió"Si, señor."Horas después, Eli abrió sus ojos algo aturdida. El dolor de cabeza que tenía, la hizo hacer una mueca de dolor. Cuando abrió sus ojos, se dio cuenta que no era su habitación, ni su cama. La habitación era demasiado grande, miró toda la habitación con atención. Era elegante, con toques beige y blancos. Con cuidado se levantó de la cama y fue hasta el balcón y vio un jardín enorme y mu
Eli se había quedado petrificada, la confesión del ruso la dejó en shock. No tenía pinta de mafioso, pero como dice el dicho: "las apariencias engañan." Pero el hombre que le gustaba era mafioso y eso no seria bueno, ella había escuchado mucho sobre la mafia y sabía que era peligro. No sabía si llorar o tranquilizarse, ¿Por qué le pasaba esto a ella? ¿Por qué el hombre que le gustaba, era mafioso? —¿Me matarás? ¿Me violaras? —preguntó. —¿Me venderás? — Dante negó, iba acercarse, pero ella retrocedió. —No te acerques, solo contéstame.—No te haré nada de eso. — respondió sincero. —No te haré daño, sé que tal vez cometí el error de secuestrarte, pero no sabía cómo conquistarte. — ella sonrió con ironía.—Esa excusa es muy mala. — exclamó. —Te hubieras acercado como todo el mundo, pidiéndome el número o invitándome a comer. —Eso no se cómo va, lo olvidé. — Siseó. —No te haré daño, Eli. Solo déjame acercarme a ti y conquistarte.—Eso es imposible. — él negó. —Si, yo solo te puedo ofrec
—¿Qué pasa? — preguntó cerrando la puerta.—Secuestraste a la chica, sin mirar su informe antes. — exclamó serio. —Solo recemos, para que no la dé un infarto.—¿Por qué dices eso? —preguntó ya furioso.—Léelo. — le lanzó el papel y Dante lo cogió.«Elisabeth Watson, nació en Nueva York. Su padre es el dueño de las empresas de arquitectura más famosa de la ciudad, hace 3 años su hermano murió en un accidente de tráfico. Eli fue diagnosticada con problemas de corazón, hace los 10 años, tiene una falla cardíaca, cada vez su salud empeora más y necesita un transplante de corazón. Al estar tanto tiempo en espera, desgraciadamente, Elisabeth tiene 6 meses de vida. La chica, disfruta de sus últimos meses de vida viajando.» Lo leyó para él.Dante releía el papel, ella estaba enferma, por eso ella le había dicho lo de la amistad, lo de envejecer juntos. ¡Dios! La había quitado su libertad. Llamadle egoísta, pero no quería dejarla.—¡¿Sabés lo qué has hecho?! —gritó Dimitri y Dante se impresio
Si en él, estaba en hacerla vivir, lo haría sin importarle el dinero, la quería en su vida.Se levantó del césped y se metió dentro. Caminó hasta su habitación, cuando entró vio a Eli en el balcón mirando la parcela. Se acercó a ella y cuando Eli se dió la vuelta, vio a Dante de rodillas con la mirada puesta en el suelo.—Dante, ¿qué haces? — preguntó, ella extrañada.—Perdóname, jamás imaginé que estuvieras enferma. —confesó, Eli se agachó a su alturas y le cogió de la ambas mejillas para que la mirará. Eli vio los ojos de Dante, cristalizados.—Dante cometiste un error, pero estoy bien. — él negó—No lo estás, tienes tus días contados. —exclamó. —No me digas que lo estás, cuando no es así, yo te quité tu libertad.—Dante, no me has quitado nada. — él asintió. —Estoy enferma, pero viviré al máximo.—No me digas eso. —él la miró y acarició su mejilla. —Yo conseguiré un corazón. —ella abrió sus ojos como platos, sus ojos se cristalizaron.—Dante, es imposible. — él sonrió de lado.—Ten
Dante llegó a su despacho y no había nadie, su amigo talvez se había ido y Dimitri aún seguiría enfadado. Pero tenía razón, el ruso se dejaba llevar por sus impulsos y no pensaba. Pero ella le había dado una oportunidad y no iba a desperdiciarlo.Poco después la puerta de su despacho fue abierta y Dante miró y abrió sus ojos como platos. Jamás esperaba esa visita, después de todo, volvió como si nada hubiera hecho. Ella volvió como si fuera la dueña de la casa y ese derecho lo perdió hace mucho y jamás lo recuperará, él no olvida ni perdona.—¿Qué haces aquí? ¿Cómo has estrado? — preguntó, con reproche y ella caminó hasta él.—Cariño, he vivido aqui durante años, conozco este lugar muy bien. — respondió con una sonrisa.—¿A qué has venido? — preguntó serio.—A recuperar a mi prometido y mi hogar. —Dante se carcajeo.—Exprometido y este hogar lo perdiste cuando decidiste plantarme. — ella tragó saliva. —Ahora Vete.—He venido a recuperarte y no me iré. — Siseó. —Tú eres mío, sé que aú
El plan de Eli había comenzado y rezaba para que saliera bien y no cometer un error. El plan lo había planeado muy bien, Dante era peligroso, un mafioso. Pero no un mafioso cualquiera, era el mismísimo líder. Ella tenía que fingir que no le importaba, que le aceptaba. El beso la gustó, aunque fuera los únicos Besos que haya probado. No podía negar que los besos del ruso, la encantó. Pero ella no se iba a quedar con un mafioso, no confiaba en él y sabiendo todo lo que leyó sobre ellos. Eli quería volver a su país, junto a sus padres.Cuando habló con Abby, ambas lo planearon y Dante la creyó. Su plan de huir, sería en el momento que ellas salieran y una buena excusa para salir.Talvez Dante de portó bien con ella, pero eso no quita que fuera secuestrada. La quitó su libertad y no iba a vivir lo que le quedaba de vida, con un mafioso encerrada en esa casa.Dante y Eli, metidos en el despacho. Después de que apareciera su ex prometida, el ruso no imaginó verla. Después de lo que le hizo
—Si aún la quieres, puedes darle una segunda oportunidad. —ella salió del despacho, dejando a Dante solo y con su cabeza echa un lío.¿Él quería volver con ella? No, no quería. Quería vengarse por todo lo que le hizo, pero tampoco solucionaría nada, Danielle es su pasado y ahí debe quedarse. Ella le dejó por otro, ahora que no vuelva pidiendo un puesto que ella perdió hace años.Eli, talvez sería su solución, pero ¿Estaría utilizándola? No se sabría si era utilizada o volver a querer. Estaba claro que Eli tenía carácter y él fue testigo de verlo cuando la tiró el zumo. Una sonrisa se dibujó en sus labios al volver a recordarlo. Eli era de temer con su genio, y solo vio eso.Dante se levantó de la silla y salió del despacho en busca de la americana, en el salón no estaba, subió las escaleras y caminó por el pasillo, hasta dar con su habitación. Cuando abrió, vio a la castaña sentada en el balcón leyendo un libro, el ruso cerró la puerta y caminó hasta ella. Eli notó la presencia del r