Eli se había quedado petrificada, la confesión del ruso la dejó en shock. No tenía pinta de mafioso, pero como dice el dicho: "las apariencias engañan." Pero el hombre que le gustaba era mafioso y eso no seria bueno, ella había escuchado mucho sobre la mafia y sabía que era peligro. No sabía si llorar o tranquilizarse, ¿Por qué le pasaba esto a ella? ¿Por qué el hombre que le gustaba, era mafioso? —¿Me matarás? ¿Me violaras? —preguntó. —¿Me venderás? — Dante negó, iba acercarse, pero ella retrocedió. —No te acerques, solo contéstame.—No te haré nada de eso. — respondió sincero. —No te haré daño, sé que tal vez cometí el error de secuestrarte, pero no sabía cómo conquistarte. — ella sonrió con ironía.—Esa excusa es muy mala. — exclamó. —Te hubieras acercado como todo el mundo, pidiéndome el número o invitándome a comer. —Eso no se cómo va, lo olvidé. — Siseó. —No te haré daño, Eli. Solo déjame acercarme a ti y conquistarte.—Eso es imposible. — él negó. —Si, yo solo te puedo ofrec
—¿Qué pasa? — preguntó cerrando la puerta.—Secuestraste a la chica, sin mirar su informe antes. — exclamó serio. —Solo recemos, para que no la dé un infarto.—¿Por qué dices eso? —preguntó ya furioso.—Léelo. — le lanzó el papel y Dante lo cogió.«Elisabeth Watson, nació en Nueva York. Su padre es el dueño de las empresas de arquitectura más famosa de la ciudad, hace 3 años su hermano murió en un accidente de tráfico. Eli fue diagnosticada con problemas de corazón, hace los 10 años, tiene una falla cardíaca, cada vez su salud empeora más y necesita un transplante de corazón. Al estar tanto tiempo en espera, desgraciadamente, Elisabeth tiene 6 meses de vida. La chica, disfruta de sus últimos meses de vida viajando.» Lo leyó para él.Dante releía el papel, ella estaba enferma, por eso ella le había dicho lo de la amistad, lo de envejecer juntos. ¡Dios! La había quitado su libertad. Llamadle egoísta, pero no quería dejarla.—¡¿Sabés lo qué has hecho?! —gritó Dimitri y Dante se impresio
Si en él, estaba en hacerla vivir, lo haría sin importarle el dinero, la quería en su vida.Se levantó del césped y se metió dentro. Caminó hasta su habitación, cuando entró vio a Eli en el balcón mirando la parcela. Se acercó a ella y cuando Eli se dió la vuelta, vio a Dante de rodillas con la mirada puesta en el suelo.—Dante, ¿qué haces? — preguntó, ella extrañada.—Perdóname, jamás imaginé que estuvieras enferma. —confesó, Eli se agachó a su alturas y le cogió de la ambas mejillas para que la mirará. Eli vio los ojos de Dante, cristalizados.—Dante cometiste un error, pero estoy bien. — él negó—No lo estás, tienes tus días contados. —exclamó. —No me digas que lo estás, cuando no es así, yo te quité tu libertad.—Dante, no me has quitado nada. — él asintió. —Estoy enferma, pero viviré al máximo.—No me digas eso. —él la miró y acarició su mejilla. —Yo conseguiré un corazón. —ella abrió sus ojos como platos, sus ojos se cristalizaron.—Dante, es imposible. — él sonrió de lado.—Ten
Dante llegó a su despacho y no había nadie, su amigo talvez se había ido y Dimitri aún seguiría enfadado. Pero tenía razón, el ruso se dejaba llevar por sus impulsos y no pensaba. Pero ella le había dado una oportunidad y no iba a desperdiciarlo.Poco después la puerta de su despacho fue abierta y Dante miró y abrió sus ojos como platos. Jamás esperaba esa visita, después de todo, volvió como si nada hubiera hecho. Ella volvió como si fuera la dueña de la casa y ese derecho lo perdió hace mucho y jamás lo recuperará, él no olvida ni perdona.—¿Qué haces aquí? ¿Cómo has estrado? — preguntó, con reproche y ella caminó hasta él.—Cariño, he vivido aqui durante años, conozco este lugar muy bien. — respondió con una sonrisa.—¿A qué has venido? — preguntó serio.—A recuperar a mi prometido y mi hogar. —Dante se carcajeo.—Exprometido y este hogar lo perdiste cuando decidiste plantarme. — ella tragó saliva. —Ahora Vete.—He venido a recuperarte y no me iré. — Siseó. —Tú eres mío, sé que aú
El plan de Eli había comenzado y rezaba para que saliera bien y no cometer un error. El plan lo había planeado muy bien, Dante era peligroso, un mafioso. Pero no un mafioso cualquiera, era el mismísimo líder. Ella tenía que fingir que no le importaba, que le aceptaba. El beso la gustó, aunque fuera los únicos Besos que haya probado. No podía negar que los besos del ruso, la encantó. Pero ella no se iba a quedar con un mafioso, no confiaba en él y sabiendo todo lo que leyó sobre ellos. Eli quería volver a su país, junto a sus padres.Cuando habló con Abby, ambas lo planearon y Dante la creyó. Su plan de huir, sería en el momento que ellas salieran y una buena excusa para salir.Talvez Dante de portó bien con ella, pero eso no quita que fuera secuestrada. La quitó su libertad y no iba a vivir lo que le quedaba de vida, con un mafioso encerrada en esa casa.Dante y Eli, metidos en el despacho. Después de que apareciera su ex prometida, el ruso no imaginó verla. Después de lo que le hizo
—Si aún la quieres, puedes darle una segunda oportunidad. —ella salió del despacho, dejando a Dante solo y con su cabeza echa un lío.¿Él quería volver con ella? No, no quería. Quería vengarse por todo lo que le hizo, pero tampoco solucionaría nada, Danielle es su pasado y ahí debe quedarse. Ella le dejó por otro, ahora que no vuelva pidiendo un puesto que ella perdió hace años.Eli, talvez sería su solución, pero ¿Estaría utilizándola? No se sabría si era utilizada o volver a querer. Estaba claro que Eli tenía carácter y él fue testigo de verlo cuando la tiró el zumo. Una sonrisa se dibujó en sus labios al volver a recordarlo. Eli era de temer con su genio, y solo vio eso.Dante se levantó de la silla y salió del despacho en busca de la americana, en el salón no estaba, subió las escaleras y caminó por el pasillo, hasta dar con su habitación. Cuando abrió, vio a la castaña sentada en el balcón leyendo un libro, el ruso cerró la puerta y caminó hasta ella. Eli notó la presencia del r
Ella salió del cuarto y fue a donde su amiga, entró y la vio metida en la cama y Eli se acercó. —Hola. — saludo Abby.—Hola, en dos días nos vamos. — Abby asintió, ella también quería irse y no iba a dejar a su amiga sola. —Volveremos a Nueva York.—A nuestro hogar. — terminó con melancolía, Eli se tumbó y abrazadas se quedaron viendo la tele.Dante, junto a su hermano y Sergey, salieron de la mansión para ir al club. Necesitaba estar lejos de casa y respiras aíre puro. Dante, desde que vio a su ex, no podía de dejar de pensar en ella y no sabía porque. Aunque Dante lo negara, sentía algo por ella, volver a verla, le conmovió el alma y no sabía si eso era bueno o malo.—Danielle a vuelto. — los chicos le miraron sorprendidos. —A estado en la mansión.—¿Qué pasa? — Preguntó Dimitri. —¿La vas a perdonar? —No, jamás. — respondió rápido. —Apareció de repente, no quiero volver con ella.—Menos mal, tú eres capaz de perdonarla. — habló Sergey. —Ella perdió todo cuando se largó.—Dijo que
Cuando llegaron al centro comercial, las chicas bajaron con el muchacho siguiendolas. En el momento que él estuviera distraído, se escaparían. Fueron a la zona de baños e íntimas y vieron las de tampax, Eli lo cogió. De vez en cuando, Abby miraba al chico, para ver cuándo se irían.Vieron al chico distraído y corrieron para salir de allí, corrieron sin parar hasta la salida. Cuando llegaron fuera , se alejaron del centro comercial. Una furgoneta negra, paró frente a ellas y las cogieron, tapandolas la boca. El coche arrancó y se alejaron de zona.Las chicas asustadas, mirando todo, cuando vieron al final de la furgoneta, abrieron sus ojos como platos. El Rubio estaba ahí, Dante las miraba con ira, miró a Eli y se sintió traicionado. Pero ya no sería bueno con ella, sería serio y no la dejaría salir.—Dante...—No quiero escucharte. — la interrumpió —He sido bueno y me has traicionado. —Yo no quería, de verdad. — sus lágrimas bajaban, Eli ya no veía es ternura en los ojos de Rubio. —P