Archie llega al punto de encuentro y su padre, al verlo mediante las cámaras de seguridad, le abre las puertas. El joven apuesto ingresa y ya percibe lo que le espera; lo único que desea es que Cloe no haya hablado de más.

—Qué bueno que hayas venido— Maskyn se cruza de brazos y lo mira detenidamente.

—¿Ahora qué, padre?— ingresa sus manos en los bolsillos de su pantalón para dar una apariencia relajada cuando en realidad está ansioso por saber lo que le va a decir.

—Tienes 5 minutos para darme una explicación o le diré a tu madre. Estoy seguro de que ella sabrá hacerte hablar— su disimulada amenaza pone a Archie contra la espada y la pared.

—No le digas a mi madre, ella no descansará hasta hacerme hablar.

—Bien, te escucho.

—Necesito un trago— cierra los ojos por segundos y Maskyn se dispone a servir whisky para ambos.

Llegan al área de creación digital Archie admira silenciosamente todo lo que su padre construyó poco a poco.

—¿Los ratones te comieron la lengua?

—Es difícil…—