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Escritora PalacioSIGUE CALIFICANDO
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A todos los mando al infierno
—¿Lo sabías, Maxwell?— Samantha está desconfiando de su esposo. —¡Estás loca! Si lo hubiera sabido, habría hecho que Cloe quedara embarazada— su voz resuena como estruendo por la furia que ocasionaron las palabras de su esposa —¡¡Todo esto es culpa de ustedes!!— su cólera aumentó más, por lo tanto, como una bestia, tumbó todo lo que estaba en la mesa, causando impresión en su compañera sentimental —¡Miren a ver cómo lo solucionan porque si llegamos a perderlo todo, las dejo, me desaparezco de sus vidas y verán qué van a hacer! ¡Joder! ¡Sirvan de algo! Más que pensar en joyas y vestimenta, esos lujos que les gusta vivir, entonces piensen en cómo mantenerlo. —Pero padre… ¿acaso no me amas? ¡Soy tu hija! Me ibas a hacer casar con un anciano, yo no nací para ser la esposa de un viejo decrépito, si no es un hombre joven, guapo y millonario— la chica se hace al lado de su madre como apoyo. —¡¡Cállate mocosa!! ¡Tú ocasionaste toda esta m****a!— se acerca a ella con furia, con ganas de golp
Al verla con ese girasol
Archie llega al punto de encuentro y su padre, al verlo mediante las cámaras de seguridad, le abre las puertas. El joven apuesto ingresa y ya percibe lo que le espera; lo único que desea es que Cloe no haya hablado de más. —Qué bueno que hayas venido— Maskyn se cruza de brazos y lo mira detenidamente. —¿Ahora qué, padre?— ingresa sus manos en los bolsillos de su pantalón para dar una apariencia relajada cuando en realidad está ansioso por saber lo que le va a decir. —Tienes 5 minutos para darme una explicación o le diré a tu madre. Estoy seguro de que ella sabrá hacerte hablar— su disimulada amenaza pone a Archie contra la espada y la pared. —No le digas a mi madre, ella no descansará hasta hacerme hablar. —Bien, te escucho. —Necesito un trago— cierra los ojos por segundos y Maskyn se dispone a servir whisky para ambos.Llegan al área de creación digital Archie admira silenciosamente todo lo que su padre construyó poco a poco. —¿Los ratones te comieron la lengua? —Es difícil…—
Admirador secreto
Tierna, así se ve Kiara Watson, pero no para los ojos de un hombre que pareciera que los celos lo hubieran poseído. Es tanta su cólera que su rostro enrojecido y mirada se tornó más profunda. La chica pasa saliva y ante él huele el girasol para hacerle entender que el detalle le encantó.Villarreal termina de ingresar a la habitación y cierra la puerta de un portazo, provocando un susto en ella porque no logra entender y piensa que ha hecho algo malo.—Tus deberes en la mansión no pueden parar y, por lo visto, estás bien —su arrogante tono de voz la hizo bajar el brazo que sostiene el girasol lentamente—. Veo que estás muy bien, así que mañana inicias.—¿Qué…? —todas las ilusiones de Kiara se esfuman en segundos y mira el oso de peluche para luego mirarlo a él.—Lo importante es que estás con vida. Después de todo, un hombre como yo no puede poner en riesgo el apellido Villarreal. Me pregunto si tenerte en mi vida será un martirio o si servirás de algo.Ella frunce el entrecejo y sus l
¡Lo dejaré cuando él quiera dejarme!
Mercedes mira silenciosamente a la madre de Kiara y vaya que se parecen, pero percibe algo malo en esa mujer.—¿Señora Villarreal, quiere que la deje a solas con su madre? —su pregunta fue inaceptable para la señora Samantha, ya que por ser la madre se cree con privilegios y sintió que esa pregunta es como si ella fuera una aparecida.—¿Estás demente? ¡Soy la madre! ¿Cómo te atreves a hacer esa pregunta tan nefasta? —Samantha mira con altivez a Mercedes, la cual solo mira a Kiara esperando una respuesta, ya que está para servirle a ella, lo cual enfureció más a la señora Watson.—Señora Mercedes, por favor, déjenos a solas —le pide Kiara con amabilidad.—Como ordene, señora Villarreal. Estaré afuera; si necesita algo, por favor, llámame. Con permiso —asiente con la cabeza y se marcha, ignorando por completo a la señora Watson.—¿Cómo se atreve esa insolente? ¿Acaso no le enseñaron a respetar a su superior? —bufó cruzándose de brazos—. Igual… ni importa, cuando tu hermana tome su lugar,
Proviene de la familia Reyes
Aquel beso empieza a subir la temperatura, haciendo olvidar por completo el estrés que Archie tuvo a causa del detalle que le dieron a kiara. Sus manos divagan por el perfecto cuerpo de Cloe, haciéndola jadear de gusto por su perfecto toque, melodía que lo prendió aún más. Pero al abrir los ojos y verla a ella con los ojos cerrados lo hizo sentir confusión porque de inmediato la sube al escritorio y la hace abrir de piernas para tener acceso a ella, la cual se deja llevar con la ilusión de alcanzar sus objetivos. Un deseo ardiente lo dominó, al empezar a besar por el cuello y luego bajar hasta sus pechos necesitados. —¡Ohh… sssiii— Cloe hace su cabeza hacia atrás y Villarreal desabrocha su pantalón —ahora si no podras escapar de mi pequeña rebelde— vuelve a subir rápidamente desesperado por poseer sus labios, la toma del rostro con firmeza y es entonces cuando Cloe abre sus ojos y Archie detiene las caricias, la mira fijamente y este destello dorado sobre sus ojos cafes no estan. Cl
El plan perfecto
—¡Detén el auto!— demandó Cloe alzando su voz, pero el hombre siente tanta cólera que hace caso omiso —¡¡Detente!!— gritó a todo pulmón al ver que por poco se estrellan con una grúa si no fuera porque él alcanzó a desviar hacia la derecha para luego continuar su camino —¿Estás loco? ¿Acaso me quieres matar?— la respiración de Watson es agitada —¡¡Estas demente!!— lo reprende al ver que él estaciona para calmar su adrenalina o quizá su enojo al saber sobre el tal Jasper Reyes —¿Crees que por ser un Villarreal, puedes hacer lo que quieras?— pregunta haciendo gestos con sus manos de reclamos cuando de repente el hombre la tomó por sorpresa al besarla con enojo...En la clínica.—bendito dios de que ya estas bien señora Villarreal— mercedes la mira con preocupación —Sí… pero estoy llena de angustia señora mercedes, mi vida es un caos, necesito salir de aquí, necesito ir por mi hermanita, no pueden hacerle eso —¿Hacerle qué señora? ¿Dígame en que la puedo ayudar?—debo regresar a la m
Como si él no existiera
—Ustedes hacen linda pareja, señora Villarreal, y le pido por favor que no le haga ningún reclamo a su esposo. Después de todo, es normal que esté celoso. Usted es muy hermosa, mire cómo se ven de lindos en la pantalla. Sinceramente, cualquier mujer desearía estar en su lugar—. Sonríe y continúa revisando.Kiara no podía hablar, sentía un nudo en la garganta y una presión en su pecho con ganas de gritar y soltar todo aquello que la atormenta, pero horriblemente debía callar. En algo tiene razón la enfermera: su hermana y Archie se ven perfectos. Piensa en que ella es la mujer ideal, la que está a su altura y no como ella, una chica que, a pesar de provenir de una familia adinerada, es tan solo una chica corriente.—Le tomaré la tensión, señora—. La enfermera percibe que algo no está bien con Kiara, pero no puede ser imprudente y solo hace su trabajo.—Traje un delicioso té para ti—. Mercedes, tan amable, se acerca a Kiara, pero al oír el nombre de su jefe en la televisión desvía su mir
Tú hieres mi corazón, tú juegas conmigo…
Archie la miraba fijamente, su rostro endurecido por la ira porque ella lo ignoraba. Kiara, por su parte, mantenía la cabeza baja, limpiando con fuerza el mueble. Sus nudillos se blanqueaban por la tensión. —¿Qué haces aquí? Te estoy haciendo una pregunta, deberías estar en la clínica —espetó Archie, con un tono de voz cortante como un cuchillo, pero Kiara no respondió. Solo siguió limpiando, tratando de ignorar la presencia de aquel hombre que había destrozado su corazón y no puede dejar de pensar en la forma en que él y su hermana estaban tomados de la mano. —¡Responde! —exigió Archie perdiendo la paciencia, acercándose un paso, por lo que Kiara levantó la mirada con sus ojos llenos de dolor. —Estoy haciendo lo que me corresponde —dijo con voz débil—. Soy una empleada, ¿no? —Archie apretó los puños. Sentía una mezcla de ira y culpa mientras que ella continuó limpiando, pero esta vez con ira, frotando fuertemente el paño sobre la cuerina elegante del mueble. —¡Deja de hacer eso, te
Último capítulo